22 de junio de 2015 – Fuente: Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (Argentina)
Los ministros argentinos de Agricultura, Ganadería y Pesca, Carlos Horacio Casamiquela, y de Salud, Daniel Gustavo Gollán, firmaron una resolución conjunta mediante la cual pondrán en marcha una Estrategia Nacional para el Control de la Resistencia Antimicrobiana con el objetivo de garantizar un uso responsable de estos medicamentos esenciales para la salud humana y animal, cuyo uso masivo y aplicación de forma irresponsable en algunas ocasiones, ha generado la aparición y veloz desarrollo del fenómeno de la resistencia antimicrobiana (RAM). “El 60% de los patógenos que afectan a la salud humana son de origen animal, de tal forma que hay una vinculación directa entre salud humana y salud animal. Nos alegra mucho que se forme esta Comisión que pone en marcha un mecanismo que busca soluciones a la problemática de la salud en general. Estamos trabajando sobre una mirada conjunta entre ambos ministerios”, afirmó Casamiquela, quien estuvo acompañado por su Jefe de Gabinete, Héctor Espina y la presidenta del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), Diana Guillén. Esta resolución interministerial se firmó en presencia de funcionarios de ambas carteras y de organismos dependientes, como la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y el SENASA. “A través de esta resolución conjunta que firmamos con el Ministro estamos potenciando lo que se viene haciendo: darle más fortaleza a una política que tiende a revertir esta situación. Hay que alertar a la población sobre el uso correcto de antibióticos y en cuanto a la cría de animales tiene que hacerse de una forma responsable y no medicarlos innecesariamente ya que esto trae aparejado la resistencia bacteriana”, subrayó Gollán. Estuvieron presentes representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), así como también, representantes del ámbito académico, médico, veterinario y farmacéutico, entre otros. Luis Osvaldo Barcos, representante en Argentina de la OIE, destacó que con esta resolución “además de todos los efectos positivos que tendrá, Argentina asume un liderazgo en este tema. Solamente Estados Unidos y Canadá estaban trabajando en el tema de la resistencia antimicrobiana y la sanidad animal”. Ambos ministros coincidieron en que es fundamental aprobar una Estrategia Nacional para el Control de la Resistencia Antimicrobiana a fin de garantizar un uso responsable de los mismos, a través de un balance entre minimizar su utilización innecesaria sin comprometer la salud de las personas. Los antimicrobianos son medicamentos esenciales para la salud humana y animal, tanto que han permitido salvar millones de vidas, pero su uso masivo e indiscriminado provocó el desarrollo de un fenómeno de resistencia cada vez más complejo. La resistencia a los antimicrobianos es un fenómeno mundial generado por el uso indiscriminado de estos medicamentos que pone en peligro la capacidad para tratar enfermedades infecciosas, incrementando los riesgos para la salud y los costos sanitarios.
jueves, 2 de julio de 2015
UN PEQUEÑO CAMBIO GENÉTICO EN YERSINIA PESTIS CAMBIÓ LA HISTORIA HUMANA
30 de junio de 2015 – Fuente: Nature Communications
La peste negra o muerte negra, una de las epidemias más devastadoras de la historia de la humanidad, mató a decenas de millones de europeos en la Edad Media, entre los años 1347 y 1351. Hasta ahora han sido varios los investigadores que han trabajado sobre el desarrollo de la enfermedad, pero se sabe poco acerca de los cambios sustanciales que llevaron a la bacteria a ser tan mortal. Mientras estudiaba Yersinia pestis, la bacteria responsable de las epidemias de peste, conocida como ‘la Muerte Negra’, Wyndham Lathem, profesor asistente de Microbiología-Inmunología en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, encontró que solo un pequeño cambio genético influyó fundamentalmente en la evolución del patógeno mortal y en la historia humana. Lathem y Daniel Zimbler, científico en Feinberg, demostraron cómo la adquisición de un solo gen provocó el desplazamiento de Y. pestis de causar principalmente una infección gastrointestinal a enfermedades respiratorias más graves y a menudo fatales. De este modo, mostraron cómo más modificaciones posteriores de este gen acentuaron las infecciones asociadas con la peste bubónica. “Nuestros hallazgos demuestran cómo Y. pestis tenía la capacidad de causar una enfermedad respiratoria grave muy temprano en su evolución. Esta investigación nos ayuda a comprender mejor cómo las bacterias pueden adaptarse a los nuevos entornos del huésped para causar la enfermedad mediante la adquisición de pequeños fragmentos de ADN”, detalla Lathem. El equipo examinó cepas ancestrales de las bacterias en modelos de ratón para aprender cuando Y. pestis ganó la capacidad de infectar los pulmones y causar la forma grave de la enfermedad, conocida como la peste neumónica. En la más ancestral de toda las cepas Y. pestis actualmente existentes, mostraron cómo las bacterias pueden colonizar con éxito los pulmones, pero no pudieron causar la enfermedad grave asociada con la peste neumónica. La mayor diferencia que hallaron entre esta cepa y cepas estrechamente relacionadas que podrían causar la peste neumónica era un gen para la proteína de superficie Pla. Lathem propuso que la adquisición de la bacteria del gen Pla mejoró su capacidad de causar la infección en los pulmones y fue todo lo que esta cepa ancestral de Y. pestis necesitó para producir una infección pulmonar fatal. Por ello, Lathem y su equipo insertaron el gen Pla en esta cepa para observar los cambios en la salud de los pulmones. De esta forma, vieron que la cepa recién mutada había adquirido la capacidad de causar la infección respiratoria de forma idéntica a las cepas modernas de Y. pestis que la enfermedad causa en la actualidad, lo que demuestra que el gen Pla era necesario para que Y. pestis infectara los pulmones. Además, encontraron que no se requirieron otros cambios en Y. pestis, a pesar de que la bacteria ha seguido ganando y perdiendo genes durante los últimos miles de años. El laboratorio también analizó las variaciones del gen Pla y descubrió que una sola modificación que sólo se encuentra en las cepas modernas de Y. pestis fue una adaptación fundamental para que las bacterias se propagaran en el cuerpo e infectaran los ganglios linfáticos, una forma de infección que causa la peste bubónica. Un patógeno inicialmente respiratorio Según Lathem, la sorprendente conclusión de este aspecto del estudio es que, contrariamente a las ideas actuales en el campo, Y. pestis puede haber evolucionado por primera vez como un patógeno respiratorio antes de que pudiera causar la forma más común de la enfermedad, la peste bubónica. Lathem considera que la nueva investigación puede explicar cómo Y. pestis pasó de causar brotes solamente localizados de peste a la propagación de la pandemia de Y. pestis como la Plaga de Justiniano en el siglo VI y la Muerte Negra del siglo XIV. “Nuestros datos sugieren que la inserción y luego la posterior mutación de Pla permitió la rápida evolución de nuevas cepas de la enfermedad. Esta información puede mostrar cómo los nuevos patógenos respiratorios podrían surgir sólo con pequeños cambios genéticos”, subrayó Lathem.
La peste negra o muerte negra, una de las epidemias más devastadoras de la historia de la humanidad, mató a decenas de millones de europeos en la Edad Media, entre los años 1347 y 1351. Hasta ahora han sido varios los investigadores que han trabajado sobre el desarrollo de la enfermedad, pero se sabe poco acerca de los cambios sustanciales que llevaron a la bacteria a ser tan mortal. Mientras estudiaba Yersinia pestis, la bacteria responsable de las epidemias de peste, conocida como ‘la Muerte Negra’, Wyndham Lathem, profesor asistente de Microbiología-Inmunología en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, encontró que solo un pequeño cambio genético influyó fundamentalmente en la evolución del patógeno mortal y en la historia humana. Lathem y Daniel Zimbler, científico en Feinberg, demostraron cómo la adquisición de un solo gen provocó el desplazamiento de Y. pestis de causar principalmente una infección gastrointestinal a enfermedades respiratorias más graves y a menudo fatales. De este modo, mostraron cómo más modificaciones posteriores de este gen acentuaron las infecciones asociadas con la peste bubónica. “Nuestros hallazgos demuestran cómo Y. pestis tenía la capacidad de causar una enfermedad respiratoria grave muy temprano en su evolución. Esta investigación nos ayuda a comprender mejor cómo las bacterias pueden adaptarse a los nuevos entornos del huésped para causar la enfermedad mediante la adquisición de pequeños fragmentos de ADN”, detalla Lathem. El equipo examinó cepas ancestrales de las bacterias en modelos de ratón para aprender cuando Y. pestis ganó la capacidad de infectar los pulmones y causar la forma grave de la enfermedad, conocida como la peste neumónica. En la más ancestral de toda las cepas Y. pestis actualmente existentes, mostraron cómo las bacterias pueden colonizar con éxito los pulmones, pero no pudieron causar la enfermedad grave asociada con la peste neumónica. La mayor diferencia que hallaron entre esta cepa y cepas estrechamente relacionadas que podrían causar la peste neumónica era un gen para la proteína de superficie Pla. Lathem propuso que la adquisición de la bacteria del gen Pla mejoró su capacidad de causar la infección en los pulmones y fue todo lo que esta cepa ancestral de Y. pestis necesitó para producir una infección pulmonar fatal. Por ello, Lathem y su equipo insertaron el gen Pla en esta cepa para observar los cambios en la salud de los pulmones. De esta forma, vieron que la cepa recién mutada había adquirido la capacidad de causar la infección respiratoria de forma idéntica a las cepas modernas de Y. pestis que la enfermedad causa en la actualidad, lo que demuestra que el gen Pla era necesario para que Y. pestis infectara los pulmones. Además, encontraron que no se requirieron otros cambios en Y. pestis, a pesar de que la bacteria ha seguido ganando y perdiendo genes durante los últimos miles de años. El laboratorio también analizó las variaciones del gen Pla y descubrió que una sola modificación que sólo se encuentra en las cepas modernas de Y. pestis fue una adaptación fundamental para que las bacterias se propagaran en el cuerpo e infectaran los ganglios linfáticos, una forma de infección que causa la peste bubónica. Un patógeno inicialmente respiratorio Según Lathem, la sorprendente conclusión de este aspecto del estudio es que, contrariamente a las ideas actuales en el campo, Y. pestis puede haber evolucionado por primera vez como un patógeno respiratorio antes de que pudiera causar la forma más común de la enfermedad, la peste bubónica. Lathem considera que la nueva investigación puede explicar cómo Y. pestis pasó de causar brotes solamente localizados de peste a la propagación de la pandemia de Y. pestis como la Plaga de Justiniano en el siglo VI y la Muerte Negra del siglo XIV. “Nuestros datos sugieren que la inserción y luego la posterior mutación de Pla permitió la rápida evolución de nuevas cepas de la enfermedad. Esta información puede mostrar cómo los nuevos patógenos respiratorios podrían surgir sólo con pequeños cambios genéticos”, subrayó Lathem.
DESCUBREN EL IMPACTO NEGATIVO DEL ABUSO DE ANTIBIÓTICOS EN NIÑOS
1 de julio de 2015 – Fuente: Nature Communications
Un nuevo estudio en animales realizado por investigadores del New York University (NYU) Langone Medical Center, en Estados Unidos, se suma a la creciente evidencia de que múltiples ciclos de antibióticos de uso común pueden tener un impacto significativo en el desarrollo del niño. En el estudio, ratones hembras tratadas con dos clases de antibióticos infantiles ganaron más peso y desarrollan huesos más grandes que las no tratadas. Los antibióticos también interrumpieron el microbioma intestinal, los billones de microbios que habitan en el tracto intestinal. En general, los ratones recibieron tres ciclos cortos de amoxicilina, tilosina (que no se utiliza en niños, pero representa otra clase de antibiótico común llamada macrólidos, que es cada vez más popular en pediatría), o una mezcla de ambos fármacos. Para imitar los efectos del uso de antibióticos pediátricos, los investigadores dieron a los animales la misma dosis terapéutica que reciben los niños en promedio en los dos primeros años de vida. Un grupo de control de ratones no recibió ningún fármaco. El autor principal del estudio, Martin Blaser, profesor de Medicina Traslacional, director del Programa de Microbioma Humano en la Escuela de Medicina de la NYU, advierte que el estudio se limitó a los ratones. Aun así, dice que los resultados están de acuerdo con varios otros análisis que apuntan a efectos significativos en los niños expuestos a los antibióticos desde el inicio de su vida y señala que la acumulación de datos podría ayudar a diseñar directrices sobre la duración y el tipo de recetas pediátricas. “Hemos estado utilizando antibióticos como si no hubiera ningún costo biológico”, afirma Blaser. El niño promedio en Estados Unidos recibe unos diez tratamientos con estos medicamentos hasta la edad de 10 años. El estudio apoya la investigación anterior del equipo de Blaser, lo que sugiere que la exposición a antibióticos durante una ventana crítica de desarrollo temprano interrumpe el paisaje bacteriano del intestino y permanentemente reprograma el metabolismo del cuerpo, creando una predisposición a la obesidad. Esta investigación descubrió que terapias cortas de altas dosis de tilosina tuvieron el efecto más pronunciado y duradero en el aumento de peso, mientras que la amoxicilina tuvo el mayor efecto sobre el crecimiento óseo, un requisito previo para una mayor altura. Sobre la base de extensos datos de secuenciación de ADN, el estudio mostró que ambos antibióticos interrumpieron el microbioma intestinal. “Cambiaron la ecología del microbioma en cuanto a la riqueza de los organismos y la diversidad y también lo que llamamos la estructura de la comunidad o la naturaleza de su composición”, destaca Blaser. Los fármacos alteran no sólo las especies bacterianas, sino también los números relativos de genes microbianos vinculados a funciones metabólicas específicas. Este experto compara este amplio cambio con un país en el que la mayoría de los residentes son agricultores que producen alimentos y de repente cambian para convertirse en comerciantes centrados en la tienda. “Vemos un cambio fundamental en la economía de los genes microbianos que están presentes”, afirma Blaser, pero insiste en que todas las implicaciones dentro del microbioma aún no están claras. La tilosina tuvo un impacto mucho más grande en la madurez del microbioma en comparación con la amoxicilina. “También vemos que el efecto es acumulativo. Así que el número de tratamientos antibióticos importa. Estamos un poco interrumpiendo el proceso de maduración después de la segunda tanda de antibióticos y luego tenemos aún más interrupción después de tres tratamientos”, afirma la coautora principal Laura M. Cox, profesora adjunta en el Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de NYU. Además, el estudio sugiere que los microbiomas expuestos a antibióticos pueden ser menos adaptables a los cambios ambientales. Cuando los investigadores pusieron a las crías de ratones a una dieta alta en grasas en el día 41, por ejemplo, el microbioma de los ratones de control cambió en un solo día para adaptarse a las nuevas condiciones. Entre los ratones con amoxicilina, algunos microbiomas cambiaron en un día, mientras que a otros les costó dos semanas hacer la transición. “En los ratones tratados con tilosina, algunos de los microbiomas no se adaptaron a las dietas altas en grasa hasta meses después”, subraya Cox. Tomados en conjunto, los investigadores dicen que los efectos más pronunciados de la tilosina en el aumento de peso y la interrupción microbioma son especialmente preocupantes, dada la creciente popularidad de las prescripciones de antibióticos macrólidos para niños. La evidencia acumulada, subrayan, pone de relieve la necesidad de un mejor conocimiento de las desventajas potenciales del uso excesivo de antibióticos.
Un nuevo estudio en animales realizado por investigadores del New York University (NYU) Langone Medical Center, en Estados Unidos, se suma a la creciente evidencia de que múltiples ciclos de antibióticos de uso común pueden tener un impacto significativo en el desarrollo del niño. En el estudio, ratones hembras tratadas con dos clases de antibióticos infantiles ganaron más peso y desarrollan huesos más grandes que las no tratadas. Los antibióticos también interrumpieron el microbioma intestinal, los billones de microbios que habitan en el tracto intestinal. En general, los ratones recibieron tres ciclos cortos de amoxicilina, tilosina (que no se utiliza en niños, pero representa otra clase de antibiótico común llamada macrólidos, que es cada vez más popular en pediatría), o una mezcla de ambos fármacos. Para imitar los efectos del uso de antibióticos pediátricos, los investigadores dieron a los animales la misma dosis terapéutica que reciben los niños en promedio en los dos primeros años de vida. Un grupo de control de ratones no recibió ningún fármaco. El autor principal del estudio, Martin Blaser, profesor de Medicina Traslacional, director del Programa de Microbioma Humano en la Escuela de Medicina de la NYU, advierte que el estudio se limitó a los ratones. Aun así, dice que los resultados están de acuerdo con varios otros análisis que apuntan a efectos significativos en los niños expuestos a los antibióticos desde el inicio de su vida y señala que la acumulación de datos podría ayudar a diseñar directrices sobre la duración y el tipo de recetas pediátricas. “Hemos estado utilizando antibióticos como si no hubiera ningún costo biológico”, afirma Blaser. El niño promedio en Estados Unidos recibe unos diez tratamientos con estos medicamentos hasta la edad de 10 años. El estudio apoya la investigación anterior del equipo de Blaser, lo que sugiere que la exposición a antibióticos durante una ventana crítica de desarrollo temprano interrumpe el paisaje bacteriano del intestino y permanentemente reprograma el metabolismo del cuerpo, creando una predisposición a la obesidad. Esta investigación descubrió que terapias cortas de altas dosis de tilosina tuvieron el efecto más pronunciado y duradero en el aumento de peso, mientras que la amoxicilina tuvo el mayor efecto sobre el crecimiento óseo, un requisito previo para una mayor altura. Sobre la base de extensos datos de secuenciación de ADN, el estudio mostró que ambos antibióticos interrumpieron el microbioma intestinal. “Cambiaron la ecología del microbioma en cuanto a la riqueza de los organismos y la diversidad y también lo que llamamos la estructura de la comunidad o la naturaleza de su composición”, destaca Blaser. Los fármacos alteran no sólo las especies bacterianas, sino también los números relativos de genes microbianos vinculados a funciones metabólicas específicas. Este experto compara este amplio cambio con un país en el que la mayoría de los residentes son agricultores que producen alimentos y de repente cambian para convertirse en comerciantes centrados en la tienda. “Vemos un cambio fundamental en la economía de los genes microbianos que están presentes”, afirma Blaser, pero insiste en que todas las implicaciones dentro del microbioma aún no están claras. La tilosina tuvo un impacto mucho más grande en la madurez del microbioma en comparación con la amoxicilina. “También vemos que el efecto es acumulativo. Así que el número de tratamientos antibióticos importa. Estamos un poco interrumpiendo el proceso de maduración después de la segunda tanda de antibióticos y luego tenemos aún más interrupción después de tres tratamientos”, afirma la coautora principal Laura M. Cox, profesora adjunta en el Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de NYU. Además, el estudio sugiere que los microbiomas expuestos a antibióticos pueden ser menos adaptables a los cambios ambientales. Cuando los investigadores pusieron a las crías de ratones a una dieta alta en grasas en el día 41, por ejemplo, el microbioma de los ratones de control cambió en un solo día para adaptarse a las nuevas condiciones. Entre los ratones con amoxicilina, algunos microbiomas cambiaron en un día, mientras que a otros les costó dos semanas hacer la transición. “En los ratones tratados con tilosina, algunos de los microbiomas no se adaptaron a las dietas altas en grasa hasta meses después”, subraya Cox. Tomados en conjunto, los investigadores dicen que los efectos más pronunciados de la tilosina en el aumento de peso y la interrupción microbioma son especialmente preocupantes, dada la creciente popularidad de las prescripciones de antibióticos macrólidos para niños. La evidencia acumulada, subrayan, pone de relieve la necesidad de un mejor conocimiento de las desventajas potenciales del uso excesivo de antibióticos.
REPÚBLICA DE COREA: YA SON 23 LOS MUERTOS POR EL MERS
18 de junio de 2015 – Fuente: Europa Press
El Ministerio de Sanidad y Bienestar de República de Corea anunció el 18 de junio la muerte de otras tres personas a causa del brote del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS), elevando así a 23 el número de fallecidos por el virus. El ministerio informó además de tres nuevos casos de la enfermedad, por lo que hasta la fecha se ha registrado un total de 165 infecciones en el país. Con estos últimos fallecimientos, la letalidad de la enfermedad en el país se sitúa alrededor de 14%, cifra sustancialmente inferior al 40% registrado a nivel mundial. En total, más de 6.700 personas han sido puestas en aislamiento –si bien 2.500 han sido dadas de alta– y la situación ha llevado al cierre de más de mil escuelas y la cancelación de miles de viajes turísticos al país. No obstante, el Gobierno surcoreano rebajó la alerta sobre posibles contagios y advirtió de los peligros económicos que pueden conllevar miedos infundados sobre el MERS. Así, el primer ministro en funciones, Choi Kyung Hwan, llamó a no dejarse llevar por miedos como “reducir sus gastos o evitar visitar áreas con casos confirmados de MERS”. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró el 17 de junio que el brote representa “un toque de atención” pero no supone una emergencia a nivel global. El MERS es una enfermedad viral que hasta ahora no había afectado a seres humanos. El primer caso confirmado se detectó en Arabia Saudí en 2012 y desde entonces se han producido muertes en 23 países, la mayoría en Medio Oriente.
Tailandia confirma su primer caso
Tailandia confirmó su primer caso de MERS, mostrando así una mayor propagación de la enfermedad desde el Medio Oriente a Asia. El ministro de Salud Pública, Rajata Rajatanavin, informó que el paciente es un hombre de 75 años que llegó el 15 de junio a Tailandia para ser tratado por un problema cardiaco en un hospital de Bangkok, una ciudad donde vienen muchos pacientes de Oriente Medio para operarse. Cuando llegó para internarse en un hospital privado de Bangkok, presentaba tos y dificultad para respirar. Dado el país de origen del paciente, un médico envió muestras para su análisis, los que confirmaron sus sospechas: el hombre estaba infectado con el coronavirus del MERS (MERS-CoV). Su condición es estable y se encuentra actualmente en cuidado del Ministerio de Salud Pública de Tailandia en el hospital Bamrasnaradura en Bangkok, especializado en enfermedades infecciosas. Los tres miembros de su familia que lo acompañaron también están en observación.
Japón refuerza controles en los aeropuertos
Los principales aeropuertos nipones han reforzado los controles sobre los viajeros procedentes de República de Corea para evitar la propagación del brote de MERS. El aeropuerto tokiota de Narita, que concentra aproximadamente la mitad del tráfico aéreo internacional de Japón, comenzó a repartir información sobre el virus a los pasajeros procedentes del país vecino o de Medio Oriente y a preguntarles para comprobar si sufren algunos de sus síntomas. A las personas que hayan desarrollado fiebre o tos durante su estancia en las zonas más afectadas por el MERS-CoV, se les recomienda realizarse los análisis antes de acudir a un centro médico. Los pasajeros procedentes de República de Corea tendrán que notificar en los aeropuertos contacto con pacientes sospechosos de haber contraído el virus, como parte del protocolo que el Ministerio de Sanidad japonés ha puesto en marcha por recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas medidas también se aplican en el otro aeropuerto de Tokio, el de Haneda, desde donde también hay vuelos diarios a República de Corea. Los aeropuertos nipones reciben cada semana 607 vuelos procedentes de República de Corea. Asimismo, un hospital universitario de la localidad de Yonago (oeste de Japón) comenzó a organizar sesiones formativas sobre cómo manejar a los pacientes contagiados por el virus, en las que hasta ahora ha participado medio millar de profesionales sanitarios.
El Ministerio de Sanidad y Bienestar de República de Corea anunció el 18 de junio la muerte de otras tres personas a causa del brote del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS), elevando así a 23 el número de fallecidos por el virus. El ministerio informó además de tres nuevos casos de la enfermedad, por lo que hasta la fecha se ha registrado un total de 165 infecciones en el país. Con estos últimos fallecimientos, la letalidad de la enfermedad en el país se sitúa alrededor de 14%, cifra sustancialmente inferior al 40% registrado a nivel mundial. En total, más de 6.700 personas han sido puestas en aislamiento –si bien 2.500 han sido dadas de alta– y la situación ha llevado al cierre de más de mil escuelas y la cancelación de miles de viajes turísticos al país. No obstante, el Gobierno surcoreano rebajó la alerta sobre posibles contagios y advirtió de los peligros económicos que pueden conllevar miedos infundados sobre el MERS. Así, el primer ministro en funciones, Choi Kyung Hwan, llamó a no dejarse llevar por miedos como “reducir sus gastos o evitar visitar áreas con casos confirmados de MERS”. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró el 17 de junio que el brote representa “un toque de atención” pero no supone una emergencia a nivel global. El MERS es una enfermedad viral que hasta ahora no había afectado a seres humanos. El primer caso confirmado se detectó en Arabia Saudí en 2012 y desde entonces se han producido muertes en 23 países, la mayoría en Medio Oriente.
Tailandia confirma su primer caso
Tailandia confirmó su primer caso de MERS, mostrando así una mayor propagación de la enfermedad desde el Medio Oriente a Asia. El ministro de Salud Pública, Rajata Rajatanavin, informó que el paciente es un hombre de 75 años que llegó el 15 de junio a Tailandia para ser tratado por un problema cardiaco en un hospital de Bangkok, una ciudad donde vienen muchos pacientes de Oriente Medio para operarse. Cuando llegó para internarse en un hospital privado de Bangkok, presentaba tos y dificultad para respirar. Dado el país de origen del paciente, un médico envió muestras para su análisis, los que confirmaron sus sospechas: el hombre estaba infectado con el coronavirus del MERS (MERS-CoV). Su condición es estable y se encuentra actualmente en cuidado del Ministerio de Salud Pública de Tailandia en el hospital Bamrasnaradura en Bangkok, especializado en enfermedades infecciosas. Los tres miembros de su familia que lo acompañaron también están en observación.
Japón refuerza controles en los aeropuertos
Los principales aeropuertos nipones han reforzado los controles sobre los viajeros procedentes de República de Corea para evitar la propagación del brote de MERS. El aeropuerto tokiota de Narita, que concentra aproximadamente la mitad del tráfico aéreo internacional de Japón, comenzó a repartir información sobre el virus a los pasajeros procedentes del país vecino o de Medio Oriente y a preguntarles para comprobar si sufren algunos de sus síntomas. A las personas que hayan desarrollado fiebre o tos durante su estancia en las zonas más afectadas por el MERS-CoV, se les recomienda realizarse los análisis antes de acudir a un centro médico. Los pasajeros procedentes de República de Corea tendrán que notificar en los aeropuertos contacto con pacientes sospechosos de haber contraído el virus, como parte del protocolo que el Ministerio de Sanidad japonés ha puesto en marcha por recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas medidas también se aplican en el otro aeropuerto de Tokio, el de Haneda, desde donde también hay vuelos diarios a República de Corea. Los aeropuertos nipones reciben cada semana 607 vuelos procedentes de República de Corea. Asimismo, un hospital universitario de la localidad de Yonago (oeste de Japón) comenzó a organizar sesiones formativas sobre cómo manejar a los pacientes contagiados por el virus, en las que hasta ahora ha participado medio millar de profesionales sanitarios.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
GRECIA: LA MISTERIOSA EPIDEMIA QUE DEVASTÓ AL PAÍS HACE 2.400 AÑOS PUDO SER EL PRIMER BROTE DE ENFERMEDAD POR EL VIRUS DEL ÉBOLA DE LA HISTORIA
17 de junio de 2015 – Fuente: Live Science
Han pasado unos 2.400 años desde que una extraña epidemia atacó Atenas, en la Antigua Grecia. Por entonces se desconocía su origen, lo que provocó que se dejase constancia de ella como un raro mal que llevó a cientos de personas a la tumba. Sin embargo, hoy la ciencia y el conocimiento de los virus han evolucionado de tal forma que Powel Kazanji, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Michigan, acaba de afirmar que esa epidemia pudo ser en realidad el primer brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE) del que se tiene constancia. Este científico señala que los síntomas que padecieron aquellos que vivían en la Antigua Grecia en el 430 AC fueron similares a los de esta enfermedad. Concretamente, y según dicen los textos antiguos, aquellos que contraían esta enfermedad –llamada síndrome de Tucídides– padecían fiebre, dolores de cabeza, molestias estomacales, fatiga y, usualmente, vómitos constantes. Otros signos más extraños de la enfermedad incluían sangrado de boca, enrojecimiento de los ojos, convulsiones, erupciones cutáneas y gangrena. Una vez pasados siete días sufriendo toda esa serie de síntomas, los pacientes solían fallecer. En caso contrario, los que sobrevivían experimentaban diarrea. Estos indicios físicos han sido comparados por el experto con los de la EVE, un virus que puede provocar la aparición repentina de fiebre; debilidad intensa; dolores en los músculos, en la cabeza y en la garganta; vómitos; diarrea; sarpullidos; y hemorragias internas y externas. De ser ciertas las sospechas de Kazanji, se acabaría con la idea que afirma que el primer brote de este virus sucedió en 1976 en la República del Congo. Así pues, habría que situar su aparición hace 2.400 años debido a una serie de roedores que, presuntamente, podrían haberlo contraído hace 20 millones de años. El síndrome de Tucídides se presentó por primera vez en el año 430 AC, durante la Guerra del Peloponeso. Los historiadores creen que entró en Atenas a través del Pireo, el puerto al que llegaban todos los alimentos y suministros de la ciudad. Esta extraña epidemia se presentó dos veces más, en los años 429 AC y 427 AC. En todos los casos, se llevó consigo cientos de vidas.
Han pasado unos 2.400 años desde que una extraña epidemia atacó Atenas, en la Antigua Grecia. Por entonces se desconocía su origen, lo que provocó que se dejase constancia de ella como un raro mal que llevó a cientos de personas a la tumba. Sin embargo, hoy la ciencia y el conocimiento de los virus han evolucionado de tal forma que Powel Kazanji, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Michigan, acaba de afirmar que esa epidemia pudo ser en realidad el primer brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE) del que se tiene constancia. Este científico señala que los síntomas que padecieron aquellos que vivían en la Antigua Grecia en el 430 AC fueron similares a los de esta enfermedad. Concretamente, y según dicen los textos antiguos, aquellos que contraían esta enfermedad –llamada síndrome de Tucídides– padecían fiebre, dolores de cabeza, molestias estomacales, fatiga y, usualmente, vómitos constantes. Otros signos más extraños de la enfermedad incluían sangrado de boca, enrojecimiento de los ojos, convulsiones, erupciones cutáneas y gangrena. Una vez pasados siete días sufriendo toda esa serie de síntomas, los pacientes solían fallecer. En caso contrario, los que sobrevivían experimentaban diarrea. Estos indicios físicos han sido comparados por el experto con los de la EVE, un virus que puede provocar la aparición repentina de fiebre; debilidad intensa; dolores en los músculos, en la cabeza y en la garganta; vómitos; diarrea; sarpullidos; y hemorragias internas y externas. De ser ciertas las sospechas de Kazanji, se acabaría con la idea que afirma que el primer brote de este virus sucedió en 1976 en la República del Congo. Así pues, habría que situar su aparición hace 2.400 años debido a una serie de roedores que, presuntamente, podrían haberlo contraído hace 20 millones de años. El síndrome de Tucídides se presentó por primera vez en el año 430 AC, durante la Guerra del Peloponeso. Los historiadores creen que entró en Atenas a través del Pireo, el puerto al que llegaban todos los alimentos y suministros de la ciudad. Esta extraña epidemia se presentó dos veces más, en los años 429 AC y 427 AC. En todos los casos, se llevó consigo cientos de vidas.
HAITÍ: AFIRMAN QUE LA ERRADICACIÓN DEL CÓLERA PUEDE TOMAR ALGUNOS AÑOS MÁS
30 de junio de 2015 – Fuente: Organización de Naciones Unidas
“En lo que va del año, se han reportado unos 16.000 nuevos casos de cólera en Haití, pero se puede afirmar que la epidemia está bajo control”. Así lo afirmó Pedro Medrano Rojas, coordinador especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la respuesta al cólera en Haití, al concluir su mandato este 30 de junio. El alto funcionario afirmó que si se comparan esos casos con los del año 2010, la reducción ha sido de más de 90%, y subrayó que este logro es el resultado del trabajo del gobierno de Haití y el apoyo que ha recibido de la comunidad internacional. “En el mundo de hoy, en pleno siglo XXI, es inaceptable que en Haití haya más de 30.000 casos anuales de esa enfermedad. Cualquier país con esa cantidad declararía una emergencia”, agregó Medrano, quien se desempeñó en el cargo durante dos años. “Por eso insistimos en transmitir a los países donantes y a la comunidad internacional la necesidad de que contribuyan a la erradicación de la epidemia más grande en el Hemisferio Occidental”, dijo. Medrano resaltó que durante su mandato fue establecido un Plan Nacional para la eliminación de la epidemia en un plazo de diez años para el que se solicitaron 2.200 millones de dólares. “Hasta el momento sólo se ha recibido alrededor de 20% de ese monto”, apuntó. Durante su permanencia como coordinador especial, el experto chileno tuvo la responsabilidad de establecer los vínculos entre las entidades de la ONU y movilizar una respuesta coherente y eficaz por parte de la comunidad internacional. Recordó que en la década de 1990 hubo un brote de cólera en América Latina que comenzó en Perú, y que tomó casi una década eliminarlo. “Si se compara la infraestructura de agua y saneamiento en los 20 países de la región que fueron afectados en ese entonces, sus habitantes tenían una cobertura de 80 a 85% de agua y saneamiento; Haití tiene un tercio de esa cobertura”, señaló. “Así que tenemos que hacer una inversión sólida en el agua, el saneamiento y la salud, y esto llevará tiempo”, advirtió. Y mientras eso se va logrando, el coordinador especial consideró que por un lado hay que tratar los casos, fortalecer la respuesta de emergencia y desarrollar la capacidad de prevenir y salvar vidas y, por otra parte, trabajar para fortalecer la infraestructura de salud, de agua y saneamiento. En cuanto a las campañas de vacunación, sostuvo que en 2015 el objetivo es alcanzar a unas 300.000 personas, 100.000 más que el año anterior. “Las vacunas no son la solución, pero pueden ayudar a prevenir los casos de cólera y salvar vida”, comentó. A pesar de los retos pendientes, Medrano es optimista: “Estoy seguro de que esta epidemia de cólera será eliminada con el respaldo de todos, particularmente de la comunidad internacional y de los países latinoamericanos. Ellos pueden hacer un poco más, y a eso los convoco”, concluyó.
“En lo que va del año, se han reportado unos 16.000 nuevos casos de cólera en Haití, pero se puede afirmar que la epidemia está bajo control”. Así lo afirmó Pedro Medrano Rojas, coordinador especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la respuesta al cólera en Haití, al concluir su mandato este 30 de junio. El alto funcionario afirmó que si se comparan esos casos con los del año 2010, la reducción ha sido de más de 90%, y subrayó que este logro es el resultado del trabajo del gobierno de Haití y el apoyo que ha recibido de la comunidad internacional. “En el mundo de hoy, en pleno siglo XXI, es inaceptable que en Haití haya más de 30.000 casos anuales de esa enfermedad. Cualquier país con esa cantidad declararía una emergencia”, agregó Medrano, quien se desempeñó en el cargo durante dos años. “Por eso insistimos en transmitir a los países donantes y a la comunidad internacional la necesidad de que contribuyan a la erradicación de la epidemia más grande en el Hemisferio Occidental”, dijo. Medrano resaltó que durante su mandato fue establecido un Plan Nacional para la eliminación de la epidemia en un plazo de diez años para el que se solicitaron 2.200 millones de dólares. “Hasta el momento sólo se ha recibido alrededor de 20% de ese monto”, apuntó. Durante su permanencia como coordinador especial, el experto chileno tuvo la responsabilidad de establecer los vínculos entre las entidades de la ONU y movilizar una respuesta coherente y eficaz por parte de la comunidad internacional. Recordó que en la década de 1990 hubo un brote de cólera en América Latina que comenzó en Perú, y que tomó casi una década eliminarlo. “Si se compara la infraestructura de agua y saneamiento en los 20 países de la región que fueron afectados en ese entonces, sus habitantes tenían una cobertura de 80 a 85% de agua y saneamiento; Haití tiene un tercio de esa cobertura”, señaló. “Así que tenemos que hacer una inversión sólida en el agua, el saneamiento y la salud, y esto llevará tiempo”, advirtió. Y mientras eso se va logrando, el coordinador especial consideró que por un lado hay que tratar los casos, fortalecer la respuesta de emergencia y desarrollar la capacidad de prevenir y salvar vidas y, por otra parte, trabajar para fortalecer la infraestructura de salud, de agua y saneamiento. En cuanto a las campañas de vacunación, sostuvo que en 2015 el objetivo es alcanzar a unas 300.000 personas, 100.000 más que el año anterior. “Las vacunas no son la solución, pero pueden ayudar a prevenir los casos de cólera y salvar vida”, comentó. A pesar de los retos pendientes, Medrano es optimista: “Estoy seguro de que esta epidemia de cólera será eliminada con el respaldo de todos, particularmente de la comunidad internacional y de los países latinoamericanos. Ellos pueden hacer un poco más, y a eso los convoco”, concluyó.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
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