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martes, 16 de octubre de 2007

EXPLOSIÓN I – BACTERIAS, INMUNOLOGÍA, VACUNAS Y SUEROTERAPIA

Autor: Christian TRIGOSO
Posteriormente los discípulos y colaboradores de Roberto Koch descubrirán entre otros a los agentes etiológicos de la Difteria (Klebs y Loeffler), Fiebre Tifoidea (Gaffky y Eberth) y del Tétanos (Nicolaier y Kitasato).

A esta pléyade se une otra no menos famosa y formidable. Rosenbach (estafilococos, estreptococos), Bumm y Neisser (gonococo), Escherich (bacilo coli), Fraenkel (neumococo), Weichselbaum (meningococo), Bruce (Brucella melitensis), Kitasato y Yersin (Yersinia pestis), A. Hansen (bacilo de la lepra), Salmón y Gaertner (salmonelosis), Carter (sodoku), Shiga (bacilo de la disentería), Teobaldo Smith (Fiebre de Texas del Granado), Winogradsky (Bacterias nitrificantes), Beijerinck (aisla en cultivo puro bacterias fijadoras de nitrógeno), Schaudinn y Hoffman (Treponema pallidum).

Obermeier (Borrelia recurrentis), Israel (Actinomyces bovis) Pfeiffer (Haemophilus influenzae), Welch (Clostridium perfringens), Flexner (Shigella flexnerii), Bordet (Bordetella pertussis), McCoy (Francisella tularensis), Ricketts (Rickettsia rickettsiae), Wolbach (Rickettsia typhi), Noguchi (leptospiras).

En el terreno de la epidemiología, una disciplina tan ligada a la microbiología, si bien desde la antigüedad se aplicaban conceptos prácticos aplicados al estudio y control de enfermedades, son reconocidos por su metodología científica, los trabajos pioneros de Peter Panum que investigó una epidemia de sarampión en las Islas Faroe y describió el curso epidémico en la población (1847). John Snow que investigó un brote de cólera (1854) demostrando que todos los individuos infectados habían ingerido agua de una fuente contaminada por un baño cercano, y William Budd quien escribió la diseminación de la Fiebre Tifoidea rural, demostrando que se ejecutaba a través de aguas contaminadas.

En lo que respecta a la inmunología, ya el historiador Tucídides en el cuarto siglo antes de Cristo narra que durante la guerra del Peloponeso, solo los soldados que habían sobrevivido a una epidemia que se presentara, podían atender a los posteriormente aquejados, en la seguridad de que no podrían enfermar. Y Aristóteles daba instrucciones a Alejandro Magno para que su ejército hirviera y enterrara sus excrementos.

En el año 1796 Eduardo Jenner demostró que la inoculación con agentes de la viruela de los vacunos (vaccinia) inmunizaba contra la infección por la viruela natural, esta demostración fue tan importante como espectacular pues yendo en contra de las autoridades y pobladores de Gloucestershire, se dispuso a inocular al niño Phipps con material proveniente de las pústulas de Sarah Nelmes, sabiendo que si fallaba no sólo la vida del niño sino también la suya corrían peligro.

Semanas mas tarde le inyectó al niño con pus de pústulas de un enfermo de viruela comprobando que no desarrollaba la enfermedad, en 1798 dio a conocer sus resultados (“ An inquiry into the causes and effects of the variolae vaccínea…)

Lady Mary Wortley Montagu, esposa de un diplomático ingles destinado en Constantinopla ya explicó en Londres como en el oriente se utilizaba el método de la variolización a fin de salvar a las esclavas mas bellas de las terribles secuelas de la viruela.

Con los trabajos de Pasteur en el área de las vacunas (nombre acuñado por Pasteur en honor a Jenner) y con el descubrimiento de la inmunidad celular por parte de E. Metchnikoff (1845 – 1916) se allanó el camino en la investigación inmunológica ya que a partir de su teoría de los fagocitos explicó como en erizos de mar y pulgas de agua ha observado que estas células podían encargarse de eliminar microorganismos patógenos, llevando luego estos trabajos al terreno de los leucocitos en animales y el hombre.

Emil von Behring y Shibasaburo Kitasato descubrieron la sueroterapia, dándole aplicación practica Emile Roux (sueroterapia contra la difteria).

Pablo Ehrlich (1854 – 1915) es un hito en el estudio de esta disciplina pues descubre los fenómenos de la inmunidad humoral (anticuerpos y modelos de cadenas laterales), otorgándole un rango importante a los anticuerpos y su reacción con los antígenos, “impuso la aristocracia de los anticuerpos frente a la democracia de las células”. Reafirmándolos y sustentándolos Jules Bordet quien descubrió también los fenómenos de la alexina (mas tarde se aceptará el nombre de complemento propuesto por el propio Ehrlich.).

En 1897 se visualiza por primera vez una reacción antígeno – anticuerpo, a través del enturbiamiento de un filtrado bacteriano al mezclarlo con un suero inmune específico, y es R. Graus el que habrá de ser el que realice este trabajo.

También Jules Bordet en el año 1901 ha de elaborar el primer sistema de detección de anticuerpos a través de la Fijación del Complemento.

Nutall, Buchner y Pfeiffer realizaron también importantes contribuciones en este terreno.

La unión de las dos teorías se debe a los trabajos de A. Wrigtht Y S. Douglas, quienes descubrieron en el año 1904 las opsoninas, proteínas presentes en el suero de animales inmunizados y que al unirse a las superficies bacterianas, incrementan la capacidad fagocítica de los leucocitos.

Richet y Portier (1902) descubren la anafilaxia al igual que Arthus (1903), y Karl Landsteiner en el año 1942 descubre los haptenos.

En el año 1939 Tiselius advierte que los anticuerpos constituyen la fracción gamma globulínica del suero.

En 1959 Porter y Edelman definen la estructura de los anticuerpos.

En el terreno de las vacunas y los toxoides, más allá de las contribuciones de Pasteur - fundamentales por cierto – se lograron toxoides bacterianos inmunogénicos como el toxoide tetánico (Eisler y Lowenstein, 1915), toxoide diftérico (Glenny, 1921.) En 1922 Calmette y Guérin desarrollan la vacuna contra la tuberculosis a partir de una cepa atenuada de Mycobacterium bovis conocida mas adelante como BCG. Jonás Salk iniciará la erradicación de la poliomielitis al encontrar la primera vacuna contra este virus (1954) y Sabin preparará la vacuna de administración oral contra este mismo virus.

En el terreno referido a la formación de anticuerpos, sin duda alguna el trabajo de M. Burnet al establecer su Teoría de Selección Clonal abre el camino para estos estudios, en este ultimo tiempo N. Jerne ha mejorado la selección clonal, proponiendo inclusive un modelo de regulación inmune conocido como Teoría de la Redes Idiotípicas, igualmente otro avance espectacular fue el de lograr los anticuerpo monoclonales a través de la preparación de hibrodromas por C. Milstein y G. Kohler en el año 1975. S. Tonegawa es quien se encargará de explicar los procesos de reorganización genética responsables de la expresión de los genes.