Ac. Dr. Christian TRIGOSO
A la fecha se ha logrado alcanzar un conjunto de veinte países de la región de las américas , conjunto en el que también se halla Bolivia desde el año 2000 (15) y que informan anualmente la resistencia a diferentes antimicrobianos a partir de dos paneles de microorganismos, comunitarios e intrahospitalarios, expresada en porcentajes.
Para 1996 – 1997 los reportes de ocho países mostraban alrededor de 1.500 aislamientos, para 1999 los reportes de trece países alcanzaban a 80.000 aislamientos, para el año 2004 dieciocho países aportaban 150.000 aislamientos, finalmente en el año 2006 los resultados de veinte países alcanzaban a 200.000 aislamientos. Véase que el impacto fue definitivamente ponderable a la hora de valorar este esfuerzo en su conjunto.
Las especies bajo monitoreo en la actualidad comprenden dos grupos:
Comunitarios: Salmonella spp., Shigella spp., Vibrio cholerae, Escherichia coli, Neisseria meningitidis, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Neisseria gonorrhoeae, Campylobacter spp.
Intrahospitalarios: Enterococcus spp., Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter spp., Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Enterobacter spp.
El monitoreo de Bolivia muestra una tendencia por la cual se incrementa paulatinamente la resistencia expresada en términos porcentuales, tanto en especies comunitarias como también en las de carácter intrahospitalario (16).
Es preciso indicar que nuestro país cuenta con una red nacional de veintiocho laboratorios de bacteriología en ocho departamentos y coordinados por el Laboratorio de Referencia Nacional en Bacteriología Clínica LRNBC dependiente del Instituto Nacional de Laboratorios en Salud “Dr. Néstor Morales Villazón” – INLASA, mismos que tienen una garantía de calidad suficiente para poder recolectar información de buena calidad que permite estructurar los mapas epidemiológicos de este monitoreo. Baste apuntar que estos laboratorios están debidamente estandarizados en las técnicas del antibiograma convencional, además de rendir dos evaluaciones de desempeño anuales, visitas de supervisión tanto nacionales como internacionales; amén de contar con todos los requerimientos en el área de control de calidad interno.
Bolivia desarrolló aún más su red nacional y con ello prácticamente alcanzó la mayoría de edad en lo que se refiere a tareas de monitoreo, situación que obliga a que este esfuerzo no deba detenerse, más al contrario queda todavía mucho trabajo por delante y es que ya no es suficiente trabajar con porcentajes sino que se hace imperioso empezar a introducir denominadores logrando de esta forma una mejor comprensión y conocimiento de lo que en realidad estaría sucediendo en nuestro país, a la vez que se hace tarea ineludible acrecentar la capacidad diagnóstica y resolutiva de más laboratorios del país.
Estos últimos alcances permiten posicionar esta iniciativa aún más en el país avanzando al empoderamiento final de todo este esfuerzo, aspecto que transversaliza desde la decisión política de asumir este reto, modernizar todo este andamiaje para las tareas logísticas, profundizar las tareas de normalización por parte del laboratorio referencial, manejar pertinente y oportunamente la información que emerge desde los laboratorios, integrar a todos los actores – hoy por hoy todavía dispersos – involucrados en este trabajo, apoyar y profundizar la rectoría en los sistemas de salud a partir del reconocimiento de la autoridad, medir el impacto de todas las acciones para efectos de supervisión y mejoramiento continuos.
Las herramientas hasta aquí utilizadas por los laboratorios referenciales deben ser renovadas y mejoradas de manera que tareas como la normalización, capacitación, control de calidad interno, evaluación externa del desempeño, sistemas uniformes de supervisión y auditoria aplicables a toda la nación, finalmente no perder los sistemas únicos de lectura e interpretación de la resistencia para hacer comparables nuestros resultados.
Finalmente todavía podemos llamar aún más la atención sobre este problema y es que en el campo específico de la investigación y el desarrollo de nuevas moléculas observamos con preocupación que laboratorios farmacéuticos como Aventis, Bristol Myers Squibb, Lilly, Glaxo Smith Kline, Procter & Gamble, Roche y Wyeth han anunciado el retiro o disminución de la producción de antibacterianos (17), (18). En el año 2002 de 89 nuevos medicamentos aprobados por la Federal Drug Administration, no se aprobó fármaco antibacteriano alguno. Es más, de 506 nuevas moléculas que a la fecha se hallan en desarrollo por los principales laboratorios internacionales, sólo 6 son antibacterianos. Y es que cuando se revisa el año de origen de los antimicrobianos con los que estamos trabajando en nuestro medio, no se encuentra moléculas novedosas, aspecto que hace todavía más sombrío el horizonte, obligándonos a cuidar lo que tenemos y a utilizar la actitud más racional, reflexiva y científica a la par que ética en el manejo de estas drogas.
A la fecha se ha logrado alcanzar un conjunto de veinte países de la región de las américas , conjunto en el que también se halla Bolivia desde el año 2000 (15) y que informan anualmente la resistencia a diferentes antimicrobianos a partir de dos paneles de microorganismos, comunitarios e intrahospitalarios, expresada en porcentajes.
Para 1996 – 1997 los reportes de ocho países mostraban alrededor de 1.500 aislamientos, para 1999 los reportes de trece países alcanzaban a 80.000 aislamientos, para el año 2004 dieciocho países aportaban 150.000 aislamientos, finalmente en el año 2006 los resultados de veinte países alcanzaban a 200.000 aislamientos. Véase que el impacto fue definitivamente ponderable a la hora de valorar este esfuerzo en su conjunto.
Las especies bajo monitoreo en la actualidad comprenden dos grupos:
Comunitarios: Salmonella spp., Shigella spp., Vibrio cholerae, Escherichia coli, Neisseria meningitidis, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Neisseria gonorrhoeae, Campylobacter spp.
Intrahospitalarios: Enterococcus spp., Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter spp., Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Enterobacter spp.
El monitoreo de Bolivia muestra una tendencia por la cual se incrementa paulatinamente la resistencia expresada en términos porcentuales, tanto en especies comunitarias como también en las de carácter intrahospitalario (16).
Es preciso indicar que nuestro país cuenta con una red nacional de veintiocho laboratorios de bacteriología en ocho departamentos y coordinados por el Laboratorio de Referencia Nacional en Bacteriología Clínica LRNBC dependiente del Instituto Nacional de Laboratorios en Salud “Dr. Néstor Morales Villazón” – INLASA, mismos que tienen una garantía de calidad suficiente para poder recolectar información de buena calidad que permite estructurar los mapas epidemiológicos de este monitoreo. Baste apuntar que estos laboratorios están debidamente estandarizados en las técnicas del antibiograma convencional, además de rendir dos evaluaciones de desempeño anuales, visitas de supervisión tanto nacionales como internacionales; amén de contar con todos los requerimientos en el área de control de calidad interno.
Bolivia desarrolló aún más su red nacional y con ello prácticamente alcanzó la mayoría de edad en lo que se refiere a tareas de monitoreo, situación que obliga a que este esfuerzo no deba detenerse, más al contrario queda todavía mucho trabajo por delante y es que ya no es suficiente trabajar con porcentajes sino que se hace imperioso empezar a introducir denominadores logrando de esta forma una mejor comprensión y conocimiento de lo que en realidad estaría sucediendo en nuestro país, a la vez que se hace tarea ineludible acrecentar la capacidad diagnóstica y resolutiva de más laboratorios del país.
Estos últimos alcances permiten posicionar esta iniciativa aún más en el país avanzando al empoderamiento final de todo este esfuerzo, aspecto que transversaliza desde la decisión política de asumir este reto, modernizar todo este andamiaje para las tareas logísticas, profundizar las tareas de normalización por parte del laboratorio referencial, manejar pertinente y oportunamente la información que emerge desde los laboratorios, integrar a todos los actores – hoy por hoy todavía dispersos – involucrados en este trabajo, apoyar y profundizar la rectoría en los sistemas de salud a partir del reconocimiento de la autoridad, medir el impacto de todas las acciones para efectos de supervisión y mejoramiento continuos.
Las herramientas hasta aquí utilizadas por los laboratorios referenciales deben ser renovadas y mejoradas de manera que tareas como la normalización, capacitación, control de calidad interno, evaluación externa del desempeño, sistemas uniformes de supervisión y auditoria aplicables a toda la nación, finalmente no perder los sistemas únicos de lectura e interpretación de la resistencia para hacer comparables nuestros resultados.
Finalmente todavía podemos llamar aún más la atención sobre este problema y es que en el campo específico de la investigación y el desarrollo de nuevas moléculas observamos con preocupación que laboratorios farmacéuticos como Aventis, Bristol Myers Squibb, Lilly, Glaxo Smith Kline, Procter & Gamble, Roche y Wyeth han anunciado el retiro o disminución de la producción de antibacterianos (17), (18). En el año 2002 de 89 nuevos medicamentos aprobados por la Federal Drug Administration, no se aprobó fármaco antibacteriano alguno. Es más, de 506 nuevas moléculas que a la fecha se hallan en desarrollo por los principales laboratorios internacionales, sólo 6 son antibacterianos. Y es que cuando se revisa el año de origen de los antimicrobianos con los que estamos trabajando en nuestro medio, no se encuentra moléculas novedosas, aspecto que hace todavía más sombrío el horizonte, obligándonos a cuidar lo que tenemos y a utilizar la actitud más racional, reflexiva y científica a la par que ética en el manejo de estas drogas.