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lunes, 15 de junio de 2009

La resistencia bacteriana, una pandemia puesta al descubierto


GINEBRA, 20 DE MAYO DE 2009
Mientras la atención de la Asamblea Mundial de la Salud se centraba en la influenza A H1N1, en otro salón del Palacio de las Naciones, Florence Najjuka, microbióloga de la Universidad de Makerere (Uganda), daba a conocer dramáticas estadísticas sobre las consecuencias de la pandemia de la resistencia bacteriana (RB) en su país: cerca de la mitad de los pacientes (28 de 62) no pueden ser curados con los antibióticos disponibles, debido a la resistencia contra estos fármacos (86 % de los pacientes eran recién nacidos).
“Un número considerable de estos niños murieron”, manifestó la Dra. Najjuka. “Diez años atrás, estas vidas podrían haberse salvado, pero hoy los antibióticos efectivos están fuera del alcance de la mayoría de padres por sus altos costos”.
La Dra. Najjuka hizo público el informe en la presentación de la Campaña frente a la Resistencia Bacteriana, lanzada por la Red Ecuménica Farmacéutica (EPN, por sus siglas en inglés) y ReAct (Acción frente a la Resistencia Bacteriana, por sus siglas en inglés), en paralelo a la Asamblea Mundial de la Salud, en Ginebra, el 20 de mayo de 2009.
El acto reunió a delegaciones nacionales, personal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y representantes de la sociedad civil comprometidos con la contención de la RB.
Los participantes concordaron en la necesidad de medidas inmediatas en todos los niveles y en el papel fundamental que les corresponde cumplir a los gobiernos nacionales.
“La información presentada por la Dra. Florence es hondamente preocupante, y sólo nos muestra la punta de iceberg”, advirtió el Profesor Otto Cars, director de ReAct. “La indiferencia no es aceptable por más tiempo”.
Simultáneamente a la Asamblea Mundial de la Salud, numerosos eventos tuvieron lugar en la India, Moldavia, Togo, Tanzania y Malawi. Estas actividades, preparadas por organizaciones pertenecientes a la EPN, estuvieron dirigidas a gobiernos, trabajadores de la salud, niños, niñas y público en general.
Albert Petersen, presidente del directorio de la EPN, alentó a otras organizaciones de la sociedad civil a sumarse a la alianza EPN/ReAct. Para facilitar el proceso, propuso la creación de un centro de recursos basado en la web. Asimismo, urgió a la OMS a reportar los resultados de la resolución aprobada hace cuatro años (WHA 58.27) en la próxima Asamblea Mundial de la Salud. ¡Debemos actuar ahora para salvaguardar las medicinas de nuestros niños y niñas!

Contacto EPN: www.epnetwork.org
Contacto ReAct: www.reactgroup.org

La bacteria salmonela revela sus secretos a bordo del transbordador espacial


El ambiente de ingravidez del espacio confunde a la bacteria salmonela y le hace creer que se encuentra dentro de los intestinos humanos. ¿El efecto? Una bacteria más agresiva.

Mayo 6, 2009: ¿Qué te sucede salmonela?
Ésta es la pregunta que han estado haciéndose los investigadores desde el momento en que la bacteria salmonela, cultivada a bordo del transbordador espacial, regresó a la Tierra mostrando entre 3 y 7 veces más virulencia que sus contrapartes cultivadas en tierra bajo idénticas condiciones. Descubrir por qué sucede esto podría ayudar a resguardar a los astronautas de enfermedades y llevaría a implementar nuevos tratamientos contra la intoxicación producida por los alimentos y otras enfermedades comunes en la Tierra.
Nuevas investigaciones llevadas a cabo por Cheryl Nickerson (de la Universidad Estatal de Arizona) y sus colegas no sólo explican por qué la bacteria salmonela está más activa en el espacio, sino también cómo volver a calmarla.
"Creemos que lo que está ocurriendo es que el ambiente de ingravidez del espacio confunde a la bacteria salmonela y le hace creer que se encuentra dentro de los intestinos humanos", dice Nickerson. "Es un fenómeno mecánico que tiene que ver con 'la fricción ocasionada por los líquidos' (cizallamiento de fluidos)".
Derecha: Fotomicrografía de la bacteria salmonela. Cortesía del Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste. [Imagen ampliada]
Los microbios de salmonela pueden detectar la fuerza del líquido que se mueve al pasar por su superficie externa. Esta "fricción ocasionada por los líquidos" actúa como una señal, que el microbio utiliza para saber el lugar del cuerpo donde se encuentra. Generalmente, la salmonela logra ingresar al cuerpo dentro de los alimentos que ingiere una persona. Justo en la parte media del sitio con forma de tubo que forman los intestinos, la mezcla de jugos gástricos y alimentos a medio digerir (similar a un líquido) es agitada considerablemente; esto provoca que la fricción ocasionada por los líquidos sea elevada.
Pero, a medida que la bacteria salmonela se acerca a la pared de los intestinos, se va escurriendo entre los diminutos espacios localizados entre las microvellosidades (protuberancias similares a un cabello) que recubren la mucosa intestinal. Es en ese lugar que la célula se protege del movimiento de agitación y la fricción ocasionada por los líquidos disminuye hasta alcanzar niveles muy bajos. Y en ese mismo sitio la célula de la bacteria atraviesa el intestino hasta el torrente sanguíneo para causar una infección. De modo que tendría sentido que una bacteria que esté experimentando poca fricción ocasionada por los líquidos altere la actividad de aquellos genes que la ayudan a sobrevivir y cause una infección.
Las simulaciones realizadas por computadora han mostrado que la cantidad de fricción ocasionada por los líquidos que experimenta la bacteria en el ambiente de ingravidez del espacio es parecida a la que existe en los pequeños espacios de la pared intestinal, dice Nickerson. "Un vuelo espacial es un entorno de baja fricción ocasionada por los líquidos".
El equipo de investigación de Nickerson observó la bacteria salmonela de dos vuelos llevados a cabo por el transbordador espacial a la Estación Espacial Internacional: STS-115, en septiembre de 2006, y STS-123, en marzo de 2008. Los investigadores descubrieron 167 genes que permanecen más o menos activos en las bacterias más agresivas en comparación con las bacterias que no realizaron el vuelo. Los científicos identificaron también un "interruptor principal" que regula aproximadamente una tercera parte de estos genes, una proteína llamada Hfq. La actividad de esta proteína también se vio afectada por las condiciones de fricción ocasionadas por los líquidos durante el vuelo espacial.
Ahora que los científicos saben qué genes y proteínas contribuyen a exacerbar el efecto de virulencia, están utilizando esta información con el fin de desarrollar nuevas estrategias, como vacunas y tratamientos, para combatir la enfermedad causada por la ingestión de alimentos que contienen la bacteria salmonela.
El equipo de investigadores ya encontró una manera prometedora de combatir la virulencia extra de la salmonela: añadir una pizca de iones. Cuando Nickerson y sus colegas cultivaron la misma cepa de la bacteria en un medio que contenía concentraciones más altas, de cinco iones (potasio, cloruro, sulfato, magnesio y fosfato), ¡la virulencia de la bacteria que realizó el vuelo espacial dejó de aumentar!
"Las células son cosas graciosas ", dice Nickerson. "Si les das demasiado o muy poco de algo a lo que ellas están acostumbradas, te sorprenden con su manera de responder."
La mayor parte de los genes que son activados por el ambiente de baja fricción ocasionada por los líquidos, en el vuelo espacial, está involucrada en el transporte de estos iones hacia dentro y hacia afuera de las células, de modo que podría existir una conexión. Todavía se están llevando a cabo las investigaciones relacionadas con el efecto de este ion, dice Nickerson, pero ella especula que esto podría, en un futuro, llevar al desarrollo de nuevas formas de utilizar estos iones para evitar las infecciones producidas por la salmonela.
"Una de las preguntas que me hace la gente es: '¿Cómo se te ocurrió estudiar la bacteria [salmonela en el espacio]?' Yo doy vuelta la pregunta y digo: '¡Cómo no se me ocurrió!'", relata Nickerson. "En cada una de las ocasiones en que los científicos hemos estudiado los microbios bajo circunstancias extremas, hemos obtenido increíbles ideas sobre cómo funcionan. Los vuelos espaciales son otro de los ambientes extremos que permanecen sin explorar, relativamente."
"Para mí, esto fue algo que no tuve que pensar siquiera."

Créditos y ContactosAutor: Comunicado de prensa de la NASA Funcionario Responsable de NASA: John M. Horack Editor de Producción: Dr. Tony Phillips Curador: Bryan Walls
Relaciones con los Medios: Steve Roy Traducción al Español: Iris Mónica Vargas Editor en Español: Angela Atadía de Borghetti Formato: Iris Mónica Vargas