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lunes, 18 de mayo de 2009

Fase actual de alerta de pandemia según la OMS


En la revisión de 2009 de las descripciones de las fases, la OMS ha mantenido la estructuración en seis fases para facilitar la incorporación de nuevas recomendaciones y enfoques a los planes nacionales de preparación y respuesta existentes. Se han revisado la estructuración y la descripción de las fases de pandemia para facilitar su comprensión, aumentar su precisión y basarlas en fenómenos observables. Las fases 1 a 3 se corresponden con la preparación, en la que se incluyen las actividades de desarrollo de la capacidad y planificación de la respuesta, mientras que las fases 4 a 6 señalan claramente la necesidad de medidas de respuesta y mitigación. Además se han elaborado mejor los periodos posteriores a la primera ola pandémica para facilitar las actividades de recuperación pospandémica.
En la actualidad nos encontramos en la fase 5 de alerta de pandemia.
En la naturaleza, los virus gripales circulan continuamente entre los animales, sobre todo entre las aves. Aunque en teoría esos virus podrían convertirse en virus pandémicos, en la fase 1 no hay entre los animales virus circulantes que hayan causado infecciones humanas.
La fase 2 se caracteriza por la circulación entre los animales domésticos o salvajes de un virus gripal animal que ha causado infecciones humanas, por lo que se considera una posible amenaza de pandemia.
La fase 3 se caracteriza por la existencia de un virus gripal animal o un virus reagrupado humano-animal que ha causado casos esporádicos o pequeños conglomerados de casos humanos, pero no ha ocasionado una transmisión de persona a persona suficiente para mantener brotes a nivel comunitario. La transmisión limitada de persona a persona puede producirse en algunas circunstancias como, por ejemplo, cuando hay un contacto íntimo entre una persona infectada y un cuidador que carezca de protección. Sin embargo, la transmisión limitada en estas circunstancias restringidas no indica que el virus haya adquirido el nivel de transmisibilidad de persona a persona necesario para causar una pandemia.
La fase 4 se caracteriza por la transmisión comprobada de persona a persona de un virus animal o un virus reagrupado humano-animal capaz de causar "brotes a nivel comunitario". La capacidad de causar brotes sostenidos en una comunidad señala un importante aumento del riesgo de pandemia. Todo país que sospeche o haya comprobado un evento de este tipo debe consultar urgentemente con la OMS a fin de que se pueda realizar una evaluación conjunta de la situación y el país afectado pueda decidir si se justifica la puesta en marcha de una operación de contención rápida de la pandemia. La fase 4 señala un importante aumento del riesgo de pandemia, pero no significa necesariamente que se vaya a producir una pandemia.
La fase 5 se caracteriza por la propagación del virus de persona a persona al menos en dos países de una región de la OMS. Aunque la mayoría de los países no estarán afectados en esta fase, la declaración de la fase 5 es un indicio claro de la inminencia de una pandemia y de que queda poco tiempo para organizar, comunicar y poner en práctica las medidas de mitigación planificadas.
La fase 6, es decir la fase pandémica, se caracteriza por los criterios que definen la fase 5, acompañados de la aparición de brotes comunitarios en al menos un tercer país de una región distinta. La declaración de esta fase indica que está en marcha una pandemia mundial.
En el periodo posterior al de máxima actividad, la intensidad de la pandemia en la mayoría de los países con una vigilancia adecuada habrá disminuido por debajo de la observada en el momento álgido. En este periodo, la pandemia parece remitir; sin embargo, no pueden descartarse nuevas oleadas, y los países han de estar preparados para una segunda ola.
Las pandemias anteriores se han caracterizado por oleadas de actividad repartidas durante varios meses. Cuando el número de casos disminuye, se requiere una gran habilidad comunicadora para compaginar esa información con la advertencia de que puede producirse otro ataque. Las olas pandémicas pueden sucederse a intervalos de meses, y cualquier señal de "relajación" puede resultar prematura.
En el periodo pospandémico, los casos de gripe habrán vuelto a ser comparables a los habituales de la gripe estacional. Cabe pensar que el virus pandémico se comportará como un virus estacional de tipo A. En esta fase es importante mantener la vigilancia y actualizar en consecuencia la preparación para una pandemia y los planes de respuesta. Puede requerirse una fase intensiva de recuperación y evaluación.

Virus A (H1N1)


La epidemia de Influenza A(H1N1) continua expandiéndose. La OMS mantiene su nivel de alerta mundial en la fase 5, de una escala de 6 (desde el 29 de abril) El paso a la fase 6 indicaría que el nuevo tipo de influenza se ha expandido geográficamente y no necesariamente que es más grave.A las 09:00 horas de hoy día 18, 40 países habían notificado oficialmente 8836 casos de infección por influenza A(H1N1), según las fuentes consultadas. El total de fallecidos es de 74 casos. Tabla de casos y muertes confirmados por países.Situación EpidemiológicaEn la región de las Américas Chile informó de 2 casos confirmados de infección por influenza A(H1N1), Panamá notificó 1 caso nuevo y ahora acumula 55 casos, se mantienen Colombia con 11 casos, Costa Rica con 9 casos, Brasil con 8 casos, El Salvador con 4 casos, Cuba con 3 casos, Guatemala con 3 casos, y Argentina, Ecuador y Perú con 1 caso cada país. Fuente: Reporte de situación del ECDC y Actualización Nro. 31 de la OMS.En los últimos dos días Japón ha confirmado 125 casos nuevos de infección por influenza A(H1N1), ninguno de los cuales tuvo contacto previo con los primeros 4 casos de ese país, ni historia reciente de viaje. Todos los casos confirmados son estudiantes de preuniversitario de dos ciudades, Kobe y Osaka. La oficina regional de la OMS para el Pacífico occidental declaró que aún no existe evidencia clara de trasmisión del virus dentro de las comunidades locales. Fuente: Pacífico occidental-OMS. Durante el fin de semana, México, Estados Unidos y Canadá no han actualizado en sus sitios web oficiales el número de casos confirmados de infección por influenza A(H1N1). México, según el reporte del ECDC, notificó 208 nuevos casos para un total de 3103, y dos fallecidos, para un total de 68 defunciones. Fuente: Reporte de situación del ECDC Estados Unidos informó hasta el día 15, a las 11:00 horas, 4714 casos en 47 estados del país, de los cuales habían fallecido 4 casos. Fuente: CDC H1N1 Flu .Canadá notificó hasta la tarde del día 15 (15:00 horas EDT) 496 casos en nueve provincias y un territorio del país. Fuente: Surveillance - H1N1 Flu Virus (Human Swine Flu) - Public Health Agency of Canada.EL Centro europeo para el control y prevención de enfermedades (ECDC) notifica que en las últimas 24 horas, hasta las 08:00 horas CEST (hora de verano de Europa central) de hoy día 18, se confirmaron 14 nuevos casos en el Reino Unido, 11 de los cuales se contagiaron por trasmisión dentro del país, con lo que se alcanzan 263 casos confirmados en 16 países de la Unión, el 36% de los casos, 94 en total, corresponden a trasmisión en la comunidad. El ECDC no cambia su valoración sobre la epidemia, no reporta trasmisión comunitaria sostenida y la prioridad es la contención de este tipo de trasmisión en el intento de impedir la diseminación de la epidemia en el continente. Fuente: Situation Report, mayo 18 8:00 CEDT.Destaques adicionalesPotencial pandémico del nuevo virus de la influenza A(H1N1). Resultados iniciales (Artículo de Sciencexpress)Un nuevo virus de influenza A(H1N1) se ha diseminado rápidamente a nivel mundial. Juzgar su potencial pandémico es difícil con datos limitados, sin embargo esencial para informar respuestas adecuadas de salud. Analizando el brote en México, datos tempranos de la diseminación internacional y la diversidad genética viral, hacemos una evaluación temprana de la trasmisibilidad y de la severidad. Nuestros estimados sugieren que 23,000 (rango 6,000-32,000) individuos han sido infectados en México a finales de abril, arrojando una tasa estimada de mortalidad (CFR) de 0.4% (rango 0.3% a 1.5%) basada en muertes confirmadas o sospechosas reportadas en ese momento. (más…)Identificación inicial de algunas de las características clínicas y epidemiológicas del nuevo virus H1N1Periodo de incubación. Varía desde uno hasta siete días, con una media de tres días (análisis de los casos en España)Edad de los pacientes. Los niños y adultos jóvenes parecen ser los más afectados, mientras que los adultos mayores son menos susceptibles, especialmente en relación con la forma grave de la enfermedad. En EEUU y México muy pocos casos de más de 60 años requirieron hospitalización. Las razones para esto no se conocen en la actualidad. Cuadro clínico. Va desde una enfermedad leve hasta una enfermedad más grave que lleva a hospitalización y muerte en una pequeña proporción de casos confirmados. Entre aquellas personas con enfermedad auto-limitada, el cuadro clínico predominante parece ser similar al de la influenza, sin complicaciones ni requerimiento de tratamiento antiviral. La enfermedad grave se ha informado tanto en personas con factores de riesgo para complicaciones de la influenza estacional como en personas sin estos factores.Complicaciones. La mayoría de las complicaciones clínicas asociadas con la infección por H1N1, tanto en individuos sanos como en aquellos con enfermedades subyacentes, parecen estar relacionados con la enfermedad respiratoria grave. Sigue siendo incierto qué tan rápido se propagará el virus y cuán ampliamente se establecerá. Los primeros estimados de los parámetros epidemiológicos, tales como el período de incubación y las tasas de ataque, se han obtenido a partir de un número limitado de escenarios como hogares y escuelas. La mayoría de los países están en una fase temprana de la propagación de la enfermedad y han notificado un pequeño número de casos.

Influenza H1N1 (gripe porcina)


Actualización de los CDC sobre la influenza H1N1: Casos de influenza H1N1 en seres humanos en EE. UU.

Un virus nuevo de la influenza
La nueva influenza A (H1N1) es un nuevo virus de la influenza de origen porcino que se detectó por primera vez en abril del 2009. Este virus está infectando a personas, se está propagando de persona a persona y ha generado un brote de la enfermedad que va en aumento en los Estados Unidos. También se está reportando un número creciente de casos a nivel internacional.
Se cree que la nueva influenza A (H1N1) se transmite de la misma forma en que se propaga la influenza estacional; principalmente a través de la tos y los estornudos de las personas que están enfermas con el virus.
Se desconoce en este momento qué tan grave será este brote del virus nuevo H1N1 en términos de casos de enfermedad y muertes comparado con otros virus de la influenza. Debido a que este es un virus nuevo, la mayoría de las personas no tendrán inmunidad por lo que la enfermedad puede ser más grave y propagarse en forma más generalizada. Además, en la actualidad no hay una vacuna que proteja contra el nuevo virus H1N1. Los CDC anticipan que en los próximos días y semanas habrá más casos, más hospitalizaciones y más muertes asociadas a este nuevo virus.
En la actualidad se está detectando actividad de la nueva influenza A (H1N1) en sistemas de vigilancia rutinaria de la influenza (en inglés) de los CDC y esta actividad se reporta semanalmente en el informe FluView. Los CDC hacen un seguimiento de la actividad de la influenza a través de múltiples sistemas en cinco categorías diferentes. El hecho de que la actividad del virus nuevo H1N1 puede ser monitoreado ahora a través de los sistemas de vigilancia de la influenza estacional es un indicativo de que hay índices más elevados de enfermedades similares a la influenza que los esperados en esta época del año en los Estados Unidos. Cerca de la mitad de todos los virus de la influenza que se están detectando corresponden a los virus nuevos H1N1.
Respuesta de los CDC
Los CDC siguen tomando medidas intensas en respuesta a este brote. Los objetivos de la respuesta de los CDC son reducir la propagación y la intensidad de la enfermedad, y proporcionar información para ayudar a los proveedores de atención médica, los funcionarios de salud pública y al público en general a enfrentar los desafíos que representa esta nueva amenaza de salud pública.
Los CDC están actualizando diariamente las directrices provisionales como respuesta a esta situación que está cambiando constantemente.
Directrices para médicos
Los CDC han dado a conocer directrices provisionales para los médicos sobre la forma de identificar y atender a los pacientes (en inglés) con la nueva influenza H1N1. Asimismo han proporcionado directrices provisionales sobre el uso de medicamentos antivirales. Los medicamentos antivirales contra la influenza son medicamentos recetados (comprimidos, en forma líquida o en inhalador) que combaten los virus de la influenza, entre los que se incluyen los virus de la nueva influenza H1N1. La prioridad en el uso de los medicamentos antivirales durante este brote es tratar casos graves de enfermedad por influenza, entre ellos las personas hospitalizadas o las personas enfermas con alto riesgo de sufrir complicaciones graves relacionadas con esta enfermedad.
Directrices para el público
Además, los CDC han proporcionado directrices para el público sobre lo que se debe hacer si alguien se enferma con síntomas parecidos a los de la influenza (en inglés), incluida la infección por el virus nuevo H1N1. Los CDC también han publicado instrucciones sobre los cuidados de una persona enferma en el hogar. Se ha reportado que la infección por el virus nuevo H1N1 causa una amplia variedad de síntomas como fiebre, tos, dolor de garganta, dolores en el cuerpo, dolor de cabeza, escalofríos y fatiga. Además, un número significativo de personas también han reportado náuseas, vómito o diarrea. Todas las personas deben tomar medidas preventivas a diario para detener la propagación de gérmenes. Entre estas medidas se encuentran lavarse las manos con frecuencia y para las personas que estén enfermas quedarse en casa y evitar el contacto con otras para limitar la propagación de la enfermedad.
PruebasLos CDC han elaborado un kit de pruebas diagnósticas PCR para detectar el virus nuevo H1N1 y ya han distribuido estos kits a todos los estados de los Estados Unidos, al Distrito de Columbia y a Puerto Rico. También se están enviando kits de pruebas al extranjero. Esto permitirá que los estados y otros países realicen pruebas para detectar este nuevo virus. Este aumento en la realización de pruebas seguramente dará como resultado un incremento en el número de casos confirmados de la enfermedad. Esto, combinado con el monitoreo continuo a través de Flu View debería proporcionar una visión más completa de la enfermedad en los Estados Unidos con el transcurso del tiempo.

INFLUENZA PORCINA/GRIPE PORCINA

Etiología: Virus influenza tipo A, orthomyxovirus ARN. Las principales cepas implicadas en la gripe del cerdo son la H1N1 y la H3N2. Esporádicamente se han aislado otras cepas como la H3N3 (Québec) y la H1N2 (Japón y Europa).
Transmisión- Directa: Se disemina rápidamente en la granja por aerosoles y por contacto directo.
Indirecta: Aerosoles entre granjas, sobre todo en regiones de alta densidad porcina.
Signos clínicos: Cuadro respiratorio (tos, estornudos, disnea y congestión ocular) con fiebre alta, que se extiende al 100% de los animales. En cerdas, los estadios febriles pueden cursar con abortos. No suele haber mortalidad si no se superpone otra enfermedad. La recuperación se produce en 5-7 días, pero el impacto en la condición corporal es importante.
Lesiones Respiratorias: Neumonía catarral y exudado en las vías respiratorias.
Microscópicas: Neumonía intersticial e hiperplasia del epitelio bronquial.
Diagnóstico:
Identificación del agente causal: La sintomatología respiratoria sobreaguda y su escasa virulencia nos dan muchas pistas para su diagnóstico. A partir de secreciones nasales y pulmones de enfermos recientes: PCR, ELISA de captura de antígeno, inmunofluorescencia directa e inoculación en huevos embrionados de pollo.
Serología: Inmunofluorescencia indirecta, ELISA e IHA.
Tratamiento, Prevención y Contro: El tratamiento es solamente paliativo de los síntomas (prescripción de antipiréticos y antibióticos para controlar infecciones secundarias). La vacunación es muy efectiva y se recomienda en zonas o épocas de alta prevalencia.
BibliografíaTAYLOR, D. J. Swine influenza. Pig diseases 7th edition. Ó D. J. Taylor 1999. pag 50-54.

Influenza: Historia y Amenazas

Rev Chil Infect 2004; 21 (2): 162-164

Influenza: Historia y amenazas


Guillermo Acuña L.
Hospital Clínico, Pontificia Universidad Católica de Chile. Clínica las Condes. Hospital del Trabajador.
Dirección para correspondencia

Durante la primera guerra mundial, en la primavera de 1918, los rusos llegaron a un armisticio con Alemania, lo que permitió a esta última cerrar ese frente y concentrar más de un millón de hombres en la lucha en Francia. Estados Unidos recién entraba en esta guerra y su presencia aún no planteaba una ayuda real a los aliados. El avance alemán se hizo sentir, en muchos lugares las tropas germanas aventajaban en una proporción de 4 a 1 a las tropas aliadas. Se conquistaron 1.250 millas cuadradas en cuatro meses lo que era un gran avance en esta guerra de trincheras. En mayo habían llegado al río Marne poniendo a su artillería pesada a tiro de París. La población civil inició la evacuación de París.
No fue el heroísmo de los aliados o la influencia de los americanos, sino que una epidemia, la que diezmó a las tropas germanas deteniendo el avance y permitiendo que el aparato bélico americano alcanzara la magnitud suficiente para cambiar el curso de la historia. Dicha epidemia, que afectó también a las tropas aliadas y al mundo en general, fue la influenza o gripe española, como es conocida. Su nombre no se debe a que haya surgido la epidemia en España sino que simplemente porque, al ser España neutra en esta guerra, no existía impedimento en reportar públicamente una epidemia que en los otros países se consideraba información privilegiada.
La primera guerra mundial produjo una gran cantidad de muertes; sin embargo, se estima que la epidemia de influenza fue responsable de 20 a 40 millones de muertos en menos de un año, dos a cuatro veces más que el total de las muertes en cuatro años de guerra. Se calcula que un quinto de la población mundial fue infectada y que 2 a 3% de los infectados murieron.
A diferencia de otras epidemias, la pandemia de influenza de 1918-19, fue letal no sólo en ancianos y personas debilitadas, sino que también en adultos sanos. La mayoría de las pérdidas humanas de las tropas americanas en Europa no fue debida al fuego enemigo, la mayoría (casi 80%) de estos jóvenes murió por efecto de la influenza (43.000 soldados).
La Asociación Médica Americana (AMA) reportó que un tercio de la muerte de médicos fue fruto de la infección.
Nuestro país reportó 23.789 muertes, en una población que sumaba 3,6 millones para 1919.
Aunque el conocimiento etiológico de las epidemias es relativamente reciente, ya Hipócrates (412 aC) describía lo que parece haber sido epidemias de influenza. Las descripciones continuaron en Roma y luego la durante la Edad Media.
La primera descripción clara de influenza se atribuye al médico americano Robert Johnson, un facultativo de Filadelfia quien describió una epidemia de 1793. Siguiendo esta descripción hay antecedentes de epidemias en los anales de la salud pública en los años 1833, 1837, 1847, 1889-90 y en 1918.
Respecto a la etiología, el investigador alemán Richard Pfeiffer estudió la expectoración de pacientes con un cuadro clínico de influenza, detectando gran cantidad de bacterias; al filtrar los líquidos en bujías del tipo Pasteur-Chamberland, no obtenía material infectante, hecho que indujo a este investigador y a otros a plantear una etiología bacteriana de la influenza
Etiología
Es común dar por hecho que la etiología de las infecciones se ha conocido de siempre, pero tras cada una de ellas ha habido uno o varios cazadores de microbios que con mucho esfuerzo e ingenio han logrado demostrar los agentes etiológicos de las diferentes enfermedades.
En el caso de influenza, esta historia trata de cerdos, perros cazadores, zorros y hurones.
En 1918, el inspector de la oficina de industria animal de E.U.A. describió una enfermedad en cerdos, muy similar en sintomatología a la grave epidemia de influenza de los años 1918-19. Su observación no tuvo mucha repercusión, en especial por la gran oposición de los productores de carne de cerdo, quienes se sintieron amenazados. Diez años después, en 1928, se describió el paso de la infección de un cerdo a otro; sin embargo, no se logró evidenciar una etiología viral. El Dr. Richard Shope del Departamento de Patología Comparativa del Instituto Rockefeller en Princeton, fue el primero en reproducir la influenza en cerdos sanos, inoculando material obtenido de cerdos enfermos que había sido filtrado mediante la cámara de Pasteur-Chamberland. Esta fue la primera evidencia de una etiología viral de la influenza porcina.
A fines del siglo XIX y principios del XX los aristócratas ingleses que practicaban la cacería del zorros, estaban muy preocupados por la muerte de sus sabuesos por distemper. El virus del distemper, que pertenece a la misma familia que el virus del sarampión, produce una infección respiratoria frecuentemente complicada con manifestaciones neurológicas que paralizan, y luego matan a los perros. Este grupo juntó dinero para iniciar la investigación sobre esta enfermedad en la búsqueda de una vacuna protectora. Esto se hizo en conjunto con la empresa Burroughs-Wellcome (hoy GlaxoSmithKline), lográndose desarrollar la primera vacuna para el distemper el año 1928.
La investigación tuvo problemas, en especial con el uso de perros como animales de laboratorio, algunos eran inmunes por exposición previa al virus del distemper pero, sobre todo, la sociedad protectora de animales y la sociedad en general se oponían al empleo del "mejor amigo del hombre" como animal de experimentación. Esto se superó cuando los perros fueron reemplazados por hurones, por fortuna también susceptibles al distemper.
En 1933, una nueva epidemia de influenza afectó a un porcentaje de la población, incluyendo a personal de Burroughs-Wellcome. Inesperadamente los hurones también enfermaron, con síntomas como estornudos, tos, y sibilancias. El Dr. Wilson Smith entonces tomó muestras de faringe de personas con influenza, las pasó por el filtro de la cámara de Pasteur-Chamberland e inoculó en hurones sanos. Pronto se comprobó la infección en estos animales, lo que demostró por primera vez que la etiología de la influenza humana era viral, a la vez que se cumplían los postulados de Koch.
El científico australiano Maxfarlane Burnet, introdujo el uso de huevos fecundados como medio de cultivo, y George Hirst introdujo la hemoaglutinación como método diagnóstico para la infección por influenza.
Los virus influenza que afectan al hombre se dividen en tres serotipos: A, B y C. El influenza A es el responsable de epidemias que afectan no sólo al hombre sino que, a cerdos, caballos, focas y una gran variedad de aves. Se ha aislado virus influenza de aves domésticas y silvestres, fundamentalmente aves acuáticas como pato, gansos, golondrinas marinas, gaviotas y aves domésticas como pavos, pollos, codornices, faisanes, gansos y patos.
Estudios de biología molecular apuntan a que los virus humanos pueden tener su origen en aves acuáticas. Los virus aviarios crecen difícilmente en el hombre y viceversa, pero ambos (de origen aviar o humano) se desarrollan bien en el cerdo.
En Asia es muy frecuente la convivencia de cerdos, patos y hombre. El traspaso de virus entre las especies facilita los cambios antigénicos propios de este virus. Se piensa que en la naturaleza la infección de cerdos con cepas provenientes de aves y humanos convierte al cerdo en un escenario propicio para la producción de cambios y generación de virus con diferentes características antigénicas.
Esto ha hecho necesario estar monitoreando los cambios antigénicos de los virus aislados, especialmente los cambios de la hemaglutinina (H) una glicoproteína importante en el virus, ya que su división en dos partes es importante para la infectividad del virus. Cambios en la hemaglutinina y en la neuroaminidasa (N) se observaron en las distintas epidemias:
1933: H1N1 1957: H2N2 (gripe asiática) 1968: H3N2 (gripe de HongKong) 1977: reaparición de H1N1 (gripe rusa)
Todos estos cambios hacen que el virus no sea adecuadamente detectado y neutralizado por los mecanismos inmunitarios, y que la vacuna que protege contra determinado tipo de virus no sea eficaz para uno diferente. Por ello es necesario inmunizar anualmente a la población en mayor riesgo de complicaciones y al personal de salud. La vacuna de la influenza no tiene la efectividad de otras vacunas virales.
Todos estos cambios hacen que el virus no sea adecuadamente detectado y neutralizado por los mecanismos inmunitarios, y que la vacuna que protege contra determinado tipo de virus no sea eficaz para uno diferente. Por ello es necesario inmunizar anualmente a la población en mayor riesgo de complicaciones y al personal de salud. La vacuna de la influenza no tiene la efectividad de otras vacunas virales.
Desafíos
La producción mundial de vacunas tiene una serie de desafíos en el presente y para el futuro. Los estándares de calidad han exigido cada vez mayores inversiones mientras el potencial de efectos adversos, en especial los derivados de presuntas malformaciones fetales, hacen que la producción de vacunas sea altamente riesgosa para la mayoría de las empresas de punta; muchas de las industrias farmacéuticas elaboradoras de vacunas han firmado contratos con los Estados, estableciendo responsabilidades compartidas para el caso de presentación de efectos adversos severos.
La producción de la vacuna anti-influenza obliga cada año a un esfuerzo coordinado de los países para mantener un alerta epidemiológico, estudiar las variaciones antigénicas de los virus circulantes y luego en poco tiempo desarrollar una vacuna apropiada.
El interés de países como E.U.A en desarrollar vacunas contra posibles armas de bioterrorismo ha hecho que disminuyan su interés prioritario en una enfermedad que puede tener serias repercusiones en la salud y la economía de un país. Esto ha llevado al Presidente de la Sociedad Americana de Infectología (IDSA) Dr. W. Michael Scheld, a dirigirse al Secretario de Salud de ese país haciéndole ver lo vulnerable que es E.U.A. frente a una posible pandemia siendo que la mayor producción de vacunas está centrada en Europa y no en E.U.A. En dicha carta el apunta a tres puntos estratégicos:
Impulsar el uso de genética reversa para la producción de los partidores en contra de la cepas candidatas para pandemias y también aquellas seleccionadas por la Organización Mundial de la Salud en los períodos inter pandémicos.
Hacer un listado de todas las empresas que intenten producir vacunas para la pandemia.
Desarrollar e implementar un protocolo internacional común de inmunogenicidad y seguridad de las vacunas producidas por estas compañías.
Existe una genuina preocupación por la posibilidad de una pandemia, la cual pudiera originarse en estos brotes de influenza aviar que actualmente se desarrollan en el Asia.
Bibliografía
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2.- Beveridge W. Influenza: The last great plague. New York, 1978. [ Links ]
3.- Crosby L A. Epidemic and peace. 1918, Westport Ct. [ Links ]
4.- Stuart Harris C H, Schild G C. Influenza: The Virus and the Disease. Littleton. Mass.1976 [ Links ]
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