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jueves, 13 de octubre de 2011

UNA MUTACIÓN QUE PROTEGÍA DE LA MALARIA FAVORECIÓ EL ORIGEN DE LOS HUMANOS

7 de octubre de 2011
Fuente: Proceedings of the National Academy of Sciences

Investigadores de la Universidad de California han descubierto que los ancestros humanos sufrieron una mutación genética que les hizo resistentes contra enfermedades como la malaria, y esto favoreció la aparición de Homo sapiens sobre la Tierra, la especie que este año alcanzará los 7.000 millones de ejemplares.
Los autores, bajo la batuta de Pascal Gagneux, profesor en la Universidad de Washington, señalan que hay un claro vínculo entre las moléculas de ácido siálico, un azúcar que se encuentra en la superficie de las células de todos los animales, y la selección darwinista.
Estas moléculas, que sirven de blanco para patógenos invasores porque interactúan con otras células y con el ambiente, hace millones de años eran idénticas entre todos los simios, incluidos los antepasados de los seres humanos. Todas eran del tipo conocido como ácido N-glycolylneuraminico o Neu5Gc
El éxito de un gen inactivo
En el año 2005, los autores ya señalaron que este gen mutó hace unos tres millones de años y se quedó inactivo, permitiendo que la rama de nuestros antepasados se hiciera re-sistente al parasito de la malaria, tan común en África. Al mismo tiempo, empezaron a producir una variante de ácido siálico, la Neu5Ac. “La mutación podría representar en el lina-je homínido una ventaja, al impedir el paso a algunos patógenos, por así decirlo, cerrándoles la puerta de entrada a las células”, explica el experto en ADN antiguo Carles Lalueza-Fox, del Consejo Superior de Investigaciones Científicasde España.
Este cambio, según Gagneux, sucedió “en el mismo tiempo en el que aquellos homínidos se convertían en depredadores en su ambiente”. “Es complicado estar seguro de lo que suce-dió, porque la evolución es simultánea en muchos genes, pero sí sabemos que los humanos primitivos desarrollaron una inmunorespuesta a Neu5Gc. Sus sistemas inmunes lo reconocían como un intruso que debía ser destruido”, apunta. Recuerda Gagneux que era el momento en el que comenzaban a comer más carne roja, una gran fuente de esta molécula, lo que pudo estimular aún más esta respuesta inmune.

Los investigadores defienden que esta respuesta frente a la molécula probablemente afectó a la reproducción. Dado que los embarazos de los mamíferos tienen un alto coste biológico para las hembras –incluso la vida, en algunos casos extremos–, pudo ocurrir que fuera necesario para ellas asegurarse que el esperma que fertilizaban sus óvulos fuera el mejor posible, por lo cual rechazarían los que llevaran la molécula Neu5Gc, que reducía sus posibilidades de éxito reproductivo.
Experimentos con esperma
Para probar esta hipótesis, expusieron esperma de un chimpancé, en el que la superficie de estas células es diferente del esperma humano en más de un 50%, a los anticuerpos humanos ‘anti-Neu5Gc’. Y los anticuerpos mataron el esperma del mono in vitro.
Un segundo test consistió en acoplar ratones femeninos transgénicos (manipulados para no producir los ‘anti-Neu5Gc’) con machos que sí producían esta molécula. El resultado fue que la fertilidad de las hembras fue muy baja por incompatibilidad entre ambos. “A lo largo del tiempo esa incompatibilidad se iría reduciendo y al final se acabaría eliminando a los machos con Neu5Gc”, concluye Gagneux, para quien no deja de resultar extraño que ese proceso de selección fuera más rápido cuando la fertilidad disminuye poco a poco que cuando es del 100%”.
En palabras de Lalueza-Fox: “El esperma que tuviera ácido siálico en su superficie, y por tanto no tuviera la mutación que lo inactiva, se habría eliminado de la población por este mecanismo reproductivo (y quizás también porque tendrían una desventaja frente a algunos patógenos)”.
Estos resultados, según Gagneux, dan peso al concepto de “especiación por la infección”, es decir, al proceso por el cual una combinación de enfermedades infecciosas que afecta a una población de individuos concreta podría haber predispuesto a ese grupo a divergir de otras poblaciones de la misma especie, debido a que se generó una incompatibilidad reproductiva. En el caso de los primeros Homo, uno de esos factores pudo ser la inmunidad femenina al gen Neu5Gc.
Esta pérdida del Neu5Gc, hace entre dos y tres millones de años, coincidió con la aparición del Homo ergaster/erectus, considerado el ancestro más probable de nuestra especie, por lo cual ese mecanismo inmune pudo estar implicado en la evolución.
Para el científico del CSIC “la idea original es la de que en el linaje humano hay no solo genes que han adoptado funciones evolutivamente nuevas respecto al chimpancé, sino que también hay genes que se han inactivado y que siguen siendo funcionales en el chimpancé”.

LOS MICROBIOS PUEDEN VIAJAR MILES DE KILÓMETROS ACARREADOS POR LOS VIENTOS

7 de octubre de 2011 –
Fuente: Journal of Biogeography

Un nuevo estudio revela hasta qué distancia pueden viajar los microbios, transportados por el aire, y hasta qué punto ello depende del tamaño de cada microbio. La capacidad de dispersión aérea de los microorganismos es una cuestión importante ante ciertas epidemia
Los investigadores, de la Universidad John Moores de Liverpool, en Gran Bretaña, el Instituto Forestal Federal suizo, y otras instituciones, se valieron de extensos modelos digitales de la atmósfera terrestre para estudiar hasta dónde podrían ser dispersados los microbio
El equipo dirigido por el Dr. Dave Wilkinson de la Universidad John Moores de Liverpool y Symeon Koumoutsaris del Instituto Internacional de Ciencias Espaciales en Berna, Suiza, adaptó modelos que fueron diseñados originalmente para estudiar la dispersión de partículas de polvo. Una vez modificados y puestos en marcha, observaron lo que ocurriría si soltasen microbios virtuales desde el extremo sur de Sudamérica y también desde México. Una vez en el aire, los microbios que poseen un diámetro medio inferior a 20 μm pueden recorrer con facilidad miles de kilómetros, arrastrados por los vientos.
Los microbios con un diámetro medio inferior a los 9 μm llegaron hasta la lejana Australia. Con tales tamaños podemos encontrar en la naturaleza muchas bacterias y también bastantes amebas, así como algunas esporas de hongos.
El equipo de investigación constató que para microbios más pequeños, una vez que pasan a ser transportados por las masas de aire, la dispersión es muy eficiente durante un período de un año.
Entre los resultados más sorprendentes, cabe destacar que mientras que se obtuvo una extensa distribución de los microbios virtuales dentro de cada hemisferio, no hubo dispersión significativa de microbios entre el Hemisferio Norte y el Sur durante el periodo simulado de un año.
Las simulaciones del nuevo estudio dejan claro que sólo los microbios más pequeños viajan con facilidad entre continentes. A los más grandes (con más de 20 μm) les resulta difícil viajar entre continentes en el transcurso de un año.
La mayoría de los microbios arrastrados por el viento suelen ser inofensivos, pero de vez en cuando en el pasado han surgido brotes epidémicos de ciertas enfermedades, como la meningitis en la región del Sahel en África, los cuales han sido asociados a estos microbios aerotransportados. Estos procesos también pueden transportar de una región a otra del planeta enfermedades de tipo agrícola o animal provocadas por microbios.

HISTORIA DE LAS ENFERMEDADES VENEREAS II


Dr. Julio César Potenziani BigelliIndividuo de Número de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina
Invitado de la Academia Nacional de Medicina
Hospital Privado Centro Médico de Caracas
Dra. Silvia D. Potenziani Pradella
Médico UCV- 2007


En nuestros tiempos se compara el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, con la plaga de peste bubónica que existió en el medioevo y en los siglos XV y XVI en Europa y que disminuyó sustancialmente la población europea, en una de las peores mortandades que han existido en la historia de la humanidad por causas infecciosas, muriendo alrededor de 24 millones de personas (un cuarto de la población europea para aquel entonces), comparable tambien a la mortandad ocasionada por la gripe española a comienzos del siglo XX y con la famosa plaga de Atenas en el año 430 a.C, descrita magistralmente por el historiador griego Tucídides, la cual arrasó con las dos terceras partes de la población ateniense y sin duda fue la causa de la desaparición de la hegemonía cultural ateniense, base fundamental del pensamiento del hombre occidental (1)
En los ‘Tratados Médicos’ escritos durante el reinado del emperador chino Ho-Ang-Ti hace aproximadamente 4500 años se describe la gonorrea. No es de extrañar entonces que en el siglo III a.C, ya en China existieran criterios de higiene sexual. De la misma manera en el Egipto milenario, en el papiro Brugsch que datan del 1350 a.C se describen tambien los síntomas y tratamiento de la gonorrea En el papiro de Eberth se describen los síntomas de una uretritis aguda y su tratamiento por medio de la instilación intrauretral de aceite de sándalo (1)
En la Biblia (Levitico cap. 15) se describe la gonorrea, y se la relaciona con la práctica sexual. Cito: ‘Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier hombre que padece flujo seminal es impuro a causa del flujo. En ésto consistirá la impureza causada por su flujo: sea que su cuerpo deje destilar el flujo, o lo retenga, es impuro. Todo lecho en que duerma el que padece flujo será impuro’. Entre los casos de impureza aqui tratados no se encuentra solamente la enfermedad contagiosa de la gonorrea, sino el simple derrame seminal del hombre y las reglas de la mujer. Moisés señala su alta contagiosidad, su manera de prevenirla, evitando el contacto sexual en los momentos iniciales de los síntomas y las conductas que deben adoptarse desde el punto de vista higiénico en ambos integrantes de la pareja (4),(5)
El Código de Hammurabí (2250-2200 a.C) compendio de leyes babilónicas basadas en ordenamientos legislativos sumerios, contenía regulaciones que abarcaban el campo de la Medicina. Es de destacar que la sífilis como enfermedad, estaba presente en dicho código babilónico “una enfermedad con caracteristicas parecidas a la sífilis, denominada Benú, era considerada causa de invalidez contractual, en el caso de la venta de un esclavo enfermo”
Hipócrates, Padre de la Medicina, fué el primero en describir la enfermedad de transmisión sexual, con todas sus caracteristicas, a pesar de que la enfermedad se sugería en la Biblia (Levítico 15) y en papiros egipcios. Hipócrates en el año 460 a.C describe además lesiones genitales duras y suaves secundarias al contacto sexual y la llamó estranguria(6)(51)
Posteriormente Galeno confirma lo descrito por Hipócrates y le dá el nombre gonorrea a la enfermedad en el año 200 d.C.
Los romanos las denominaban "morbus incidens" y cuando realizaban sus invasiones ya usaban unos preservativos hechos de tripa de carnero que un pastor anónimo los llamo "camisa de Venus".
Tanto griegos como romanos describieron las verrugas genitales (verrugas virales o virus papiloma humano), transmitidas por relaciones sexuales. Hasta bien entrado el siglo XX se creía erroneamente que la infección de las verrugas o condilomas genitales, formaba parte de las infecciones sifilíticas y gonorréicas.
En la época del antiguo Egipto se hicieron pinturas que describían el tratamiento de las verrugas genitales, con el uso de cauterio y en la Grecia clásica adopta su nombre “Kondyloma” que significa verruga, como tambien es conocida en la actualidad.
En la Roma del siglo I d.C Aulus Cornelius Celsus (25 a.C-50 d.C) considerado como el “Cicerón de la medicina”, o el “Hipócrates latino”, hace una diferenciación de las verrugas genitales, denominandolas ficus a las verrugas genitales, myrmecia a las verrugas de la planta del pié y thimión a la verruga vulgar. En Roma ya se sospechaba su posible transmisión sexual, ya que a menudo las personas las tenían en el ano. Celsus tambien describió ulceras genitales duras y suaves (1)
Plinio ‘el viejo’ (23-79 d.C) describió, en uno de sus escritos, una lesión llamada ‘mentagra’ que seguía al cunnilingus.
En los tratados de médicos árabes se indica que esta afección se contrae por ‘coitus cum immundis’, es decir, por contacto sexual con un “inmundo”. En la Edad Media se la conoció por una infinidad de nombres pintorescos: mictus saniei, ulceratio interna, seminis lapsus, fluxus, profluvium pudenda, fluxura geniturae, rheumatisatio virgae, calefactio in virga, incendium, arsura virgae, urethralgia, ardor urinae, leucorrhoea, medorrhoea, phalorrhoea y, por último y en un ingenioso juego de palabras, asociándola a la perdición imperante en Gomorra, como gomorrhoea (51)
Rhazés mencionaba la ´sifilis como ‘apostameta et ulcera que virgae accidant’
Trotula de Ruggiero considerada la primera ginecólogo de la historia médica occidental, ejerció la medicina durante parte del siglo XI, era miembro de la Escuela médica de Salerno en la región de la Campania italiana, considerada la primera ‘Escuela de Medicina’ de la historia médica occidental, describió la gonorrea como “inflammations virgae virilis”. Autora de uno de los primeros tratados de enfermedades de la piel, hace una descripción de las manifestaciones externas de la sífilis. En la época medieval se creia que la gonorrea formaba parte de la clínica general de la sífilis (1)
Guillermo de Saliceto (1210-1277 d.C) perteneciente a la Escuela de Medicina de Bologna-Italia, en su obra ”Ciroxia” denominada “Guillelmia” en su honor, se convertiría en uno de los textos quirurgicos preferidos del renacimiento. Allí Saliceto sugería lavarse los genitales después del coito como método profiláctico para evitar las infecciones venéreas, recomendación que repetiría otro médico famoso del siglo XV, Pedro D´Argelata (1)
Rogerio en la época medieval denominaba la condición gonorreica como ‘Rheumatizatione virgae’
En el siglo XIII Lanfranco de Milán (1250-1315) de la Escuela de Medicina de Bologna-Italia, en su libro titulado “Chirurgia magna” aconsejaba lavado de los órganos genitales con agua y vinagre a partes iguales después de un coito ‘sospechoso’ (posiblemente infectante) y de no tener estos ingredientes, Lanfranco recomendaba ‘lavar el miembro con la propia orina’(1)