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martes, 1 de abril de 2008

¿HAY ALGUIEN AHÍ? – Cuarta Parte



La búsqueda de otras civilizaciones inteligentes IV
por Guillermo León

El inicio del SETI
SETI es el acrónimo de "Search for Extra-Terrestrial Intelligence" (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre).
Al principio de los años 70, el Ames Research Center de la NASA, empezó a pensar en la tecnología necesaria para una búsqueda efectiva de posibles señales de radio procedentes de civilizaciones extraterrestres.
Un equipo de grandes expertos, bajo la dirección de Bernard Oliver, que dejó la Hewlett-Packard Corporation, realizaró un completo estudio para la NASA conocido como Proyecto Cyclops.
Del informe Cyclops surgió un análisis científico de SETI y de sus características tecnológicas, que son aún la base en el que se han desarrollado muchos de los trabajos posteriores.
Así durante esa década de los 70, muchos radioastrónomos realizaron búsquedas, usando las antenas y receptores existentes. Las primeras iniciativas fueron el Proyecto META de la Planetary Society, el Proyecto SERENDIP de la Universidad de California, y un programa de larga duración de la Universidad Estatal de Ohio.
En 1988, después de una década de estudios y diseños basados en SETI, la NASA funda el proyecto HRMS (High Resolution Microwave Survey), Búsqueda de Micro-ondas de Alta Resolución. Este proyecto es conducido por la División de Exploración del Sistema Solar de la Oficina de Aplicaciones y Ciencias Espaciales de la NASA.
Parte del programa utilizó técnicas astronómicas en busca de evidencias de planetas alrededor de otras estrellas. En el proyecto estaban involucrados el Centro de Investigacion Ames en Moffett Field, California, el Jet Propulsion Laboratory (JPL) en Pasadena, California, participando además, la Deep Space Network y varias universidades.
El plan de exploración estaba formado por 2 modos de búsqueda complementarios: el primero constaba de exploraciones generales de todo el cielo y el segundo consistía en unas exploraciones dirigidas. Ambos modos utilizaron los equipos de analizadores digitales de espectro y procesadores de señal mas avanzados, para llevar a cabo las observaciones de forma automática.
Las exploraciones de cielo completo, conducidas por el JPL, observarían la esfera celeste entera rastreando en un rango de frecuencias de 1.000 a 10.000 MHz además de las superiores a 25.000 MHz para explorar la posibilidad de que las civilizaciones estuviesen transmitiendo señales fuertes como guía.
Para esta parte del proyecto se utilizarían el grupo de antenas, de 34 metros de diámetro, de la Deep Space Network.
Las exploraciones dirigidas, conducidas por el Centro de Investigación Ames, buscarían señales originadas cerca de estrellas parecidas a nuestro Sol situadas a menos de 100 años luz de distancia de la Tierra.
El objetivo sería probar la hipótesis de que las civilizaciones estaban usando avanzadas tecnologías de frecuencias de microondas y que nuestros radio-telescopios eran capaces de detectarlas. Se observarían cúmulos de estrellas y algunas galaxias cercanas en un rango de frecuencias de 1.000 a 3.000 MHz y algunos de los radiotelescopios más grandes que se usarían serían de la Fundación Nacional de Ciencia en Arecibo (Puerto Rico) con una antena de 305 metros de diámetro, el del Observatorio Radio-Astronómico Nacional en Green Bank (Virginia Oeste) con una antena de 42 metros de diámetro y un radiotelescopio australiano situado en Parkes (Australia) con una antena de 64 metros de diámetro.
Cuatro años más tarde, coincidiendo con el aniversario de la llegada de Colón al Nuevo Mundo, comienzan las observaciones.
Menos de un año después, el congreso norteamericano decidió cancelar la financiación del programa.
El proyecto SETI@Home
El 17 de mayo de 1999 se presentó oficialmente al público el Proyecto SETI at Home (SETI@Home).
SETI@Home es una iniciativa de carácter privado, un experimento en el que se utiliza el potencial de millones de ordenadores conectados a internet, de usuarios voluntarios de todas las partes del mundo con el fin de realizar una búsqueda de inteligencia extraterrestre.
Las señales son captadas por el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, que con sus 305 metros de diámetro es el mayor del mundo, lo que permite recoger señales mucho más débiles que cualquier otro radiotelescopio.
Estas señales se envían a la Universidad de Berkeley, California, donde se dividen en fragmentos muy pequeños que son repartidos entre los millones de usuarios inscritos en el proyecto.
Para analizar toda la información recogida en Arecibo en un sólo ordenador, se necesitaría que este fuera el más grande jamás construido, y su coste lo haría impracticable para un proyecto de estas características que no busca un interés económico. Así que los fundadores del proyecto pensaron que habiendo millones de ordenadores conectados a Internet alrededor de todo el mundo, estos podrían colaborar de alguna manera.
Y ciertamente tras 8 años de funcionamiento el proyecto SETI@Home parece haber logrado sus objetivos, al menos en participación. Sus millones de ordenadores adscritos al programa le permiten una capacidad de proceso de datos similar a los grandes supercomputadores actuales.