lunes, 14 de junio de 2010
Una bacteria que nos hace inteligentes?
26 de mayo de 2010, 04:10 PM
Los animales que tuvieron contacto con la bacteria Mycobacterium vaccae mejoraron su capacidad para aprender nuevas tareas y mejoraron su estado de ánimo, afirmaron científicos estadounidenses.
Esta bacteria es terrestre y "es probable que la gente la ingiera o respire cuando pasa algún tiempo conviviendo con la naturaleza”, afirma la doctora Dorothy Matthews, profesora de The Sage Colleges en Troy, Nueva York, quien dirigió el estudio.
EXPERIMENTOS
Según información de BBC Mundo, la bacteria M. vaccae logra estimular el crecimiento de algunas neuronas provocando una mejora en los niveles de serotonina y una reducción de la ansiedad. La serotonina podría tener un papel en el aprendizaje y por consiguiente, mejoras en la inteligencia.
Los científicos decidieron realizar experimentos con ratones para comprobar estas hipótesis. El primero consistía en separar dos grupos de ratones, uno había ingerido la bacteria viva y el otro no. Luego los hacían pasar por el laberinto. “Encontramos que los ratones alimentados con M. vaccae viva navegaron por el laberinto dos veces más rápido y con menos ansiedad que los ratones del otro grupo”, dice la investigadora.
En el segundo experimento, se retiró la bacteria de su dieta. Cuando pasaron por el laberinto, se desenvolvieron de forma más lenta que cuando la habían ingerido, pero mucho más rápido que el grupo de ratones que no habían tenido contacto con el microbio.
EN CONVIVENCIA CON LAS BACTERIAS
“Los humanos somos un “hotel microbiano” ya que contamos con unos 10 microbios por cada célula que tenemos en nuestro cuerpo, o sea compartimos nuestro organismo con trillones de microbios”, dice la científica.
La investigadora cree que aunque el nuevo estudio fue llevado a cabo en ratones, podría especularse que pasar tiempo en el exterior donde está presente la M. vaccae podría tener también un impacto positivo en humanos.
“Así que el mensaje para la gente es salga al exterior, interactúe con la tierra, porque quizás esto lo podrá beneficiar de formas que nunca se imaginó”, afirma la científica.