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martes, 7 de agosto de 2018

DESIGUALES AVANCES EN LA LUCHA CONTRA LA RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS

18 de julio de 2018 – Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
Los países están dando pasos importantes para combatir la resistencia a los antimicrobianos, pero siguen existiendo aún graves carencias que requieren medidas urgentes, advierte un informe conjunto publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El informe Seguimiento del progreso global en resistencia antimicrobiana analiza los avances realizados en 154 países y pone de manifiesto la existencia de grandes divergencias. Algunos –incluyendo numerosos países europeos– llevan más de cuatro décadas trabajando en políticas sobre la resistencia a los antimicrobianos en los sectores humano y animal. Otros han empezado hace poco a tomar medidas para contener esta creciente amenaza. El progreso en el desarrollo e implementación de planes de acción es mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos, pero todos los países tienen margen de mejora. Ningún país indica tener capacidad prolongada a gran escala en todos los sectores. El informe analiza la vigilancia, educación, seguimiento y normativa asociados al consumo y uso de medicamentos antimicrobianos en la salud humana y la sanidad y producción animal, así como en las plantas y el ambiente, según lo recomendado en el Plan de Acción Mundial de la OMS publicado en 2015. Entre las conclusiones positivas, cabe destacar la existencia de un sistema de vigilancia operativo para identificar infecciones resistentes a medicamentos en la salud humana en 105 países, y de un sistema para realizar un seguimiento del consumo de antimicrobianos en 68 países. Además, 123 países tienen políticas para regular la venta de medicamentos antimicrobianos, incluyendo el requisito de disponer de una receta para su uso humano: una medida clave para controlar el uso excesivo e indebido. Pero la implementación de estas políticas es desigual, y aún pueden adquirirse medicamentos no regulados en lugares como mercados callejeros, sin límite alguno sobre su uso. El informe destaca ámbitos concretos –en especial en los sectores animal y alimentario–, que necesitan con urgencia más inversiones y medidas. Por ejemplo, solo 64 países siguen las recomendaciones de la FAO, la OIE y la OMS para limitar el uso de antimicrobianos de gran relevancia para estimular el crecimiento en la producción animal. 39 de estos países son de ingresos altos, la mayoría situados en la Región Europea de la OMS. Por el contrario, solo tres países de la Región de África de la OMS y siete países de la Región de las Américas de la OMS han dado este paso importante para frenar la aparición de la resistencia a los antimicrobianos. Un total de 67 países cuentan al menos con legislación vigente para controlar todos los aspectos de la producción, concesión de licencias y distribución de medicamentos antimicrobianos para su uso en animales. Pero 56 países carecen de una política o legislación nacional en materia de calidad, inocuidad y eficacia de los productos antimicrobianos utilizados en la sanidad animal y vegetal, y de su distribución, venta o utilización, o no pueden confirmar si esas leyes están vigentes. Existe igualmente una notable falta de medidas e información en los sectores ambiental y vegetal. Aunque 78 países cuentan con normativas para evitar de manera genérica la contaminación ambiental, solo 10 de ellos tienen sistemas integrales para garantizar el cumplimiento normativo de toda la gestión de residuos, incluyendo las normativas que limitan el vertido de residuos antimicrobianos al ambiente. Esto resulta insuficiente para proteger al ambiente de los peligros asociados a la producción de antimicrobianos. “Este informe refleja la existencia de un creciente impulso mundial para combatir la resistencia a los antimicrobianos. Instamos a los gobiernos a adquirir compromisos permanentes en todos los sectores –salud humana, sanidad animal, sanidad vegetal y ambiente– ya que de lo contrario corremos el riesgo de tener que dejar de usar estos valiosos medicamentos”, afirmó Ranieri Guerra, Subdirector General de Resistencia a los Antimicrobianos de la OMS. “Ayudar a los países de ingresos bajos y medios a seguir las recomendaciones sobre el uso responsable y prudente de antimicrobianos en animales es una prioridad urgente. Implementar normas internacionales específicas de la OIE, disponer de una legislación nacional adecuada y fortalecer los servicios veterinarios, son medidas esenciales para ayudar a todas las partes interesadas en la sanidad animal a contribuir a combatir la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos”, dijo Matthew Stone, Subdirector General de la OIE. “La FAO aplaude la adopción de medidas concretas en numerosos países para el uso responsable de antimicrobianos en la agricultura. Sin embargo, deben esforzarse más para reducir el uso no regulado y excesivo de antimicrobianos en la agricultura. Les instamos especialmente a la eliminación gradual del uso de antimicrobianos para estimular el crecimiento en la producción animal, ya sea terrestre o acuática”, afirmó Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO. Según este estudio y otras fuentes, las tres organizaciones –FAO, OIE y OMS– son conscientes de que 100 países cuentan con planes de acción nacionales en materia de resistencia a los antimicrobianos y otros 51 los están desarrollando, pero es necesario realizar más esfuerzos para garantizar su implementación. Únicamente 53 países cuentan con un grupo de trabajo multisectorial completamente operativo, aunque otros 77 han constituido uno de estos grupos. Solo 10 países identifican las fuentes de financiación para todas las medidas del plan y muchos países de ingresos medios y bajos podrían necesitar ayuda al desarrollo a largo plazo para implementar sus planes de manera eficaz y sostenible. Como aspecto positivo, de los 10 principales países productores de pollos, cerdos y vacas que respondieron a la encuesta sobre la resistencia a los antimicrobianos, nueve de ellos tienen al menos un plan de acción nacional; y la mayoría cuentan con planes operativos con un mecanismo de vigilancia.