Diana Swift
10 de mayo de 2016
La sobreutilización de antibióticos es un factor determinante del aumento de las infecciones resistentes a antibióticos y los autores de un extenso estudio reportaron que durante 2010 a 2011 se prescribieron antibióticos a pacientes ambulatorios por todo tipo de trastornos con una tasa de 506 por 1000 de población. Sin embargo, se estima que sólo 353 eran probablemente apropiados, lo que señala que 30% de estos antibióticos pueden haber sido innecesarios.
Estos hallazgos, publicados en el número del 3 de mayo de JAMA, resaltan la necesidad de establecer una nueva meta para la vigilancia del uso adecuado de antibióticos en el contexto ambulatorio, según la Dra. Katherine E. Fleming-Dutra, una pediatra de Centers for Disease Control and Prevention (CDC) en Atlanta, Georgia, y sus colaboradores.
Aunque el Plan de Acción Nacional (EEUU) para combatir las bacterias resistentes a antibióticos tiene como propósito reducir a la mitad la tasa de utilización de antibiótico ambulatorio inadecuada hacia el 2020, se ha carecido de cifras sobre la magnitud actual del mal uso. El nuevo estudio tuvo como propósito llenar este vacío al estimar las tasas de prescripción de antibiótico oral ambulatorio según edad y diagnóstico, y la proporción que puede ser inadecuada en adultos y niños estadounidenses.
Los autores analizaron datos de 2010 a 2011 de la Encuesta Nacional para la Atención Médica Ambulatoria y la Encuesta Nacional para la Atención Médica Ambulatoria en Hospitales.
De las 184.032 consultas médicas de las muestras, 12,6% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 12,0% - 13,3%) generaron prescripciones de antibiótico; con mucha frecuencia, por 1000 de población, se prescribieron antibióticos para sinusitis (56 prescripciones; IC del 95%: 48 - 64 prescripciones), otitis media purulenta (47 prescripciones; IC del 95%: 41 - 54 prescripciones) y faringitis (43 prescripciones; IC del 95%: 38 - 49 prescripciones).
Por 1000 de población, los trastornos respiratorios agudos dieron lugar a 221 prescripciones de antibiótico (IC del 95%: 198 - 245 prescripciones) cada año, pero se calcula que sólo 111 (50%) de éstas, fueron adecuadas. Además, de las prescripciones estimadas de 506 antibióticos (IC del 95%: 458 - 554 prescripciones) por 1000 de población redactadas anualmente por cualquier causa, sólo 353 (70%) se consideraron justificadas.
"La mitad de las prescripciones de antibiótico por trastornos respiratorios agudos pueden haber sido innecesarias, representando 34 millones de prescripciones de antibióticos anuales", señalan los autores. "En conjunto, para todos los trastornos, se estima que 30% de las prescripciones de antibiótico oral para pacientes ambulatorios pueden haber sido inadecuadas. Por consiguiente, sería necesaria una reducción del 15% en la utilización de antibiótico en general para cumplir la meta del Plan de Acción Nacional de la Casa Blanca para Combatir las Bacterias Resistentes a Antibiótico consistente en reducir 50% la utilización de antibiótico inadecuado en el contexto ambulatorio hacia el 2020".
En el caso de la faringitis en concreto, los investigadores estiman que 72,4% (IC del 95%: 66,8% - 77,4%) de los casos de faringitis en adultos y 56,2% (IC del 95%: 49,8% - 62,4%) en los niños fueron tratados con antibióticos, aun cuando la mayor parte de los casos de faringitis no estén relacionadas con estreptococo A. En la literatura reciente, sólo 37% de los niños con faringitis resultaron positivos en las pruebas para este microorganismo patógeno.
A nivel regional, las tasas de prescripción fluctuaron anualmente desde 423 (IC del 95%: 343 - 504) en el oeste, hasta 553 (IC del 95%: 459 - 648) en el sur.
Los datos son similares a los comunicados en otros países. Por ejemplo, en 2015, en un estudio holandés se informó que casi la mitad de todas las prescripciones de antibiótico realizadas por médicos generales para trastornos de las vías respiratorias no cumplían las directrices clínicas. Los investigadores del CDC también descubrieron que las tasas de prescripción adecuada estimadas por 1000 participantes, variaron conforme al grupo de edad. Según la edad, la tasa fue más alta en los niños de 0 a 2 años, en 1287 (IC del 95%: 1085 - 1489) prescripciones de antibiótico por 1000 de población. En el caso de la sinusitis fueron de 59 (IC del 95%: 32 - 86) para los 0 a 19 años de edad, 27 (IC del 95%: 17 - 36) para los 20 a 64 de edad y 37 (IC del 95%: 16 - 59) para los 65 y más años de edad. En el caso de la otitis media purulenta, las tasas estimadas fueron de 138 (IC del 95%: 96 - 179) para los 0 a 19 años de edad y 6 (IC del 95%: 4 - 9) para los 20 a 64 años de edad.
"Esta estimación de prescripciones inadecuadas de antibióticos en pacientes ambulatorios se puede utilizar como información para los programas de vigilancia de uso adecuado de antibiótico en la atención ambulatoria por los sistemas de salud pública y de prestación de servicios de atención a la salud en los próximos cinco años", señalan el Dr. Fleming-Dutra y sus colaboradores.
En sus comentarios en un editorial complementario, la Dra. Pranita D. Tamma, maestra en ciencias de la salud, y la Dra. Sara E. Cosgrove, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, dijeron que las estimaciones del estudio, aunque probablemente son demasiado conservadoras, esclarecieron de manera importante las prácticas de prescripción ambulatoria y "proporcionan datos de referencia decisivos sobre los cuales se pueden basar las iniciativas para mejoras en un futuro". Señalan que si bien la mayoría de los antibióticos se prescriben en el contexto ambulatorio, los esfuerzos de vigilancia de su uso adecuado no han tenido tanto éxito allí.
Sin embargo, la investigación ha demostrado que una medida tan simple como un cartel en la sala de espera, en el que se declare un compromiso para evitar las prescripciones inadecuadas de antibiótico por infecciones de las vías respiratorias agudas, puede dar por resultado una disminución del 20% en las prescripciones de antibiótico.
Otros métodos comprenden las justificaciones de antibiótico documentadas por el médico, las comparaciones de prescripciones entre colegas y la educación del profesional clínico con auditorías personalizadas y retroalimentación. Las pruebas diagnósticas instantáneas rápidas también podrían ser útiles.
Los comentaristas señalan que las mejoras precisarán esfuerzos en dos frentes: modificar la conducta del profesional clínico para calmar sus inquietudes en torno a la "incertidumbre diagnóstica, alienación de los pacientes y no apegarse a las prácticas de colegas", y proporcionar educación al paciente en torno a los antibióticos. Un estudio en 2015 reveló que una mejor comunicación entre el médico y los padres reduciría la prescripción de antibiótico en pediatría.
"Investigaciones futuras deben enfocarse en intervenciones dirigidas tanto a profesionales clínicos como a pacientes, para ayudar a alcanzar la meta nacional", señalan la Dra. Tamma y la Dra. Cosgrove. "Será decisivo continuar evaluando el avance en el mejoramiento de la utilización de antibiótico, junto con la adopción generalizada de las actividades de vigilancia de uso adecuado de antibiótico en el contexto ambulatorio".
Este proyecto fue posible gracias a la asociación con la Fundación de Centers for Disease Control and Prevention. El apoyo a este proyecto fue proporcionado por Pew Charitable Trusts. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. La Dra. Cosgrove informa prestar sus servicios como consultora a Novartis y que su institución recibió apoyos económicos de Pfizer para La Comisión Conjunta de Aprendizaje y Cambio. La Dra. Tamma refiere que su institución recibió apoyos económicos de Pfizer para La Comisión Conjunta de Aprendizaje y Cambio y apoyos económicos de Merck.
Citar este artículo: Un tercio de la antibioticoterapia ambulatoria puede ser inadecuada. Medscape. 10 de mayo de 2016.
jueves, 9 de junio de 2016
PERTINENCIA, EQUIDAD Y CALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Ac. Dr. Christian TRIGOSO AGUDO
Profesor Emérito de Microbiología – UMSA
Miembro de Número de la Academia Boliviana de Medicina
Desempeñar tareas educativas en pleno siglo XXI es más que nunca un impresionante reto, habida cuenta de que estamos atravesando un tiempo nuevo, una nueva era en todos los órdenes dado que – por fin – la reivindicación de los derechos humanos se ha convertido en una constante que alumbra los albores de esta nueva etapa en la historia de la humanidad; y es que en principio la pertinencia se ha convertido en el norte de la educación superior pues sin esta cualidad no sería posible orientar el fenómeno enseñanza-aprendizaje de un colectivo estudiantil que dejó de ser pasivo para convertirse cada día en sujeto y objeto de un proceso de transformación donde la pertinencia delas currículas, de los modelos y de los sistemas deben imprescindiblemente inscribirse en las necesidades de un mundo cada día más globalizado pero a la vez más obligado a la introspección de las propias necesidades, buscando un conocimiento que permita resolver provocando conflicto en el orden establecido de manera que se pueda pasar de un modelo meramente enciclopedista a otro contestatario con la sociedad y sus demandas.
La equidad es todavía algo que no ha logrado internalizarse en las costumbres, los modos de vida y el imaginario colectivo; fundamentalmente porque la discriminación sigue agazapada en cada acto que se ejecuta dentro de las sociedades alcanzando su máxima representación en los sistemas de educación superior habida cuenta de que las diferencias de género impiden que las mujeres dejen de pasar por los filtros sexistas de un modelo que está convencido de que el sexo es una necesidad comprensible, perdonable y atendible en los varones, desencadenando una ola de abusos e irrespetos que concluyen con la denigración del propio ser humano. Lamentablemente esta escalada de irracionalidad no termina aquí pues se adiciona el criterio ampliamente difundido de que las mujeres sólo deberían servir para las tareas domésticas, condenándolas a un sub mundo en el que sus obligaciones van de la mano del reconocimiento societario; añádase el hecho de que las propias universidades se desenvuelven en un terreno en el que las mujeres sólo deberían estudiar algunas carreras profesionales comúnmente designadas para ellas, atendiendo al manido argumento de que otras carreras más duras imponen sacrificios y visiones sólo compartidas por los varones, en conclusión no hemos roto todavía las cadenas de la inequidad, aspecto que enlentece el desarrollo integral del país.
En cuanto a la calidad, pese a que vivimos en medio de poderosos imperativos de calidad que incluso obligan a que usuarios y proveedores se adhieran a los mismos, en los hechos todavía no hemos podido convertir este concepto en una forma de vida y por lo tanto no hemos podido aún desplegarla en su totalidad en la educación superior, seguimos atados a viejos preceptos que ignoran esta cualidad y pensamos que la calidad se circunscribe a la disciplina militarizada y a la obediencia ciega, castrando cualquier mecanismo de discusión y disenso, subordinamos lo intelectual a lo disciplinario, intentando convencernos que la docencia es omnisapiente, construyendo de esta forma dogmas que por su propia naturaleza van en contra de lo científico y racional. Deberemos avanzar todavía por rutas escabrosas antes de terminar de entender que la calidad es una decisión de vida y que esta sólo puede ser tomada libre pero conscientemente. Menos mal que respondemos a una sociedad que paulatinamente está comprendiendo su rol fiscalizador de tal forma que tarde o temprano deberemos asumir estos retos, caso contrario nos extinguiremos irremediablemente.
Profesor Emérito de Microbiología – UMSA
Miembro de Número de la Academia Boliviana de Medicina
Desempeñar tareas educativas en pleno siglo XXI es más que nunca un impresionante reto, habida cuenta de que estamos atravesando un tiempo nuevo, una nueva era en todos los órdenes dado que – por fin – la reivindicación de los derechos humanos se ha convertido en una constante que alumbra los albores de esta nueva etapa en la historia de la humanidad; y es que en principio la pertinencia se ha convertido en el norte de la educación superior pues sin esta cualidad no sería posible orientar el fenómeno enseñanza-aprendizaje de un colectivo estudiantil que dejó de ser pasivo para convertirse cada día en sujeto y objeto de un proceso de transformación donde la pertinencia delas currículas, de los modelos y de los sistemas deben imprescindiblemente inscribirse en las necesidades de un mundo cada día más globalizado pero a la vez más obligado a la introspección de las propias necesidades, buscando un conocimiento que permita resolver provocando conflicto en el orden establecido de manera que se pueda pasar de un modelo meramente enciclopedista a otro contestatario con la sociedad y sus demandas.
La equidad es todavía algo que no ha logrado internalizarse en las costumbres, los modos de vida y el imaginario colectivo; fundamentalmente porque la discriminación sigue agazapada en cada acto que se ejecuta dentro de las sociedades alcanzando su máxima representación en los sistemas de educación superior habida cuenta de que las diferencias de género impiden que las mujeres dejen de pasar por los filtros sexistas de un modelo que está convencido de que el sexo es una necesidad comprensible, perdonable y atendible en los varones, desencadenando una ola de abusos e irrespetos que concluyen con la denigración del propio ser humano. Lamentablemente esta escalada de irracionalidad no termina aquí pues se adiciona el criterio ampliamente difundido de que las mujeres sólo deberían servir para las tareas domésticas, condenándolas a un sub mundo en el que sus obligaciones van de la mano del reconocimiento societario; añádase el hecho de que las propias universidades se desenvuelven en un terreno en el que las mujeres sólo deberían estudiar algunas carreras profesionales comúnmente designadas para ellas, atendiendo al manido argumento de que otras carreras más duras imponen sacrificios y visiones sólo compartidas por los varones, en conclusión no hemos roto todavía las cadenas de la inequidad, aspecto que enlentece el desarrollo integral del país.
En cuanto a la calidad, pese a que vivimos en medio de poderosos imperativos de calidad que incluso obligan a que usuarios y proveedores se adhieran a los mismos, en los hechos todavía no hemos podido convertir este concepto en una forma de vida y por lo tanto no hemos podido aún desplegarla en su totalidad en la educación superior, seguimos atados a viejos preceptos que ignoran esta cualidad y pensamos que la calidad se circunscribe a la disciplina militarizada y a la obediencia ciega, castrando cualquier mecanismo de discusión y disenso, subordinamos lo intelectual a lo disciplinario, intentando convencernos que la docencia es omnisapiente, construyendo de esta forma dogmas que por su propia naturaleza van en contra de lo científico y racional. Deberemos avanzar todavía por rutas escabrosas antes de terminar de entender que la calidad es una decisión de vida y que esta sólo puede ser tomada libre pero conscientemente. Menos mal que respondemos a una sociedad que paulatinamente está comprendiendo su rol fiscalizador de tal forma que tarde o temprano deberemos asumir estos retos, caso contrario nos extinguiremos irremediablemente.
La resistencia a antibióticos en las infecciones urinarias pediátricas obliga a reevaluar los tratamientos empíricos
Dr. Will Boggs
08 de abril de 2016
NUEVA YORK (Reuters Health). La prevalencia de la resistencia a antibióticos en las infecciones de las vías urinarias (IVU) pediátricas ha alcanzado tales niveles en muchos países que el tratamiento empírico existente puede ya no ser eficaz, informan investigadores en Reino Unido.
"La prevalencia de la resistencia a los antibióticos que suelen prescribirse en la atención primaria a niños con infecciones urinarias causadas por E. coli es considerable y hubo una variabilidad notable en la resistencia a E. coli en países en los que se realizó el estudio, sobre todo países ajenos a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para la que una posible explicación es la disponibilidad de antibióticos de venta sin receta", dijeron a Reuters Health en un mensaje de correo electrónico conjunto Ashley Bryce, de la Universidad de Bristol de Reino Unido, y la Dra. Céire E. Costelloe de Imperial College London.
Dijeron que "Esto podría volver ineficaces algunos antibióticos como tratamiento de primera opción en las infecciones de las vías urinarias".
E.coli interviene en más de 80% de todas las infecciones urinarias y también es la causa más frecuente de bacteriemia en infecciones transmitidas a través de los alimentos y una causa de meningitis en recién nacidos.
En su análisis sistemático de 58 estudios publicados, Bryce, la Dra. Costelloe y sus colaboradores investigaron la prevalencia de la resistencia en las IVU extrahospitalarias por E. coli a los antibióticos de prescripción más frecuentes que se administran en niños atendidos en consultorios de atención primaria.
Para todos los antibióticos evaluados, la prevalencia de la resistencia a antibiótico fue más alta en los países no miembros de la OCDE que en los países que pertenecen a la OCDE, informa el equipo en un artículo publicado el 6 de marzo en la versión electrónica de BMJ.
La prevalencia de resistencia fue más alta para la ampicilina, fluctuando desde 41% en Suiza hasta 100% en Ghana y Nigeria.
La resistencia a cotrimoxazol y trimetoprima fue del 30% en los países de la OCDE y de un 67% en Arabia Saudita, el único país no perteneciente a la OCDE para el cual se contaron con las tasas.
Las prevalencias combinadas de resistencia a ciprofloxacino y ceftazidima fueron del orden aproximado del 2% en los países de la OCDE pero de más de 26% en los países no pertenecientes a la OCDE.
Para todos los periodos analizados, las probabilidades de resistencia fueron mayores en niños expuestos a antibióticos que en los no expuestos.
"La Infectious Diseases Society of America (IDSA) en colaboración con la Sociedad Europea para Microbiología y Enfermedades Infecciosas (ESCMID) recomiendan que se seleccione un antibiótico como tratamiento empírico de primera opción para la infección de las vías urinarias únicamente cuando la prevalencia local de la resistencia sea inferior a un 20%", señalan los investigadores.
"De acuerdo con estas directrices, nuestro análisis parece indicar que ampicilina, cotrimoxazol y trimetoprima ya no son las primeras opciones de tratamiento disponibles para las infecciones de las vías urinarias en muchos países de la OCDE y que en consecuencia podría ser necesaria la actualización de muchas directrices clínicas, como las publicadas por el National Institute for Health and Care Excellence (NICE)", señalan en su artículo. "En los países no pertenecientes a la OCDE, la resistencia a todos los antibióticos de primera opción especificados para las infecciones urinarias superaron el 20%, lo que indica que las opciones de tratamiento de primera opción podrían necesitar reevaluación en los países menos bien desarrollados".
"No podemos recomendar a los médicos cuál antibiótico es el mejor para prescribir, ya que esto suele depender de cada caso", dijeron las Dras. Bryce y Costelloe. "Sin embargo, los médicos deben apegarse a las directrices locales o nacionales cuando sea posible, y es por eso que tiene gran importancia que estas directrices se mantengan actualizadas y reflejen las tasas de resistencia actual".
"Los médicos tal vez también deseen evaluar los antecedentes de antibioticoterapia del niño cuando acude a atención primaria con síntomas de una infección, sobre todo en vista de que nuestros resultados indican que el tratamiento previo con un antibiótico se asocia a resistencia al mismo antibiótico, y que esta relación puede presentarse hasta seis meses después del tratamiento".
El Dr. Grant Russell de la Universidad Monash en Melbourne, Australia, escribió un editorial complementario al artículo. Dijo a Reuters Health por correo electrónico: "Me parece que el grado de resistencia (y el hecho de que abarcase a todos los antibióticos empíricos que se utilizan con regularidad) es tanto inquietante como sorprendente. El hecho de que las opciones estén disminuyendo es perturbador, y el hecho de que la situación sea grave en los países en vías de desarrollo es muy problemático".
"Debemos hacer todo lo posible por evitar las infecciones bacterianas y, al tratarlas, tomar en cuenta que los antibióticos eficaces son un recurso finito", dijo. "Todos tenemos la responsabilidad de tratar de conservar ese recurso".
"No se han desarrollado nuevas clases de antibióticos en los últimos 30 años; esto y la grave situación tanto en los países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo, indica que "el problema global" de la resistencia a antibiótico cada vez va a ser más problemático en los años y décadas por venir", terminó diciendo el Dr. Russell.
Citar este artículo: La resistencia a antibiótico en las infecciones urinarias pediátricas obliga a reevaluar los tratamientos empíricos. Medscape. 08 de abr de 2016.
08 de abril de 2016
NUEVA YORK (Reuters Health). La prevalencia de la resistencia a antibióticos en las infecciones de las vías urinarias (IVU) pediátricas ha alcanzado tales niveles en muchos países que el tratamiento empírico existente puede ya no ser eficaz, informan investigadores en Reino Unido.
"La prevalencia de la resistencia a los antibióticos que suelen prescribirse en la atención primaria a niños con infecciones urinarias causadas por E. coli es considerable y hubo una variabilidad notable en la resistencia a E. coli en países en los que se realizó el estudio, sobre todo países ajenos a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para la que una posible explicación es la disponibilidad de antibióticos de venta sin receta", dijeron a Reuters Health en un mensaje de correo electrónico conjunto Ashley Bryce, de la Universidad de Bristol de Reino Unido, y la Dra. Céire E. Costelloe de Imperial College London.
Dijeron que "Esto podría volver ineficaces algunos antibióticos como tratamiento de primera opción en las infecciones de las vías urinarias".
E.coli interviene en más de 80% de todas las infecciones urinarias y también es la causa más frecuente de bacteriemia en infecciones transmitidas a través de los alimentos y una causa de meningitis en recién nacidos.
En su análisis sistemático de 58 estudios publicados, Bryce, la Dra. Costelloe y sus colaboradores investigaron la prevalencia de la resistencia en las IVU extrahospitalarias por E. coli a los antibióticos de prescripción más frecuentes que se administran en niños atendidos en consultorios de atención primaria.
Para todos los antibióticos evaluados, la prevalencia de la resistencia a antibiótico fue más alta en los países no miembros de la OCDE que en los países que pertenecen a la OCDE, informa el equipo en un artículo publicado el 6 de marzo en la versión electrónica de BMJ.
La prevalencia de resistencia fue más alta para la ampicilina, fluctuando desde 41% en Suiza hasta 100% en Ghana y Nigeria.
La resistencia a cotrimoxazol y trimetoprima fue del 30% en los países de la OCDE y de un 67% en Arabia Saudita, el único país no perteneciente a la OCDE para el cual se contaron con las tasas.
Las prevalencias combinadas de resistencia a ciprofloxacino y ceftazidima fueron del orden aproximado del 2% en los países de la OCDE pero de más de 26% en los países no pertenecientes a la OCDE.
Para todos los periodos analizados, las probabilidades de resistencia fueron mayores en niños expuestos a antibióticos que en los no expuestos.
"La Infectious Diseases Society of America (IDSA) en colaboración con la Sociedad Europea para Microbiología y Enfermedades Infecciosas (ESCMID) recomiendan que se seleccione un antibiótico como tratamiento empírico de primera opción para la infección de las vías urinarias únicamente cuando la prevalencia local de la resistencia sea inferior a un 20%", señalan los investigadores.
"De acuerdo con estas directrices, nuestro análisis parece indicar que ampicilina, cotrimoxazol y trimetoprima ya no son las primeras opciones de tratamiento disponibles para las infecciones de las vías urinarias en muchos países de la OCDE y que en consecuencia podría ser necesaria la actualización de muchas directrices clínicas, como las publicadas por el National Institute for Health and Care Excellence (NICE)", señalan en su artículo. "En los países no pertenecientes a la OCDE, la resistencia a todos los antibióticos de primera opción especificados para las infecciones urinarias superaron el 20%, lo que indica que las opciones de tratamiento de primera opción podrían necesitar reevaluación en los países menos bien desarrollados".
"No podemos recomendar a los médicos cuál antibiótico es el mejor para prescribir, ya que esto suele depender de cada caso", dijeron las Dras. Bryce y Costelloe. "Sin embargo, los médicos deben apegarse a las directrices locales o nacionales cuando sea posible, y es por eso que tiene gran importancia que estas directrices se mantengan actualizadas y reflejen las tasas de resistencia actual".
"Los médicos tal vez también deseen evaluar los antecedentes de antibioticoterapia del niño cuando acude a atención primaria con síntomas de una infección, sobre todo en vista de que nuestros resultados indican que el tratamiento previo con un antibiótico se asocia a resistencia al mismo antibiótico, y que esta relación puede presentarse hasta seis meses después del tratamiento".
El Dr. Grant Russell de la Universidad Monash en Melbourne, Australia, escribió un editorial complementario al artículo. Dijo a Reuters Health por correo electrónico: "Me parece que el grado de resistencia (y el hecho de que abarcase a todos los antibióticos empíricos que se utilizan con regularidad) es tanto inquietante como sorprendente. El hecho de que las opciones estén disminuyendo es perturbador, y el hecho de que la situación sea grave en los países en vías de desarrollo es muy problemático".
"Debemos hacer todo lo posible por evitar las infecciones bacterianas y, al tratarlas, tomar en cuenta que los antibióticos eficaces son un recurso finito", dijo. "Todos tenemos la responsabilidad de tratar de conservar ese recurso".
"No se han desarrollado nuevas clases de antibióticos en los últimos 30 años; esto y la grave situación tanto en los países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo, indica que "el problema global" de la resistencia a antibiótico cada vez va a ser más problemático en los años y décadas por venir", terminó diciendo el Dr. Russell.
Citar este artículo: La resistencia a antibiótico en las infecciones urinarias pediátricas obliga a reevaluar los tratamientos empíricos. Medscape. 08 de abr de 2016.
Fluoroquinolones Not First Line: FDA Advisory Reinforces Standard Practice in Ambulatory Care
Paul G. Auwaerter, MD
June 02, 2016
This is Paul Auwaerter, with Medscape Infectious Diseases and the Johns Hopkins University School of Medicine. The US Food and Drug Administration (FDA) recently announced[1] that it will upgrade its package warnings on fluoroquinolones to include instructions that they should not be used for routine respiratory tract infections or uncomplicated urinary tract infections unless there is no suitable alternative agent.
Why these warnings are being reinforced at this point rests on several foundational issues. When I was a medical student the late 1980s, fluoroquinolones were embraced as "wonder drugs." We had ciprofloxacin, which offered oral treatment forPseudomonas aeruginosa and was thought to be effective forStaphylococcus aureus, even in deep bone infections. Over time, these drugs have been widely embraced with new additions, such as levofloxacin and moxifloxacin. But a number of other drugs (eg, trovafloxacin, lomefloxacin, and others) have fallen to the wayside, deservedly, because of serious toxicities.
It seems to be true, however, that the fluoroquinolones remain broadly prescribed both by primary care practitioners and in hospital settings and skilled nursing facilities. Studies looking at the use of fluoroquinolones in ambulatory settings for uncomplicated urinary tract and respiratory infections show that over the past few years there has been little diminishment in the use of fluoroquinolones.[2] Because of their wide use and adoption, we are experiencing problems such as pathogen resistance. The fluoroquinolones are no longer recommended for gonorrhea because of widespread resistance. They are no longer recommended for routine first-line treatment of uncomplicated cystitis because of increased resistance of Escherichia coli to this class of drugs.[3]
Another issue is that, over the years, the remaining fluoroquinolones have been associated with adverse effects, including increased risk for Clostridium difficile infection (compared with many other antibiotics), tendinopathy, arthropathy, QT prolongation, retinal issues, and central and peripheral nervous system toxicities.[4] These adverse effects have been reported, although perhaps not thoroughly vetted through careful analysis. However, the FDA now feels that owing to potential irreversible or permanent side effects, these drugs should not be used for first-line treatment.
Many infectious diseases practitioners, out of concern about antibiotic resistance, have been broadly beating the drum for many years that these drugs should not be used in office settings and practices for mundane and pedestrian upper respiratory tract infections such as bronchitis or sinusitis, or for urinary tract infections.
So why are these drugs still so widely used? There is a perception (and perhaps a reality) that the fluoroquinolones are still quite safe. I have never seen a case of peripheral neuropathy although I have certainly seen C difficile infection, tendinopathy, and arthropathy. Obviously as drugs are getting more attention and being looked at in terms of adverse effects, it does not make sense to prescribe these drugs, which have quite broad-spectrum activity, to treat conditions that could be treated with a narrower-spectrum and more targeted drug.
The FDA is upgrading its warnings about these drugs in spite of what practitioners are seeing. The diminished use of these broad-spectrum antibiotics for certain conditions is a worthy goal and probably will benefit patient care, either by avoiding the use of antibiotics altogether if appropriate, or targeting antibiotics, as recommended in guidance on sinusitis, bronchitis, exacerbations of bronchitis, and urinary tract infections..
References
1) US Food and Drug Administration. Fluoroquinolone antibacterial drugs. Drug Safety Communication - FDA advises restricting use for certain uncomplicated infections. Posted May 12, 2016.http://www.fda.gov/Safety/MedWatch/SafetyInformation/SafetyAlertsforHumanMedicalProducts/ucm500665.htmAccessed May 15, 2016.
2) Lee GC, Reveles KR, Attridge RT, et al. Outpatient antibiotic prescribing in the United States: 2000 to 2010. BMC Med. 2014;12:96
3) .Kim M, Lloyd A, Condren M, Miller MJ. Beyond antibiotic selection: concordance with the IDSA guidelines for uncomplicated urinary tract infections. Infection. 2015;43:89-94. Abstract
4) Douros A, Grabowski K, Stahlmann R. Safety issues and drug-drug interactions with commonly used quinolones. Expert Opin Drug Metab Toxicol. 2015;11:25-39. Abstract
Estados Unidos, Pennsylvania: Detectan por primera vez en el país una cepa multirresistente de Escherichia coli
26 de mayo de 2016 – Fuente: The Washington Post (Estados Unidos)
Por primera vez, los investigadores han encontrado una persona en Estados Unidos portando una bacteria resistente a los antibióticos de último recurso, un descubrimiento alarmante que ha hecho que el máximo funcionario de salud pública del país dijera que esto podría significar “el final del camino” para los antibióticos. Esta cepa resistente a los antibióticos fue detectada en abril en la orina de una mujer de 49 años de edad de Pennsylvania. Investigadores del Departamento de Defensa determinaron que portaba una cepa de Escherichia coli resistente al antibiótico colistina. Los autores escribieron que el descubrimiento “anuncia la emergencia de una bacteria verdaderamente resistente a todas las drogas”. La colistina es el antibiótico de último recurso para los tipos particularmente peligrosos de superbacterias, incluyendo una familia de bacterias conocidas como enterobacterias resistentes a los carbapenemes (CRE), que los funcionarios de salud han bautizado como “bacterias de pesadilla”. En algunos casos, estas superbacterias matan hasta el 50 por ciento de los pacientes que se infectan. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han dicho que las CRE están entre las amenazas de salud pública más urgentes para el país. Los funcionarios de salud dijeron que el caso de Pennsylvania, por sí solo, no es motivo de pánico. La cepa detectada en la mujer es todavía tratable con otros antibióticos. Pero es preocupante que el gen de resistencia a la colistina, conocido como mcr-1, podría extenderse a otras bacterias que ya son resistentes a otros antibióticos. Es la primera vez que esta cepa resistente a la colistina se detecta en una persona en Estados Unidos. En noviembre, funcionarios de salud pública de todo el mundo reaccionaron con alarma cuando investigadores chinos y británicos reportaron el hallazgo de la cepa resistente a la colistina en cerdos y en un pequeño número de personas en China. La mortal cepa fue detectada más tarde en Europa y en otros lugares. “Básicamente, esto nos demuestra que no está muy lejos el final del camino para los antibióticos, lo que significa que estaremos en una situación en la que tendremos pacientes en unidades de cuidados intensivos, o pacientes con infecciones del tracto urinario para los que no tendremos antibióticos”, dijo Thomas R. Frieden, director de los CDC. “Esto ya ocurrió con los pacientes con tuberculosis. He atendido pacientes para los que no ya no existen medicamentos. Es un sentimiento de total horror e impotencia. Esto no tiene por qué ocurrir,” agregó Frieden. Por otra parte, investigadores del Departamento de Agricultura (USDA) y del Departamento de Salud y Servicios Humanos informaron que en pruebas a cientos de cabezas de ganado y carnes al por menor detectaron la misma bacteria resistente a la colistina en la muestra de un intestino de cerdo en Estados Unidos. El USDA dijo que está trabajando para identificar la granja de dónde provino el cerdo. Funcionarios de los CDC están trabajando con las autoridades sanitarias de Pennsylvania para entrevistar a la paciente y su familia para identificar cómo puede haber contraído la bacteria, incluyendo la revisión de las hospitalizaciones recientes y la exposición a otras instalaciones sanitarias. Los CDC esperan analizar a la paciente y sus contactos para detectar a potenciales portadores del organismo. Los departamentos de salud locales y estatales también estarán recolectando muestras como parte de la investigación. La mujer fue tratada en una instalación militar ambulatoria en Pennsylvania, según el Departamento de Defensa. Las muestras fueron enviadas al Centro Médico Militar Nacional ‘Walter Reed’ para un primer análisis. Las pruebas adicionales se llevaron a cabo mediante un sistema especial del Departamento de Defensa que rastrea los organismos resistentes a múltiples fármacos. 1 Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí. 8 El gobernador de Pennsylvania, Thomas Westerman Wolf, emitió un comunicado diciendo que su administración inmediatamente comenzó a trabajar con los CDC y el Departamento de Defensa para coordinar “una respuesta adecuada y colaborativa”. “Estamos tomando muy en serio la emergencia de este gen de resistencia”, dijo, y agregó que las autoridades tomarán todas las medidas necesarias para evitar que este problema se generalice, con “consecuencias potencialmente graves”. El senador Robert Patrick Casey Jr. dijo estar preocupado por los informes. En un comunicado, Casey dijo que apoya la legislación en lo que refiere a las bacterias resistentes a los antibióticos y participó en las audiencias acerca de este tema, que “representa un urgente problema de salud pública en el que hay que enfocarse intensivamente”. “La colistina es ampliamente utilizada en el ganado chino, y esto probablemente hizo que la bacteria evolucionara y se volviera resistente a la droga. El gen probablemente saltó del ganado a las bacterias humanas a través de los alimentos”, dijo Yohei Doi, doctor en infectología de la Universidad de Pittsburgh, quien ha estudiado el problema. “Los manipuladores de alimentos pueden estar en mayor riesgo”, dijo. En lugares como China, donde los mercados de animales vivos están a menudo muy cerca de los puestos de comida, puede ser más probable que las bacterias se propaguen de los animales a los humanos. Él y otros expertos en infectología exigen una más rápida acción para frenar el uso excesivo de antibióticos en el ganado de todo el mundo. “Es difícil imaginar algo peor para la salud pública de Estados Unidos. Es posible que pronto enfrentemos un mundo en el que las infecciones por CRE no puedan tratarse”, dijo Lance Price, director del Centro de Acción contra la Resistencia a los Antibióticos y profesor de la Universidad ‘George Washington’. Los científicos hicieron sonar la alarma sobre este gen en noviembre, pero no se les prestó suficiente atención. “Ahora nos encontramos con que este gen hizo su camino desde los cerdos a las personas, y a personas en Estados Unidos. Si nuestros líderes estaban esperando llegar al borde del precipicio para actuar, espero que esto les abra los ojos al abismo que se abre ante nosotros”, dijo Price. Los científicos y los funcionarios de salud pública vienen advirtiendo desde hace tiempo de que si las bacterias resistentes siguen propagándose, las opciones de tratamiento podrían verse gravemente limitadas. Las operaciones de rutina podrían llegar a ser mortales. Las infecciones menores podrían convertirse en amenazas para la vida. La neumonía podría ser cada vez más difícil de tratar. Los médicos ya se habían visto obligados a depender de la colistina como última línea de defensa contra las bacterias resistentes a los antibióticos. El fármaco no es el ideal. Tiene más de medio siglo de antigüedad y puede dañar seriamente los riñones del paciente. Y, sin embargo, debido a que los médicos se han quedado sin armas para luchar contra un creciente número de infecciones que resisten a los antibióticos más modernos, se ha convertido en una herramienta fundamental en la lucha contra algunas de las infecciones más tenaces. Las bacterias desarrollan resistencia a los antibióticos de dos maneras. Muchas adquieren mutaciones en sus propios genomas que les permiten resistir a los antibióticos, aunque esta capacidad no puede ser compartida con patógenos ajenos a su propia familia. Otras bacterias toman un atajo: se infectan con lo que se denomina un plásmido, un pequeño trozo de ADN, que porta un gen de resistencia a los antibióticos. Eso hace a los genes de resistencia más peligrosos, porque los plásmidos pueden hacer copias de sí mismos y transferir los genes que portan a otras bacterias de la misma familia, como así también a bacterias de otras familias, que pueden “capturar” la resistencia directamente, sin tener que desarrollarla a través de la evolución. La E. coli resistente a la colistina detectada en la mujer de Pennsylvania tiene este tipo de gen de resistencia. Los funcionarios de salud pública dicen que estaban esperando que este gen de resistencia apareciera en Estados Unidos. “Esto es, sin duda alarmante. El hecho de que lo encontremos en Estados Unidos confirma nuestras sospechas y hace aún más urgentes las acciones que necesitamos para trabajar en la administración de los antibióticos y la vigilancia de este tipo de resistencia”, dijo David Hyun, un oficial superior que lidera un proyecto de resistencia a antibióticos en el Pew Charitable Trust. A fines del año pasado, como parte de un acuerdo sobre una ampliación del, el Congreso acordó entregar cientos de millones de dólares a las agencias federales que participan en la lucha contra las bacterias resistentes a los antibióticos. La mayor parte de ese dinero, más de 150 millones de dólares, fue prevista para los CDC, como parte de un esfuerzo para construir y fortalecer la capacidad de los departamentos de salud estatales y locales para prevenir y controlar los brotes de superbacterias. Otros fondos fueron para los Institutos Nacionales de la Salud, para la investigación en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, así como a una agencia conocida como BARDA, que trabaja en la preparación nacional contra las amenazas químicas y biológicas, lo que incluye el desarrollo de nuevas terapias.
En qué momento de la historia la humanidad empezó a enfermar
29 de mayo de 2016 – Fuente: British Broadcasting Corporation (Gran Bretaña)
Éxodo, el segundo libro de la Biblia, deja muy claro que cuando Dios quiere castigar a la humanidad, lo hace con plagas y enfermedades. Durante milenios las epidemias fueron entendidas exactamente así: como actos de retribución divina, una fuerza de la naturaleza que podía devastar imperios y aniquilar a grupos enteros de población. Desde la peste bubónica hasta el sarampión, del cólera a la viruela, las epidemias han transformado nuestro mundo, dejando destrucción y enorme agitación social a su paso. ¿Cuál es, sin embargo, el origen de la enfermedad? ¿Cuándo empezó la humanidad a sufrirla? “La humanidad empieza a enfermarse casi desde el principio, pues en las sociedades cazadoras recolectoras la gente tenía muchos parásitos”, dice Anne Hardy, profesora de Historia de la medicina en el Wellcome Trust Centre de la Universidad de Londres. ”Pero, la enfermedad como hoy la entendemos sólo apareció cuando las sociedades se asentaron”. Cómo las entendemos Hardy aclara que cuando habla de “las enfermedades como las entendemos hoy”, no quiere decir que los cazadores recolectores no se enfermaran, sino que los grupos eran tan pequeños y nómadas que las enfermedades no se propagaban de la misma manera. De hecho, todavía hoy hay enfermedades infecciosas cuyas características les permiten persistir en poblaciones pequeñas, como la malaria, pues la inmunidad que desarrollamos es incompleta y no es de por vida, o la enfermedad de Chagas, pues tiene un curso lento o crónico, lo que permite que un individuo pueda continuar infectando a otros durante años. “Es necesaria una masa crítica de población antes de que las enfermedades se puedan propagar”. ”Fue cuando empezamos a labrar la tierra, a establecer aldeas y pueblos y, particularmente, cuando nos empezamos a organizar en ciudades y estados que la enfermedad emergió y empezó a afectar sociedades”, explica la experta. De hecho, según numerosos estudios, entre las enfermedades infecciosas de las poblaciones humanas productoras de alimentos modernas hay unas que sólo pudieron haber surgido en algún momento de los últimos miles de años. Por qué Imagínate una enfermedad grave, que se trasmite eficientemente y mata rápido a sus víctimas, y las que sobreviven desarrollan inmunidad a la infección. Si la población es pequeña y esparcida, pronto se agotará la reserva de víctimas potenciales susceptibles locales y desaparecerá. “Una enfermedad como el sarampión pudo haber aparecido antes en grupos pequeños y desaparecido”, apunta Hardy. ¿Desde siempre? Quizás, pero mucho más presentes desde hace sólo unos miles de años. La malaria es una de las enfermedades que no requiere de grandes poblaciones para sobrevivir. Ilustración de la gran epidemia de peste en Gran Bretaña en la década de 1660. “Pero en una población grande y densa, puede persistir propagándose a otras áreas y retornando a la original cuando hayan nacido nuevas víctimas potenciales sin inmunidad”, explican Nathan D. Wolfe, Claire Panosian Dunavan y Jared Diamond, expertos de la Universidad de California, Estados Unidos. Estudios empíricos aducen que la población requerida para sostener una enfermedad multitudinaria –como es el caso del sarampión, la rubéola y la tos convulsa– debe contar con al menos varios cientos de miles de personas. Y antes del advenimiento de la agricultura, hace unos 11.000 años, no existían poblaciones de tal tamaño en ningún lugar del mundo. Anne Hardy cita una fecha más cercana, en la que le parece muy probable que ya hubiera epidemias multitudinarias. “Alrededor de 3.000 aC la población humana alcanzó la densidad crítica de medio millón de habitantes, en la que las enfermedades infecciosas pueden establecerse y propagarse constantemente”. ¿El lugar? Sumeria, en Medio Oriente, hogar de la que es considerada como la primera y más antigua civilización de la historia. Juntos y revueltos Sin embargo, la cercanía a otros humanos no es el único factor. “Las enfermedades como las conocemos probablemente se originaron en animales que vivían en manadas en el pasado distante. Cuando los humanos se asentaron y empezaron a domesticar animales, entraron en contacto con sus infecciones”, señala Hardy. Los expertos estiman que al menos ocho de las enfermedades de zonas templadas probablemente fueron transmitidas inicialmente de animales a humanos, entre ellas la tuberculosis, la tos convulsa y la viruela. Y hay otro factor importante: de la mano del asentamiento viene una creciente densidad de parásitos. “Surge la necesidad de establecer sistemas para deshacerse de las heces, la basura, los cadáveres, que si no son efectivos la infección se acumula in situ”. Si podemos hablar de un principio, ¿habrá un fin? Lo que hemos logrado es erradicar ciertas enfermedades. “La clásica –aunque ahora se está cuestionando, porque hay botellas con cepas del virus en más lugares de lo que debería ser– es la viruela”, señala David Bradley, profesor de Higiene Tropical del departamento de Medicina Tropical de la Universidad de Londres. “Desapareció completamente en los últimos días de la década de 1970 en todo el mundo gracias a una agresiva campaña de vacunación global. Pero la viruela es inusual porque no hay portadores; no hay gente sana caminando por ahí con el virus”. “Otra que está casi erradicada es la dracunculosis, que solía dejar a mucha gente incapacitada durante la temporada de siembra. Se propagaba por el agua... ¡pero es un organismo tan frágil que si no podemos contra él, más bien apaguemos la luz y nos vamos!”, exclama Bradley. Pero ¿es al menos imaginable un mundo libre de enfermedades? “No, es la respuesta corta”, responde Chris Dye, epidemiólogo de la Organización Mundial de la Salud. “Estamos en un mundo repleto de organismos que viven de otros y las enfermedades son la manifestación de ese hecho ecológico. Podríamos erradicar otras más: la próxima grande es la poliomielitis, que está cercana a ser erradicada. Y ya se habla de que la siguiente sea el sarampión, lo que es un problema mucho más complejo”.
El estudio sobre epidemias ‘beneficiosas’ que se hizo en 72 horas de pizzas y gaseosas
19 de mayo de 2016 – Fuente: Cornell University Library (Estados Unidos)
La propagación de las enfermedades es un problema bien estudiado, y este trabajo ha proporcionado muchas claves sobre la naturaleza de las epidemias dañinas y las estrategias para controlarlas o prevenirlas. Las epidemias dañinas incluyen la influenza y el dengue en humanos o la marchitez bacteriana en las plantas. Pero las epidemias, en su sentido más amplio, no siempre causan daños y algunas son beneficiosas. Los ejemplos incluyen los virus que protegen a sus huéspedes, pero también fenómenos sociales como nuevas técnicas de alimentación entre pájaros y la adopción de la nueva tecnología agrícola en humanos. No obstante, se conoce poco sobre cómo se propagan este tipo de avances que se podrían considerar epidemias beneficiosas. Hoy, eso cambia gracias a un grupo de investigadores del Instituto Santa Fe en New México (Estados Unidos) que han estudiado en profundidad la naturaleza de epidemias beneficiosas por primera vez. Su trabajo podría tener importantes implicaciones para individuos y organizaciones que quieran explotar las epidemias beneficiosas y, por supuesto, a los que puedan querer impedirlas. El grupo de Santa Fe empezó por definir la unidad de transmisión de las epidemias beneficiosas como el bene. Un bene puede ser un virus, un gen, una tecnología, un comportamiento, una idea, y así sucesivamente; cualquier cosa que confiera una ventaja y se pueda propagar dentro de una población. “Al nivel más básico, los benes tienen dos elementos característicos: 1. se transmiten horizontalmente; y 2. ofrecen ciertos beneficios al huésped”, explica el grupo de Santa Fe. Está claro que algunos beneficios pueden transmitirse de una generación a la siguiente, como los genes. Este tipo de transmisión vertical se lleva a cabo en escalas de tiempo medidas a lo largo de muchas generaciones. Sin embargo, el grupo de Santa Fe sólo está interesado en los beneficios que se transmiten de forma horizontal. Estos incluyen ideas, comportamientos, virus, etcétera. Todas estas cosas se propagan en escalas de tiempo que son más cortas que una generación. En particular, el grupo investiga las dinámicas de las epidemias provocadas por benes con beneficios sociales. Estos beneficios pueden tener varias consecuencias. Por ejemplo, un individuo emocionado con un nuevo bene podría empezar a compartirlo y un virus beneficioso podría aumentar el nivel de energía o alegría de un individuo. Esto aumentaría el número de contactos sociales y la energía dedicada a estos contactos. En ambos casos el bene aumenta el número de contactos que realiza el individuo dentro de la comunidad. Esto tiene importantes implicaciones para la manera en la que surgen las epidemias beneficiosas.
Tres maneras de expandirse
Para explorar estas implicaciones, el grupo creó un modelo computacional de las maneras en que se puede propagar un bene por una población hipotética de 1.000 personas que o se han infectado o son susceptibles de hacerlo. Este modelo estudia específicamente el impacto de la conectividad en la manera en que se propagan los benes. Los resultados representan una lectura muy interesante. El grupo dice que el modelo revela que las epidemias beneficiosas se propagan de tres maneras distintas en función de la estructura social y las múltiples ventajas y desventajas para los individuos involucrados. Denominan ‘evangélico’ al primer patrón de propagación, y se produce cuando los individuos intentan propagar el bene tan ampliamente como sea posible por la población. Esto es análogo a la propagación de las religiones, que a veces pueden propagarse de forma explosiva por todo el mundo. Un elemento clave de la expansión religiosa es la conversión de individuos susceptibles por otros “infectados”, el trabajo de los misioneros. Cuando sucede esto, los misioneros buscan activamente individuos para convertirlos. Esto representa un comportamiento contrario al emparejamiento selectivo, puesto que los individuos buscan a otros que no se parezcan a ellos mismos. Este comportamiento genera un importante impacto. Es bien conocido que la propagación estándar de las epidemias sigue un camino exponencial que da paso a un crecimiento explosivo. Pero en el evangélico, la propagación del crecimiento es aún más rápida. Y continúa hasta que la población al completo esté infectada. Eso se debe a que mientras se empequeñece el número de individuos susceptibles, el de individuos que intentan infectarlos aumenta. El resultado es un crecimiento superexponencial. Pero no todos los benes se propagan de esta manera. El grupo de Santa Fe también ha identificado un patrón al que denominan la propagación de los ‘chicos cool’, en la que todos intentan conectarse a tantos individuos infectados como sea posible y con tan pocos individuos no infectados como sea posible. Esto representa un comportamiento asortativo en el que los individuos infectados buscan otros similares. Sin embargo, los individuos susceptibles también buscan a los infectados, que intentan rehuirles. El resultado es bastante distinto en este caso. “El resultado es una red compuesta por dos bloques: uno incluye a los susceptibles como ‘solteros’ desconectados, mientras el otro incluye a los individuos infectados e interconectados”, explica el grupo de Santa Fe. En otras palabras, este tipo de comportamiento da paso a grupos que acaban excluyendo a algunos individuos. El último tipo de epidemia se propaga de forma aún menos eficaz. En este caso, los individuos infectados buscan otros que estén infectados. Sin embargo, los susceptibles se comportan de modo diferente, buscando o a individuos infectados u otros susceptibles. “Esto también produce un proceso de propagación de epidemias incompleto que no puede avanzar más”, afirman. El grupo denomina esto como el escenario de los ‘esnob’. “El resultado de estas estrategias de conversión es que la red se divide en dos comunidades completamente desconectadas, y esto impide que la epidemia llegue a la población al completo”, escriben. Todo esto tiene unas profundas implicaciones para la manera en la que los benes se propagan por la sociedad. Algunos deberían propagarse de forma superexponencial, infectando a todos en un abrir y cerrar de ojos. Otros están destinados a propagarse sólo por pequeños círculos que se comportan de maneras que impiden que se produzcan más contagios.
La condición epidémica de los neologismos
Pero, mientras que los modelos proporcionan un sostén interesante para esta idea, una pregunta importante es si esto realmente sucede en el mundo real. Para averiguarlo, el grupo de Santa Fe estudió la propagación de nuevas palabras con el paso del tiempo. Los neologismos se pueden considerar como benes porque generan varias ventajas para los individuos que los emplean, como comunicar nuevos conceptos o los antiguos de forma nueva. Pero también los emplean para afirmar su identidad; en este sentido, las nuevas palabras representan manifestaciones del estilo personal. “Por ejemplo, el uso de la frase ‘ordenador personal’ podría reflejar que una persona se mantiene al tanto de la tecnología, y también puede representar una señal intencionada por su parte para demostrar conocimientos del cambio tecnológico”, explica el equipo de Santa Fe. Es posible estudiar la aparición de nuevas palabras gracias al corpus linguístico Ngram de Google, que registra el número de veces que las palabras han sido empleadas cada año en libros publicados entre 1500 y 2008. Así que resulta sencillo observar que la frase ‘ordenador personal’ (o PC, por sus siglas en inglés), por ejemplo, emergió hacia finales de la década de 1970, llegó a niveles máximos de uso a finales de la década de 1980 y que ha decaído su popularidad desde entonces. El equipo estudió la trayectoria del uso de 48 palabras y frases como aspirina, cervecería artesanal, moderador, genómica, ligue de una noche, etc. Y encontraron ejemplos de los tres tipos de propagación. Por ejemplo, la palabra ‘moderador’ sigue la trayectoria evangélica al propagarse por la sociedad, mientras que ‘genómica’ ha seguido la trayectoria de los chicos cool y su uso está limitado a determinados círculos. Eso demuestra cómo las palabras que son ampliamente útiles y populares se propagan de forma más amplia y rápida que las palabras de uso limitado. “Este patrón podría proporcionar pistas acerca del proceso por el que se producen las epidemias beneficiosas de nuevas palabras”, sugieren. Claramente las palabras que tienen potencial para ser más populares y sean intrínsecamente “pegadizas” salen mejor paradas. El patrón también sugiere la respuesta a una pregunta importante: ¿por qué parecen abundar mucho más las epidemias dañinas, como las enfermedades, que las beneficiosas? La respuesta, según el equipo de Santa Fe, es que la propagación superexponencal implica que los benes se propagan mucho más rápido, por lo que sólo existe un instante fugaz durante el cual se puede observar su propagación. Y una vez que han arraigado, resulta difícil distinguirlos. Por supuesto, un aspecto importante de esto es la naturaleza “pegadiza” de los nuevos benes cuando surgen. Es un tema de importancia primordial para los gobiernos, las empresas y los equipos de marketing. Si pueden identificar benes que se propaguen superexponencialmente, dispondrán de una potente herramienta. También puede que sean capaces de identificar benes de aparición probable dentro de los círculos exclusivos (la ‘nimbyzación’ puede ser un ejemplo de esto). Sin duda, esos grupos estarán muy interesados en este trabajo. Un interesante corolario de todo esto es la manera en la que se realizó esta investigación. Este trabajo es el resultado de un extraordinario proceso científico llamado ‘72 horas de ciencia’. Una docena de investigadores del Instituto de Santa Fe se encerró en una sala con pizzas y gaseosas y se propusieron generar un trabajo científico en 72 horas. El único criterio para elegir el tema era que la mayoría de los miembros no debían haber escuchado hablar del problema antes. El grupo al completo comparte la autoría de forma equitativa. El resultado fue este estudio sobre las epidemias beneficiosas. ¿Cuán rápido se propagará?
Descifran el genoma de la superbacteria Acinetobacter bereziniae HPC299
10 de marzo de 2016 – Fuente: Genome Announcements
Investigadores de Rosario presentaron la ‘radiografía’ genética de una bacteria que transporta y quizás distribuye a otras especies microbianas una inquietante arma para resistir el embate de múltiples antibióticos. Se trata de la bacteria Acinetobacter bereziniae HPC299, que resulta resistente al ataque de los antibióticos más importantes. El microorganismo fue aislado de una paciente con leucemia internada en un hospital público de Rosario. Y en 2014, se anunció que era portador de NDM-1 (Nueva Delhi metalo-betalactamasa): un gen que funciona como ‘escudo’ de resistencia antimicrobiana y cuya expansión global preocupa a las autoridades sanitarias. Ahora, los mismos científicos, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), que depende del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), publicaron la secuencia genética de ese patógeno y comprobaron que se trata de un clon distinto a otro previamente descripto en India. Según los investigadores, liderados por la Dra. Adriana Limansky, del IBR, es posible que la bacteria estudiada funcione como un ‘reservorio’ de NMD-1 y otros genes de resistencia que podría intercambiar con distintas especies de microorganismos de importancia clínica. Descripto por primera vez en Suecia en 2009 en otro tipo de bacteria de un paciente previamente hospitalizado en India, el gen NDM-1 confiere resistencia a los llamados antibióticos beta-lactámicos, que incluyen a las penicilinas, las cefalosporinas y los carbapenemes. En 2010, se reportó por primera vez su presencia en Estados Unidos. En 2013, se lo aisló de un paciente en Argentina. “La diseminación del gen ha sido continua, ocasionando un problema importante y alerta en la salud pública mundial”, indicó Limansky, quien también es profesora de Bacteriología de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR.
Crean un dispositivo que diagnostica infecciones bacterianas en menos de dos horas
6 de mayo de 2016 – Fuente: Science Advances
Un equipo de investigadores del Massachusetts General Hospital (MGH) ha desarrollado un dispositivo con el potencial de acortar el tiempo necesario para diagnosticar rápidamente los agentes patógenos responsables de infecciones asociadas a la atención de la salud de un par de días a una cuestión de horas. El sistema también permitiría el diagnóstico extrahospitalario, ya que no requiere de las instalaciones y la experiencia disponible únicamente en laboratorios de hospitales. “Las infecciones asociadas a la salud son un problema importante que afecta a más de 600.000 pacientes cada año, más de 10% de los cuales morirán, y provoca más 100.000 millones de dólares en costos relacionados. El diagnóstico rápido y eficaz del patógeno es un primer paso crítico en la elección del tratamiento antibiótico apropiado, y este sistema podría proporcionar esa información en un consultorio mé- dico en menos de dos horas”, dice Ralph Weissleder, director del Centro de Biología de Sistemas del MGH, también profesor de Radiología de la Facultad de Medicina de Harvard (HMS) y co-autor del informe. Aunque se considera el estándar de oro para el diagnóstico de infecciones bacterianas, el diagnóstico tradicional basado en cultivos puede tomar varios días y requiere equipo especializado, personal de laboratorio experto y procedimientos que varían en función del patógeno en particular. Los nuevos enfoques genéticos –que identifican especies bacterianas por sus secuencias de ácidos nucleicos– son de gran alcance, pero aún requieren un equipo complejo y flujos de trabajo, lo que restringe tales pruebas a laboratorios de hospitales especializados. En cambio, el sistema desarrollado por el equipo de MGH, llamado PAD (Polarization Anisotropy Diagnostics), permite realizar pruebas genéticas precisas en un dispositivo simple. Se extrae ARN bacteriano de una muestra en un cartucho de plástico pequeño y desechable. Después de activar la reacción en cadena de la polimerasa de amplificación del ARN, el material se carga en un cubo de plástico de 2 cm que contiene los componentes ópticos que detectan “ARN diana”, en base a la respuesta a una señal de luz en secuencias de detección específicas. Estos cubos ópticos se colocan en una estación de base electrónica que transmite los datos a un teléfono inteligente o un ordenador, donde se pueden visualizar los resultados. En este estudio de prueba de principio, el equipo utilizó un prototipo de sistema de almohadilla que contiene cuatro cubos ópticos para probar muestras clínicas de nueve pacientes y comparó los resultados con los obtenidos mediante los cultivos microbiológicos convencionales. Las pruebas para la presencia de cinco especies bacterianas importantes –Escherichia coli, Klebsiella, Acinetobacter, Pseudomonas y Staphylococcus aureus– y para los factores que indican la virulencia y resistencia a los antibióticos de las cepas específicas producidas, lograron resultados idénticos con ambos procedimientos. Pero mientras PAD proporciona resultados en menos de dos horas, el proceso de cultivo bacteriano tomó de tres a cinco días. Ahora, el equipo ha diseñado pruebas para más de 35 especies bacterianas y factores de virulencia, y el costo total de la realización del ensayo PAD no debería exceder los dos dólares. “Este prototipo todavía necesita varias mejoras, incluyendo la construcción de un sistema autocontenido que ampare todas las funciones, reduciendo aún más el tiempo de ensayo a menos de una hora y la ampliación del conjunto de pruebas para aún más patógenos y factores de resistencia”, dice Hakho Lee, del MGH Centro de Biología de Sistemas (CSB), co-autor del informe y profesor asociado de radiología en el HMS. “Pero podemos ver tres aplicaciones inmediatas para un sistema que puede proporcionar tales resultados rápidos y precisos: diagnosticar rápidamente la infección de un paciente, determinar si las bacterias resistentes a los antibióticos están presentes en un grupo de pacientes, y detectar la contaminación bacteriana de los productos sanitarios o los entornos de pacientes”.
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Actualización epidemiológica sobre cólera 27 de mayo de 2016
Fuente: Organización Panamericana de la Salud
Entre la semana epidemiológica (SE) 1 y la SE 17 de 2016, se registraron 14.574 casos de cólera en tres países de las Américas: Ecuador (1), Haití (13.859) y República Dominicana (714). Es decir, Haití registró 95% del total de casos notificados hasta la SE 17 de 2016 en la Región de las Américas. El 25 de mayo de 2016, el Centro Nacional de Enlace para Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de Ecuador informó sobre la confirmación de un caso de cólera en un individuo de 57 años de edad, con condición clínica subyacente, de la ciudad de Machala, en provincia El Oro. El caso fue confirmado en el Instituto Nacional de Salud Pública e Investigación (INSPI) como Vibrio cholerae serogrupo O1, serotipo Ogawa, biotipo El Tor. La cepa es sensible a ampicilina, ceftriaxona, ciprofloxacina, cloranfenicol, tetraciclina y sulfametoxazol-trimetropin. El último caso autóctono de cólera registrado en Ecuador fue en 2004. En República Dominicana durante el año 2016 hasta la SE 17 se han reportado 714 casos sospechosos de cólera y 16 defunciones por esta causa. La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) recomienda a los Estados Miembros mantener sistemas de vigilancia activos para la detección precoz de casos sospechosos, llevar a cabo el diagnóstico oportuno de laboratorio para la confirmación de los casos, con el fin de proporcionar un tratamiento adecuado y contener la propagación del cólera. Se alienta a que los Estados Miembros mantengan sus esfuerzos para garantizar condiciones adecuadas de saneamiento básico y acceso al agua potable, con el fin de reducir el impacto del cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua.
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