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jueves, 17 de noviembre de 2016

LA HISTORIA DE MALENTENDIDOS SOBRE LOS ‘PACIENTES CERO’ DE FAMOSAS ENFERMEDADES MORTALES

11 de noviembre de 2016 – Fuente: Cable News Network (Estados Unidos)
Cuando se confundió la letra O con el número 0 en la anotación a mano que hizo un investigador sobre un paciente de VIH, a principios de 1980, nació el provocativo término ‘paciente cero’. Ese hecho desencadenó una ola de eventos que terminaron por culpar erróneamente a Gaëtan Dugas, un auxiliar de vuelo francocanadiense, de llevar el VIH a Estados Unidos. Tuvieron que pasar décadas antes de que una investigación limpiara el nombre de Dugas y entregara evidencia sólida de que el virus surgió en Estados Unidos por una epidemia preexistente en el Caribe, que data de la década de 1970. Aunque la inquietante historia de Dugas ya quedó aclarada, el término ‘paciente cero’ sigue vigente y continúa creando confusión y despertando curiosidad sobre la manera en que se propagan las enfermedades. “El paciente cero es una palabra capciosa. Podría no significar nada, pero también podría ser el principio absoluto”, explicó Richard McKay, historiador de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) y coautor del estudio. ‘Superpropagadores’ vs. ‘supereliminadores’ ‘Paciente cero’ sigue siendo un término muy frecuente a la hora de citar los casos índices, es decir los primeros casos documentados de una enfermedad observada o reportada ante las autoridades médicas. “Muchos científicos y funcionarios de salud son reacios a identificar esos pacientes y evitan el término ‘paciente cero’ por completo”, sostuvo Thomas Friedrich, un profesor asociado de ciencias patobiológicas en la Facultad de Medicina Veterinaria Madison de la Universidad de Wisconsin. “Identificar a alguien como el ‘paciente cero’ puede, por un lado, dar una impresión errada sobre cómo surgen las enfermedades y, por otro, insinuar que alguien debería ser culpado por el brote, cuando eso no es realmente apropiado. Sin embargo, científicamente es importante que las personas y el área de salud pública entiendan cómo funcionan los casos índice, la manera en que las enfermedades entran en una comunidad y cómo detener su propagación”, señaló Friedrich. Ahora, algunos científicos argumentan que también es importante analizar los casos primarios: la persona o el animal que lleva por primera vez la bacteria o el virus a una población. “Para casos de pandemias generadas por enfermedades infecciosas, el caso primario nunca se conocerá”, dijo el Dr. Ian Lipkin, profesor de epidemiología y director del Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia en New York. “No es inusual que los agentes infecciosos se filtren en el ambiente durante años, o hasta décadas, sin que sean detectados. Un agente puede entrar en la población humana a través de una o más personas. Incluso, después de que un agente infeccioso haya entrado en la población, algunas personas son más propensas a propagarlo que otras”, explicó Lipkin. “Entonces puede tener más sentido hablar en términos de ‘superpropagadores’ que de ‘pacientes cero’. Los ‘superpropagadores’ pueden viajar o adquirir cierto tipo de comportamientos que resultan en la transmisión de la enfermedad a grandes cantidades de personas”, afirmó Lipkin. “De hecho, aunque Dugas no fue el ‘paciente cero’ del VIH, sí pudo haber servido como un ‘superpropagador’”, concluyó el experto. Ahora, hay quienes pueden ser denominados como ‘supereliminadores’, individuos que dejan muchos más virus en el ambiente –y no sólo a través del contacto físico persona a persona– que otros. Ya sea que fueron realmente los ‘pacientes cero’, ‘superpropagadores’ o ‘supereliminadores’, estas son las historias de seis personas que habrían desempeñado un papel importante en la dispersión de enfermedades letales durante los siglos XX y XXI.
La verdadera María Tifoidea
Uno de los primeros ejemplos conocidos de los ‘superpropagadores’ fue Mary Mallon. “Esta mujer se hizo famosa como María Tifoidea o María la Tifosa (Typhoid Mary, en inglés)”, aseguró el doctor Richard Stein, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de New York y profesor auxiliar adjunto de la City University de New York, quien escribió el libro Super-Spreading in Infectious Diseases (Superpropagadores de enfermedades infecciosas). “Todavía no estoy seguro si ella fue solo una ‘superpropagadora’ o si también fue ‘supereliminadora’… posiblemente fue las dos”, explicó Stein. Mallon, una cocinera originaria de Irlanda, parecía estar sana mientras preparaba la comida de las familias para las que trabajaba a principios de 1900 en New York. Poco después de que los alimentos fueron servidos, miembros de esos hogares desarrollaron fiebre tifoidea, una enfermedad potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella typhi. A medida de que cada vez más familias para las que cocinaba desarrollaron la enfermedad, Mallon fue identificada como una especie de ‘paciente cero’, a pesar de que nunca manifestó los síntomas. “Están estos individuos, como la llamada María Tifoidea, que por una u otra razón pueden estar infectadas con un patógeno y aun así no presentar muchos síntomas. Ahora, sí pueden eliminar o transmitir ese patógeno de tal manera que lo hace infeccioso para otras personas”, señaló Friedrich. Mallon fue forzada a entrar a cuarentena dos veces por un total de 26 años, durante los cuales demandó sin éxito al Departamento de Salud de New York. Su argumento era que ella no se sentía enferma y, por lo tanto, no podía infectar a otras personas. Murió en 1938. Nadie sabe si realmente Mallon era el ‘paciente cero’ en el caso de la fiebre tifoidea o simplemente se encargó de transmitirlo. Después de todo, nombrar a un ‘paciente cero’ sigue siendo difícil. “Ni siquiera puedo pensar en un momento en el que realmente hayamos conocido un caso índice. Lo más cercano que hemos podido llegar a eso fue tal vez con la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SARS)”, dijo el Dr. Bertram Jacobs, director y profesor de virología en la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad Estatal de Arizona.
La propagación del SARS
Según un boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos científicos pudieron rastrear un caso muy serio de ‘superpropagación’, durante el brote mundial de SARS en 2003: se trata de un doctor que pasó una noche en un hotel en Hong Kong. El médico Liu Jianlun, de 64 años y originario de la provincia de Guangdong, estaba enfermo cuando se hospedó en el hotel Metropole y pudo haber contagiado el virus a al menos otros 16 huéspedes, que también estaban en su mismo piso, informó el boletín. Por pura coincidencia, Liu se hospedó en la habitación 911 del noveno piso. “No lo podrías llamar ‘paciente cero’, pero si consideras el impacto que tuvo en términos del brote, fue crítico en la propagación de la enfermedad”, aseguró Lipkin, quien este año recibió el Premio Internacional de Cooperación Científica y Tecnológica por asistir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a China durante la epidemia de SARS. Probablemente, los huéspedes del hotel que fueron expuestos al virus viajaron a otros países tras ser infectados. En menos de cuatro meses, hubo cerca de 4.000 casos y 550 muertes por SARS que están relacionadas con la estancia de Liu en Hong Kong. Pero para empezar ¿cómo se infectó Liu? El hospital para el que trabajaba trataba esta enfermedad y el médico pudo haber entrado en contacto con el virus a través de un paciente. De hecho, se cree que el primero en desarrollar el SARS en Guangdong fue un campesino que se contagió a través de un animal. Aquellas enfermedades que son propagadas por animales se llaman zoonóticas. “Para el caso de muchas enfermedades zoonóticas, el primer paso es que la infección salte a la especie humana. Si el virus es capaz de transmitirse directamente entre personas y ya no necesita el reservorio animal para este fin, tiene todo el potencial de desencadenar una epidemia. Creo que, explorando esto desde una perspectiva global, ese primer paciente sería el ‘paciente cero’”, explicó Stein.
La película Contagio en la vida real
Se cree que el SARS se originó en una especie de murciélago y después se propagó a otros animales, como la civeta de las palmeras asiática (Paradoxurus hermaphroditus), antes de contagiar a los humanos en China, de acuerdo a la OMS. “En el proceso de adaptación de una especie a la otra la enfermedad se pudo propagar”, aseguró Lipkin, quien también fue asesor del thriller médico de 2011, Contagio. Algunas de las escenas en la película reflejan los recuerdos que le quedaron de haber ayudado a manejar el brote de SARS en Beijing, confesó Lipkin. En la obra, un virus barre con el mundo después de que un chef se contagia al manipular un cerdo muerto que está infectado. “Cerca de 60% de todas las enfermedades infecciosas que existen son zoonóticas”, explicó Stein, científico investigador de la Universidad de New York. En otras palabras, hay múltiples microorganismos en la naturaleza que pueden infectar a los animales y también a los humanos. “Se predijo que para 2020, emergerían de 10 a 40 virus nuevos entre los seres humanos”, aseguró Stein.12 “Hay muchos ‘pacientes cero’ potenciales que pueden infectarse con cualquier cosa”, explicó Friedrich. “Lo que está previniendo una nueva pandemia no es tanto que los virus de animales no puedan infectar a los humanos. De hecho, entre más analicemos, veremos que las personas se contagian de estas enfermedades todo el tiempo”, añadió. “La clave de un brote es que esos virus se transmitan de una sola persona a muchas más”, reveló Friedrich. Eso fue exactamente lo que hizo la influenza aviar A(H5N1).
Nace un nuevo virus
En 2004, un niño de 6 años llamado Captain Boonmanuch se convirtió en la primera víctima confirmada de la influenza aviar en Tailandia, mientras el virus se propagaba en Asia. Puede que Captain no haya sido el ‘paciente cero’, pero su familia recordó que antes de estar enfermo el niño había agarrado un pollo y lo había llevado a la casa de su tío. Se cree que el pollo eliminó el virus de la influenza aviar cuando estuvo en contacto con el niño, infectándolo a él y a otros miembros de la familia. Entre 2003 y 2016, se han reportado 856 casos de personas infectadas con el virus A(H5N1) en todo el mundo. Además, de acuerdo con la OMS, 452 personas han muerto debido a esta enfermedad. “Las epidemias que surgen entre los seres humanos a menudo provienen del contacto con enfermedades animales. Los virus que realmente circulan entre las personas se convierten en su gran mayoría en reagrupamientos de otros virus que vienen de aves o de humanos”, aseguró Jacobs. Los virus reagrupados surgen cuando el material genético de uno o más virus que infectan a un único humano o animal se mezclan. Esa combinación es referida normalmente como un evento de reordenamiento, que es muy frecuente en la naturaleza. “Los virus de la influenza aviar no se replican bien en los seres humanos y los virus de la influenza humana no se replican bien en las aves, pero si un virus aviar y un virus humano se encuentran en un cerdo, puede tener un reordenamiento y producir cepas totalmente nuevas”, señaló Jacobs. Eso fue lo que ocurrió en 2009 con otro tipo de influenza: la porcina o A(H1N1), que puso al mundo bajo una tormenta.
El niño que sobrevivió a la influenza porcina
“La influenza A(H1N1) ya había surgido en 1918 y también causó una pandemia”, informó Friedrich. Muy similar a lo que pasó en 2009 cuando el brote de esta enfermedad impactó al mundo. “Se cree que antes de la pandemia de 2009, los cerdos fueron infectados por múltiples virus. De tal manera que se dio un reordenamiento de estas enfermedades que derivó en la cepa A(H1N1) y que pudo tener algún vínculo con el virus de 1918”, explicó Friedrich. “El brote que resultó de esta situación es un ejemplo de la manera en que nuevos virus de la influenza pueden entrar a la población humana”, añadió el experto. “El A(H1N1) más reciente definitivamente parece que provino de los cerdos, aunque en última instancia sean virus aviares. El término que las personas usan en el mundo de la influenza es que los cerdos son “recipientes de mezclas”, en los que los virus de las aves se pueden combinar con los de los mamíferos y crear enfermedades que son más proclives a infectar a los humanos que los virus de las aves por sí solos”, explicó Friedrich. Édgar Hernández tenía cinco años y vivía en La Gloria, una localidad de México, cuando los médicos lo identificaron como el primer caso documentado de influenza porcina en el brote que surgió en 2009. Édgar sobrevivió a la enfermedad que, según su madre, un cerdo del barrio le habría transmitido. “Con los casos índices no solo se trata de que estén infectados por un animal, sino que el virus debe hacer varias cosas para propagarse entre las personas. Además, tiene que salir de esa primera persona y llegar a muchas otras para que realmente sea un brote. Algunos virus pueden hacer eso y otros no. Unos los hacen muy débilmente y mueren, mientras otros logran afianzarse y entonces se convierten en los brotes de los que oímos hablar”, concluyó el experto.
Emile y la enfermedad por el virus del Ébola
Un virus ampliamente conocido desde hace mucho tiempo, que se transmite de humano a humano, es el del Ébola. Este virus puede infectar a un ser humano por un contacto cercano con la sangre, secreciones, órganos u otros fluidos de animales infectados. Por ejemplo, murciélagos, monos o incluso antílopes, informó la OMS. Un niño de dos años fue sospechoso de ser el primer caso en el más reciente brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE), lo que sugiere que el virus entró a través de una sola persona a la población humana. Emile Ouamouno era un pequeño que vivía en la aldea de Meliandou, al suroeste de Guinea, cuando repentinamente presentó fiebre, vómitos y diarrea severa en diciembre de 2013. Las autoridades dijeron que pudo haber contraído la enfermedad al manipular un murciélago. Murió cuatro días después de que sus síntomas aparecieron. En apenas un mes su abuela, madre y hermana de tres años también fallecieron por la enfermedad. “Como en anteriores brotes de EVE, el virus continuó propagándose a través del contacto corporal o del contacto con fluidos humanos, incluso después de que la persona haya muerto”, indicó Stein, el investigador de la Universidad de New York. “La EVE es muy interesante porque para esta enfermedad infecciosa las investigaciones han arrojado que las prácticas inseguras de entierro –que implican lavar y preparar el cuerpo del difunto– aparentemente contribuyeron a la transmisión del virus. Eso sí, las personas también pudieron haber propagado el virus mientras estaban vivas”, añadió Stein.
En el lugar equivocado, en el momento equivocado
El síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS) es un feroz virus identificado en Arabia Saudí durante 2012 y nombrado en 2013. Aunque los científicos todavía investigan los orígenes de esta enfermedad, se sabe que los dromedarios (Camelus dromedarius) pudieron haber sido la fuente animal para que el MERS contagiara a los humanos, según la OMS. Esta organización ha sido notificada de por lo menos 1.826 casos de MERS desde 2012. El año pasado, en República de Corea se presentó un brote de MERS y un hombre de 68 años que tenía un gran historial de viajes fue reportado como el ‘paciente cero’. El hombre viajó a Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Qatar antes de regresar a República de Corea. Durante la travesía no presentó ningún síntoma, según la OMS, pero cuando se empezó a sentir enfermo acudió al Centro Médico Samsung en Seoul. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el tiempo que puede transcurrir entre la exposición al MERS y el desarrollo de los síntomas es de dos a 14 días. Esta persona, además, habría transmitido el virus a otros 28 individuos antes de llegar al hospital. Entre ellos se encontraba un paciente que, a su vez, habría infectado a otras 82 personas en la clínica. “Sin embargo, vale la pena tener en cuenta que es muy difícil identificar quién es un caso clave cuando ocurren los brotes. Justamente porque hay ejemplos muy raros en los que podemos saber lo que sucede, como ocurrió con la EVE porque era en tiempo real, pero cuando intentas reconstruir los casos es muy fácil confundirse”, insistió Lipkin. “Y esta confusión no es buena ni para la ciencia ni para la humanidad. Como seres humanos, queremos tener las historias exactas y a veces eso implica culpar o decir, ‘Oh, esta persona comenzó la epidemia’. Con la historia, al menos la de las enfermedades infecciosas, no es tan exacto ni tan limpio”, sostuvo Jacobs, de la Universidad Estatal de Arizona. “Es muy raro que podamos decir: ‘esta persona lo hizo’, o ‘esta persona lo inició’. Incluso si así fuera, la mayoría de las veces ellos no estaban haciendo nada conscientemente para generar una epidemia. Lo que pasó es que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado”, concluyó.

ESTADOS UNIDOS: LAS INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL ALCANZARON UN MÁXIMO HISTÓRICO EN 2015

19 de octubre de 2016 – Fuente: Centers for Disease Control and Prevention (Estados Unidos)
Los casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) alcanzaron un récord histórico en Estados Unidos en 2015, reportaron el 19 de octubre las autoridades federales. Hubo más de 1,5 millones de casos de clamidiosis, casi 400.000 casos de gonorrea, y casi 24.000 casos de sífilis primaria y secundaria, las etapas más infecciosas de la enfermedad, según el informe. El mayor aumento en los casos reportados de ITS entre 2014 y 2015 ocurrió en la sífilis primaria y secundaria (19%), seguido por la gonorrea (13%) y la clamidiosis (6%), reveló el informe. Esos resultados apuntan a la necesidad de aumentar los esfuerzos de prevención de las ITS, sobre todo entre los que tienen el mayor riesgo, plantearon las autoridades. “Hemos llegado a un momento decisivo para el país”, dijo el Dr. Jonathan Mermin, del Centro Nacional de Prevención del VIH/SIDA, la Hepatitis Viral, las ITS y la Tuberculosis de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). “Las tasas de ITS están en aumento, y muchos de los sistemas del país para prevenirlas han mermado. Debemos movilizar, reconstruir y ampliar los servicios, o la carga humana y económica seguirá creciendo”, advirtió Mermin. En los últimos años, más de la mitad de los programas locales y estatales de ITS han experimentado recortes presupuestarios. Esos recortes condujeron al cierre de más de 20 clínicas de ITS de departamentos de salud tan solo en un año, anotó el informe. Un número menor de clínicas significa que las personas tienen un acceso reducido a las pruebas y los tratamientos para las ITS. La clamidiosis, la gonorrea y la sífilis se curan con antibióticos, y un acceso generalizado a las pruebas y el tratamiento reduciría su propagación, según los CDC. La mayoría de los casos de ITS no se diagnostican ni tratan, lo que pone a las personas en riesgo de efectos de salud graves y potencialmente permanentes, como dolor crónico, esterilidad y un mayor riesgo de contraer el VIH. Además, las ITS cuestan al sistema de atención de la salud de Estados Unidos casi 16.000 millones de dólares al año, según el informe. Los jóvenes de 15 a 24 años y los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y los bisexuales tienen el mayor riesgo de ITS, y sigue habiendo aumentos en la sífilis entre los recién nacidos, según el informe. “Los resultados para la salud de la sífilis (pérdida del embarazo, mortinatos, ceguera o accidente cerebrovascular) pueden ser devastadores”, advirtió la Dra. Gail Bolan, directora de la División de Prevención de las ITS de los CDC. “El resurgimiento de la sífilis congénita y el creciente impacto de la sífilis entre los HSH y los bisexuales pone de relieve que muchos estadounidenses no están recibiendo los servicios preventivos que necesitan. Toda mujer embarazada debe recibir la prueba de la sífilis, y los HSH y bisexuales sexualmente activos deben ser evaluados para sífilis al menos una vez al año”, comentó Bolan.

ESTADOS UNIDOS: BROTES DE SALMONELOSIS AFECTAN A 48 ESTADOS Y CAUSAN UNOS 900 CASOS Y TRES MUERTES

7 de octubre de 2016 – Fuente: EFE
Más de 800 afectados y al menos tres muertes ha sido el saldo de ocho brotes de salmonelosis que afectaron en los últimos meses a 48 estados, de acuerdo con un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Las infecciones, vinculadas al contacto con aves de corral, como pollos, gallinas y patos, fueron causantes de 209 hospitalizaciones de los 895 casos registrados desde principios de este año. La infección por Salmonella fue señalada como la causante de la muerte de al menos uno de los casos registrados en Mississippi y dos más en Kentucky y New Jersey que tenían la infección, aunque esta no fue establecida como la causa de muerte. Los CDC advirtieron que pese a que estas aves de corral se vean saludables y limpias, cualquier ave viva puede transmitir esta bacteria. Las autoridades sanitarias advirtieron que la creciente tendencia a criar este tipo de animales en los hogares de Estados Unidos debe venir acompañada de ciertas medidas de higiene para evitar la propagación de Salmonella. Los CDC recomiendan lavarse las manos cada vez que se esté en contacto con estos animales o la zona en la que viven, así como no dejar que estos ingresen a la vivienda, en especial en áreas adonde se preparan alimentos. Las autoridades advirtieron además evitar que niños menores de cinco años estén en contacto directo con estos animales debido a que tienen mayor riesgo de contagiarse y de padecer complicaciones. El 28% de los casos registrados durante el período del brote, entre el 4 de enero y el 10 de septiembre, eran niños menores de 5 años. Salmonella, que provoca diarrea, dolores abdominales y fiebre, es la principal causa de intoxicación por alimentos en Estados Unidos y se evita cocinado los alimentos y mediante la pasteurización.

ESTADOS UNIDOS: AVANZA EL FLAGELO DE LAS ‘SÚPER BACTERIAS’, Y LAS CIFRAS SE DISPARAN

10 de septiembre de 2016 – Fuente: Reuters
Josiah Cooper-Pope, un bebé que nació 15 semanas antes de la fecha prevista, logró superar bien sus primeros 10 días de vida en la unidad de cuidados neonatales de un hospital de Estados Unidos. Pero, de repente, su pequeño cuerpo comenzó a inflamarse tanto que su piel se abrió. Su madre, Shala Bowser, dijo que las enfermeras del Hospital Chippenham en Richmond, Virginia, le dijeron que Josiah tenía una infección y que debía prepararse para lo peor. El 2 de septiembre del 2010, el bebé de 17 días murió. Lo que nadie le dijo a Bowser en el hospital fue que su hijo era el cuarto bebé en la unidad de neonatología que contrajo la misma infección: Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM). Según los registros, la bacteria infectó a otros ocho pacientes –casi todos los bebés de la unidad–, antes de que se declarara el brote. Cuando Bowser fue al hospital a obtener una copia del certificado de defunción de Josiah, leyó en la línea de causa de muerte: “Sepsis debido a (o como consecuencia de): Prematuridad”. Si bien la sepsis es una complicación de una infección, en ningún lugar del certificado se mencionaba al SARM.
“Me duele el corazón. Vi lo que esto le hizo a mi bebé, y ellos luego sólo tiraron un puñado de palabras sobre el certificado de muerte”, dijo Bowser llorando. Según los certificados, Emma Grace Breaux, de 3 años, murió por complicaciones de una gripe; Joshua Nahum, de 27, falleció por complicaciones ligadas a un accidente de paracaidismo; y Dan Greulich, de 64, murió por una arritmia cardíaca después de un trasplante combinado de hígado y riñón. Pero los registros médicos muestran que en cada uno de esos casos, y en otros, la muerte fue resultado de una infección con una bacteria resistente a la medicación que los pacientes contrajeron mientras eran atendidos en hospitales. Sus certificados de defunción omiten cualquier mención a infecciones. Quince años después de que el Gobierno estadounidense declaró a las infecciones resistentes a los antibióticos como una amenaza grave para la salud pública, una investigación reveló que las muertes ligadas a estas infecciones quedan ocultas e impiden que la nación pueda luchar contra un flagelo que cobra un alto precio en vidas humanas.
“Necesitas saber”
Decenas de miles de muertes por infecciones resistentes a los antibióticos –así como muchos más casos en los cuales los pacientes enferman pero no mueren– no se contabilizan adecuadamente porque las agencias federales y estatales están haciendo un trabajo muy pobre al respecto. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y otras agencias sanitarias oficiales de Estados Unidos carecen de los recursos políticos, legales y financieros para imponer controles rigurosos. Como resultado, pasan por alto a personas como Natalie Silva de El Paso, en Texas, quien contrajo SARM tras dar a luz y murió de complicaciones relacionadas con la infección casi un año después, a los 23 años. Las hermanas de Silva lucharon hasta conseguir que el hospital mencionara al SARM en su certificado de defunción. Aun así, su muerte no entró en las estadísticas: ni el Departamento de Salud de Texas ni los CDC llevan un registro de los decesos por infecciones resistentes a los antibióticos. Derrotar una enfermedad infecciosa peligrosa requiere de una contabilidad precisa de dónde y cuándo ocurren las muertes y quiénes corren más riesgo, algo que Estados Unidos aprendió en su lucha contra el VIH/sida. Eso permite a las agencias de salud colocar con celeridad el dinero y el personal donde se necesita. Pero el país aún no ha dado los pasos más simples que se necesitan para monitorizar las infecciones resistentes a los medicamentos. “Necesitas saber qué tanta gente está muriendo de una enfermedad”, dijo Ramanan Laxminarayan, director del Centro para la Dinámica, Economía y Política sobre Enfermedades (CDDEP), una organización con sede en Washington y New Delhi. “Para bien o para mal, es una señal de qué tan grave es”. Las infecciones resistentes a los fármacos no se incluyen en los certificados de defunción por varias razones: los médicos y otros profesionales tienen poca instrucción sobre cómo llenar los formularios, algunos no quieren esperar los muchos días que puede llevar la confirmación de laboratorio, y la infección puede quedar solapada por algún otro padecimiento grave. Además, hay un poderoso incentivo para no mencionar las infecciones adquiridas en el hospital: registrar esas muertes documenta las fallas propias. Reconocer esas infecciones puede generar juicios contra los centros y profesionales médicos, dañar sus relaciones públicas y causar pérdidas de reembolsos de las compañías de seguro. Los doctores y otros profesionales de la salud también simplemente pueden no saber la importancia de llevar un registro de las infecciones. Sandy Tarant, el médico que firmó el certificado de defunción de Josiah Cooper-Pope, dijo que pensó que “no importaba” si citaba la infección con SARM. Desde el punto de vista legal, está en lo correcto. La mayoría de los estados no piden que los médicos precisen si el SARM fue un factor en el deceso. Washington e Illinois son las excepciones.
“Pintura impresionista”
Ni siquiera los CDC tienen una aproximación certera de la magnitud del problema. La agencia estima que 23.000 personas mueren cada año de 17 tipos de infecciones resistentes a los fármacos y que otras 15.000 fallecen por Clostridium difficile, una bacteria ligada al uso prolongado de antibióticos. Las cifras aparecen usualmente en las noticias y en publicaciones académicas, pero son más que nada conjeturas. Al analizar los cálculos de los CDC, se halló que las estimaciones se basan en pocos reportes efectivos de muertes por infecciones resistentes a los medicamentos. La agencia depende en gran medida de pequeñas muestras de infecciones y muertes recabadas en no más de 10 estados en un año, el 2011. Y la mayoría no incluye lugares muy poblados como Florida, Texas, la ciudad de New York y el sur de California. Los CDC extrapolan de esas pequeñas muestras la mayoría de sus estimaciones para el país, lo que genera tanta incertidumbre estadística como para que las cifras sean inservibles para propósitos como combatir una crisis de salud pública persistente. Al describir las estimaciones, incluso los funcionarios de los CDC usan expresiones como “aproximaciones” y “algo de luz en la oscuridad”. Michael Craig, asesor de los CDC para la coordinación y estrategia contra la resistencia a los antibióticos, dijo que la agencia ha sido presionada por el Congreso y la prensa para ofrecer “el número total”, que es más “una pintura impresionista que algo de naturaleza más técnica”. Funcionarios de los CDC manifestaron que el reporte de estimaciones de 2013 se publicó “pese a sus limitaciones, por la gran preocupación sobre la gravedad de la amenaza”. La agencia dijo que está trabajando para mejorar sus cálculos. Diferencias en los números Ante la falta de un sistema de control nacional unificado, el costo de la supervisión de las infecciones resistentes a la medicación y las muertes ligadas a ellas recae sobre cada estado. Un sondeo a los departamentos de salud de los 50 estados y el Distrito de Columbia halló grandes variaciones en cómo registran las siete principales infecciones por ‘súper bacterias’, si es que lo hacen. Sólo 17 estados requieren la notificación de infecciones por C. difficile, por ejemplo, mientras que 26 y Washington DC exigen el reporte de SARM. Menos de la mitad de los estados pide que se informen las infecciones por enterobacterias resistentes a los carbapenemes (ERC), una familia de patógenos a los que los CDC califican como una “amenaza urgente” y que cobró notoriedad cuando más de 200 personas enfermaron por contaminación hospitalaria en 2012-2015. En tanto, 24 de los estados y el Distrito de Columbia –una zona que nuclea a tres de cada cinco estadounidenses– dijeron que no tienen cálculos regulares de muertes por infecciones resistentes a los antibióticos. En cambio, los 50 estados piden reportes de muertes por sida y los decesos por hepatitis C y tuberculosis también son muy monitorizados. En el sondeo, los estados reportaron un total de alrededor de 3.300 muertes por infecciones resistentes a los medicamentos entre 2003 y 2014. Pero esa es una pequeñísima fracción de la cifra real. Un análisis de los certificados de defunción reveló que a nivel nacional las infecciones resistentes a los fármacos eran mencionadas como causa parcial o absoluta de la muerte de más de 180.000 personas durante el mismo período. Para realizar el análisis, se trabajó con la División de Estadísticas Vitales de los CDC para buscar transcripciones textuales de los certificados de muerte e identificar los casos relevantes. Los números del análisis también indican que el problema está empeorando a nivel nacional ya que la cantidad de muertes por infecciones resistentes a los medicamentos se duplicó desde 8.600 en 2003 a alrededor de 16.700 en 2014. Parte del aumento podría deberse a una mayor concienciación de los médicos. Los certificados de muerte no son una medición perfecta. Pero aunque puede haber errores, contienen indicios. Por eso, grupos de defensa de pacientes pidieron a los CDC en 2011 que sumen una pregunta sobre infecciones adquiridas en el hospital a su certificado de defunción estándar, usado por muchos estados. El director de los CDC, el Dr. Thomas R. Frieden, escribió que iba a evaluar incluir el pedido en los debates del siguiente encuentro en el que la agencia revisara el tema, pero que no había planes de ningún cambio “en el futuro cercano”. En un comunicado, Frieden dijo: “Si bien los certificados de defunción brindan información útil, la triste realidad es que no proveen información clínica detallada”.
Lucha por la vanguardia
Las bacterias resistentes a los antibióticos fueron descubiertas casi junto con los propios antibióticos. Alexander Fleming creó en 1928 la penicilina, el primer antibiótico moderno, y con él se salvaron millones de vidas que pocos años antes hubieran sido fatales. Para 1940, expertos ya reportaban bacterias que habían desarrollado resistencia al fármaco. La ciencia moderna quedó entonces sumida en una lucha por la vanguardia con el mundo de las bacterias. Mientras los investigadores desarrollaban una nueva clase de fármacos para reemplazar a aquellos que se volvían ineficaces, pronto las bacterias volvían a mostrar resistencia a la nueva medicación. El problema empeoró con la prescripción excesiva de antibióticos y su uso en animales de granja. En 1990 las infecciones resistentes a los medicamentos ya habían alcanzado proporciones críticas. Paradójicamente, los avances en la medicina han sido un gran motivo por el cual la epidemia empeoró. Actualmente más personas que nunca viven con sistemas inmunes débiles, como los bebés prematuros, los ancianos, las personas con cáncer, con VIH y otras enfermedades que antes eran letales y ahora suelen ser condiciones crónicas. Es por eso también que las ‘súper bacterias’ suelen aparecer en hospitales, hogares de cuidado y otras instalaciones sanitarias, todos lugares donde las poblaciones susceptibles están concentradas. En 2001, un grupo liderado por los CDC, la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos declaró las infecciones resistentes a los antibióticos como una grave amenaza a la salud pública y lanzó un plan de acción para abordar el problema. Las recomendaciones del grupo incluyen crear un plan de supervisión nacional y acelerar el desarrollo de nuevos antibióticos. Pero aún hoy cuesta que los profesionales tomen medidas preventivas tan básicas para el control de infecciones como el lavado de manos. Desde 1987 no se ha aprobado ninguna clase nueva de antibióticos para uso médico.

¿CUÁL SERÁ LA SIGUIENTE FIEBRE ZIKA?

18 de octubre de 2016 – Fuente: Scientific American

Los detectives de enfermedades están al acecho en busca de virus desconocidos que puedan ser transmitidos a las personas por insectos viajeros, convirtiéndose rápidamente en un problema generalizado. Los artículos científicos están llenos de enfermedades a las que vigilar. Ahora, cuatro virus en particular son los que más preocupan a virólogos y epidemiólogos, aunque no es seguro que cualquiera de los males vaya a convertirse en la próxima fiebre zika o la fiebre del Nilo Occidental. Pero los investigadores dan varias razones para mantener una estrecha vigilancia de este cuarteto.
Virus Mayaro
“Durante 10 años he estado pensando que el virus Mayaro está a punto de intensificarse en los seres humanos y ser transmisible de manera eficiente por el mosquito Aedes aegypti”, dice Scott Weaver, un virólogo de la Medical Branch de la Universidad de Texas, en Galveston. El virus Mayaro causa una enfermedad clínicamente indistinguible de la que produce el virus Chikungunya, transmitido por mosquitos: fiebre, escalofríos, erupciones cutáneas y el característico dolor en las articulaciones que puede durar más de un año. Sin embargo, sí importa cuál de estos virus circula por su cuerpo. Una vez haya vacunas contra los virus Mayaro y Chikungunya, y medicamentos para su tratamiento (hasta ahora no hay ninguno), es probable que sean específicas para cada virus. Las similitudes con el Chikungunya son también la razón por la que Mayaro podría convertirse en un problema muy extendido. Ambos fueron originalmente transmitidos por mosquitos selváticos, infectando a gente en lugares como la Amazonía. Sin embargo, Chikungunya ya se ha adaptado para ser transmitido por mosquitos urbanos, tales como Aedes aegypti o Ae. albopictus –desde septiembre de 2016 tan solo en el continente americano, hubo más de 100.000 casos confirmados de la enfermedad–. Tales adaptaciones también pueden estar ocurriendo con Mayaro. En experimentos de laboratorio, Ae. aegypti y Ae. albopictus han mostrado ser vectores potenciales de Mayaro. Además, en los últimos años hubo casos en grandes ciudades brasileñas –lejos de los bosques–. En septiembre de 2016 se detectó el virus en Haití, lo que sugiere posibles adaptaciones a un ciclo urbano. “Podría ser que se introdujo la cepa adecuada en esa área o podría ser que el virus haya mutado para facilitar la transmisión urbana”, dice Weaver.
Virus de la fiebre del Valle del Rift
Para la mayoría de la gente, la fiebre del Valle del Rift significa una simple enfermedad con fiebre y escalofríos. Sin embargo, en algunos casos puede progresar a una enfermedad hemorrágica, acompañada de sangrado anormal o a la inflamación del cerebro. La mitad de los casos hemorrágicos de la fiebre del Valle del Rift son fatales y no hay ningún tratamiento. Desde su descubrimiento en Kenia a principios del siglo XX, el virus de la fiebre Valle del Rift se ha limitado a África. Pero en 2000 abandonó el continente, llegando a la península arábiga. Para el año 2014 se habían producido numerosos brotes causando decenas de miles de casos humanos y millones de muertes de ganado. En los últimos años más personas han acabado padeciendo la enfermedad hemorrágica (10% frente al 1% de observaciones tempranas). “Aún no se sabe si el virus está mutando para ser más virulento o, más probablemente, solo somos mucho mejores en la detección de infecciones graves en África”, dice Brian Bird, un virólogo de la Escuela de Medicina Veterinaria del Instituto de Salud de Davis, de la Universidad de California. El problema con la fiebre del Valle del Rift es que puede ser transmitida por más de 30 especies de mosquitos, 19 de ellas nativas de América del Norte. Tanto los animales salvajes como los domésticos pueden servir como reservorio de la enfermedad. “La disponibilidad de animales inmunológicamente vírgenes para perpetuar la enfermedad en América del Norte o en Europa es preocupante. Si consiguiera venir aquí, los efectos sobre la salud y la economía animal serían profundos”, dice Bird. Una forma probable mediante la que la fiebre del Valle del Rift podría llegar a Estados Unidos sería a través de los mosquitos portadores de virus en los aviones o barcos. Por suerte, el trabajo en la vacuna está bastante avanzado.
Virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es transmitida por garrapatas, lo cual es una buena noticia ya que las infecciones transmitidas por garrapatas suelen propagarse más lentamente que aquellas transmitidas por mosquitos. La mala noticia es que la fiebre de Crimea-Congo tiene tasas de mortalidad de hasta 40%. Identificado en 1944, el virus ya ha conseguido viajar desde África hasta China. En los últimos años la propagación del virus parece haberse acelerado: en 2002 llegó a Turquía, infectando 10.000 personas en 2015; en 2011 el virus llegó a India; y en septiembre de 2016 se registraron los dos primeros casos en España. Una persona murió. “Es muy difícil decir si eso fue una introducción única del virus o un indicador de cambios en el ambiente que permiten que el virus se propague a esta zona de Europa”, dice Bird. Además de sangrado desde casi cualquier parte del cuerpo, la enfermedad puede causar sarpullido y fiebre. La droga antiviral ribavirina se ha utilizado para tratar la fiebre de Crimea-Congo, pero no es muy eficaz. El virus es transmitido por las garrapatas, en su mayoría del género Hyalomma, que con el cambio climático se están arrastrando a nuevos territorios. Ya han sido encontradas tan al norte como Alemania (en 2015) y hasta en Gran Bretaña, viajando junto a aves migratorias. Sigue siendo desconocido si hay garrapatas que puedan transmitir el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en América del Norte.
Virus Usutu
“Después de un verano inusualmente cálido en Europa estamos frente a un brote sin precedentes de infecciones por el virus Usutu entre las aves de Alemania, con muertes masivas, y colegas de Francia, Bélgica, Hungría, y los Países Bajos también están reportando fenómenos similares. Eso es nuevo: los brotes previos de infección por virus Usutu siempre estaban limitados geográficamente”, dice Daniel Cadar, virólogo en el Instituto de Medicina Tropical Bernhard-Nocht de Hamburg. Usutu, un virus aviario transmitido por mosquitos Culex, causa una enfermedad que es una copia de la fiebre del Nilo Occidental: dolores de cabeza, fiebre, problemas neurológicos. Pero hasta ahora, la mayoría de las infecciones por virus Usutu en seres humanos terminan sin síntomas. Un estudio detectó que más de 6% de los italianos en los alrededores de Módena han sido infectados recientemente con el virus sin saberlo. Es más probable que los síntomas graves ocurran en personas con un sistema inmune comprometido, como se informó en 2013 en Croacia, en solo tres casos. Sin embargo, Weaver dice que no debemos subestimar esta infección. “El virus Usutu no está lejos de donde estaba la fiebre del Nilo Occidental hace 20 años. Hubo algunos pequeños brotes en el este de Europa, pero en su mayor parte la gente pensó que no era un patógeno grave. Como Usutu es un virus aviar, podría fácilmente circular por diferentes partes del mundo, igual que el virus del Nilo Occidental”, advierte. Y el cambio climático podría significar más aves infectadas, y también, un mayor potencial del contacto del virus con humanos.

ÁFRICA OCCIDENTAL: EL VIRUS DEL ÉBOLA MUTÓ PARA HACERSE MÁS INFECCIOSO

3 de noviembre de 2016 – Fuente: Cell
Unas mutaciones del virus del Ébola mejoraron su capacidad de infectar a las personas durante la epidemia de 2013-2016 en África Occidental, señalan dos equipos independientes de investigadores. Cuando la epidemia terminó, más de 28.000 personas se habían infectado y más de 11.000 habían muerto. Los autores de los estudios deseaban determinar si hubo cambios genéticos en el virus del Ébola en repuesta a la infección en una cantidad tan grande de personas. “Se cree que el virus del Ébola circula en una población animal desconocida y solo cruza a la gente raras veces. Cuando el virus cruza, el efecto ha sido devastador en las personas infectadas. Hasta hace poco, los brotes de la enfermedad en humanos han durado poco, y el virus ha tenido pocas oportunidades de adaptarse genéticamente al anfitrión humano”, señaló el Dr. Jeremy Luban, coautor de uno de los estudios y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Los equipos de investigación dijeron que encontraron mutaciones que aumentan la capacidad del virus del Ébola de infectar a los humanos y a otros primates. Es posible que esas mutaciones aumentaran la propagación del virus durante la epidemia. “Si se introduce un virus en un anfitrión nuevo, como los humanos, tal vez tenga que adaptarse para infectar y propagarse mejor en ese anfitrión”, señaló Jonathan Ball, coautor del otro estudio y virólogo de la Universidad de Nottingham, en Inglaterra. Una mutación en particular surgió a principios de la epidemia, justo cuando hubo un gran aumento en la cantidad de casos, y se convirtió rápidamente en el tipo dominante del virus que circulaba en el brote, dijeron los científicos. Los dos equipos de investigación intentan ahora averiguar más sobre cómo esas nuevas mutaciones hacen que el virus del Ébola sea más infeccioso para las personas. “Es importante comprender cómo esos virus evolucionan durante los brotes. Al hacerlo, estaremos mejor preparados si esos virus pasan a los humanos en el futuro”, dijo Luban.