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miércoles, 17 de febrero de 2021

RECOMENDACIONES ACTUALIZADAS PARA EL TRATAMIENTO DE LA GONORREA

Bridget M. Kuehn, MSJ JAMA. 2021; 325 (6): 523. doi: 10.1001 / jama.2021.0241 Las recomendaciones actualizadas para el tratamiento de la gonorrea tienen como objetivo combatir el aumento de la resistencia a los medicamentos. Las infecciones de transmisión sexual por Neisseria gonorrhoeae han aumentado en casi dos tercios desde 2014. Si no se trata, la infección puede causar enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo ectópico, infertilidad y un mayor riesgo de infección por VIH. Anteriormente, los CDC recomendaban una dosis intramuscular única de 250 mg de ceftriaxona y una dosis oral única de 1 g de azitromicina para tratar la gonorrea no complicada y la posible coinfección con Chlamydia trachomatis . Sin embargo, la revisión realizada por el personal de los CDC y otros expertos durante 2018 y 2019 generó preocupaciones sobre el aumento de la resistencia a los medicamentos. Por ejemplo, la vigilancia de los CDC indicó que el porcentaje de N. gonorrhoeae los aislados con susceptibilidad reducida a la azitromicina aumentaron 7 veces entre 2013 y 2018. Como resultado, los CDC ahora recomiendan una dosis única intramuscular de ceftriaxona de 500 mg para la gonorrea no complicada. Los autores también recomiendan un ciclo de 100 mg de doxiciclina durante 7 días por vía oral dos veces al día para pacientes con posible coinfección por clamidia. Para los pacientes con alergia a las cefalosporinas, se recomienda una dosis intramuscular única de 240 mg de gentamicina y una dosis oral única de 2 g de azitromicina. Una sola dosis oral de 8 mg de cefixima es una alternativa sugerida si no se dispone de ceftriaxona intramuscular. Sin embargo, los autores señalaron que la cefixima puede ser menos eficaz contra la gonorrea faríngea. Los pacientes con gonorrea faríngea deben ser reexaminados 1 a 2 semanas después del tratamiento, independientemente del régimen, para verificar la curación, sugirieron los autores. Los autores también recomendaron volver a realizar la prueba a todos los pacientes 3 meses después del tratamiento porque las tasas de reinfección durante el próximo año pueden llegar al 12%. “Continuar monitoreando la aparición de resistencia a la ceftriaxona a través de la vigilancia y la notificación de fallas del tratamiento por parte de los proveedores de atención médica será esencial para garantizar la eficacia continua de los regímenes recomendados”, escribieron los autores.