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jueves, 20 de septiembre de 2018

REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: LAS CLAVES DEL BROTE DE ENFERMEDAD POR EL VIRUS DEL ÉBOLA

17 de septiembre de 2018 – Fuente: The Huffington Post (Estados Unidos)

El número de muertes probables como consecuencia del último brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE) declarado en la República Democrática del Congo asciende ya a 97, de las que 66 se han confirmado como casos positivos, según los últimos datos del Ministerio de Salud de este país africano. Aunque entidades fiables como Médicos Sin Fronteras (MSF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirman que está remitiendo, cunde la lógica preocupación, después del peor contagio conocido, entre 2014 y 2016, que dejó más de 11.300 muertes (según cifras más bien conservadoras) y cerca de 29.000 casos concentrados en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria.
Este último brote localizado en la República Democrática del Congo es causado por la cepa Zaire, la más letal. Fue declarado el pasado 1 de agosto y ha afectado ya a las provincias de Nord-Kivu (en las ciudades de Mabalako, Beni y Butembo, sobre todo) e Ituri, dos zonas marcadas por la violencia, lo que dificulta notablemente las tareas de los servicios sanitarios. Se trata del segundo brote declarado este año, tan solo ocho días después de que el ministro de Salud, Oly Ilunga Kalenga, proclamase el fin del anterior en la provincia de Équateur, y el peor de la última década en la República Democrática del Congo. Según el último informe de las autoridades locales, actualizado al 15 de septiembre, el total de casos asciende a 142, una cifra que se desglosa en 31 probables y 111 confirmados; 97 de ellos han sido mortales.
Las medidas de respuesta
En cifras generales, el proceso de vacunación, que se inició el 8 de agosto y que hasta la fecha se compone de 48 cinturones distribuidos en siete zonas afectadas en el país, ha alcanzado ya a unas 9.000 personas, de las cuales más de 2.000 son niños. La mayoría de las comunidades están implementado ya medidas de respuesta, como el rastreo diario de contactos de las personas supuestamente afectadas y la vacunación, pero la reticencia de algunas poblaciones sigue aumentado el riesgo de propagación, según la OMS. Es el caso del distrito de Ndindi, en la ciudad de Beni, donde algunos residentes ocultan a los enfermos y se niegan a participar en las campañas de vacunación, por lo que el Gobierno ha decidido apostar por el diálogo con los líderes locales. Otros factores de riesgo son los numerosos entierros sin medidas apropiadas de seguridad, en los que se contagian nuevas personas, así como la detección de casos en áreas difíciles de alcanzar e inseguras debido a la presencia de grupos armados.
Preocupación en MSF
“En general, hay una reducción de casos, pero hay que mantenerse alerta porque hay casos positivos postmortem que han estado todo su tiempo de sintomatología sin medidas de bioseguridad adecuadas”, explicó Miriam Alía, responsable de respuesta a epidemias de MSF. El rechazo de parte de la población a las medidas sanitarias contra la EVE en la República Democrática del Congo y el bajo seguimiento de algunos enfermos preocupan a la citada ONG. La resistencia a acudir al médico o a no ser vacunados, una medida que se aplica desde las primeras semanas de la epidemia, pero que no es obligatoria ni se puede imponer por la fuerza, ha provocado que aún no se pueda decir que el brote está controlado. El 5 de septiembre, las autoridades congoleñas notificaron un primer caso de la enfermedad en la ciudad de Butembo, un gran núcleo comercial con más de medio millón de habitantes. “El primer caso positivo de Butembo era un contacto conocido de una persona confirmada en Beni (otro de los núcleos urbanos de Nord-Kivu), que rechazó la vacunación”, cuenta Alía. Esta persona, que presentaba síntomas de fiebre hemorrágica, viajó de Beni a Butembo y estuvo varios días en un centro de salud y en un hospital, y la enfermedad finalmente se le diagnosticó una vez que había fallecido, por lo que pudo contagiar a mucha más gente. “Lo más preocupante es que el porcentaje de seguimiento en algunas zonas, como Beni o Butembo, es aún muy bajo. Con porcentajes inferio