10 de agosto de 2017 – Fuente: EFE
Yemen acumula ya más de 480.000 casos sospechosos de cólera y casi 2.000 fallecidos por esta y otras enfermedades diarreicas vinculadas, según anunció hoy la Organización de Naciones Unidas (ONU). Solo una de las 22 provincias del país se ha librado hasta ahora del brote, explicó Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU. Según la organización, el número de nuevos casos se ha reducido en las últimas semanas, pero podría volver a aumentar con la llegada de la temporada de lluvias al país. En medio de un duro conflicto, los trabajadores del sector sanitario en Yemen llevan casi un año sin cobrar sus salarios y 8,8 millones de personas viven en zonas sin suficientes centros médicos, recordó Dujarric. La ONU y sus asociados han puesto en marcha más de 200 centros para el tratamiento de cólera y la organización inició la semana pasada vuelos entre Yibuti y Sana’a para llevar suministros contra la enfermedad al país. El portavoz alertó además de que, por ahora, la ONU ha recibido de los donantes menos de la mitad de los 254 millones de dólares que solicitó para responder al cólera en Yemen. Yemen vive una guerra desde finales de 2014 entre los rebeldes hutíes, de credo chií, y las fuerzas leales al presidente Abd al-Rahman Rabbuh al-Mansur al-Hadi, cuyo Gobierno se trasladó a Adén después de que los insurgentes se hicieran con el control de la capital en los primeros meses de la contienda. Fruto del conflicto, el país es escenario de la hambruna más grave del mundo, que amenaza a 17 millones de personas.
jueves, 31 de agosto de 2017
ESTADOS UNIDOS: BROTE MULTIESTATAL DE SALMONELOSIS VINCULADO CON AVES DE CORRAL
13 de julio de 2017 – Fuente: Centers for Disease Control and Prevention (Estados Unidos)
Un brote nacional extendido de salmonelosis fue reportado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en las últimas semanas. No se han registrado muertes, pero 174 personas fueron hospitalizadas desde el 1 de junio.
Los CDC están investigando actualmente 10 brotes separados de infecciones por Salmonella vinculados con aves de corral, como polluelos y patos, de múltiples criaderos. Las cepas del brote ya han infectado a 790 en 48 estados y el distrito de Columbia.
En las entrevistas realizadas, el 74% de 553 personas infectadas informaron haber tenido contacto con aves de corral vivas en la semana anterior a la enfermedad.
Precaución con las aves de corral
Es importante saber que las aves de corral vivas podrían tener bacterias Salmonella en sus excrementos o en sus cuerpos (plumas, patas y picos), incluso cuando parecen estar sanas y limpias. Las bacterias pueden estar en jaulas, gallineros, recipientes de alimentos y de agua, heno, plantas y el suelo del área donde las aves viven y merodean. Y las bacterias pueden pasar a las manos, el calzado y la ropa de las personas que manipulan las aves.
Las personas pueden infectarse con las bacterias Salmonella cuando se tocan la boca con las manos u otros objetos que estuvieron en contacto con aves de corral vivas. Por eso, es fundamental lavarse siempre las manos con rodean.
Los adultos deben supervisar el lavado de manos de los niños y no dejar que las aves de corral entren a la casa. Tampoco se debe permitir que los niños menores de 5 años, los adultos mayores de 65 años y las personas con un sistema inmunitario debilitado manipulen o toquen pollitos, patitos u otras aves de corral vivas.
Además, hay que evitar besar o abrazar a las aves y luego tocarse la boca.
Síntomas
De acuerdo con los CDC, la salmonelosis afecta a 1.400.000 personas cada año en Estados Unidos por transmisión alimentaria, con 19.000 hospitalizaciones y 380 muertes.
La mayoría de las personas con salmonelosis presenta diarrea, dolor abdominal y fiebre entre 8 a 72 horas después de comer el alimento contaminado, y los síntomas duran de 4 a 7 días.
Aunque la mayoría de los que enferman se recuperan en una semana, algunos pueden tener diarrea grave y es probable que deban ser hospitalizados.
Si la infección bacteriana entra en el torrente sanguíneo, las personas pueden morir si no reciben tratamiento inmediato con antibióticos.
Un brote nacional extendido de salmonelosis fue reportado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en las últimas semanas. No se han registrado muertes, pero 174 personas fueron hospitalizadas desde el 1 de junio.
Los CDC están investigando actualmente 10 brotes separados de infecciones por Salmonella vinculados con aves de corral, como polluelos y patos, de múltiples criaderos. Las cepas del brote ya han infectado a 790 en 48 estados y el distrito de Columbia.
En las entrevistas realizadas, el 74% de 553 personas infectadas informaron haber tenido contacto con aves de corral vivas en la semana anterior a la enfermedad.
Precaución con las aves de corral
Es importante saber que las aves de corral vivas podrían tener bacterias Salmonella en sus excrementos o en sus cuerpos (plumas, patas y picos), incluso cuando parecen estar sanas y limpias. Las bacterias pueden estar en jaulas, gallineros, recipientes de alimentos y de agua, heno, plantas y el suelo del área donde las aves viven y merodean. Y las bacterias pueden pasar a las manos, el calzado y la ropa de las personas que manipulan las aves.
Las personas pueden infectarse con las bacterias Salmonella cuando se tocan la boca con las manos u otros objetos que estuvieron en contacto con aves de corral vivas. Por eso, es fundamental lavarse siempre las manos con rodean.
Los adultos deben supervisar el lavado de manos de los niños y no dejar que las aves de corral entren a la casa. Tampoco se debe permitir que los niños menores de 5 años, los adultos mayores de 65 años y las personas con un sistema inmunitario debilitado manipulen o toquen pollitos, patitos u otras aves de corral vivas.
Además, hay que evitar besar o abrazar a las aves y luego tocarse la boca.
Síntomas
De acuerdo con los CDC, la salmonelosis afecta a 1.400.000 personas cada año en Estados Unidos por transmisión alimentaria, con 19.000 hospitalizaciones y 380 muertes.
La mayoría de las personas con salmonelosis presenta diarrea, dolor abdominal y fiebre entre 8 a 72 horas después de comer el alimento contaminado, y los síntomas duran de 4 a 7 días.
Aunque la mayoría de los que enferman se recuperan en una semana, algunos pueden tener diarrea grave y es probable que deban ser hospitalizados.
Si la infección bacteriana entra en el torrente sanguíneo, las personas pueden morir si no reciben tratamiento inmediato con antibióticos.
COSTA DE MARFIL: ALARMA POR UNA VARIANTE DE BACILLUS CEREUS QUE ESTÁ EXTERMINANDO A LOS CHIMPANCÉS
2 de agosto de 2017 – Fuente: El País (España)
Una nueva cepa bacteriana, responsable de una enfermedad letal similar al carbunco, está arrasando a los chimpancés (Pan troglodytes) y a otras especies del Parque Nacional de Taï, una selva virgen de Costa de Marfil catalogada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El patógeno, identificado en 2004, es responsable de casi 40% de las muertes animales estudiadas en esta zona protegida en las últimas tres décadas. En el caso de los chimpancés, el porcentaje supera el 56%, según un nuevo estudio encabezado por el investigador alemán Fabian Leendertz, curtido en pestes como la de la enfermedad por el virus del Ébola. El nuevo patógeno, Bacillus cereus biovar anthracis, es más que una seria amenaza para la vida salvaje en el lugar. El grupo de Leendertz recuerda que, hasta la fecha, el riesgo de que una persona se infecte de carbunco en la selva se ha considerado muy bajo, pero los científicos han desplegado un equipo en el parque nacional para evaluar el impacto en la población humana local. “No es una misión sencilla, porque la capacidad para hacer diagnósticos en esas áreas remotas es escasa”, subraya Leendertz, investigador del Instituto ‘Dr. Robert Koch’, con sede en Berlín. La cepa bacteriana ha encendido las alarmas. El 14 de octubre de 2016, Estados Unidos catalogó a Bacillus cereus biovar anthracis como potencial amenaza para la seguridad y la salud pública. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del país norteamericano alertaron de que la nueva cepa tiene todos los determinantes de virulencia y potencial de amenaza de Bacillus anthracis, la bacteria tradicional cuyas esporas se emplearon como arma bioterrorista en Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Estas esporas, inhaladas, pueden disparar en una persona o en un animal una crisis respiratoria que provoque su muerte fulminante. El chimpancé occidental (Pan troglodytes verus), considerado en peligro crítico de extinción, es la subespecie de chimpancé común típica del oeste de África y se extiende desde Senegal hasta Ghana. Se calcula que solo quedan 35.000 ejemplares, acorralados por la expansión del ser humano. En muchos países africanos los bosques se están transformando rápidamente en campos agrícolas de aceite de palma o caña de azúcar. En Costa de Marfil, la población de chimpancés ha disminuido 90% en menos de dos décadas, en parte por los brotes de carbunco, según los datos del Instituto Max Planck alemán. “El carbunco no es muy infeccioso y se puede tratar con antibióticos o recibir una vacuna”, tranquiliza Leendertz. El carbunco habitual suele afectar al ganado y a trabajadores en contacto con animales. La enfermedad aparece en todo el mundo y Leendertz recuerda que incluso en Europa hay zonas afectadas por esporas de la bacteria. El ganado se puede infectar al ingerir vegetación contaminada. Además de en el Parque Nacional de Taï, Bacillus cereus biovar anthracis ha provocado la muerte de chimpancés, gorilas y elefantes en Camerún y en República Centroafricana. Sin embargo, la letalidad de la cepa es muchísimo más alta en el paraje de Costa de Marfil, según detallan los investigadores. Los científicos todavía ignoran la razón, aunque Leendertz maneja la hipótesis de que las desconocidas vías de infección cambian en función del lugar y de la especie animal. “Lo que estamos observando es la naturaleza. Me puedo imaginar que también en otras áreas de las selvas de África Central y Occidental existirán epidemias activas similares. Simplemente no lo sabemos porque no lo hemos estudiado”, advierte el investigador alemán. Al ritmo actual, Leendertz y su equipo pronostican que el carbunco extinguirá a los centenares de chimpancés del Parque Nacional de Taï antes de 150 años. El brote en Costa de Marfil ha puesto en guardia a otras regiones, como Dzanga Sangha, una zona protegida de República Centroafricana dirigida por el biólogo español Luis Arranz. El patógeno se detectó allí en 2012 en cuatro especies diferentes: un gorila, un chimpancé, un elefante y un pequeño antílope. “Desde entonces tenemos aquí la presencia permanente de un veterinario que hace análisis cada vez que encontramos un animal, el que sea, muerto”, explica Arranz. La bacteria, de momento, no ha vuelto a aparecer por allí.
Una nueva cepa bacteriana, responsable de una enfermedad letal similar al carbunco, está arrasando a los chimpancés (Pan troglodytes) y a otras especies del Parque Nacional de Taï, una selva virgen de Costa de Marfil catalogada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El patógeno, identificado en 2004, es responsable de casi 40% de las muertes animales estudiadas en esta zona protegida en las últimas tres décadas. En el caso de los chimpancés, el porcentaje supera el 56%, según un nuevo estudio encabezado por el investigador alemán Fabian Leendertz, curtido en pestes como la de la enfermedad por el virus del Ébola. El nuevo patógeno, Bacillus cereus biovar anthracis, es más que una seria amenaza para la vida salvaje en el lugar. El grupo de Leendertz recuerda que, hasta la fecha, el riesgo de que una persona se infecte de carbunco en la selva se ha considerado muy bajo, pero los científicos han desplegado un equipo en el parque nacional para evaluar el impacto en la población humana local. “No es una misión sencilla, porque la capacidad para hacer diagnósticos en esas áreas remotas es escasa”, subraya Leendertz, investigador del Instituto ‘Dr. Robert Koch’, con sede en Berlín. La cepa bacteriana ha encendido las alarmas. El 14 de octubre de 2016, Estados Unidos catalogó a Bacillus cereus biovar anthracis como potencial amenaza para la seguridad y la salud pública. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del país norteamericano alertaron de que la nueva cepa tiene todos los determinantes de virulencia y potencial de amenaza de Bacillus anthracis, la bacteria tradicional cuyas esporas se emplearon como arma bioterrorista en Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Estas esporas, inhaladas, pueden disparar en una persona o en un animal una crisis respiratoria que provoque su muerte fulminante. El chimpancé occidental (Pan troglodytes verus), considerado en peligro crítico de extinción, es la subespecie de chimpancé común típica del oeste de África y se extiende desde Senegal hasta Ghana. Se calcula que solo quedan 35.000 ejemplares, acorralados por la expansión del ser humano. En muchos países africanos los bosques se están transformando rápidamente en campos agrícolas de aceite de palma o caña de azúcar. En Costa de Marfil, la población de chimpancés ha disminuido 90% en menos de dos décadas, en parte por los brotes de carbunco, según los datos del Instituto Max Planck alemán. “El carbunco no es muy infeccioso y se puede tratar con antibióticos o recibir una vacuna”, tranquiliza Leendertz. El carbunco habitual suele afectar al ganado y a trabajadores en contacto con animales. La enfermedad aparece en todo el mundo y Leendertz recuerda que incluso en Europa hay zonas afectadas por esporas de la bacteria. El ganado se puede infectar al ingerir vegetación contaminada. Además de en el Parque Nacional de Taï, Bacillus cereus biovar anthracis ha provocado la muerte de chimpancés, gorilas y elefantes en Camerún y en República Centroafricana. Sin embargo, la letalidad de la cepa es muchísimo más alta en el paraje de Costa de Marfil, según detallan los investigadores. Los científicos todavía ignoran la razón, aunque Leendertz maneja la hipótesis de que las desconocidas vías de infección cambian en función del lugar y de la especie animal. “Lo que estamos observando es la naturaleza. Me puedo imaginar que también en otras áreas de las selvas de África Central y Occidental existirán epidemias activas similares. Simplemente no lo sabemos porque no lo hemos estudiado”, advierte el investigador alemán. Al ritmo actual, Leendertz y su equipo pronostican que el carbunco extinguirá a los centenares de chimpancés del Parque Nacional de Taï antes de 150 años. El brote en Costa de Marfil ha puesto en guardia a otras regiones, como Dzanga Sangha, una zona protegida de República Centroafricana dirigida por el biólogo español Luis Arranz. El patógeno se detectó allí en 2012 en cuatro especies diferentes: un gorila, un chimpancé, un elefante y un pequeño antílope. “Desde entonces tenemos aquí la presencia permanente de un veterinario que hace análisis cada vez que encontramos un animal, el que sea, muerto”, explica Arranz. La bacteria, de momento, no ha vuelto a aparecer por allí.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
jueves, 17 de agosto de 2017
LAS PAREJAS QUE VIVEN JUNTAS COMPARTEN LAS BACTERIAS DE LA PIEL
Las similitudes permitieron a los investigadores identificar qué personas eran pareja el 86 por ciento de las veces
Traducido del inglés: jueves, 27 de julio, 2017
MIÉRCOLES, 26 de julio de 2017 (HealthDay News) -- Aunque a menudo se dice que las parejas empiezan a parecerse con el tiempo, una nueva investigación sugiere que las bacterias que tienen en la piel podrían hacer lo mismo.
El estudio, de 20 parejas que vivían juntas, encontró que las parejas mostraron similitudes en el "microbioma" de su piel.
De hecho, esas similitudes eran lo suficientemente fuertes como para que un algoritmo de computadora pudiera identificar a las parejas el 86 por ciento de las veces, basándose solamente en el microbioma de la piel.
El "microbioma" se refiere a los billones de bacterias y otros microbios que habitan el cuerpo humano, dentro y por fuera. La piel está cubierta por una variedad de microbios, la mayoría de los cuales son inofensivos o beneficiosos.
Los investigadores apenas están empezando a comprender cómo afecta el microbioma de la piel a la salud, según el investigador principal del estudio, Josh Neufeld, profesor de biología en la Universidad de Waterloo, en Canadá.
Pero la "comunidad microbiana" de allí interactúa con el sistema inmunitario, y podría tener un impacto mayor en la salud de lo que se ha creído tradicionalmente, explicó Neufeld.
Así que, dijo, es importante comprender qué factores afectan a la configuración del microbioma de una persona.
Los nuevos hallazgos apuntan a la importancia del hogar.
Aunque el estudio se centró en las parejas, explicó Neufeld, pareció que el contacto con las mismas superficies en el hogar, en lugar del contacto del uno con el otro, fue clave.
Las parejas mostraron las mayores similitudes microbianas en sus pies, lo que tiene sentido, dijo Neufeld.
"Uno se ducha y anda descalzo por el baño, propagando los microbios", dijo.
Pero Neufeld también se apresuró a indicar que nada de esto es "repulsivo".
La diversidad del microbioma de una persona (en el intestino o en la piel) es saludable, dijo: las bacterias buenas mantienen a raya a las malas.
La falta de diversidad en la comunidad microbiana del intestino se ha asociado con un aumento del riesgo de ciertas afecciones relacionadas con el metabolismo y la función inmunológica, incluyendo la obesidad, la diabetes tipo 1 y el asma.
Se ha investigado menos sobre el microbioma de la piel, dijo el Dr. Adam Friedman, profesor asociado de dermatología en la Universidad George Washington de Washington, D.C.
Pero hay evidencias de que una falta de diversidad en los microbios de la piel podría contribuir al eczema, al acné y a la rosácea, dijo Friedman.
El hecho de las parejas compartan los microbios de la piel no es sorprendente, dijo Friedman.
Pero, añadió, "este [estudio] enfatiza la importancia del ambiente externo en la comunidad microbiana de nuestra piel".
Friedman se hizo eco de la idea de que "la diversidad es buena".
"Normalmente hablamos de las bacterias como si fueran malas", dijo. "Pero cuando todo está en armonía, no hay ni 'bueno' ni 'malo'. Cuando hay falta de diversidad, y esa armonía se resiente, tenemos un problema".
En el nuevo estudio, publicado recientemente en la revista mSystems, los investigadores canadienses analizaron las muestras de piel de cada participante recogidas de 17 lugares distintos del cuerpo.
En general, el estudio descubrió que las parejas presentaban similitudes en las bacterias de la piel... las suficientes como para poder identificarlos como parejas.
"Pero", dijo Neufeld, "no se trata de que uno se parece a su pareja. Uno se parece a sí mismo".
Y gran parte dependía de la parte específica de la piel: La mayor similitud la presentaron las bacterias de los pies de las parejas; las bacterias de la parte interna del muslo no se parecían en nada.
Al contrario, las mujeres se parecían más a otras mujeres en cuanto a las bacterias de ese lugar. Según Neufeld, eso probablemente sea un reflejo de los microbios vaginales.
El sexo biológico es un gran factor en la configuración de las bacterias de la piel, dijo Neufeld: Las mujeres parecen tener una mayor diversidad microbiana que los hombres, lo que, en parte, se debe a las diferencias en la acidez de la piel.
"Nuestros cuerpos y las sustancias que secretan ayudan a determinar qué bacterias sobreviven y prosperan", dijo Neufeld.
Muchos otros factores también influyen en el equilibrio microbiano de la piel, dijo Friedman. Incluyen factores que no podemos cambiar (la edad y la genética) y algunos que podemos controlar, como la exposición al sol, los jabones y los productos para la piel.
No está claro si tener microbios de sus familiares en su piel produce algún cambio concreto en su salud. Pero Neufeld dijo que no hay razón por la que tener miedo a compartir algunos microbios en casa.
"Si está en un aeropuerto, está claro que no debe andar descalzo", dijo. "Pero en casa, hágalo".
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Josh Neufeld, Ph.D., professor, biology, University of Waterloo, Ontario, Canada; Adam Friedman, M.D., associate professor, dermatology, George Washington University School of Medicine, Washington, D.C.; July 25, 2017, mSystems
HealthDay
Traducido del inglés: jueves, 27 de julio, 2017
MIÉRCOLES, 26 de julio de 2017 (HealthDay News) -- Aunque a menudo se dice que las parejas empiezan a parecerse con el tiempo, una nueva investigación sugiere que las bacterias que tienen en la piel podrían hacer lo mismo.
El estudio, de 20 parejas que vivían juntas, encontró que las parejas mostraron similitudes en el "microbioma" de su piel.
De hecho, esas similitudes eran lo suficientemente fuertes como para que un algoritmo de computadora pudiera identificar a las parejas el 86 por ciento de las veces, basándose solamente en el microbioma de la piel.
El "microbioma" se refiere a los billones de bacterias y otros microbios que habitan el cuerpo humano, dentro y por fuera. La piel está cubierta por una variedad de microbios, la mayoría de los cuales son inofensivos o beneficiosos.
Los investigadores apenas están empezando a comprender cómo afecta el microbioma de la piel a la salud, según el investigador principal del estudio, Josh Neufeld, profesor de biología en la Universidad de Waterloo, en Canadá.
Pero la "comunidad microbiana" de allí interactúa con el sistema inmunitario, y podría tener un impacto mayor en la salud de lo que se ha creído tradicionalmente, explicó Neufeld.
Así que, dijo, es importante comprender qué factores afectan a la configuración del microbioma de una persona.
Los nuevos hallazgos apuntan a la importancia del hogar.
Aunque el estudio se centró en las parejas, explicó Neufeld, pareció que el contacto con las mismas superficies en el hogar, en lugar del contacto del uno con el otro, fue clave.
Las parejas mostraron las mayores similitudes microbianas en sus pies, lo que tiene sentido, dijo Neufeld.
"Uno se ducha y anda descalzo por el baño, propagando los microbios", dijo.
Pero Neufeld también se apresuró a indicar que nada de esto es "repulsivo".
La diversidad del microbioma de una persona (en el intestino o en la piel) es saludable, dijo: las bacterias buenas mantienen a raya a las malas.
La falta de diversidad en la comunidad microbiana del intestino se ha asociado con un aumento del riesgo de ciertas afecciones relacionadas con el metabolismo y la función inmunológica, incluyendo la obesidad, la diabetes tipo 1 y el asma.
Se ha investigado menos sobre el microbioma de la piel, dijo el Dr. Adam Friedman, profesor asociado de dermatología en la Universidad George Washington de Washington, D.C.
Pero hay evidencias de que una falta de diversidad en los microbios de la piel podría contribuir al eczema, al acné y a la rosácea, dijo Friedman.
El hecho de las parejas compartan los microbios de la piel no es sorprendente, dijo Friedman.
Pero, añadió, "este [estudio] enfatiza la importancia del ambiente externo en la comunidad microbiana de nuestra piel".
Friedman se hizo eco de la idea de que "la diversidad es buena".
"Normalmente hablamos de las bacterias como si fueran malas", dijo. "Pero cuando todo está en armonía, no hay ni 'bueno' ni 'malo'. Cuando hay falta de diversidad, y esa armonía se resiente, tenemos un problema".
En el nuevo estudio, publicado recientemente en la revista mSystems, los investigadores canadienses analizaron las muestras de piel de cada participante recogidas de 17 lugares distintos del cuerpo.
En general, el estudio descubrió que las parejas presentaban similitudes en las bacterias de la piel... las suficientes como para poder identificarlos como parejas.
"Pero", dijo Neufeld, "no se trata de que uno se parece a su pareja. Uno se parece a sí mismo".
Y gran parte dependía de la parte específica de la piel: La mayor similitud la presentaron las bacterias de los pies de las parejas; las bacterias de la parte interna del muslo no se parecían en nada.
Al contrario, las mujeres se parecían más a otras mujeres en cuanto a las bacterias de ese lugar. Según Neufeld, eso probablemente sea un reflejo de los microbios vaginales.
El sexo biológico es un gran factor en la configuración de las bacterias de la piel, dijo Neufeld: Las mujeres parecen tener una mayor diversidad microbiana que los hombres, lo que, en parte, se debe a las diferencias en la acidez de la piel.
"Nuestros cuerpos y las sustancias que secretan ayudan a determinar qué bacterias sobreviven y prosperan", dijo Neufeld.
Muchos otros factores también influyen en el equilibrio microbiano de la piel, dijo Friedman. Incluyen factores que no podemos cambiar (la edad y la genética) y algunos que podemos controlar, como la exposición al sol, los jabones y los productos para la piel.
No está claro si tener microbios de sus familiares en su piel produce algún cambio concreto en su salud. Pero Neufeld dijo que no hay razón por la que tener miedo a compartir algunos microbios en casa.
"Si está en un aeropuerto, está claro que no debe andar descalzo", dijo. "Pero en casa, hágalo".
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Josh Neufeld, Ph.D., professor, biology, University of Waterloo, Ontario, Canada; Adam Friedman, M.D., associate professor, dermatology, George Washington University School of Medicine, Washington, D.C.; July 25, 2017, mSystems
HealthDay
FRENAR EL ABUSO DE LOS ANTIBIÓTICOS ANTES QUE SEA TARDE
22 de junio de 2017 – Fuente: Tecnología Sur Sur (Argentina)
“La resistencia antimicrobiana en Argentina es dramática. Cuando hace unos años se decía que íbamos a entrar en una era pos-antibiótica, en la que no tendríamos qué ofrecerles a nuestros pacientes, muchos pensaban que eran expresiones apocalípticas, pero eso ya llegó y tenemos situaciones en el país de brotes e infecciones por gérmenes multirresistentes, para los cuales no hay antibióticos disponibles”, sostuvo Francisco Manuel Nacinovich, jefe de Infectología del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), durante el XVII Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) que se desarrolló en la ciudad de Mar del Plata. De hecho, esta situación se ha convertido en una de las prioridades de salud pública para la Organización Mundial de la Salud (OMS). La búsqueda de estrategias para hacerle frente a esta problemática fue uno de los temas centrales que analizaron y debatieron los más de 2.000 médicos y profesionales que participaron del congreso de la SADI, que se realizó del 15 al 17 de junio. Allí, entre las diversas sesiones, se presentaron estudios sobre alternativas y combinaciones de antibióticos para tratar infecciones. También se destacó la importancia del monitoreo terapéutico de cada paciente, se presentaron avances en métodos de diagnóstico, medidas de control de infecciones y se debatió sobre la posibilidad de contar con nuevas medicinas en el corto plazo. “Todas las resistencias que se han reportado a nivel mundial ya están en la región, en uno u otro país”, dijo Valeska de Andrade Stempliuk, asesora regional para control de infecciones de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), que se dedica a la evaluación de los programas de prevención y control de las infecciones hospitalarias, implementación de los programas nacionales de control de infecciones y contención de brotes intrahospitalarios, y afirmó que, por eso “estamos capacitando, tanto a los laboratorios de microbiología como a los comités de control de infecciones, para que puedan vigilar y contener la diseminación de la resistencia a los antimicrobianos dentro de los hospitales una vez detectada”. Según Nacinovich, en Argentina, la posibilidad de que un paciente tenga un bacilo Gram-negativo multirresistente (que genera infecciones asociadas a procedimientos médicos, por el solo hecho de ingresar a un hospital y someterse a una cirugía o tener que usar un catéter o un respirador, por ejemplo) es de 12 cada 10.000 egresos hospitalarios, cifra que se incrementó 20% de 2014 a 2015, mientras que, en el Hemisferio Norte, por ejemplo, ese riesgo es de 6 cada 10.000. “Tenemos el doble y, en algunos lugares, incluso, 10 veces más que en Europa, de 54 cada 10.000”, advirtió el especialista. Y agregó que, para hacerle frente a esta situación, desde la SADI están trabajando en conjunto con otras instituciones, como ministerios, organismos regulatorios, universidades y otros actores del ámbito de la salud humana y animal. En Argentina, todos los años se hace el Estudio Nacional de Diagnóstico Institucional y Prevalencia de Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud (ENPIHA), que esta vez incluyó el Primer Estudio Nacional de Consumo de Antimicrobianos en Hospitales de Argentina, mediante el cual se relevaron 157 instituciones (públicas y privadas) de 22 provincias y un total de 11.593 pacientes, de los cuales 5.465 recibían antimicrobianos. Así, se determinó que el consumo de estas drogas resultó ser de 47,1% (53,2% en áreas críticas y 46,4% en no críticas). Del total, 96,2% eran antibióticos, 2,2% antifúngicos, 1,3% tuberculostáticos y 0,4% antivirales. “Encontramos un uso de antimicrobiano elevadísimo en áreas no críticas. Pensamos que iba a ser mayor en las infecciones asociadas al cuidado de la salud, pero fue mayor en infecciones como neumonías, del tracto urinario, de piel y partes blandas”, dijo la microbióloga Leonor Guerriero, del Programa Nacional de Epidemiología y Control de Infecciones Hospitalarias (VIHDA) en el Instituto Nacional de Epidemiología (INE) ‘Dr. Juan Héctor Jara’, de Mar del Plata. “Ese fue uno de los resultados que más nos llamó la atención porque suponíamos que en las unidades críticas habría mayor consumo de antibióticos, pero la diferencia no es estadísticamente significativa. Entonces, el problema no es de las unidades críticas, sino de toda la institución”, coincidió su colega Gonzalo Corral, también del VIHDA, del INE. Y destacó que también les sorprendió detectar que el consumo de antimicrobianos en el país es superior al de otras regiones como Europa, “adonde tienen alrededor del 30% de consumo en las instituciones de salud, mientras que nosotros tenemos casi 47%”. Las superbacterias Durante el congreso de la SADI se hizo referencia a que se espera que este año se introduzcan en el país al menos dos nuevas moléculas contra las denominadas superbacterias. Es decir, dos nuevos medicamentos. Y si bien esta es una buena noticia, no significa la solución del problema. Por el contario, “las nuevas drogas que van a aparecer son para un nicho en particular y ninguna de ellas será la panacea”, dijo Alejandra Corso, jefa del Servicio Antimicrobianos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) ‘Dr. Carlos Gregorio Malbrán’. “Las drogas no van a ser milagrosas y la única forma de salvarnos es tomar conciencia del problema”, agregó. Al respecto, Nacinovich, sostuvo que “es necesario trabajar en conjunto, ya que los antibióticos han aportado mucho a la medicina pero no son inocuos y pueden hacer daño si se usan mal. Es necesario tomar conciencia de que podemos quedarnos sin ellos”. Esto no significa dejar de utilizar antibióticos por completo, sino hacer un uso adecuado de los mismos, consumiéndolos solo cuando lo indique un médico, evitando así la automedicación. Las farmacias, en tanto, no deberían vender estos medicamentos sin prescripción médica, algo que incluso está regulado por ley. “La gente los compra sin receta y se automedica, pero no tiene idea de que el antimicrobiano le puede estar generando un germen resistente en su propio organismo y que ese antibiótico puede no servirle cuando lo tenga que volver a tomar”, advierte Nacinovich. Los factores que producen este incremento en la resistencia a los antimicrobianos pueden ser múltiples y el problema no solo responde al uso excesivo de antibióticos en los hospitales, sino también a su uso en animales. “El 80% de los antibióticos en el mundo se usan en la cría de animales, para la producción masiva de pollos, cerdos y peces”, dijo Mirta Roses Periago, ex directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante una de las charlas en el congreso de la SADI. Al respecto, Nacinovich dijo que “a partir de estudios se han encontrado gérmenes multirresistentes en alimentos que están en las góndolas. También en los animales de compañía: las mascotas pueden tener gérmenes multirresistentes hasta dos años antes de que se empiecen a manifestar infecciones en humanos, como ocurrió en Europa”. Argentina está abordando el problema de la resistencia antimicrobiana (incluyendo tanto a la salud humana como a la animal) a través de la Comisión Nacional para el Control de la Resistencia de los Antimicrobianos (CONACRA), en la que participan diversas instituciones como la ANLIS, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), el Servicio Nacional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), entre otros. “Muchos de los microorganismos que están en humanos vienen de animales y viceversa, y están también en el ambiente”, sostuvo Corso, y concluyó: “Eso significa que todos tenemos las mismas bacterias. Por eso, entre todos tenemos que preservar el medioambiente y limitar el consumo de antimicrobianos”.
“La resistencia antimicrobiana en Argentina es dramática. Cuando hace unos años se decía que íbamos a entrar en una era pos-antibiótica, en la que no tendríamos qué ofrecerles a nuestros pacientes, muchos pensaban que eran expresiones apocalípticas, pero eso ya llegó y tenemos situaciones en el país de brotes e infecciones por gérmenes multirresistentes, para los cuales no hay antibióticos disponibles”, sostuvo Francisco Manuel Nacinovich, jefe de Infectología del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), durante el XVII Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) que se desarrolló en la ciudad de Mar del Plata. De hecho, esta situación se ha convertido en una de las prioridades de salud pública para la Organización Mundial de la Salud (OMS). La búsqueda de estrategias para hacerle frente a esta problemática fue uno de los temas centrales que analizaron y debatieron los más de 2.000 médicos y profesionales que participaron del congreso de la SADI, que se realizó del 15 al 17 de junio. Allí, entre las diversas sesiones, se presentaron estudios sobre alternativas y combinaciones de antibióticos para tratar infecciones. También se destacó la importancia del monitoreo terapéutico de cada paciente, se presentaron avances en métodos de diagnóstico, medidas de control de infecciones y se debatió sobre la posibilidad de contar con nuevas medicinas en el corto plazo. “Todas las resistencias que se han reportado a nivel mundial ya están en la región, en uno u otro país”, dijo Valeska de Andrade Stempliuk, asesora regional para control de infecciones de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), que se dedica a la evaluación de los programas de prevención y control de las infecciones hospitalarias, implementación de los programas nacionales de control de infecciones y contención de brotes intrahospitalarios, y afirmó que, por eso “estamos capacitando, tanto a los laboratorios de microbiología como a los comités de control de infecciones, para que puedan vigilar y contener la diseminación de la resistencia a los antimicrobianos dentro de los hospitales una vez detectada”. Según Nacinovich, en Argentina, la posibilidad de que un paciente tenga un bacilo Gram-negativo multirresistente (que genera infecciones asociadas a procedimientos médicos, por el solo hecho de ingresar a un hospital y someterse a una cirugía o tener que usar un catéter o un respirador, por ejemplo) es de 12 cada 10.000 egresos hospitalarios, cifra que se incrementó 20% de 2014 a 2015, mientras que, en el Hemisferio Norte, por ejemplo, ese riesgo es de 6 cada 10.000. “Tenemos el doble y, en algunos lugares, incluso, 10 veces más que en Europa, de 54 cada 10.000”, advirtió el especialista. Y agregó que, para hacerle frente a esta situación, desde la SADI están trabajando en conjunto con otras instituciones, como ministerios, organismos regulatorios, universidades y otros actores del ámbito de la salud humana y animal. En Argentina, todos los años se hace el Estudio Nacional de Diagnóstico Institucional y Prevalencia de Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud (ENPIHA), que esta vez incluyó el Primer Estudio Nacional de Consumo de Antimicrobianos en Hospitales de Argentina, mediante el cual se relevaron 157 instituciones (públicas y privadas) de 22 provincias y un total de 11.593 pacientes, de los cuales 5.465 recibían antimicrobianos. Así, se determinó que el consumo de estas drogas resultó ser de 47,1% (53,2% en áreas críticas y 46,4% en no críticas). Del total, 96,2% eran antibióticos, 2,2% antifúngicos, 1,3% tuberculostáticos y 0,4% antivirales. “Encontramos un uso de antimicrobiano elevadísimo en áreas no críticas. Pensamos que iba a ser mayor en las infecciones asociadas al cuidado de la salud, pero fue mayor en infecciones como neumonías, del tracto urinario, de piel y partes blandas”, dijo la microbióloga Leonor Guerriero, del Programa Nacional de Epidemiología y Control de Infecciones Hospitalarias (VIHDA) en el Instituto Nacional de Epidemiología (INE) ‘Dr. Juan Héctor Jara’, de Mar del Plata. “Ese fue uno de los resultados que más nos llamó la atención porque suponíamos que en las unidades críticas habría mayor consumo de antibióticos, pero la diferencia no es estadísticamente significativa. Entonces, el problema no es de las unidades críticas, sino de toda la institución”, coincidió su colega Gonzalo Corral, también del VIHDA, del INE. Y destacó que también les sorprendió detectar que el consumo de antimicrobianos en el país es superior al de otras regiones como Europa, “adonde tienen alrededor del 30% de consumo en las instituciones de salud, mientras que nosotros tenemos casi 47%”. Las superbacterias Durante el congreso de la SADI se hizo referencia a que se espera que este año se introduzcan en el país al menos dos nuevas moléculas contra las denominadas superbacterias. Es decir, dos nuevos medicamentos. Y si bien esta es una buena noticia, no significa la solución del problema. Por el contario, “las nuevas drogas que van a aparecer son para un nicho en particular y ninguna de ellas será la panacea”, dijo Alejandra Corso, jefa del Servicio Antimicrobianos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) ‘Dr. Carlos Gregorio Malbrán’. “Las drogas no van a ser milagrosas y la única forma de salvarnos es tomar conciencia del problema”, agregó. Al respecto, Nacinovich, sostuvo que “es necesario trabajar en conjunto, ya que los antibióticos han aportado mucho a la medicina pero no son inocuos y pueden hacer daño si se usan mal. Es necesario tomar conciencia de que podemos quedarnos sin ellos”. Esto no significa dejar de utilizar antibióticos por completo, sino hacer un uso adecuado de los mismos, consumiéndolos solo cuando lo indique un médico, evitando así la automedicación. Las farmacias, en tanto, no deberían vender estos medicamentos sin prescripción médica, algo que incluso está regulado por ley. “La gente los compra sin receta y se automedica, pero no tiene idea de que el antimicrobiano le puede estar generando un germen resistente en su propio organismo y que ese antibiótico puede no servirle cuando lo tenga que volver a tomar”, advierte Nacinovich. Los factores que producen este incremento en la resistencia a los antimicrobianos pueden ser múltiples y el problema no solo responde al uso excesivo de antibióticos en los hospitales, sino también a su uso en animales. “El 80% de los antibióticos en el mundo se usan en la cría de animales, para la producción masiva de pollos, cerdos y peces”, dijo Mirta Roses Periago, ex directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante una de las charlas en el congreso de la SADI. Al respecto, Nacinovich dijo que “a partir de estudios se han encontrado gérmenes multirresistentes en alimentos que están en las góndolas. También en los animales de compañía: las mascotas pueden tener gérmenes multirresistentes hasta dos años antes de que se empiecen a manifestar infecciones en humanos, como ocurrió en Europa”. Argentina está abordando el problema de la resistencia antimicrobiana (incluyendo tanto a la salud humana como a la animal) a través de la Comisión Nacional para el Control de la Resistencia de los Antimicrobianos (CONACRA), en la que participan diversas instituciones como la ANLIS, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), el Servicio Nacional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), entre otros. “Muchos de los microorganismos que están en humanos vienen de animales y viceversa, y están también en el ambiente”, sostuvo Corso, y concluyó: “Eso significa que todos tenemos las mismas bacterias. Por eso, entre todos tenemos que preservar el medioambiente y limitar el consumo de antimicrobianos”.
AUMENTAN LAS INFECCIONES INTESTINALES RECURRENTES EN EE. UU., SEGÚN UN ESTUDIO
Clostridium difficile es la principal infección vinculada con la atención de la salud en EE. UU., y algunas personas no pueden deshacerse de ella
Robert Preidt
Traducido del inglés: lunes, 10 de julio, 2017
VIERNES, 7 de julio de 2017 (HealthDay News) -- Las infecciones intestinales recurrentes con Clostridium difficile están aumentando de forma marcada en Estados Unidos, advierten unos investigadores.
Esas infecciones enferman a más o menos 500,000 personas al año, provocan decenas de miles de muertes, y cuestan al sistema de atención de la salud de EE. UU. unos 5,000 millones de dólares, según investigadores de la Universidad de Pensilvania.
La C. difficile provoca diarrea, inflamación intestinal grave y puede conducir a unas infecciones letales en la sangre, sobre todo entre las personas mayores.
Una revisión de datos nacionales sobre el seguro médico encontró un aumento de casi un 200 por ciento en la incidencia anual de las infecciones con C. difficile recurrentes múltiples entre 2001 y 2012. Respecto a la C. difficile ordinaria, la incidencia aumentó en más o menos un 40 por ciento.
Los pacientes con infecciones con C. difficile recurrentes múltiples tendían a ser mayores (con una edad promedio de 56 años, frente a 49), mujeres, y era más probable que hubieran usado antibióticos, corticosteroides o antiácidos, mostraron los hallazgos.
Los motivos del aumento en los casos de C. difficile recurrente múltiple siguen sin estar claros, pero los investigadores dijeron que los hallazgos resaltan la necesidad de nuevas terapias.
El nuevo tratamiento más promisorio es el trasplante de microbiota fecal. En el procedimiento, unas bacterias intestinales útiles se transfieren al tracto digestivo del paciente para restaurar un equilibrio que hace que combatir la infección sea más fácil. Aunque esos trasplantes de heces se han mostrado promisorios en estudios pequeños, todavía no han sido evaluados del todo, anotaron los autores del informe.
"La creciente incidencia de la C. difficile que se está tratando con regímenes múltiples de antibióticos señala una creciente demanda de trasplantes de microbiota fecal en Estados Unidos", afirmó en un comunicado de prensa de la universidad el autor principal del estudio, el Dr. James Lewis.
Lewis es profesor de gastroenterología y experto principal en el Centro de Epidemiología y Bioestadística Clínicas.
"Aunque sabemos que el trasplante de microbiota fecal es en general seguro y efectivo a corto plazo, debemos establecer la seguridad a largo plazo de este procedimiento", añadió.
El informe apareció el 4 de julio en la revista Archives of Internal Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTE: University of Pennsylvania, news release, July 3, 2017
HealthDay
(c) Derechos de autor 2017, HealthDay
Robert Preidt
Traducido del inglés: lunes, 10 de julio, 2017
VIERNES, 7 de julio de 2017 (HealthDay News) -- Las infecciones intestinales recurrentes con Clostridium difficile están aumentando de forma marcada en Estados Unidos, advierten unos investigadores.
Esas infecciones enferman a más o menos 500,000 personas al año, provocan decenas de miles de muertes, y cuestan al sistema de atención de la salud de EE. UU. unos 5,000 millones de dólares, según investigadores de la Universidad de Pensilvania.
La C. difficile provoca diarrea, inflamación intestinal grave y puede conducir a unas infecciones letales en la sangre, sobre todo entre las personas mayores.
Una revisión de datos nacionales sobre el seguro médico encontró un aumento de casi un 200 por ciento en la incidencia anual de las infecciones con C. difficile recurrentes múltiples entre 2001 y 2012. Respecto a la C. difficile ordinaria, la incidencia aumentó en más o menos un 40 por ciento.
Los pacientes con infecciones con C. difficile recurrentes múltiples tendían a ser mayores (con una edad promedio de 56 años, frente a 49), mujeres, y era más probable que hubieran usado antibióticos, corticosteroides o antiácidos, mostraron los hallazgos.
Los motivos del aumento en los casos de C. difficile recurrente múltiple siguen sin estar claros, pero los investigadores dijeron que los hallazgos resaltan la necesidad de nuevas terapias.
El nuevo tratamiento más promisorio es el trasplante de microbiota fecal. En el procedimiento, unas bacterias intestinales útiles se transfieren al tracto digestivo del paciente para restaurar un equilibrio que hace que combatir la infección sea más fácil. Aunque esos trasplantes de heces se han mostrado promisorios en estudios pequeños, todavía no han sido evaluados del todo, anotaron los autores del informe.
"La creciente incidencia de la C. difficile que se está tratando con regímenes múltiples de antibióticos señala una creciente demanda de trasplantes de microbiota fecal en Estados Unidos", afirmó en un comunicado de prensa de la universidad el autor principal del estudio, el Dr. James Lewis.
Lewis es profesor de gastroenterología y experto principal en el Centro de Epidemiología y Bioestadística Clínicas.
"Aunque sabemos que el trasplante de microbiota fecal es en general seguro y efectivo a corto plazo, debemos establecer la seguridad a largo plazo de este procedimiento", añadió.
El informe apareció el 4 de julio en la revista Archives of Internal Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTE: University of Pennsylvania, news release, July 3, 2017
HealthDay
(c) Derechos de autor 2017, HealthDay
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INFECCIONES ASOCIADAS A CUIDADOS EN SALUD
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