Que el advenimiento de la Navidad y el nuevo año sean una nueva oportunidad para renovar sueños y esperanzas. Que la partida de este año viejo signifique la pérdida de frustraciones y sinsabores. Que la humanidad jamás pierda el sentido de su esencia.
Son los deseos de vuestro invariable amigo.
Ac. Dr. Christian TRIGOSO AGUDO
La Paz - BOLIVIA
SUD AMÉRICA
jueves, 8 de diciembre de 2016
UNA INFECCIÓN MULTIRRESISTENTE SE EXTIENDE ENTRE LOS PACIENTES CON FIBROSIS QUÍSTICA
11 de noviembre de 2016 – Fuente: Science
Según una reciente investigación, una infección multirresistente que puede causar graves infecciones en personas con fibrosis quística se ha extendido a nivel mundial. El estudio, dirigido por la Universidad de Cambridge y el Instituto Wellcome Trust Sanger, en Gran Bretaña, también sugiere que la limpieza convencional no será suficiente para eliminar el patógeno, que puede transmitirse a través de superficies contaminadas o por el aire. Mycobacterium abscessus es una especie de micobacteria resistente a múltiples fármacos que puede transmitirse de un paciente a otro y que cada vez es más virulenta en pacientes con enfermedades pulmonares. Puede causar una neumonía severa que lleva a aceleración de daño inflamatorio en los pulmones y evitar un trasplante pulmonar seguro. Tan solo uno de cada tres casos se trata con éxito. Mediante la secuenciación de todo el genoma de más de 1.000 aislamientos de micobacterias de 517 personas que asisten a centros de fibrosis quística especializados en Europa, Estados Unidos y Australia, los investigadores han demostrado que la mayoría de los pacientes han adquirido formas transmisibles de M. abscessus. Por el aire y superficies contaminadas Un análisis posterior sugiere que la infección puede transmitirse dentro de los hospitales a través de superficies contaminadas y por transmisión aérea, lo cual representa un reto potencialmente serio para las prácticas de control de infecciones en los hospitales. “Esta micobacteria puede causar infecciones muy graves que son extremadamente difíciles de tratar, que requieren un tratamiento combinado con múltiples antibióticos durante 18 meses o más”, dice el profesor Andres Floto, del Departamento de Medicina de la Universidad de Cambridge y el Centro de Cambridge para Infección Pulmonar. “Parece haber entrado inicialmente en la población de pacientes desde el ambiente, pero creemos que ha evolucionado recientemente para convertirse en capaz de saltar de paciente a paciente, volviéndose más virulenta a medida que lo hace”, detalla. El profesor Julian Parkhill, del Wellcome Trust Sanger Institute, en Cambridgeshire, añade: “Nuestra investigación debe proporcionar un grado de esperanza: ahora que sabemos la magnitud del problema y estamos empezando a entender cómo se propaga la infección, podemos empezar a responder. Nuestro trabajo ya ha ayudado a aportar datos para las políticas de control de infecciones y proporciona los medios para monitorear la efectividad de éstas”.
Según una reciente investigación, una infección multirresistente que puede causar graves infecciones en personas con fibrosis quística se ha extendido a nivel mundial. El estudio, dirigido por la Universidad de Cambridge y el Instituto Wellcome Trust Sanger, en Gran Bretaña, también sugiere que la limpieza convencional no será suficiente para eliminar el patógeno, que puede transmitirse a través de superficies contaminadas o por el aire. Mycobacterium abscessus es una especie de micobacteria resistente a múltiples fármacos que puede transmitirse de un paciente a otro y que cada vez es más virulenta en pacientes con enfermedades pulmonares. Puede causar una neumonía severa que lleva a aceleración de daño inflamatorio en los pulmones y evitar un trasplante pulmonar seguro. Tan solo uno de cada tres casos se trata con éxito. Mediante la secuenciación de todo el genoma de más de 1.000 aislamientos de micobacterias de 517 personas que asisten a centros de fibrosis quística especializados en Europa, Estados Unidos y Australia, los investigadores han demostrado que la mayoría de los pacientes han adquirido formas transmisibles de M. abscessus. Por el aire y superficies contaminadas Un análisis posterior sugiere que la infección puede transmitirse dentro de los hospitales a través de superficies contaminadas y por transmisión aérea, lo cual representa un reto potencialmente serio para las prácticas de control de infecciones en los hospitales. “Esta micobacteria puede causar infecciones muy graves que son extremadamente difíciles de tratar, que requieren un tratamiento combinado con múltiples antibióticos durante 18 meses o más”, dice el profesor Andres Floto, del Departamento de Medicina de la Universidad de Cambridge y el Centro de Cambridge para Infección Pulmonar. “Parece haber entrado inicialmente en la población de pacientes desde el ambiente, pero creemos que ha evolucionado recientemente para convertirse en capaz de saltar de paciente a paciente, volviéndose más virulenta a medida que lo hace”, detalla. El profesor Julian Parkhill, del Wellcome Trust Sanger Institute, en Cambridgeshire, añade: “Nuestra investigación debe proporcionar un grado de esperanza: ahora que sabemos la magnitud del problema y estamos empezando a entender cómo se propaga la infección, podemos empezar a responder. Nuestro trabajo ya ha ayudado a aportar datos para las políticas de control de infecciones y proporciona los medios para monitorear la efectividad de éstas”.
RUSIA: DECODIFICAN EL ARMA BIOLÓGICA QUE CAUSÓ LA CATÁSTROFE SILENCIOSA DE SVERDLOVSK
27 de septiembre de 2016 – Fuente: mBio
En Rusia, en plena fase de distensión de la Guerra Fría, algo falla: la fuga de una bacteria de unos laboratorios secretos en los que se experimenta para dar con armas biológicas perfectas provoca la muerte de entre 66 y 100 ciudadanos. La cifra real nunca se conoció. Sí se sabe que aquellas personas murieron desangradas por dentro, víctimas de unas terribles hemorragias internas para las que costaba encontrar una causa. El caso ocurrió en 1979, en la ciudad soviética de Sverdlovsk (hoy Yekaterinburg), pero no ha sido hasta ahora cuando unos científicos han podido determinar la secuencia genética de aquella cepa de ántrax. Cuarenta años más tarde se ha confirmado que la bacteria, ya de por sí peligrosa, había sido modificada para hacerla altamente letal. La fuga de 1979 se intentó encubrir a base de mentiras. El gobierno ruso sabía que si se descubría la verdad se evidenciaría que estaba violando la Convención sobre Armas Químicas que había tenido lugar cuatro años antes. En aquel encuentro, se prohibió el desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas biológicas y los países se comprometieron al desarme de este tipo de mal. Con ese acuerdo se enterraban los últimos cuchillos de la Guerra Fría. Pero Rusia desconoció aquella convención y siguió experimentando en secreto. Aquel laboratorio instalado en Yekaterinburg, a 1.400 kilómetros de Moscú, tenía esa finalidad. Nadie se hubiera enterado si en abril de ese año no se hubiera producido un fallo en el sistema de ventilación de esas instalaciones. Unos filtros de aire mal colocados desataron una catástrofe silenciosa. Aquel día se liberaron esporas de ántrax al exterior y la gente las comenzó a inhalar. Los médicos se vieron desbordados por la cantidad de gente que llegaba a los hospitales con los pulmones rasgados y acababa con una hemorragia cerebral. Las autoridades salieron a expresar que esa epidemia se debía al consumo de carne contaminada y se deshicieron de los registros médicos de los fallecidos. Para que la versión tuviera credibilidad, se detuvo a vendedores de carne y se sacrificó a algunos animales. Sin embargo, algunos intuyeron que en aquello no había verdad. En 1994, una investigación liderada por la Universidad de Harvard demostró que la causa real del accidente había sido una inhalación de esporas de ántrax. Pero aquellos científicos no fueron capaces de secuenciar completamente el ADN modificado de la bacteria. Para combatir el ántrax, una enfermedad que afecta al ganado y raramente a los humanos, existen medicamentos e incluso una vacuna para inmunizar a las personas. Sin embargo, los soviéticos intentaron durante la Guerra Fría crear una cepa resistente a los antibióticos y a los antígenos. Un equipo de investigadores descifró recientemente el genoma completo de esa bacteria superpotente gracias a las muestras que se guardaron en su día provenientes de tejidos de víctimas mortales de la epidemia de 1979. Comparando la cepa con el árbol genealógico de otras cepas de ántrax, descubrieron que el código de ADN de la cepa letal apenas difería del de la cepa utilizada para crear la vacuna. Los resultados apuntan a que los soviéticos manipularon ambas para crear una altamente virulenta. “Todo esto es sumamente indicativo de un programa de armas que identificó una cepa adecuada, mantuvo las reservas de células maestras y realizó manipulaciones mínimas para mantener la virulencia”, concluyó el equipo. “Fue uno de los brotes de ántrax por inhalación más grandes de la historia y uno de los pocos rastros del secreto soviético que se dedica a la investigación de armas biológicas”, escribió Beth Mole, periodista de ArsTechnica. En 1992, Borís Nikoláievich Yeltsin, el entonces presidente de Rusia, aprobó un decreto que prohibía esta clase de experimentos con fines militares. Sin embargo, Mole tiene dudas de que esas pruebas concluyeran por completo. “Los informes de los desertores soviéticos en la década de 1990 hablan de un vasto y altamente financiado programa que involucra a decenas de miles de investigadores que trabajan en armas biológicas”, escribe. Aunque ninguna prueba demuestre que los experimentos sigan ocurriendo, al menos tranquiliza saber que el genoma de una de las cepas más letales haya sido desvelado. A partir de aquí se podría investigar una cura para hacer frente a esta clase de ántrax en el caso de que se liberara si ocurriera una guerra biológica en el futuro.
En Rusia, en plena fase de distensión de la Guerra Fría, algo falla: la fuga de una bacteria de unos laboratorios secretos en los que se experimenta para dar con armas biológicas perfectas provoca la muerte de entre 66 y 100 ciudadanos. La cifra real nunca se conoció. Sí se sabe que aquellas personas murieron desangradas por dentro, víctimas de unas terribles hemorragias internas para las que costaba encontrar una causa. El caso ocurrió en 1979, en la ciudad soviética de Sverdlovsk (hoy Yekaterinburg), pero no ha sido hasta ahora cuando unos científicos han podido determinar la secuencia genética de aquella cepa de ántrax. Cuarenta años más tarde se ha confirmado que la bacteria, ya de por sí peligrosa, había sido modificada para hacerla altamente letal. La fuga de 1979 se intentó encubrir a base de mentiras. El gobierno ruso sabía que si se descubría la verdad se evidenciaría que estaba violando la Convención sobre Armas Químicas que había tenido lugar cuatro años antes. En aquel encuentro, se prohibió el desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas biológicas y los países se comprometieron al desarme de este tipo de mal. Con ese acuerdo se enterraban los últimos cuchillos de la Guerra Fría. Pero Rusia desconoció aquella convención y siguió experimentando en secreto. Aquel laboratorio instalado en Yekaterinburg, a 1.400 kilómetros de Moscú, tenía esa finalidad. Nadie se hubiera enterado si en abril de ese año no se hubiera producido un fallo en el sistema de ventilación de esas instalaciones. Unos filtros de aire mal colocados desataron una catástrofe silenciosa. Aquel día se liberaron esporas de ántrax al exterior y la gente las comenzó a inhalar. Los médicos se vieron desbordados por la cantidad de gente que llegaba a los hospitales con los pulmones rasgados y acababa con una hemorragia cerebral. Las autoridades salieron a expresar que esa epidemia se debía al consumo de carne contaminada y se deshicieron de los registros médicos de los fallecidos. Para que la versión tuviera credibilidad, se detuvo a vendedores de carne y se sacrificó a algunos animales. Sin embargo, algunos intuyeron que en aquello no había verdad. En 1994, una investigación liderada por la Universidad de Harvard demostró que la causa real del accidente había sido una inhalación de esporas de ántrax. Pero aquellos científicos no fueron capaces de secuenciar completamente el ADN modificado de la bacteria. Para combatir el ántrax, una enfermedad que afecta al ganado y raramente a los humanos, existen medicamentos e incluso una vacuna para inmunizar a las personas. Sin embargo, los soviéticos intentaron durante la Guerra Fría crear una cepa resistente a los antibióticos y a los antígenos. Un equipo de investigadores descifró recientemente el genoma completo de esa bacteria superpotente gracias a las muestras que se guardaron en su día provenientes de tejidos de víctimas mortales de la epidemia de 1979. Comparando la cepa con el árbol genealógico de otras cepas de ántrax, descubrieron que el código de ADN de la cepa letal apenas difería del de la cepa utilizada para crear la vacuna. Los resultados apuntan a que los soviéticos manipularon ambas para crear una altamente virulenta. “Todo esto es sumamente indicativo de un programa de armas que identificó una cepa adecuada, mantuvo las reservas de células maestras y realizó manipulaciones mínimas para mantener la virulencia”, concluyó el equipo. “Fue uno de los brotes de ántrax por inhalación más grandes de la historia y uno de los pocos rastros del secreto soviético que se dedica a la investigación de armas biológicas”, escribió Beth Mole, periodista de ArsTechnica. En 1992, Borís Nikoláievich Yeltsin, el entonces presidente de Rusia, aprobó un decreto que prohibía esta clase de experimentos con fines militares. Sin embargo, Mole tiene dudas de que esas pruebas concluyeran por completo. “Los informes de los desertores soviéticos en la década de 1990 hablan de un vasto y altamente financiado programa que involucra a decenas de miles de investigadores que trabajan en armas biológicas”, escribe. Aunque ninguna prueba demuestre que los experimentos sigan ocurriendo, al menos tranquiliza saber que el genoma de una de las cepas más letales haya sido desvelado. A partir de aquí se podría investigar una cura para hacer frente a esta clase de ántrax en el caso de que se liberara si ocurriera una guerra biológica en el futuro.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS: DECÁLOGO DE LA SEIMC
En el marco de este Día Europeo, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) también resaltó las dimensiones de esta problemática de salud pública que, tal y como ha estimado, este año causará el fallecimiento de alrededor de 2.500 personas en España. Además, esta sociedad ha puesto a disposición de los usuarios un decálogo para combatir la resistencia antimicrobiana:
1. Convertir el uso adecuado de los antibióticos en la medicina, en la ganadería y en la agricultura, en un estándar de calidad prioritario.
2. Hacer obligatorios los Programas de Optimización de Uso de Antibióticos (PROA) como programas de calidad asistencial basados en la formación en los hospitales y en atención primaria, y dotarlos de los medios necesarios.
3. Dotar con los recursos necesarios a los Servicios/Laboratorios de Microbiología para la detección de las resistencias bacterianas, creando pruebas de diagnóstico rápido y estudios de sensibilidad.
4. Disponer de información en tiempo real de los indicadores clave en consumo de antibióticos, resistencias bacterianas y en sus consecuencias clínicas.
5. Impulsar los programas multidisciplinares de vigilancia, prevención y control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria junto a los de uso apropiado de los antimicrobianos, a semejanza del Programa Integral de Prevención y Control de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria y Uso Apropiado de los Antimicrobianos (PIRASOA) de Andalucía y de programas similares en Catalunya. 6. Crear la especialidad de enfermedades infecciosas y mantener la formación actual de los microbiólogos.
7. Educar a los ciudadanos, desde la escuela a la universidad, en el buen uso de los antibióticos.
8. Impulsar el desarrollo de nuevos antibióticos, participando en los ensayos clínicos y agilizando su incorporación a la práctica clínica. Investigar con los antibióticos disponibles para mejorar su eficacia y seguridad.
9. Investigar en otras medidas, no antibióticas, para la prevención, control y tratamiento de las infecciones por bacterias multirresistentes.
10. Optimizar las tasas de vacunación, particularmente frente a la influenza, de los profesionales sanitarios y de los ciudadanos.
1. Convertir el uso adecuado de los antibióticos en la medicina, en la ganadería y en la agricultura, en un estándar de calidad prioritario.
2. Hacer obligatorios los Programas de Optimización de Uso de Antibióticos (PROA) como programas de calidad asistencial basados en la formación en los hospitales y en atención primaria, y dotarlos de los medios necesarios.
3. Dotar con los recursos necesarios a los Servicios/Laboratorios de Microbiología para la detección de las resistencias bacterianas, creando pruebas de diagnóstico rápido y estudios de sensibilidad.
4. Disponer de información en tiempo real de los indicadores clave en consumo de antibióticos, resistencias bacterianas y en sus consecuencias clínicas.
5. Impulsar los programas multidisciplinares de vigilancia, prevención y control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria junto a los de uso apropiado de los antimicrobianos, a semejanza del Programa Integral de Prevención y Control de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria y Uso Apropiado de los Antimicrobianos (PIRASOA) de Andalucía y de programas similares en Catalunya. 6. Crear la especialidad de enfermedades infecciosas y mantener la formación actual de los microbiólogos.
7. Educar a los ciudadanos, desde la escuela a la universidad, en el buen uso de los antibióticos.
8. Impulsar el desarrollo de nuevos antibióticos, participando en los ensayos clínicos y agilizando su incorporación a la práctica clínica. Investigar con los antibióticos disponibles para mejorar su eficacia y seguridad.
9. Investigar en otras medidas, no antibióticas, para la prevención, control y tratamiento de las infecciones por bacterias multirresistentes.
10. Optimizar las tasas de vacunación, particularmente frente a la influenza, de los profesionales sanitarios y de los ciudadanos.
LOS MÉDICOS DE EE. UU. SIGUEN RECETANDO FÁRMACOS EN EXCESO, SEGÚN UNA ENCUESTA
Más de uno de cada cuatro reciben antibióticos cuando los medicamentos probablemente no harán ningún bien
Traducido del inglés: martes, 6 de diciembre, 2016
LUNES, 5 de diciembre de 2016 (HealthDay News) -- A pesar de las evidencias de que ciertos medicamentos no siempre son necesarios, los médicos siguen recetando esos tratamientos, revela una nueva encuesta de médicos.
Los antibióticos son, con gran diferencia, los fármacos utilizados con más frecuencia en situaciones en que no proveen un valor para los pacientes. La encuesta encontró que más de una cuarta de los médicos encuestados (un 27 por ciento) dijeron que los antibióticos con frecuencia se administran a pacientes cuando esos medicamentos no harán ningún bien.
En la mayoría de los casos, los antibióticos se recetan para tratar infecciones respiratorias superiores, aunque lo más frecuente es que sean provocadas por virus, que no son afectados por estos medicamentos, apuntó el Dr. Amir Qaseem, vicepresidente de políticas clínicas del Colegio Americano de Médicos (American College of Physicians, ACP), y presidente del Grupo de Trabajo de Atención de Alto Valor del ACP.
Otros tratamientos que los médicos usan con frecuencia a pesar de su valor cuestionable incluyen tratamientos agresivos para pacientes terminalmente enfermos (un 9 por ciento), medicamentos recetados para el dolor crónico (un 7 por ciento), y complementos dietéticos como aceite de pescado y multivitamínicos (un 5 por ciento), reveló la encuesta.
"Se desperdicia mucho en nuestro sistema de atención de la salud, y debemos reconocerlo", comentó Qaseem.
Los resultados son de una encuesta aleatoria de 5,000 médicos miembros del ACP. La encuesta pidió a los médicos que identificaran dos tratamientos usados con frecuencia por los internistas que tenían pocas probabilidades de proveer una atención de gran valor a los pacientes.
"El valor no es lo mismo que el costo", aclaró Qaseem. "Un gran valor es una función de los beneficios, los daños y el costo de una intervención, todo en conjunto. Solo porque algo sea muy caro no hace que sea de poco valor. Hay tratamientos caros que proveen un gran valor".
Los medicamentos que se mencionaron más comúnmente como que se usan bajo circunstancias cuestionables son los antibióticos, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre el surgimiento de los "súper gérmenes" resistentes a los antibióticos.
En Estados Unidos, al menos dos millones de personas al año se infectan con bacterias que son resistentes a los antibióticos, y al menos 23,000 mueren como resultado directo de esas infecciones, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Los mismos CDC estiman que hasta la mitad del uso de los antibióticos en los humanos es innecesario o inadecuado. Cada año se emiten en Estados Unidos un estimado de 47 millones de recetas de antibióticos innecesarios, dijo la agencia.
La presión por satisfacer las expectativas de los pacientes podría estar motivando a algunos médicos a recetar antibióticos, apuntó Qaseem.
"Si un paciente va al consultorio de un médico y tiene una infección del tracto respiratorio superior, lo más frecuente es que sea viral y que se sane sola en unos pocos días", apuntó Qaseem. "Uno le dice al paciente que vaya a casa, descanse y que estará bien, pero en general la expectativa de un paciente es que uno haga algo más".
Los médicos también podrían estar practicando medicina defensiva para evitar potenciales demandas por mala práctica, o intentando cumplir medidas de rendimiento clínico que indican tratamientos generales que deben ser aplicados a todos los pacientes, dijo Qaseem.
El Dr. Michael Munger, presidente electo de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians) y médico de familia en Overland Park, Kansas, dijo que la experiencia previa y la historia institucional también tienen un rol.
"La opinión común era que muchas infecciones respiratorias superiores eran bacterianas, y que por tanto un tratamiento con antibióticos sería necesario", dijo Munger.
"Lo bueno de seguir una disciplina en la atención primaria es que se continúa evaluando el trabajo que se hace, se observan las evidencias y se hace lo que las evidencias respaldan", continuó. "Ahora estamos reconociendo estudios que están saliendo y que muestran que las infecciones respiratorias superiores son virales, no bacterianas, así que actualmente hay un proceso de cambio de hábitos en la práctica".
Qaseem y Munger se mostraron de acuerdo en que los pacientes deben sentir la libertad de cuestionar al médico con respecto a los medicamentos y tratamientos recetados, en lugar de aceptar las cosas al pie de la letra".
"A mí personalmente me alegra", dijo Munger, "porque soy socio del paciente, y parte de mi rol es informar a un paciente de forma integral sobre lo que tiene y cuáles son las opciones de tratamiento".
Los pacientes ya comienzan a cuestionar las recetas de antibióticos, probablemente debido a la atención mediática sobre las bacterias resistentes a esos fármacos, anotó Munger.
"Tuve un caso reciente de neumonía, y le dije que necesitábamos usar antibióticos", recordó. "La paciente me preguntó '¿Está seguro?', y tuve que asegurarle que era la mejor manera de proceder".
Por otro lado, los pacientes están comenzando a enterarse, a través de sus médicos, de que muchos complementos dietéticos cuestan mucho pero hacen poco, o ningún, bien.
"Ahora estamos obteniendo las evidencias para decirle al paciente que en realidad no necesitan un complemento. Eso no le ayudará", dijo Munger. "En la mayoría de los casos, dicen 'Caramba, creí que estaba haciendo algo bueno por mí. Si puedo ahorrar algo de dinero, no lo seguiré haciendo'".
Los hallazgos del estudio se publicaron en línea el 5 de diciembre en la revista Annals of Internal Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Amir Qaseem, M.D., Ph.D., vice president of clinical policy, American College of Physicians, and chair of the ACP's High Value Care Task Force; Michael Munger, M.D., president-elect, American Academy of Family Physicians, and family doctor, Overland Park, Kansas; Dec. 5, 2016, Annals of Internal Medicine, online
HealthDay
(c) Derechos de autor 2016, HealthDay
Traducido del inglés: martes, 6 de diciembre, 2016
LUNES, 5 de diciembre de 2016 (HealthDay News) -- A pesar de las evidencias de que ciertos medicamentos no siempre son necesarios, los médicos siguen recetando esos tratamientos, revela una nueva encuesta de médicos.
Los antibióticos son, con gran diferencia, los fármacos utilizados con más frecuencia en situaciones en que no proveen un valor para los pacientes. La encuesta encontró que más de una cuarta de los médicos encuestados (un 27 por ciento) dijeron que los antibióticos con frecuencia se administran a pacientes cuando esos medicamentos no harán ningún bien.
En la mayoría de los casos, los antibióticos se recetan para tratar infecciones respiratorias superiores, aunque lo más frecuente es que sean provocadas por virus, que no son afectados por estos medicamentos, apuntó el Dr. Amir Qaseem, vicepresidente de políticas clínicas del Colegio Americano de Médicos (American College of Physicians, ACP), y presidente del Grupo de Trabajo de Atención de Alto Valor del ACP.
Otros tratamientos que los médicos usan con frecuencia a pesar de su valor cuestionable incluyen tratamientos agresivos para pacientes terminalmente enfermos (un 9 por ciento), medicamentos recetados para el dolor crónico (un 7 por ciento), y complementos dietéticos como aceite de pescado y multivitamínicos (un 5 por ciento), reveló la encuesta.
"Se desperdicia mucho en nuestro sistema de atención de la salud, y debemos reconocerlo", comentó Qaseem.
Los resultados son de una encuesta aleatoria de 5,000 médicos miembros del ACP. La encuesta pidió a los médicos que identificaran dos tratamientos usados con frecuencia por los internistas que tenían pocas probabilidades de proveer una atención de gran valor a los pacientes.
"El valor no es lo mismo que el costo", aclaró Qaseem. "Un gran valor es una función de los beneficios, los daños y el costo de una intervención, todo en conjunto. Solo porque algo sea muy caro no hace que sea de poco valor. Hay tratamientos caros que proveen un gran valor".
Los medicamentos que se mencionaron más comúnmente como que se usan bajo circunstancias cuestionables son los antibióticos, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre el surgimiento de los "súper gérmenes" resistentes a los antibióticos.
En Estados Unidos, al menos dos millones de personas al año se infectan con bacterias que son resistentes a los antibióticos, y al menos 23,000 mueren como resultado directo de esas infecciones, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Los mismos CDC estiman que hasta la mitad del uso de los antibióticos en los humanos es innecesario o inadecuado. Cada año se emiten en Estados Unidos un estimado de 47 millones de recetas de antibióticos innecesarios, dijo la agencia.
La presión por satisfacer las expectativas de los pacientes podría estar motivando a algunos médicos a recetar antibióticos, apuntó Qaseem.
"Si un paciente va al consultorio de un médico y tiene una infección del tracto respiratorio superior, lo más frecuente es que sea viral y que se sane sola en unos pocos días", apuntó Qaseem. "Uno le dice al paciente que vaya a casa, descanse y que estará bien, pero en general la expectativa de un paciente es que uno haga algo más".
Los médicos también podrían estar practicando medicina defensiva para evitar potenciales demandas por mala práctica, o intentando cumplir medidas de rendimiento clínico que indican tratamientos generales que deben ser aplicados a todos los pacientes, dijo Qaseem.
El Dr. Michael Munger, presidente electo de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians) y médico de familia en Overland Park, Kansas, dijo que la experiencia previa y la historia institucional también tienen un rol.
"La opinión común era que muchas infecciones respiratorias superiores eran bacterianas, y que por tanto un tratamiento con antibióticos sería necesario", dijo Munger.
"Lo bueno de seguir una disciplina en la atención primaria es que se continúa evaluando el trabajo que se hace, se observan las evidencias y se hace lo que las evidencias respaldan", continuó. "Ahora estamos reconociendo estudios que están saliendo y que muestran que las infecciones respiratorias superiores son virales, no bacterianas, así que actualmente hay un proceso de cambio de hábitos en la práctica".
Qaseem y Munger se mostraron de acuerdo en que los pacientes deben sentir la libertad de cuestionar al médico con respecto a los medicamentos y tratamientos recetados, en lugar de aceptar las cosas al pie de la letra".
"A mí personalmente me alegra", dijo Munger, "porque soy socio del paciente, y parte de mi rol es informar a un paciente de forma integral sobre lo que tiene y cuáles son las opciones de tratamiento".
Los pacientes ya comienzan a cuestionar las recetas de antibióticos, probablemente debido a la atención mediática sobre las bacterias resistentes a esos fármacos, anotó Munger.
"Tuve un caso reciente de neumonía, y le dije que necesitábamos usar antibióticos", recordó. "La paciente me preguntó '¿Está seguro?', y tuve que asegurarle que era la mejor manera de proceder".
Por otro lado, los pacientes están comenzando a enterarse, a través de sus médicos, de que muchos complementos dietéticos cuestan mucho pero hacen poco, o ningún, bien.
"Ahora estamos obteniendo las evidencias para decirle al paciente que en realidad no necesitan un complemento. Eso no le ayudará", dijo Munger. "En la mayoría de los casos, dicen 'Caramba, creí que estaba haciendo algo bueno por mí. Si puedo ahorrar algo de dinero, no lo seguiré haciendo'".
Los hallazgos del estudio se publicaron en línea el 5 de diciembre en la revista Annals of Internal Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Amir Qaseem, M.D., Ph.D., vice president of clinical policy, American College of Physicians, and chair of the ACP's High Value Care Task Force; Michael Munger, M.D., president-elect, American Academy of Family Physicians, and family doctor, Overland Park, Kansas; Dec. 5, 2016, Annals of Internal Medicine, online
HealthDay
(c) Derechos de autor 2016, HealthDay
LOCALIZADO UN GEN DE 'SÚPER GERMEN' EN UNA GRANJA DE CERDOS DE EE. UU.
Un estudio sugiere que hay una posible resistencia a una última línea de antibióticos para los seres humanos
Traducido del inglés: martes, 6 de diciembre, 2016
LUNES, 5 de diciembre de 2016 (HealthDay News) -- Los científicos han identificado una nueva y preocupante resistencia a un tipo de antibióticos en los animales de una granja de EE. UU.
Los medicamentos en cuestión son el tipo de antibióticos conocidos como carbapenemas. En los hospitales, dichos medicamentos se consideran la última línea de defensa contra las infecciones bacterianas difíciles de tratar.
En Estados Unidos, los antibióticos carbapenemas han estado prohibidos para el uso veterinario, a fin de minimizar el riesgo de resistencia a los antibióticos que se podría desarrollar en los animales y propagarse a los seres humanos. Y aunque ya se ha detectado entre el ganado europeo y asiático, no había habido ninguna indicación de algún problema de resistencia en las granjas estadounidenses hasta ahora.
Pero después de una evaluación de 5 meses de una sola granja de cerdos estadounidense en 2015, los investigadores concluyeron que la resistencia a las carbapenemas de hecho se había establecido en el ganado de EE. UU.
"Por ahora, creemos que esto es una ocurrencia rara e inusual", dijo el autor del estudio, Thomas Wittum, catedrático del departamento de medicina veterinaria preventiva en el Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus.
"Esperamos haberlo detectado lo suficientemente pronto para evitar que se propague", añadió.
"[Pero] el riesgo para el público es que estos animales que se usan para la comida algún día entren en la cadena alimentaria como productos de cerdo frescos", explicó Wittum.
"Aunque no encontramos ninguna evidencia de que eso haya ocurrido en esta granja en particular, es una posible preocupación", dijo. "Queremos asegurarnos de que las bacterias resistentes a múltiples medicamentos como estas nunca estén presentes en los alimentos, y un modo de hacerlo es asegurarse de que no se introduzcan en nuestras granjas".
Antes de esta última investigación, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. habían calificado ya el aumento de la resistencia a las carbapenemas como una "amenaza urgente".
Algunos ejemplos de carbapenemas son Doribax (doripenem), Primaxin (imipenem) y Merrem (meropenem).
En el estudio, los investigadores se centraron en una granja comercial que ha estado criando exclusivamente su propia línea de ganado porcino durante medio siglo.
Se recogieron muestras bacterianas y fecales de las paredes y suelos de los corrales de cerdos, y de 1,500 cerdos.
Al final, los análisis bacterianos descubrieron la presencia de un gen específico resistente a las carbapenemas llamado blaIMP-27.
Aunque no estaba generalizado, se encontró el gen en un tipo particular de fragmento de ADN conocido por su capacidad de moverse rápidamente de una especie a otra.
Aun así, el gen estaba localizado principalmente en el entorno cerrado de la crianza, en lugar de en cerdos que estaban siendo engordados para ser sacrificados, y el equipo de investigación no encontró ninguna indicación de que haya entrado realmente en la cadena alimentaria de EE. UU.
En cuanto a su procedencia, Wittum tenía una respuesta simple, pero preocupante: "No lo sabemos".
"La propagación de esta cepa resistente en particular en esta granja podría estar relacionada con el uso de antibióticos para tratar cerdos enfermos, por la misma razón que la bacteria resistente está presente en los hospitales humanos debido al modo en que tratamos a las personas enfermas con antibióticos", dijo.
"No podemos simplemente dejar de tratar a los cerdos enfermos con antibióticos debido el impacto negativo que tendría en el bienestar de los animales. Pero quizá sea posible que las granjas usen antibióticos de distintos modos para detener la propagación de esta cepa en particular", sugirió Wittum.
Los investigadores reportaron sus hallazgos el 5 de diciembre en la revista Antimicrobial Agents and Chemotherapy.
Elizabeth Scott, catedrática del departamento de salud pública del Colegio Simmons, en Boston, dijo que aunque los hallazgos no son sorprendentes, el riesgo es real.
"Es muy preocupante, porque la resistencia a los antibióticos es una amenaza cada vez más grave para la salud pública internacional", comentó.
"Aunque algunos expertos creen que ya es demasiado tarde, y estamos viviendo en una era post antibióticos, creo que todavía hay cosas que podemos hacer para minimizar el riesgo", añadió Scott.
Se pueden tomar medidas como éstas: "Prohibir el uso de antibióticos para el fomento del crecimiento animal; usar los antibióticos en el ámbito veterinario para tratar solamente a los animales enfermos; adoptar un método de recetas de antibióticos inteligente en la medicina humana, y reducir la cantidad de antibióticos que se recetan", señaló Scott.
"Además, podemos ayudar a minimizar el riesgo de adquirir una infección en nuestra vida diaria al adoptar buenas prácticas de higiene, incluyendo la higiene personal y doméstica para reducir el riesgo de las infecciones cutáneas, respiratorias y gastrointestinales adquiridas en la comunidad", sugirió. Scott también trabaja de codirectora en el Centro Simmons de Higiene y Salud en el Hogar y en la Comunidad.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Thomas Wittum, M.S., Ph.D., professor and chair, department of veterinary preventive medicine, Ohio State University College of Veterinary Medicine, Columbus; Elizabeth Scott, Ph.D., associate professor, department of biology, chair, department of public health, and co-director, Simmons Center for Hygiene and Health in Home and Community, Simmons College, Boston; Dec. 5, 2016, Antimicrobial Agents and Chemotherapy
HealthDay
(c) Derechos de autor 2016, HealthDay
Traducido del inglés: martes, 6 de diciembre, 2016
LUNES, 5 de diciembre de 2016 (HealthDay News) -- Los científicos han identificado una nueva y preocupante resistencia a un tipo de antibióticos en los animales de una granja de EE. UU.
Los medicamentos en cuestión son el tipo de antibióticos conocidos como carbapenemas. En los hospitales, dichos medicamentos se consideran la última línea de defensa contra las infecciones bacterianas difíciles de tratar.
En Estados Unidos, los antibióticos carbapenemas han estado prohibidos para el uso veterinario, a fin de minimizar el riesgo de resistencia a los antibióticos que se podría desarrollar en los animales y propagarse a los seres humanos. Y aunque ya se ha detectado entre el ganado europeo y asiático, no había habido ninguna indicación de algún problema de resistencia en las granjas estadounidenses hasta ahora.
Pero después de una evaluación de 5 meses de una sola granja de cerdos estadounidense en 2015, los investigadores concluyeron que la resistencia a las carbapenemas de hecho se había establecido en el ganado de EE. UU.
"Por ahora, creemos que esto es una ocurrencia rara e inusual", dijo el autor del estudio, Thomas Wittum, catedrático del departamento de medicina veterinaria preventiva en el Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus.
"Esperamos haberlo detectado lo suficientemente pronto para evitar que se propague", añadió.
"[Pero] el riesgo para el público es que estos animales que se usan para la comida algún día entren en la cadena alimentaria como productos de cerdo frescos", explicó Wittum.
"Aunque no encontramos ninguna evidencia de que eso haya ocurrido en esta granja en particular, es una posible preocupación", dijo. "Queremos asegurarnos de que las bacterias resistentes a múltiples medicamentos como estas nunca estén presentes en los alimentos, y un modo de hacerlo es asegurarse de que no se introduzcan en nuestras granjas".
Antes de esta última investigación, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. habían calificado ya el aumento de la resistencia a las carbapenemas como una "amenaza urgente".
Algunos ejemplos de carbapenemas son Doribax (doripenem), Primaxin (imipenem) y Merrem (meropenem).
En el estudio, los investigadores se centraron en una granja comercial que ha estado criando exclusivamente su propia línea de ganado porcino durante medio siglo.
Se recogieron muestras bacterianas y fecales de las paredes y suelos de los corrales de cerdos, y de 1,500 cerdos.
Al final, los análisis bacterianos descubrieron la presencia de un gen específico resistente a las carbapenemas llamado blaIMP-27.
Aunque no estaba generalizado, se encontró el gen en un tipo particular de fragmento de ADN conocido por su capacidad de moverse rápidamente de una especie a otra.
Aun así, el gen estaba localizado principalmente en el entorno cerrado de la crianza, en lugar de en cerdos que estaban siendo engordados para ser sacrificados, y el equipo de investigación no encontró ninguna indicación de que haya entrado realmente en la cadena alimentaria de EE. UU.
En cuanto a su procedencia, Wittum tenía una respuesta simple, pero preocupante: "No lo sabemos".
"La propagación de esta cepa resistente en particular en esta granja podría estar relacionada con el uso de antibióticos para tratar cerdos enfermos, por la misma razón que la bacteria resistente está presente en los hospitales humanos debido al modo en que tratamos a las personas enfermas con antibióticos", dijo.
"No podemos simplemente dejar de tratar a los cerdos enfermos con antibióticos debido el impacto negativo que tendría en el bienestar de los animales. Pero quizá sea posible que las granjas usen antibióticos de distintos modos para detener la propagación de esta cepa en particular", sugirió Wittum.
Los investigadores reportaron sus hallazgos el 5 de diciembre en la revista Antimicrobial Agents and Chemotherapy.
Elizabeth Scott, catedrática del departamento de salud pública del Colegio Simmons, en Boston, dijo que aunque los hallazgos no son sorprendentes, el riesgo es real.
"Es muy preocupante, porque la resistencia a los antibióticos es una amenaza cada vez más grave para la salud pública internacional", comentó.
"Aunque algunos expertos creen que ya es demasiado tarde, y estamos viviendo en una era post antibióticos, creo que todavía hay cosas que podemos hacer para minimizar el riesgo", añadió Scott.
Se pueden tomar medidas como éstas: "Prohibir el uso de antibióticos para el fomento del crecimiento animal; usar los antibióticos en el ámbito veterinario para tratar solamente a los animales enfermos; adoptar un método de recetas de antibióticos inteligente en la medicina humana, y reducir la cantidad de antibióticos que se recetan", señaló Scott.
"Además, podemos ayudar a minimizar el riesgo de adquirir una infección en nuestra vida diaria al adoptar buenas prácticas de higiene, incluyendo la higiene personal y doméstica para reducir el riesgo de las infecciones cutáneas, respiratorias y gastrointestinales adquiridas en la comunidad", sugirió. Scott también trabaja de codirectora en el Centro Simmons de Higiene y Salud en el Hogar y en la Comunidad.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Thomas Wittum, M.S., Ph.D., professor and chair, department of veterinary preventive medicine, Ohio State University College of Veterinary Medicine, Columbus; Elizabeth Scott, Ph.D., associate professor, department of biology, chair, department of public health, and co-director, Simmons Center for Hygiene and Health in Home and Community, Simmons College, Boston; Dec. 5, 2016, Antimicrobial Agents and Chemotherapy
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jueves, 17 de noviembre de 2016
LA HISTORIA DE MALENTENDIDOS SOBRE LOS ‘PACIENTES CERO’ DE FAMOSAS ENFERMEDADES MORTALES
11 de noviembre de 2016 – Fuente: Cable News Network (Estados Unidos)
Cuando se confundió la letra O con el número 0 en la anotación a mano que hizo un investigador sobre un paciente de VIH, a principios de 1980, nació el provocativo término ‘paciente cero’. Ese hecho desencadenó una ola de eventos que terminaron por culpar erróneamente a Gaëtan Dugas, un auxiliar de vuelo francocanadiense, de llevar el VIH a Estados Unidos. Tuvieron que pasar décadas antes de que una investigación limpiara el nombre de Dugas y entregara evidencia sólida de que el virus surgió en Estados Unidos por una epidemia preexistente en el Caribe, que data de la década de 1970. Aunque la inquietante historia de Dugas ya quedó aclarada, el término ‘paciente cero’ sigue vigente y continúa creando confusión y despertando curiosidad sobre la manera en que se propagan las enfermedades. “El paciente cero es una palabra capciosa. Podría no significar nada, pero también podría ser el principio absoluto”, explicó Richard McKay, historiador de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) y coautor del estudio. ‘Superpropagadores’ vs. ‘supereliminadores’ ‘Paciente cero’ sigue siendo un término muy frecuente a la hora de citar los casos índices, es decir los primeros casos documentados de una enfermedad observada o reportada ante las autoridades médicas. “Muchos científicos y funcionarios de salud son reacios a identificar esos pacientes y evitan el término ‘paciente cero’ por completo”, sostuvo Thomas Friedrich, un profesor asociado de ciencias patobiológicas en la Facultad de Medicina Veterinaria Madison de la Universidad de Wisconsin. “Identificar a alguien como el ‘paciente cero’ puede, por un lado, dar una impresión errada sobre cómo surgen las enfermedades y, por otro, insinuar que alguien debería ser culpado por el brote, cuando eso no es realmente apropiado. Sin embargo, científicamente es importante que las personas y el área de salud pública entiendan cómo funcionan los casos índice, la manera en que las enfermedades entran en una comunidad y cómo detener su propagación”, señaló Friedrich. Ahora, algunos científicos argumentan que también es importante analizar los casos primarios: la persona o el animal que lleva por primera vez la bacteria o el virus a una población. “Para casos de pandemias generadas por enfermedades infecciosas, el caso primario nunca se conocerá”, dijo el Dr. Ian Lipkin, profesor de epidemiología y director del Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia en New York. “No es inusual que los agentes infecciosos se filtren en el ambiente durante años, o hasta décadas, sin que sean detectados. Un agente puede entrar en la población humana a través de una o más personas. Incluso, después de que un agente infeccioso haya entrado en la población, algunas personas son más propensas a propagarlo que otras”, explicó Lipkin. “Entonces puede tener más sentido hablar en términos de ‘superpropagadores’ que de ‘pacientes cero’. Los ‘superpropagadores’ pueden viajar o adquirir cierto tipo de comportamientos que resultan en la transmisión de la enfermedad a grandes cantidades de personas”, afirmó Lipkin. “De hecho, aunque Dugas no fue el ‘paciente cero’ del VIH, sí pudo haber servido como un ‘superpropagador’”, concluyó el experto. Ahora, hay quienes pueden ser denominados como ‘supereliminadores’, individuos que dejan muchos más virus en el ambiente –y no sólo a través del contacto físico persona a persona– que otros. Ya sea que fueron realmente los ‘pacientes cero’, ‘superpropagadores’ o ‘supereliminadores’, estas son las historias de seis personas que habrían desempeñado un papel importante en la dispersión de enfermedades letales durante los siglos XX y XXI.
La verdadera María Tifoidea
Uno de los primeros ejemplos conocidos de los ‘superpropagadores’ fue Mary Mallon. “Esta mujer se hizo famosa como María Tifoidea o María la Tifosa (Typhoid Mary, en inglés)”, aseguró el doctor Richard Stein, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de New York y profesor auxiliar adjunto de la City University de New York, quien escribió el libro Super-Spreading in Infectious Diseases (Superpropagadores de enfermedades infecciosas). “Todavía no estoy seguro si ella fue solo una ‘superpropagadora’ o si también fue ‘supereliminadora’… posiblemente fue las dos”, explicó Stein. Mallon, una cocinera originaria de Irlanda, parecía estar sana mientras preparaba la comida de las familias para las que trabajaba a principios de 1900 en New York. Poco después de que los alimentos fueron servidos, miembros de esos hogares desarrollaron fiebre tifoidea, una enfermedad potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella typhi. A medida de que cada vez más familias para las que cocinaba desarrollaron la enfermedad, Mallon fue identificada como una especie de ‘paciente cero’, a pesar de que nunca manifestó los síntomas. “Están estos individuos, como la llamada María Tifoidea, que por una u otra razón pueden estar infectadas con un patógeno y aun así no presentar muchos síntomas. Ahora, sí pueden eliminar o transmitir ese patógeno de tal manera que lo hace infeccioso para otras personas”, señaló Friedrich. Mallon fue forzada a entrar a cuarentena dos veces por un total de 26 años, durante los cuales demandó sin éxito al Departamento de Salud de New York. Su argumento era que ella no se sentía enferma y, por lo tanto, no podía infectar a otras personas. Murió en 1938. Nadie sabe si realmente Mallon era el ‘paciente cero’ en el caso de la fiebre tifoidea o simplemente se encargó de transmitirlo. Después de todo, nombrar a un ‘paciente cero’ sigue siendo difícil. “Ni siquiera puedo pensar en un momento en el que realmente hayamos conocido un caso índice. Lo más cercano que hemos podido llegar a eso fue tal vez con la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SARS)”, dijo el Dr. Bertram Jacobs, director y profesor de virología en la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad Estatal de Arizona.
La propagación del SARS
Según un boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos científicos pudieron rastrear un caso muy serio de ‘superpropagación’, durante el brote mundial de SARS en 2003: se trata de un doctor que pasó una noche en un hotel en Hong Kong. El médico Liu Jianlun, de 64 años y originario de la provincia de Guangdong, estaba enfermo cuando se hospedó en el hotel Metropole y pudo haber contagiado el virus a al menos otros 16 huéspedes, que también estaban en su mismo piso, informó el boletín. Por pura coincidencia, Liu se hospedó en la habitación 911 del noveno piso. “No lo podrías llamar ‘paciente cero’, pero si consideras el impacto que tuvo en términos del brote, fue crítico en la propagación de la enfermedad”, aseguró Lipkin, quien este año recibió el Premio Internacional de Cooperación Científica y Tecnológica por asistir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a China durante la epidemia de SARS. Probablemente, los huéspedes del hotel que fueron expuestos al virus viajaron a otros países tras ser infectados. En menos de cuatro meses, hubo cerca de 4.000 casos y 550 muertes por SARS que están relacionadas con la estancia de Liu en Hong Kong. Pero para empezar ¿cómo se infectó Liu? El hospital para el que trabajaba trataba esta enfermedad y el médico pudo haber entrado en contacto con el virus a través de un paciente. De hecho, se cree que el primero en desarrollar el SARS en Guangdong fue un campesino que se contagió a través de un animal. Aquellas enfermedades que son propagadas por animales se llaman zoonóticas. “Para el caso de muchas enfermedades zoonóticas, el primer paso es que la infección salte a la especie humana. Si el virus es capaz de transmitirse directamente entre personas y ya no necesita el reservorio animal para este fin, tiene todo el potencial de desencadenar una epidemia. Creo que, explorando esto desde una perspectiva global, ese primer paciente sería el ‘paciente cero’”, explicó Stein.
La película Contagio en la vida real
Se cree que el SARS se originó en una especie de murciélago y después se propagó a otros animales, como la civeta de las palmeras asiática (Paradoxurus hermaphroditus), antes de contagiar a los humanos en China, de acuerdo a la OMS. “En el proceso de adaptación de una especie a la otra la enfermedad se pudo propagar”, aseguró Lipkin, quien también fue asesor del thriller médico de 2011, Contagio. Algunas de las escenas en la película reflejan los recuerdos que le quedaron de haber ayudado a manejar el brote de SARS en Beijing, confesó Lipkin. En la obra, un virus barre con el mundo después de que un chef se contagia al manipular un cerdo muerto que está infectado. “Cerca de 60% de todas las enfermedades infecciosas que existen son zoonóticas”, explicó Stein, científico investigador de la Universidad de New York. En otras palabras, hay múltiples microorganismos en la naturaleza que pueden infectar a los animales y también a los humanos. “Se predijo que para 2020, emergerían de 10 a 40 virus nuevos entre los seres humanos”, aseguró Stein.12 “Hay muchos ‘pacientes cero’ potenciales que pueden infectarse con cualquier cosa”, explicó Friedrich. “Lo que está previniendo una nueva pandemia no es tanto que los virus de animales no puedan infectar a los humanos. De hecho, entre más analicemos, veremos que las personas se contagian de estas enfermedades todo el tiempo”, añadió. “La clave de un brote es que esos virus se transmitan de una sola persona a muchas más”, reveló Friedrich. Eso fue exactamente lo que hizo la influenza aviar A(H5N1).
Nace un nuevo virus
En 2004, un niño de 6 años llamado Captain Boonmanuch se convirtió en la primera víctima confirmada de la influenza aviar en Tailandia, mientras el virus se propagaba en Asia. Puede que Captain no haya sido el ‘paciente cero’, pero su familia recordó que antes de estar enfermo el niño había agarrado un pollo y lo había llevado a la casa de su tío. Se cree que el pollo eliminó el virus de la influenza aviar cuando estuvo en contacto con el niño, infectándolo a él y a otros miembros de la familia. Entre 2003 y 2016, se han reportado 856 casos de personas infectadas con el virus A(H5N1) en todo el mundo. Además, de acuerdo con la OMS, 452 personas han muerto debido a esta enfermedad. “Las epidemias que surgen entre los seres humanos a menudo provienen del contacto con enfermedades animales. Los virus que realmente circulan entre las personas se convierten en su gran mayoría en reagrupamientos de otros virus que vienen de aves o de humanos”, aseguró Jacobs. Los virus reagrupados surgen cuando el material genético de uno o más virus que infectan a un único humano o animal se mezclan. Esa combinación es referida normalmente como un evento de reordenamiento, que es muy frecuente en la naturaleza. “Los virus de la influenza aviar no se replican bien en los seres humanos y los virus de la influenza humana no se replican bien en las aves, pero si un virus aviar y un virus humano se encuentran en un cerdo, puede tener un reordenamiento y producir cepas totalmente nuevas”, señaló Jacobs. Eso fue lo que ocurrió en 2009 con otro tipo de influenza: la porcina o A(H1N1), que puso al mundo bajo una tormenta.
El niño que sobrevivió a la influenza porcina
“La influenza A(H1N1) ya había surgido en 1918 y también causó una pandemia”, informó Friedrich. Muy similar a lo que pasó en 2009 cuando el brote de esta enfermedad impactó al mundo. “Se cree que antes de la pandemia de 2009, los cerdos fueron infectados por múltiples virus. De tal manera que se dio un reordenamiento de estas enfermedades que derivó en la cepa A(H1N1) y que pudo tener algún vínculo con el virus de 1918”, explicó Friedrich. “El brote que resultó de esta situación es un ejemplo de la manera en que nuevos virus de la influenza pueden entrar a la población humana”, añadió el experto. “El A(H1N1) más reciente definitivamente parece que provino de los cerdos, aunque en última instancia sean virus aviares. El término que las personas usan en el mundo de la influenza es que los cerdos son “recipientes de mezclas”, en los que los virus de las aves se pueden combinar con los de los mamíferos y crear enfermedades que son más proclives a infectar a los humanos que los virus de las aves por sí solos”, explicó Friedrich. Édgar Hernández tenía cinco años y vivía en La Gloria, una localidad de México, cuando los médicos lo identificaron como el primer caso documentado de influenza porcina en el brote que surgió en 2009. Édgar sobrevivió a la enfermedad que, según su madre, un cerdo del barrio le habría transmitido. “Con los casos índices no solo se trata de que estén infectados por un animal, sino que el virus debe hacer varias cosas para propagarse entre las personas. Además, tiene que salir de esa primera persona y llegar a muchas otras para que realmente sea un brote. Algunos virus pueden hacer eso y otros no. Unos los hacen muy débilmente y mueren, mientras otros logran afianzarse y entonces se convierten en los brotes de los que oímos hablar”, concluyó el experto.
Emile y la enfermedad por el virus del Ébola
Un virus ampliamente conocido desde hace mucho tiempo, que se transmite de humano a humano, es el del Ébola. Este virus puede infectar a un ser humano por un contacto cercano con la sangre, secreciones, órganos u otros fluidos de animales infectados. Por ejemplo, murciélagos, monos o incluso antílopes, informó la OMS. Un niño de dos años fue sospechoso de ser el primer caso en el más reciente brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE), lo que sugiere que el virus entró a través de una sola persona a la población humana. Emile Ouamouno era un pequeño que vivía en la aldea de Meliandou, al suroeste de Guinea, cuando repentinamente presentó fiebre, vómitos y diarrea severa en diciembre de 2013. Las autoridades dijeron que pudo haber contraído la enfermedad al manipular un murciélago. Murió cuatro días después de que sus síntomas aparecieron. En apenas un mes su abuela, madre y hermana de tres años también fallecieron por la enfermedad. “Como en anteriores brotes de EVE, el virus continuó propagándose a través del contacto corporal o del contacto con fluidos humanos, incluso después de que la persona haya muerto”, indicó Stein, el investigador de la Universidad de New York. “La EVE es muy interesante porque para esta enfermedad infecciosa las investigaciones han arrojado que las prácticas inseguras de entierro –que implican lavar y preparar el cuerpo del difunto– aparentemente contribuyeron a la transmisión del virus. Eso sí, las personas también pudieron haber propagado el virus mientras estaban vivas”, añadió Stein.
En el lugar equivocado, en el momento equivocado
El síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS) es un feroz virus identificado en Arabia Saudí durante 2012 y nombrado en 2013. Aunque los científicos todavía investigan los orígenes de esta enfermedad, se sabe que los dromedarios (Camelus dromedarius) pudieron haber sido la fuente animal para que el MERS contagiara a los humanos, según la OMS. Esta organización ha sido notificada de por lo menos 1.826 casos de MERS desde 2012. El año pasado, en República de Corea se presentó un brote de MERS y un hombre de 68 años que tenía un gran historial de viajes fue reportado como el ‘paciente cero’. El hombre viajó a Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Qatar antes de regresar a República de Corea. Durante la travesía no presentó ningún síntoma, según la OMS, pero cuando se empezó a sentir enfermo acudió al Centro Médico Samsung en Seoul. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el tiempo que puede transcurrir entre la exposición al MERS y el desarrollo de los síntomas es de dos a 14 días. Esta persona, además, habría transmitido el virus a otros 28 individuos antes de llegar al hospital. Entre ellos se encontraba un paciente que, a su vez, habría infectado a otras 82 personas en la clínica. “Sin embargo, vale la pena tener en cuenta que es muy difícil identificar quién es un caso clave cuando ocurren los brotes. Justamente porque hay ejemplos muy raros en los que podemos saber lo que sucede, como ocurrió con la EVE porque era en tiempo real, pero cuando intentas reconstruir los casos es muy fácil confundirse”, insistió Lipkin. “Y esta confusión no es buena ni para la ciencia ni para la humanidad. Como seres humanos, queremos tener las historias exactas y a veces eso implica culpar o decir, ‘Oh, esta persona comenzó la epidemia’. Con la historia, al menos la de las enfermedades infecciosas, no es tan exacto ni tan limpio”, sostuvo Jacobs, de la Universidad Estatal de Arizona. “Es muy raro que podamos decir: ‘esta persona lo hizo’, o ‘esta persona lo inició’. Incluso si así fuera, la mayoría de las veces ellos no estaban haciendo nada conscientemente para generar una epidemia. Lo que pasó es que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado”, concluyó.
Cuando se confundió la letra O con el número 0 en la anotación a mano que hizo un investigador sobre un paciente de VIH, a principios de 1980, nació el provocativo término ‘paciente cero’. Ese hecho desencadenó una ola de eventos que terminaron por culpar erróneamente a Gaëtan Dugas, un auxiliar de vuelo francocanadiense, de llevar el VIH a Estados Unidos. Tuvieron que pasar décadas antes de que una investigación limpiara el nombre de Dugas y entregara evidencia sólida de que el virus surgió en Estados Unidos por una epidemia preexistente en el Caribe, que data de la década de 1970. Aunque la inquietante historia de Dugas ya quedó aclarada, el término ‘paciente cero’ sigue vigente y continúa creando confusión y despertando curiosidad sobre la manera en que se propagan las enfermedades. “El paciente cero es una palabra capciosa. Podría no significar nada, pero también podría ser el principio absoluto”, explicó Richard McKay, historiador de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) y coautor del estudio. ‘Superpropagadores’ vs. ‘supereliminadores’ ‘Paciente cero’ sigue siendo un término muy frecuente a la hora de citar los casos índices, es decir los primeros casos documentados de una enfermedad observada o reportada ante las autoridades médicas. “Muchos científicos y funcionarios de salud son reacios a identificar esos pacientes y evitan el término ‘paciente cero’ por completo”, sostuvo Thomas Friedrich, un profesor asociado de ciencias patobiológicas en la Facultad de Medicina Veterinaria Madison de la Universidad de Wisconsin. “Identificar a alguien como el ‘paciente cero’ puede, por un lado, dar una impresión errada sobre cómo surgen las enfermedades y, por otro, insinuar que alguien debería ser culpado por el brote, cuando eso no es realmente apropiado. Sin embargo, científicamente es importante que las personas y el área de salud pública entiendan cómo funcionan los casos índice, la manera en que las enfermedades entran en una comunidad y cómo detener su propagación”, señaló Friedrich. Ahora, algunos científicos argumentan que también es importante analizar los casos primarios: la persona o el animal que lleva por primera vez la bacteria o el virus a una población. “Para casos de pandemias generadas por enfermedades infecciosas, el caso primario nunca se conocerá”, dijo el Dr. Ian Lipkin, profesor de epidemiología y director del Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia en New York. “No es inusual que los agentes infecciosos se filtren en el ambiente durante años, o hasta décadas, sin que sean detectados. Un agente puede entrar en la población humana a través de una o más personas. Incluso, después de que un agente infeccioso haya entrado en la población, algunas personas son más propensas a propagarlo que otras”, explicó Lipkin. “Entonces puede tener más sentido hablar en términos de ‘superpropagadores’ que de ‘pacientes cero’. Los ‘superpropagadores’ pueden viajar o adquirir cierto tipo de comportamientos que resultan en la transmisión de la enfermedad a grandes cantidades de personas”, afirmó Lipkin. “De hecho, aunque Dugas no fue el ‘paciente cero’ del VIH, sí pudo haber servido como un ‘superpropagador’”, concluyó el experto. Ahora, hay quienes pueden ser denominados como ‘supereliminadores’, individuos que dejan muchos más virus en el ambiente –y no sólo a través del contacto físico persona a persona– que otros. Ya sea que fueron realmente los ‘pacientes cero’, ‘superpropagadores’ o ‘supereliminadores’, estas son las historias de seis personas que habrían desempeñado un papel importante en la dispersión de enfermedades letales durante los siglos XX y XXI.
La verdadera María Tifoidea
Uno de los primeros ejemplos conocidos de los ‘superpropagadores’ fue Mary Mallon. “Esta mujer se hizo famosa como María Tifoidea o María la Tifosa (Typhoid Mary, en inglés)”, aseguró el doctor Richard Stein, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de New York y profesor auxiliar adjunto de la City University de New York, quien escribió el libro Super-Spreading in Infectious Diseases (Superpropagadores de enfermedades infecciosas). “Todavía no estoy seguro si ella fue solo una ‘superpropagadora’ o si también fue ‘supereliminadora’… posiblemente fue las dos”, explicó Stein. Mallon, una cocinera originaria de Irlanda, parecía estar sana mientras preparaba la comida de las familias para las que trabajaba a principios de 1900 en New York. Poco después de que los alimentos fueron servidos, miembros de esos hogares desarrollaron fiebre tifoidea, una enfermedad potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella typhi. A medida de que cada vez más familias para las que cocinaba desarrollaron la enfermedad, Mallon fue identificada como una especie de ‘paciente cero’, a pesar de que nunca manifestó los síntomas. “Están estos individuos, como la llamada María Tifoidea, que por una u otra razón pueden estar infectadas con un patógeno y aun así no presentar muchos síntomas. Ahora, sí pueden eliminar o transmitir ese patógeno de tal manera que lo hace infeccioso para otras personas”, señaló Friedrich. Mallon fue forzada a entrar a cuarentena dos veces por un total de 26 años, durante los cuales demandó sin éxito al Departamento de Salud de New York. Su argumento era que ella no se sentía enferma y, por lo tanto, no podía infectar a otras personas. Murió en 1938. Nadie sabe si realmente Mallon era el ‘paciente cero’ en el caso de la fiebre tifoidea o simplemente se encargó de transmitirlo. Después de todo, nombrar a un ‘paciente cero’ sigue siendo difícil. “Ni siquiera puedo pensar en un momento en el que realmente hayamos conocido un caso índice. Lo más cercano que hemos podido llegar a eso fue tal vez con la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SARS)”, dijo el Dr. Bertram Jacobs, director y profesor de virología en la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad Estatal de Arizona.
La propagación del SARS
Según un boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos científicos pudieron rastrear un caso muy serio de ‘superpropagación’, durante el brote mundial de SARS en 2003: se trata de un doctor que pasó una noche en un hotel en Hong Kong. El médico Liu Jianlun, de 64 años y originario de la provincia de Guangdong, estaba enfermo cuando se hospedó en el hotel Metropole y pudo haber contagiado el virus a al menos otros 16 huéspedes, que también estaban en su mismo piso, informó el boletín. Por pura coincidencia, Liu se hospedó en la habitación 911 del noveno piso. “No lo podrías llamar ‘paciente cero’, pero si consideras el impacto que tuvo en términos del brote, fue crítico en la propagación de la enfermedad”, aseguró Lipkin, quien este año recibió el Premio Internacional de Cooperación Científica y Tecnológica por asistir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a China durante la epidemia de SARS. Probablemente, los huéspedes del hotel que fueron expuestos al virus viajaron a otros países tras ser infectados. En menos de cuatro meses, hubo cerca de 4.000 casos y 550 muertes por SARS que están relacionadas con la estancia de Liu en Hong Kong. Pero para empezar ¿cómo se infectó Liu? El hospital para el que trabajaba trataba esta enfermedad y el médico pudo haber entrado en contacto con el virus a través de un paciente. De hecho, se cree que el primero en desarrollar el SARS en Guangdong fue un campesino que se contagió a través de un animal. Aquellas enfermedades que son propagadas por animales se llaman zoonóticas. “Para el caso de muchas enfermedades zoonóticas, el primer paso es que la infección salte a la especie humana. Si el virus es capaz de transmitirse directamente entre personas y ya no necesita el reservorio animal para este fin, tiene todo el potencial de desencadenar una epidemia. Creo que, explorando esto desde una perspectiva global, ese primer paciente sería el ‘paciente cero’”, explicó Stein.
La película Contagio en la vida real
Se cree que el SARS se originó en una especie de murciélago y después se propagó a otros animales, como la civeta de las palmeras asiática (Paradoxurus hermaphroditus), antes de contagiar a los humanos en China, de acuerdo a la OMS. “En el proceso de adaptación de una especie a la otra la enfermedad se pudo propagar”, aseguró Lipkin, quien también fue asesor del thriller médico de 2011, Contagio. Algunas de las escenas en la película reflejan los recuerdos que le quedaron de haber ayudado a manejar el brote de SARS en Beijing, confesó Lipkin. En la obra, un virus barre con el mundo después de que un chef se contagia al manipular un cerdo muerto que está infectado. “Cerca de 60% de todas las enfermedades infecciosas que existen son zoonóticas”, explicó Stein, científico investigador de la Universidad de New York. En otras palabras, hay múltiples microorganismos en la naturaleza que pueden infectar a los animales y también a los humanos. “Se predijo que para 2020, emergerían de 10 a 40 virus nuevos entre los seres humanos”, aseguró Stein.12 “Hay muchos ‘pacientes cero’ potenciales que pueden infectarse con cualquier cosa”, explicó Friedrich. “Lo que está previniendo una nueva pandemia no es tanto que los virus de animales no puedan infectar a los humanos. De hecho, entre más analicemos, veremos que las personas se contagian de estas enfermedades todo el tiempo”, añadió. “La clave de un brote es que esos virus se transmitan de una sola persona a muchas más”, reveló Friedrich. Eso fue exactamente lo que hizo la influenza aviar A(H5N1).
Nace un nuevo virus
En 2004, un niño de 6 años llamado Captain Boonmanuch se convirtió en la primera víctima confirmada de la influenza aviar en Tailandia, mientras el virus se propagaba en Asia. Puede que Captain no haya sido el ‘paciente cero’, pero su familia recordó que antes de estar enfermo el niño había agarrado un pollo y lo había llevado a la casa de su tío. Se cree que el pollo eliminó el virus de la influenza aviar cuando estuvo en contacto con el niño, infectándolo a él y a otros miembros de la familia. Entre 2003 y 2016, se han reportado 856 casos de personas infectadas con el virus A(H5N1) en todo el mundo. Además, de acuerdo con la OMS, 452 personas han muerto debido a esta enfermedad. “Las epidemias que surgen entre los seres humanos a menudo provienen del contacto con enfermedades animales. Los virus que realmente circulan entre las personas se convierten en su gran mayoría en reagrupamientos de otros virus que vienen de aves o de humanos”, aseguró Jacobs. Los virus reagrupados surgen cuando el material genético de uno o más virus que infectan a un único humano o animal se mezclan. Esa combinación es referida normalmente como un evento de reordenamiento, que es muy frecuente en la naturaleza. “Los virus de la influenza aviar no se replican bien en los seres humanos y los virus de la influenza humana no se replican bien en las aves, pero si un virus aviar y un virus humano se encuentran en un cerdo, puede tener un reordenamiento y producir cepas totalmente nuevas”, señaló Jacobs. Eso fue lo que ocurrió en 2009 con otro tipo de influenza: la porcina o A(H1N1), que puso al mundo bajo una tormenta.
El niño que sobrevivió a la influenza porcina
“La influenza A(H1N1) ya había surgido en 1918 y también causó una pandemia”, informó Friedrich. Muy similar a lo que pasó en 2009 cuando el brote de esta enfermedad impactó al mundo. “Se cree que antes de la pandemia de 2009, los cerdos fueron infectados por múltiples virus. De tal manera que se dio un reordenamiento de estas enfermedades que derivó en la cepa A(H1N1) y que pudo tener algún vínculo con el virus de 1918”, explicó Friedrich. “El brote que resultó de esta situación es un ejemplo de la manera en que nuevos virus de la influenza pueden entrar a la población humana”, añadió el experto. “El A(H1N1) más reciente definitivamente parece que provino de los cerdos, aunque en última instancia sean virus aviares. El término que las personas usan en el mundo de la influenza es que los cerdos son “recipientes de mezclas”, en los que los virus de las aves se pueden combinar con los de los mamíferos y crear enfermedades que son más proclives a infectar a los humanos que los virus de las aves por sí solos”, explicó Friedrich. Édgar Hernández tenía cinco años y vivía en La Gloria, una localidad de México, cuando los médicos lo identificaron como el primer caso documentado de influenza porcina en el brote que surgió en 2009. Édgar sobrevivió a la enfermedad que, según su madre, un cerdo del barrio le habría transmitido. “Con los casos índices no solo se trata de que estén infectados por un animal, sino que el virus debe hacer varias cosas para propagarse entre las personas. Además, tiene que salir de esa primera persona y llegar a muchas otras para que realmente sea un brote. Algunos virus pueden hacer eso y otros no. Unos los hacen muy débilmente y mueren, mientras otros logran afianzarse y entonces se convierten en los brotes de los que oímos hablar”, concluyó el experto.
Emile y la enfermedad por el virus del Ébola
Un virus ampliamente conocido desde hace mucho tiempo, que se transmite de humano a humano, es el del Ébola. Este virus puede infectar a un ser humano por un contacto cercano con la sangre, secreciones, órganos u otros fluidos de animales infectados. Por ejemplo, murciélagos, monos o incluso antílopes, informó la OMS. Un niño de dos años fue sospechoso de ser el primer caso en el más reciente brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE), lo que sugiere que el virus entró a través de una sola persona a la población humana. Emile Ouamouno era un pequeño que vivía en la aldea de Meliandou, al suroeste de Guinea, cuando repentinamente presentó fiebre, vómitos y diarrea severa en diciembre de 2013. Las autoridades dijeron que pudo haber contraído la enfermedad al manipular un murciélago. Murió cuatro días después de que sus síntomas aparecieron. En apenas un mes su abuela, madre y hermana de tres años también fallecieron por la enfermedad. “Como en anteriores brotes de EVE, el virus continuó propagándose a través del contacto corporal o del contacto con fluidos humanos, incluso después de que la persona haya muerto”, indicó Stein, el investigador de la Universidad de New York. “La EVE es muy interesante porque para esta enfermedad infecciosa las investigaciones han arrojado que las prácticas inseguras de entierro –que implican lavar y preparar el cuerpo del difunto– aparentemente contribuyeron a la transmisión del virus. Eso sí, las personas también pudieron haber propagado el virus mientras estaban vivas”, añadió Stein.
En el lugar equivocado, en el momento equivocado
El síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS) es un feroz virus identificado en Arabia Saudí durante 2012 y nombrado en 2013. Aunque los científicos todavía investigan los orígenes de esta enfermedad, se sabe que los dromedarios (Camelus dromedarius) pudieron haber sido la fuente animal para que el MERS contagiara a los humanos, según la OMS. Esta organización ha sido notificada de por lo menos 1.826 casos de MERS desde 2012. El año pasado, en República de Corea se presentó un brote de MERS y un hombre de 68 años que tenía un gran historial de viajes fue reportado como el ‘paciente cero’. El hombre viajó a Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Qatar antes de regresar a República de Corea. Durante la travesía no presentó ningún síntoma, según la OMS, pero cuando se empezó a sentir enfermo acudió al Centro Médico Samsung en Seoul. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el tiempo que puede transcurrir entre la exposición al MERS y el desarrollo de los síntomas es de dos a 14 días. Esta persona, además, habría transmitido el virus a otros 28 individuos antes de llegar al hospital. Entre ellos se encontraba un paciente que, a su vez, habría infectado a otras 82 personas en la clínica. “Sin embargo, vale la pena tener en cuenta que es muy difícil identificar quién es un caso clave cuando ocurren los brotes. Justamente porque hay ejemplos muy raros en los que podemos saber lo que sucede, como ocurrió con la EVE porque era en tiempo real, pero cuando intentas reconstruir los casos es muy fácil confundirse”, insistió Lipkin. “Y esta confusión no es buena ni para la ciencia ni para la humanidad. Como seres humanos, queremos tener las historias exactas y a veces eso implica culpar o decir, ‘Oh, esta persona comenzó la epidemia’. Con la historia, al menos la de las enfermedades infecciosas, no es tan exacto ni tan limpio”, sostuvo Jacobs, de la Universidad Estatal de Arizona. “Es muy raro que podamos decir: ‘esta persona lo hizo’, o ‘esta persona lo inició’. Incluso si así fuera, la mayoría de las veces ellos no estaban haciendo nada conscientemente para generar una epidemia. Lo que pasó es que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado”, concluyó.
ESTADOS UNIDOS: LAS INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL ALCANZARON UN MÁXIMO HISTÓRICO EN 2015
19 de octubre de 2016 – Fuente: Centers for Disease Control and Prevention (Estados Unidos)
Los casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) alcanzaron un récord histórico en Estados Unidos en 2015, reportaron el 19 de octubre las autoridades federales. Hubo más de 1,5 millones de casos de clamidiosis, casi 400.000 casos de gonorrea, y casi 24.000 casos de sífilis primaria y secundaria, las etapas más infecciosas de la enfermedad, según el informe. El mayor aumento en los casos reportados de ITS entre 2014 y 2015 ocurrió en la sífilis primaria y secundaria (19%), seguido por la gonorrea (13%) y la clamidiosis (6%), reveló el informe. Esos resultados apuntan a la necesidad de aumentar los esfuerzos de prevención de las ITS, sobre todo entre los que tienen el mayor riesgo, plantearon las autoridades. “Hemos llegado a un momento decisivo para el país”, dijo el Dr. Jonathan Mermin, del Centro Nacional de Prevención del VIH/SIDA, la Hepatitis Viral, las ITS y la Tuberculosis de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). “Las tasas de ITS están en aumento, y muchos de los sistemas del país para prevenirlas han mermado. Debemos movilizar, reconstruir y ampliar los servicios, o la carga humana y económica seguirá creciendo”, advirtió Mermin. En los últimos años, más de la mitad de los programas locales y estatales de ITS han experimentado recortes presupuestarios. Esos recortes condujeron al cierre de más de 20 clínicas de ITS de departamentos de salud tan solo en un año, anotó el informe. Un número menor de clínicas significa que las personas tienen un acceso reducido a las pruebas y los tratamientos para las ITS. La clamidiosis, la gonorrea y la sífilis se curan con antibióticos, y un acceso generalizado a las pruebas y el tratamiento reduciría su propagación, según los CDC. La mayoría de los casos de ITS no se diagnostican ni tratan, lo que pone a las personas en riesgo de efectos de salud graves y potencialmente permanentes, como dolor crónico, esterilidad y un mayor riesgo de contraer el VIH. Además, las ITS cuestan al sistema de atención de la salud de Estados Unidos casi 16.000 millones de dólares al año, según el informe. Los jóvenes de 15 a 24 años y los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y los bisexuales tienen el mayor riesgo de ITS, y sigue habiendo aumentos en la sífilis entre los recién nacidos, según el informe. “Los resultados para la salud de la sífilis (pérdida del embarazo, mortinatos, ceguera o accidente cerebrovascular) pueden ser devastadores”, advirtió la Dra. Gail Bolan, directora de la División de Prevención de las ITS de los CDC. “El resurgimiento de la sífilis congénita y el creciente impacto de la sífilis entre los HSH y los bisexuales pone de relieve que muchos estadounidenses no están recibiendo los servicios preventivos que necesitan. Toda mujer embarazada debe recibir la prueba de la sífilis, y los HSH y bisexuales sexualmente activos deben ser evaluados para sífilis al menos una vez al año”, comentó Bolan.
Los casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) alcanzaron un récord histórico en Estados Unidos en 2015, reportaron el 19 de octubre las autoridades federales. Hubo más de 1,5 millones de casos de clamidiosis, casi 400.000 casos de gonorrea, y casi 24.000 casos de sífilis primaria y secundaria, las etapas más infecciosas de la enfermedad, según el informe. El mayor aumento en los casos reportados de ITS entre 2014 y 2015 ocurrió en la sífilis primaria y secundaria (19%), seguido por la gonorrea (13%) y la clamidiosis (6%), reveló el informe. Esos resultados apuntan a la necesidad de aumentar los esfuerzos de prevención de las ITS, sobre todo entre los que tienen el mayor riesgo, plantearon las autoridades. “Hemos llegado a un momento decisivo para el país”, dijo el Dr. Jonathan Mermin, del Centro Nacional de Prevención del VIH/SIDA, la Hepatitis Viral, las ITS y la Tuberculosis de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). “Las tasas de ITS están en aumento, y muchos de los sistemas del país para prevenirlas han mermado. Debemos movilizar, reconstruir y ampliar los servicios, o la carga humana y económica seguirá creciendo”, advirtió Mermin. En los últimos años, más de la mitad de los programas locales y estatales de ITS han experimentado recortes presupuestarios. Esos recortes condujeron al cierre de más de 20 clínicas de ITS de departamentos de salud tan solo en un año, anotó el informe. Un número menor de clínicas significa que las personas tienen un acceso reducido a las pruebas y los tratamientos para las ITS. La clamidiosis, la gonorrea y la sífilis se curan con antibióticos, y un acceso generalizado a las pruebas y el tratamiento reduciría su propagación, según los CDC. La mayoría de los casos de ITS no se diagnostican ni tratan, lo que pone a las personas en riesgo de efectos de salud graves y potencialmente permanentes, como dolor crónico, esterilidad y un mayor riesgo de contraer el VIH. Además, las ITS cuestan al sistema de atención de la salud de Estados Unidos casi 16.000 millones de dólares al año, según el informe. Los jóvenes de 15 a 24 años y los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y los bisexuales tienen el mayor riesgo de ITS, y sigue habiendo aumentos en la sífilis entre los recién nacidos, según el informe. “Los resultados para la salud de la sífilis (pérdida del embarazo, mortinatos, ceguera o accidente cerebrovascular) pueden ser devastadores”, advirtió la Dra. Gail Bolan, directora de la División de Prevención de las ITS de los CDC. “El resurgimiento de la sífilis congénita y el creciente impacto de la sífilis entre los HSH y los bisexuales pone de relieve que muchos estadounidenses no están recibiendo los servicios preventivos que necesitan. Toda mujer embarazada debe recibir la prueba de la sífilis, y los HSH y bisexuales sexualmente activos deben ser evaluados para sífilis al menos una vez al año”, comentó Bolan.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
ESTADOS UNIDOS: BROTES DE SALMONELOSIS AFECTAN A 48 ESTADOS Y CAUSAN UNOS 900 CASOS Y TRES MUERTES
7 de octubre de 2016 – Fuente: EFE
Más de 800 afectados y al menos tres muertes ha sido el saldo de ocho brotes de salmonelosis que afectaron en los últimos meses a 48 estados, de acuerdo con un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Las infecciones, vinculadas al contacto con aves de corral, como pollos, gallinas y patos, fueron causantes de 209 hospitalizaciones de los 895 casos registrados desde principios de este año. La infección por Salmonella fue señalada como la causante de la muerte de al menos uno de los casos registrados en Mississippi y dos más en Kentucky y New Jersey que tenían la infección, aunque esta no fue establecida como la causa de muerte. Los CDC advirtieron que pese a que estas aves de corral se vean saludables y limpias, cualquier ave viva puede transmitir esta bacteria. Las autoridades sanitarias advirtieron que la creciente tendencia a criar este tipo de animales en los hogares de Estados Unidos debe venir acompañada de ciertas medidas de higiene para evitar la propagación de Salmonella. Los CDC recomiendan lavarse las manos cada vez que se esté en contacto con estos animales o la zona en la que viven, así como no dejar que estos ingresen a la vivienda, en especial en áreas adonde se preparan alimentos. Las autoridades advirtieron además evitar que niños menores de cinco años estén en contacto directo con estos animales debido a que tienen mayor riesgo de contagiarse y de padecer complicaciones. El 28% de los casos registrados durante el período del brote, entre el 4 de enero y el 10 de septiembre, eran niños menores de 5 años. Salmonella, que provoca diarrea, dolores abdominales y fiebre, es la principal causa de intoxicación por alimentos en Estados Unidos y se evita cocinado los alimentos y mediante la pasteurización.
Más de 800 afectados y al menos tres muertes ha sido el saldo de ocho brotes de salmonelosis que afectaron en los últimos meses a 48 estados, de acuerdo con un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Las infecciones, vinculadas al contacto con aves de corral, como pollos, gallinas y patos, fueron causantes de 209 hospitalizaciones de los 895 casos registrados desde principios de este año. La infección por Salmonella fue señalada como la causante de la muerte de al menos uno de los casos registrados en Mississippi y dos más en Kentucky y New Jersey que tenían la infección, aunque esta no fue establecida como la causa de muerte. Los CDC advirtieron que pese a que estas aves de corral se vean saludables y limpias, cualquier ave viva puede transmitir esta bacteria. Las autoridades sanitarias advirtieron que la creciente tendencia a criar este tipo de animales en los hogares de Estados Unidos debe venir acompañada de ciertas medidas de higiene para evitar la propagación de Salmonella. Los CDC recomiendan lavarse las manos cada vez que se esté en contacto con estos animales o la zona en la que viven, así como no dejar que estos ingresen a la vivienda, en especial en áreas adonde se preparan alimentos. Las autoridades advirtieron además evitar que niños menores de cinco años estén en contacto directo con estos animales debido a que tienen mayor riesgo de contagiarse y de padecer complicaciones. El 28% de los casos registrados durante el período del brote, entre el 4 de enero y el 10 de septiembre, eran niños menores de 5 años. Salmonella, que provoca diarrea, dolores abdominales y fiebre, es la principal causa de intoxicación por alimentos en Estados Unidos y se evita cocinado los alimentos y mediante la pasteurización.
ESTADOS UNIDOS: AVANZA EL FLAGELO DE LAS ‘SÚPER BACTERIAS’, Y LAS CIFRAS SE DISPARAN
10 de septiembre de 2016 – Fuente: Reuters
Josiah Cooper-Pope, un bebé que nació 15 semanas antes de la fecha prevista, logró superar bien sus primeros 10 días de vida en la unidad de cuidados neonatales de un hospital de Estados Unidos. Pero, de repente, su pequeño cuerpo comenzó a inflamarse tanto que su piel se abrió. Su madre, Shala Bowser, dijo que las enfermeras del Hospital Chippenham en Richmond, Virginia, le dijeron que Josiah tenía una infección y que debía prepararse para lo peor. El 2 de septiembre del 2010, el bebé de 17 días murió. Lo que nadie le dijo a Bowser en el hospital fue que su hijo era el cuarto bebé en la unidad de neonatología que contrajo la misma infección: Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM). Según los registros, la bacteria infectó a otros ocho pacientes –casi todos los bebés de la unidad–, antes de que se declarara el brote. Cuando Bowser fue al hospital a obtener una copia del certificado de defunción de Josiah, leyó en la línea de causa de muerte: “Sepsis debido a (o como consecuencia de): Prematuridad”. Si bien la sepsis es una complicación de una infección, en ningún lugar del certificado se mencionaba al SARM.
“Me duele el corazón. Vi lo que esto le hizo a mi bebé, y ellos luego sólo tiraron un puñado de palabras sobre el certificado de muerte”, dijo Bowser llorando. Según los certificados, Emma Grace Breaux, de 3 años, murió por complicaciones de una gripe; Joshua Nahum, de 27, falleció por complicaciones ligadas a un accidente de paracaidismo; y Dan Greulich, de 64, murió por una arritmia cardíaca después de un trasplante combinado de hígado y riñón. Pero los registros médicos muestran que en cada uno de esos casos, y en otros, la muerte fue resultado de una infección con una bacteria resistente a la medicación que los pacientes contrajeron mientras eran atendidos en hospitales. Sus certificados de defunción omiten cualquier mención a infecciones. Quince años después de que el Gobierno estadounidense declaró a las infecciones resistentes a los antibióticos como una amenaza grave para la salud pública, una investigación reveló que las muertes ligadas a estas infecciones quedan ocultas e impiden que la nación pueda luchar contra un flagelo que cobra un alto precio en vidas humanas.
“Necesitas saber”
Decenas de miles de muertes por infecciones resistentes a los antibióticos –así como muchos más casos en los cuales los pacientes enferman pero no mueren– no se contabilizan adecuadamente porque las agencias federales y estatales están haciendo un trabajo muy pobre al respecto. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y otras agencias sanitarias oficiales de Estados Unidos carecen de los recursos políticos, legales y financieros para imponer controles rigurosos. Como resultado, pasan por alto a personas como Natalie Silva de El Paso, en Texas, quien contrajo SARM tras dar a luz y murió de complicaciones relacionadas con la infección casi un año después, a los 23 años. Las hermanas de Silva lucharon hasta conseguir que el hospital mencionara al SARM en su certificado de defunción. Aun así, su muerte no entró en las estadísticas: ni el Departamento de Salud de Texas ni los CDC llevan un registro de los decesos por infecciones resistentes a los antibióticos. Derrotar una enfermedad infecciosa peligrosa requiere de una contabilidad precisa de dónde y cuándo ocurren las muertes y quiénes corren más riesgo, algo que Estados Unidos aprendió en su lucha contra el VIH/sida. Eso permite a las agencias de salud colocar con celeridad el dinero y el personal donde se necesita. Pero el país aún no ha dado los pasos más simples que se necesitan para monitorizar las infecciones resistentes a los medicamentos. “Necesitas saber qué tanta gente está muriendo de una enfermedad”, dijo Ramanan Laxminarayan, director del Centro para la Dinámica, Economía y Política sobre Enfermedades (CDDEP), una organización con sede en Washington y New Delhi. “Para bien o para mal, es una señal de qué tan grave es”. Las infecciones resistentes a los fármacos no se incluyen en los certificados de defunción por varias razones: los médicos y otros profesionales tienen poca instrucción sobre cómo llenar los formularios, algunos no quieren esperar los muchos días que puede llevar la confirmación de laboratorio, y la infección puede quedar solapada por algún otro padecimiento grave. Además, hay un poderoso incentivo para no mencionar las infecciones adquiridas en el hospital: registrar esas muertes documenta las fallas propias. Reconocer esas infecciones puede generar juicios contra los centros y profesionales médicos, dañar sus relaciones públicas y causar pérdidas de reembolsos de las compañías de seguro. Los doctores y otros profesionales de la salud también simplemente pueden no saber la importancia de llevar un registro de las infecciones. Sandy Tarant, el médico que firmó el certificado de defunción de Josiah Cooper-Pope, dijo que pensó que “no importaba” si citaba la infección con SARM. Desde el punto de vista legal, está en lo correcto. La mayoría de los estados no piden que los médicos precisen si el SARM fue un factor en el deceso. Washington e Illinois son las excepciones.
“Pintura impresionista”
Ni siquiera los CDC tienen una aproximación certera de la magnitud del problema. La agencia estima que 23.000 personas mueren cada año de 17 tipos de infecciones resistentes a los fármacos y que otras 15.000 fallecen por Clostridium difficile, una bacteria ligada al uso prolongado de antibióticos. Las cifras aparecen usualmente en las noticias y en publicaciones académicas, pero son más que nada conjeturas. Al analizar los cálculos de los CDC, se halló que las estimaciones se basan en pocos reportes efectivos de muertes por infecciones resistentes a los medicamentos. La agencia depende en gran medida de pequeñas muestras de infecciones y muertes recabadas en no más de 10 estados en un año, el 2011. Y la mayoría no incluye lugares muy poblados como Florida, Texas, la ciudad de New York y el sur de California. Los CDC extrapolan de esas pequeñas muestras la mayoría de sus estimaciones para el país, lo que genera tanta incertidumbre estadística como para que las cifras sean inservibles para propósitos como combatir una crisis de salud pública persistente. Al describir las estimaciones, incluso los funcionarios de los CDC usan expresiones como “aproximaciones” y “algo de luz en la oscuridad”. Michael Craig, asesor de los CDC para la coordinación y estrategia contra la resistencia a los antibióticos, dijo que la agencia ha sido presionada por el Congreso y la prensa para ofrecer “el número total”, que es más “una pintura impresionista que algo de naturaleza más técnica”. Funcionarios de los CDC manifestaron que el reporte de estimaciones de 2013 se publicó “pese a sus limitaciones, por la gran preocupación sobre la gravedad de la amenaza”. La agencia dijo que está trabajando para mejorar sus cálculos. Diferencias en los números Ante la falta de un sistema de control nacional unificado, el costo de la supervisión de las infecciones resistentes a la medicación y las muertes ligadas a ellas recae sobre cada estado. Un sondeo a los departamentos de salud de los 50 estados y el Distrito de Columbia halló grandes variaciones en cómo registran las siete principales infecciones por ‘súper bacterias’, si es que lo hacen. Sólo 17 estados requieren la notificación de infecciones por C. difficile, por ejemplo, mientras que 26 y Washington DC exigen el reporte de SARM. Menos de la mitad de los estados pide que se informen las infecciones por enterobacterias resistentes a los carbapenemes (ERC), una familia de patógenos a los que los CDC califican como una “amenaza urgente” y que cobró notoriedad cuando más de 200 personas enfermaron por contaminación hospitalaria en 2012-2015. En tanto, 24 de los estados y el Distrito de Columbia –una zona que nuclea a tres de cada cinco estadounidenses– dijeron que no tienen cálculos regulares de muertes por infecciones resistentes a los antibióticos. En cambio, los 50 estados piden reportes de muertes por sida y los decesos por hepatitis C y tuberculosis también son muy monitorizados. En el sondeo, los estados reportaron un total de alrededor de 3.300 muertes por infecciones resistentes a los medicamentos entre 2003 y 2014. Pero esa es una pequeñísima fracción de la cifra real. Un análisis de los certificados de defunción reveló que a nivel nacional las infecciones resistentes a los fármacos eran mencionadas como causa parcial o absoluta de la muerte de más de 180.000 personas durante el mismo período. Para realizar el análisis, se trabajó con la División de Estadísticas Vitales de los CDC para buscar transcripciones textuales de los certificados de muerte e identificar los casos relevantes. Los números del análisis también indican que el problema está empeorando a nivel nacional ya que la cantidad de muertes por infecciones resistentes a los medicamentos se duplicó desde 8.600 en 2003 a alrededor de 16.700 en 2014. Parte del aumento podría deberse a una mayor concienciación de los médicos. Los certificados de muerte no son una medición perfecta. Pero aunque puede haber errores, contienen indicios. Por eso, grupos de defensa de pacientes pidieron a los CDC en 2011 que sumen una pregunta sobre infecciones adquiridas en el hospital a su certificado de defunción estándar, usado por muchos estados. El director de los CDC, el Dr. Thomas R. Frieden, escribió que iba a evaluar incluir el pedido en los debates del siguiente encuentro en el que la agencia revisara el tema, pero que no había planes de ningún cambio “en el futuro cercano”. En un comunicado, Frieden dijo: “Si bien los certificados de defunción brindan información útil, la triste realidad es que no proveen información clínica detallada”.
Lucha por la vanguardia
Las bacterias resistentes a los antibióticos fueron descubiertas casi junto con los propios antibióticos. Alexander Fleming creó en 1928 la penicilina, el primer antibiótico moderno, y con él se salvaron millones de vidas que pocos años antes hubieran sido fatales. Para 1940, expertos ya reportaban bacterias que habían desarrollado resistencia al fármaco. La ciencia moderna quedó entonces sumida en una lucha por la vanguardia con el mundo de las bacterias. Mientras los investigadores desarrollaban una nueva clase de fármacos para reemplazar a aquellos que se volvían ineficaces, pronto las bacterias volvían a mostrar resistencia a la nueva medicación. El problema empeoró con la prescripción excesiva de antibióticos y su uso en animales de granja. En 1990 las infecciones resistentes a los medicamentos ya habían alcanzado proporciones críticas. Paradójicamente, los avances en la medicina han sido un gran motivo por el cual la epidemia empeoró. Actualmente más personas que nunca viven con sistemas inmunes débiles, como los bebés prematuros, los ancianos, las personas con cáncer, con VIH y otras enfermedades que antes eran letales y ahora suelen ser condiciones crónicas. Es por eso también que las ‘súper bacterias’ suelen aparecer en hospitales, hogares de cuidado y otras instalaciones sanitarias, todos lugares donde las poblaciones susceptibles están concentradas. En 2001, un grupo liderado por los CDC, la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos declaró las infecciones resistentes a los antibióticos como una grave amenaza a la salud pública y lanzó un plan de acción para abordar el problema. Las recomendaciones del grupo incluyen crear un plan de supervisión nacional y acelerar el desarrollo de nuevos antibióticos. Pero aún hoy cuesta que los profesionales tomen medidas preventivas tan básicas para el control de infecciones como el lavado de manos. Desde 1987 no se ha aprobado ninguna clase nueva de antibióticos para uso médico.
Josiah Cooper-Pope, un bebé que nació 15 semanas antes de la fecha prevista, logró superar bien sus primeros 10 días de vida en la unidad de cuidados neonatales de un hospital de Estados Unidos. Pero, de repente, su pequeño cuerpo comenzó a inflamarse tanto que su piel se abrió. Su madre, Shala Bowser, dijo que las enfermeras del Hospital Chippenham en Richmond, Virginia, le dijeron que Josiah tenía una infección y que debía prepararse para lo peor. El 2 de septiembre del 2010, el bebé de 17 días murió. Lo que nadie le dijo a Bowser en el hospital fue que su hijo era el cuarto bebé en la unidad de neonatología que contrajo la misma infección: Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM). Según los registros, la bacteria infectó a otros ocho pacientes –casi todos los bebés de la unidad–, antes de que se declarara el brote. Cuando Bowser fue al hospital a obtener una copia del certificado de defunción de Josiah, leyó en la línea de causa de muerte: “Sepsis debido a (o como consecuencia de): Prematuridad”. Si bien la sepsis es una complicación de una infección, en ningún lugar del certificado se mencionaba al SARM.
“Me duele el corazón. Vi lo que esto le hizo a mi bebé, y ellos luego sólo tiraron un puñado de palabras sobre el certificado de muerte”, dijo Bowser llorando. Según los certificados, Emma Grace Breaux, de 3 años, murió por complicaciones de una gripe; Joshua Nahum, de 27, falleció por complicaciones ligadas a un accidente de paracaidismo; y Dan Greulich, de 64, murió por una arritmia cardíaca después de un trasplante combinado de hígado y riñón. Pero los registros médicos muestran que en cada uno de esos casos, y en otros, la muerte fue resultado de una infección con una bacteria resistente a la medicación que los pacientes contrajeron mientras eran atendidos en hospitales. Sus certificados de defunción omiten cualquier mención a infecciones. Quince años después de que el Gobierno estadounidense declaró a las infecciones resistentes a los antibióticos como una amenaza grave para la salud pública, una investigación reveló que las muertes ligadas a estas infecciones quedan ocultas e impiden que la nación pueda luchar contra un flagelo que cobra un alto precio en vidas humanas.
“Necesitas saber”
Decenas de miles de muertes por infecciones resistentes a los antibióticos –así como muchos más casos en los cuales los pacientes enferman pero no mueren– no se contabilizan adecuadamente porque las agencias federales y estatales están haciendo un trabajo muy pobre al respecto. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y otras agencias sanitarias oficiales de Estados Unidos carecen de los recursos políticos, legales y financieros para imponer controles rigurosos. Como resultado, pasan por alto a personas como Natalie Silva de El Paso, en Texas, quien contrajo SARM tras dar a luz y murió de complicaciones relacionadas con la infección casi un año después, a los 23 años. Las hermanas de Silva lucharon hasta conseguir que el hospital mencionara al SARM en su certificado de defunción. Aun así, su muerte no entró en las estadísticas: ni el Departamento de Salud de Texas ni los CDC llevan un registro de los decesos por infecciones resistentes a los antibióticos. Derrotar una enfermedad infecciosa peligrosa requiere de una contabilidad precisa de dónde y cuándo ocurren las muertes y quiénes corren más riesgo, algo que Estados Unidos aprendió en su lucha contra el VIH/sida. Eso permite a las agencias de salud colocar con celeridad el dinero y el personal donde se necesita. Pero el país aún no ha dado los pasos más simples que se necesitan para monitorizar las infecciones resistentes a los medicamentos. “Necesitas saber qué tanta gente está muriendo de una enfermedad”, dijo Ramanan Laxminarayan, director del Centro para la Dinámica, Economía y Política sobre Enfermedades (CDDEP), una organización con sede en Washington y New Delhi. “Para bien o para mal, es una señal de qué tan grave es”. Las infecciones resistentes a los fármacos no se incluyen en los certificados de defunción por varias razones: los médicos y otros profesionales tienen poca instrucción sobre cómo llenar los formularios, algunos no quieren esperar los muchos días que puede llevar la confirmación de laboratorio, y la infección puede quedar solapada por algún otro padecimiento grave. Además, hay un poderoso incentivo para no mencionar las infecciones adquiridas en el hospital: registrar esas muertes documenta las fallas propias. Reconocer esas infecciones puede generar juicios contra los centros y profesionales médicos, dañar sus relaciones públicas y causar pérdidas de reembolsos de las compañías de seguro. Los doctores y otros profesionales de la salud también simplemente pueden no saber la importancia de llevar un registro de las infecciones. Sandy Tarant, el médico que firmó el certificado de defunción de Josiah Cooper-Pope, dijo que pensó que “no importaba” si citaba la infección con SARM. Desde el punto de vista legal, está en lo correcto. La mayoría de los estados no piden que los médicos precisen si el SARM fue un factor en el deceso. Washington e Illinois son las excepciones.
“Pintura impresionista”
Ni siquiera los CDC tienen una aproximación certera de la magnitud del problema. La agencia estima que 23.000 personas mueren cada año de 17 tipos de infecciones resistentes a los fármacos y que otras 15.000 fallecen por Clostridium difficile, una bacteria ligada al uso prolongado de antibióticos. Las cifras aparecen usualmente en las noticias y en publicaciones académicas, pero son más que nada conjeturas. Al analizar los cálculos de los CDC, se halló que las estimaciones se basan en pocos reportes efectivos de muertes por infecciones resistentes a los medicamentos. La agencia depende en gran medida de pequeñas muestras de infecciones y muertes recabadas en no más de 10 estados en un año, el 2011. Y la mayoría no incluye lugares muy poblados como Florida, Texas, la ciudad de New York y el sur de California. Los CDC extrapolan de esas pequeñas muestras la mayoría de sus estimaciones para el país, lo que genera tanta incertidumbre estadística como para que las cifras sean inservibles para propósitos como combatir una crisis de salud pública persistente. Al describir las estimaciones, incluso los funcionarios de los CDC usan expresiones como “aproximaciones” y “algo de luz en la oscuridad”. Michael Craig, asesor de los CDC para la coordinación y estrategia contra la resistencia a los antibióticos, dijo que la agencia ha sido presionada por el Congreso y la prensa para ofrecer “el número total”, que es más “una pintura impresionista que algo de naturaleza más técnica”. Funcionarios de los CDC manifestaron que el reporte de estimaciones de 2013 se publicó “pese a sus limitaciones, por la gran preocupación sobre la gravedad de la amenaza”. La agencia dijo que está trabajando para mejorar sus cálculos. Diferencias en los números Ante la falta de un sistema de control nacional unificado, el costo de la supervisión de las infecciones resistentes a la medicación y las muertes ligadas a ellas recae sobre cada estado. Un sondeo a los departamentos de salud de los 50 estados y el Distrito de Columbia halló grandes variaciones en cómo registran las siete principales infecciones por ‘súper bacterias’, si es que lo hacen. Sólo 17 estados requieren la notificación de infecciones por C. difficile, por ejemplo, mientras que 26 y Washington DC exigen el reporte de SARM. Menos de la mitad de los estados pide que se informen las infecciones por enterobacterias resistentes a los carbapenemes (ERC), una familia de patógenos a los que los CDC califican como una “amenaza urgente” y que cobró notoriedad cuando más de 200 personas enfermaron por contaminación hospitalaria en 2012-2015. En tanto, 24 de los estados y el Distrito de Columbia –una zona que nuclea a tres de cada cinco estadounidenses– dijeron que no tienen cálculos regulares de muertes por infecciones resistentes a los antibióticos. En cambio, los 50 estados piden reportes de muertes por sida y los decesos por hepatitis C y tuberculosis también son muy monitorizados. En el sondeo, los estados reportaron un total de alrededor de 3.300 muertes por infecciones resistentes a los medicamentos entre 2003 y 2014. Pero esa es una pequeñísima fracción de la cifra real. Un análisis de los certificados de defunción reveló que a nivel nacional las infecciones resistentes a los fármacos eran mencionadas como causa parcial o absoluta de la muerte de más de 180.000 personas durante el mismo período. Para realizar el análisis, se trabajó con la División de Estadísticas Vitales de los CDC para buscar transcripciones textuales de los certificados de muerte e identificar los casos relevantes. Los números del análisis también indican que el problema está empeorando a nivel nacional ya que la cantidad de muertes por infecciones resistentes a los medicamentos se duplicó desde 8.600 en 2003 a alrededor de 16.700 en 2014. Parte del aumento podría deberse a una mayor concienciación de los médicos. Los certificados de muerte no son una medición perfecta. Pero aunque puede haber errores, contienen indicios. Por eso, grupos de defensa de pacientes pidieron a los CDC en 2011 que sumen una pregunta sobre infecciones adquiridas en el hospital a su certificado de defunción estándar, usado por muchos estados. El director de los CDC, el Dr. Thomas R. Frieden, escribió que iba a evaluar incluir el pedido en los debates del siguiente encuentro en el que la agencia revisara el tema, pero que no había planes de ningún cambio “en el futuro cercano”. En un comunicado, Frieden dijo: “Si bien los certificados de defunción brindan información útil, la triste realidad es que no proveen información clínica detallada”.
Lucha por la vanguardia
Las bacterias resistentes a los antibióticos fueron descubiertas casi junto con los propios antibióticos. Alexander Fleming creó en 1928 la penicilina, el primer antibiótico moderno, y con él se salvaron millones de vidas que pocos años antes hubieran sido fatales. Para 1940, expertos ya reportaban bacterias que habían desarrollado resistencia al fármaco. La ciencia moderna quedó entonces sumida en una lucha por la vanguardia con el mundo de las bacterias. Mientras los investigadores desarrollaban una nueva clase de fármacos para reemplazar a aquellos que se volvían ineficaces, pronto las bacterias volvían a mostrar resistencia a la nueva medicación. El problema empeoró con la prescripción excesiva de antibióticos y su uso en animales de granja. En 1990 las infecciones resistentes a los medicamentos ya habían alcanzado proporciones críticas. Paradójicamente, los avances en la medicina han sido un gran motivo por el cual la epidemia empeoró. Actualmente más personas que nunca viven con sistemas inmunes débiles, como los bebés prematuros, los ancianos, las personas con cáncer, con VIH y otras enfermedades que antes eran letales y ahora suelen ser condiciones crónicas. Es por eso también que las ‘súper bacterias’ suelen aparecer en hospitales, hogares de cuidado y otras instalaciones sanitarias, todos lugares donde las poblaciones susceptibles están concentradas. En 2001, un grupo liderado por los CDC, la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos declaró las infecciones resistentes a los antibióticos como una grave amenaza a la salud pública y lanzó un plan de acción para abordar el problema. Las recomendaciones del grupo incluyen crear un plan de supervisión nacional y acelerar el desarrollo de nuevos antibióticos. Pero aún hoy cuesta que los profesionales tomen medidas preventivas tan básicas para el control de infecciones como el lavado de manos. Desde 1987 no se ha aprobado ninguna clase nueva de antibióticos para uso médico.
¿CUÁL SERÁ LA SIGUIENTE FIEBRE ZIKA?
18 de octubre de 2016 – Fuente: Scientific American
Los detectives de enfermedades están al acecho en busca de virus desconocidos que puedan ser transmitidos a las personas por insectos viajeros, convirtiéndose rápidamente en un problema generalizado. Los artículos científicos están llenos de enfermedades a las que vigilar. Ahora, cuatro virus en particular son los que más preocupan a virólogos y epidemiólogos, aunque no es seguro que cualquiera de los males vaya a convertirse en la próxima fiebre zika o la fiebre del Nilo Occidental. Pero los investigadores dan varias razones para mantener una estrecha vigilancia de este cuarteto.
Virus Mayaro
“Durante 10 años he estado pensando que el virus Mayaro está a punto de intensificarse en los seres humanos y ser transmisible de manera eficiente por el mosquito Aedes aegypti”, dice Scott Weaver, un virólogo de la Medical Branch de la Universidad de Texas, en Galveston. El virus Mayaro causa una enfermedad clínicamente indistinguible de la que produce el virus Chikungunya, transmitido por mosquitos: fiebre, escalofríos, erupciones cutáneas y el característico dolor en las articulaciones que puede durar más de un año. Sin embargo, sí importa cuál de estos virus circula por su cuerpo. Una vez haya vacunas contra los virus Mayaro y Chikungunya, y medicamentos para su tratamiento (hasta ahora no hay ninguno), es probable que sean específicas para cada virus. Las similitudes con el Chikungunya son también la razón por la que Mayaro podría convertirse en un problema muy extendido. Ambos fueron originalmente transmitidos por mosquitos selváticos, infectando a gente en lugares como la Amazonía. Sin embargo, Chikungunya ya se ha adaptado para ser transmitido por mosquitos urbanos, tales como Aedes aegypti o Ae. albopictus –desde septiembre de 2016 tan solo en el continente americano, hubo más de 100.000 casos confirmados de la enfermedad–. Tales adaptaciones también pueden estar ocurriendo con Mayaro. En experimentos de laboratorio, Ae. aegypti y Ae. albopictus han mostrado ser vectores potenciales de Mayaro. Además, en los últimos años hubo casos en grandes ciudades brasileñas –lejos de los bosques–. En septiembre de 2016 se detectó el virus en Haití, lo que sugiere posibles adaptaciones a un ciclo urbano. “Podría ser que se introdujo la cepa adecuada en esa área o podría ser que el virus haya mutado para facilitar la transmisión urbana”, dice Weaver.
Virus de la fiebre del Valle del Rift
Para la mayoría de la gente, la fiebre del Valle del Rift significa una simple enfermedad con fiebre y escalofríos. Sin embargo, en algunos casos puede progresar a una enfermedad hemorrágica, acompañada de sangrado anormal o a la inflamación del cerebro. La mitad de los casos hemorrágicos de la fiebre del Valle del Rift son fatales y no hay ningún tratamiento. Desde su descubrimiento en Kenia a principios del siglo XX, el virus de la fiebre Valle del Rift se ha limitado a África. Pero en 2000 abandonó el continente, llegando a la península arábiga. Para el año 2014 se habían producido numerosos brotes causando decenas de miles de casos humanos y millones de muertes de ganado. En los últimos años más personas han acabado padeciendo la enfermedad hemorrágica (10% frente al 1% de observaciones tempranas). “Aún no se sabe si el virus está mutando para ser más virulento o, más probablemente, solo somos mucho mejores en la detección de infecciones graves en África”, dice Brian Bird, un virólogo de la Escuela de Medicina Veterinaria del Instituto de Salud de Davis, de la Universidad de California. El problema con la fiebre del Valle del Rift es que puede ser transmitida por más de 30 especies de mosquitos, 19 de ellas nativas de América del Norte. Tanto los animales salvajes como los domésticos pueden servir como reservorio de la enfermedad. “La disponibilidad de animales inmunológicamente vírgenes para perpetuar la enfermedad en América del Norte o en Europa es preocupante. Si consiguiera venir aquí, los efectos sobre la salud y la economía animal serían profundos”, dice Bird. Una forma probable mediante la que la fiebre del Valle del Rift podría llegar a Estados Unidos sería a través de los mosquitos portadores de virus en los aviones o barcos. Por suerte, el trabajo en la vacuna está bastante avanzado.
Virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es transmitida por garrapatas, lo cual es una buena noticia ya que las infecciones transmitidas por garrapatas suelen propagarse más lentamente que aquellas transmitidas por mosquitos. La mala noticia es que la fiebre de Crimea-Congo tiene tasas de mortalidad de hasta 40%. Identificado en 1944, el virus ya ha conseguido viajar desde África hasta China. En los últimos años la propagación del virus parece haberse acelerado: en 2002 llegó a Turquía, infectando 10.000 personas en 2015; en 2011 el virus llegó a India; y en septiembre de 2016 se registraron los dos primeros casos en España. Una persona murió. “Es muy difícil decir si eso fue una introducción única del virus o un indicador de cambios en el ambiente que permiten que el virus se propague a esta zona de Europa”, dice Bird. Además de sangrado desde casi cualquier parte del cuerpo, la enfermedad puede causar sarpullido y fiebre. La droga antiviral ribavirina se ha utilizado para tratar la fiebre de Crimea-Congo, pero no es muy eficaz. El virus es transmitido por las garrapatas, en su mayoría del género Hyalomma, que con el cambio climático se están arrastrando a nuevos territorios. Ya han sido encontradas tan al norte como Alemania (en 2015) y hasta en Gran Bretaña, viajando junto a aves migratorias. Sigue siendo desconocido si hay garrapatas que puedan transmitir el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en América del Norte.
Virus Usutu
“Después de un verano inusualmente cálido en Europa estamos frente a un brote sin precedentes de infecciones por el virus Usutu entre las aves de Alemania, con muertes masivas, y colegas de Francia, Bélgica, Hungría, y los Países Bajos también están reportando fenómenos similares. Eso es nuevo: los brotes previos de infección por virus Usutu siempre estaban limitados geográficamente”, dice Daniel Cadar, virólogo en el Instituto de Medicina Tropical Bernhard-Nocht de Hamburg. Usutu, un virus aviario transmitido por mosquitos Culex, causa una enfermedad que es una copia de la fiebre del Nilo Occidental: dolores de cabeza, fiebre, problemas neurológicos. Pero hasta ahora, la mayoría de las infecciones por virus Usutu en seres humanos terminan sin síntomas. Un estudio detectó que más de 6% de los italianos en los alrededores de Módena han sido infectados recientemente con el virus sin saberlo. Es más probable que los síntomas graves ocurran en personas con un sistema inmune comprometido, como se informó en 2013 en Croacia, en solo tres casos. Sin embargo, Weaver dice que no debemos subestimar esta infección. “El virus Usutu no está lejos de donde estaba la fiebre del Nilo Occidental hace 20 años. Hubo algunos pequeños brotes en el este de Europa, pero en su mayor parte la gente pensó que no era un patógeno grave. Como Usutu es un virus aviar, podría fácilmente circular por diferentes partes del mundo, igual que el virus del Nilo Occidental”, advierte. Y el cambio climático podría significar más aves infectadas, y también, un mayor potencial del contacto del virus con humanos.
Los detectives de enfermedades están al acecho en busca de virus desconocidos que puedan ser transmitidos a las personas por insectos viajeros, convirtiéndose rápidamente en un problema generalizado. Los artículos científicos están llenos de enfermedades a las que vigilar. Ahora, cuatro virus en particular son los que más preocupan a virólogos y epidemiólogos, aunque no es seguro que cualquiera de los males vaya a convertirse en la próxima fiebre zika o la fiebre del Nilo Occidental. Pero los investigadores dan varias razones para mantener una estrecha vigilancia de este cuarteto.
Virus Mayaro
“Durante 10 años he estado pensando que el virus Mayaro está a punto de intensificarse en los seres humanos y ser transmisible de manera eficiente por el mosquito Aedes aegypti”, dice Scott Weaver, un virólogo de la Medical Branch de la Universidad de Texas, en Galveston. El virus Mayaro causa una enfermedad clínicamente indistinguible de la que produce el virus Chikungunya, transmitido por mosquitos: fiebre, escalofríos, erupciones cutáneas y el característico dolor en las articulaciones que puede durar más de un año. Sin embargo, sí importa cuál de estos virus circula por su cuerpo. Una vez haya vacunas contra los virus Mayaro y Chikungunya, y medicamentos para su tratamiento (hasta ahora no hay ninguno), es probable que sean específicas para cada virus. Las similitudes con el Chikungunya son también la razón por la que Mayaro podría convertirse en un problema muy extendido. Ambos fueron originalmente transmitidos por mosquitos selváticos, infectando a gente en lugares como la Amazonía. Sin embargo, Chikungunya ya se ha adaptado para ser transmitido por mosquitos urbanos, tales como Aedes aegypti o Ae. albopictus –desde septiembre de 2016 tan solo en el continente americano, hubo más de 100.000 casos confirmados de la enfermedad–. Tales adaptaciones también pueden estar ocurriendo con Mayaro. En experimentos de laboratorio, Ae. aegypti y Ae. albopictus han mostrado ser vectores potenciales de Mayaro. Además, en los últimos años hubo casos en grandes ciudades brasileñas –lejos de los bosques–. En septiembre de 2016 se detectó el virus en Haití, lo que sugiere posibles adaptaciones a un ciclo urbano. “Podría ser que se introdujo la cepa adecuada en esa área o podría ser que el virus haya mutado para facilitar la transmisión urbana”, dice Weaver.
Virus de la fiebre del Valle del Rift
Para la mayoría de la gente, la fiebre del Valle del Rift significa una simple enfermedad con fiebre y escalofríos. Sin embargo, en algunos casos puede progresar a una enfermedad hemorrágica, acompañada de sangrado anormal o a la inflamación del cerebro. La mitad de los casos hemorrágicos de la fiebre del Valle del Rift son fatales y no hay ningún tratamiento. Desde su descubrimiento en Kenia a principios del siglo XX, el virus de la fiebre Valle del Rift se ha limitado a África. Pero en 2000 abandonó el continente, llegando a la península arábiga. Para el año 2014 se habían producido numerosos brotes causando decenas de miles de casos humanos y millones de muertes de ganado. En los últimos años más personas han acabado padeciendo la enfermedad hemorrágica (10% frente al 1% de observaciones tempranas). “Aún no se sabe si el virus está mutando para ser más virulento o, más probablemente, solo somos mucho mejores en la detección de infecciones graves en África”, dice Brian Bird, un virólogo de la Escuela de Medicina Veterinaria del Instituto de Salud de Davis, de la Universidad de California. El problema con la fiebre del Valle del Rift es que puede ser transmitida por más de 30 especies de mosquitos, 19 de ellas nativas de América del Norte. Tanto los animales salvajes como los domésticos pueden servir como reservorio de la enfermedad. “La disponibilidad de animales inmunológicamente vírgenes para perpetuar la enfermedad en América del Norte o en Europa es preocupante. Si consiguiera venir aquí, los efectos sobre la salud y la economía animal serían profundos”, dice Bird. Una forma probable mediante la que la fiebre del Valle del Rift podría llegar a Estados Unidos sería a través de los mosquitos portadores de virus en los aviones o barcos. Por suerte, el trabajo en la vacuna está bastante avanzado.
Virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es transmitida por garrapatas, lo cual es una buena noticia ya que las infecciones transmitidas por garrapatas suelen propagarse más lentamente que aquellas transmitidas por mosquitos. La mala noticia es que la fiebre de Crimea-Congo tiene tasas de mortalidad de hasta 40%. Identificado en 1944, el virus ya ha conseguido viajar desde África hasta China. En los últimos años la propagación del virus parece haberse acelerado: en 2002 llegó a Turquía, infectando 10.000 personas en 2015; en 2011 el virus llegó a India; y en septiembre de 2016 se registraron los dos primeros casos en España. Una persona murió. “Es muy difícil decir si eso fue una introducción única del virus o un indicador de cambios en el ambiente que permiten que el virus se propague a esta zona de Europa”, dice Bird. Además de sangrado desde casi cualquier parte del cuerpo, la enfermedad puede causar sarpullido y fiebre. La droga antiviral ribavirina se ha utilizado para tratar la fiebre de Crimea-Congo, pero no es muy eficaz. El virus es transmitido por las garrapatas, en su mayoría del género Hyalomma, que con el cambio climático se están arrastrando a nuevos territorios. Ya han sido encontradas tan al norte como Alemania (en 2015) y hasta en Gran Bretaña, viajando junto a aves migratorias. Sigue siendo desconocido si hay garrapatas que puedan transmitir el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en América del Norte.
Virus Usutu
“Después de un verano inusualmente cálido en Europa estamos frente a un brote sin precedentes de infecciones por el virus Usutu entre las aves de Alemania, con muertes masivas, y colegas de Francia, Bélgica, Hungría, y los Países Bajos también están reportando fenómenos similares. Eso es nuevo: los brotes previos de infección por virus Usutu siempre estaban limitados geográficamente”, dice Daniel Cadar, virólogo en el Instituto de Medicina Tropical Bernhard-Nocht de Hamburg. Usutu, un virus aviario transmitido por mosquitos Culex, causa una enfermedad que es una copia de la fiebre del Nilo Occidental: dolores de cabeza, fiebre, problemas neurológicos. Pero hasta ahora, la mayoría de las infecciones por virus Usutu en seres humanos terminan sin síntomas. Un estudio detectó que más de 6% de los italianos en los alrededores de Módena han sido infectados recientemente con el virus sin saberlo. Es más probable que los síntomas graves ocurran en personas con un sistema inmune comprometido, como se informó en 2013 en Croacia, en solo tres casos. Sin embargo, Weaver dice que no debemos subestimar esta infección. “El virus Usutu no está lejos de donde estaba la fiebre del Nilo Occidental hace 20 años. Hubo algunos pequeños brotes en el este de Europa, pero en su mayor parte la gente pensó que no era un patógeno grave. Como Usutu es un virus aviar, podría fácilmente circular por diferentes partes del mundo, igual que el virus del Nilo Occidental”, advierte. Y el cambio climático podría significar más aves infectadas, y también, un mayor potencial del contacto del virus con humanos.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
ÁFRICA OCCIDENTAL: EL VIRUS DEL ÉBOLA MUTÓ PARA HACERSE MÁS INFECCIOSO
3 de noviembre de 2016 – Fuente: Cell
Unas mutaciones del virus del Ébola mejoraron su capacidad de infectar a las personas durante la epidemia de 2013-2016 en África Occidental, señalan dos equipos independientes de investigadores. Cuando la epidemia terminó, más de 28.000 personas se habían infectado y más de 11.000 habían muerto. Los autores de los estudios deseaban determinar si hubo cambios genéticos en el virus del Ébola en repuesta a la infección en una cantidad tan grande de personas. “Se cree que el virus del Ébola circula en una población animal desconocida y solo cruza a la gente raras veces. Cuando el virus cruza, el efecto ha sido devastador en las personas infectadas. Hasta hace poco, los brotes de la enfermedad en humanos han durado poco, y el virus ha tenido pocas oportunidades de adaptarse genéticamente al anfitrión humano”, señaló el Dr. Jeremy Luban, coautor de uno de los estudios y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Los equipos de investigación dijeron que encontraron mutaciones que aumentan la capacidad del virus del Ébola de infectar a los humanos y a otros primates. Es posible que esas mutaciones aumentaran la propagación del virus durante la epidemia. “Si se introduce un virus en un anfitrión nuevo, como los humanos, tal vez tenga que adaptarse para infectar y propagarse mejor en ese anfitrión”, señaló Jonathan Ball, coautor del otro estudio y virólogo de la Universidad de Nottingham, en Inglaterra. Una mutación en particular surgió a principios de la epidemia, justo cuando hubo un gran aumento en la cantidad de casos, y se convirtió rápidamente en el tipo dominante del virus que circulaba en el brote, dijeron los científicos. Los dos equipos de investigación intentan ahora averiguar más sobre cómo esas nuevas mutaciones hacen que el virus del Ébola sea más infeccioso para las personas. “Es importante comprender cómo esos virus evolucionan durante los brotes. Al hacerlo, estaremos mejor preparados si esos virus pasan a los humanos en el futuro”, dijo Luban.
Unas mutaciones del virus del Ébola mejoraron su capacidad de infectar a las personas durante la epidemia de 2013-2016 en África Occidental, señalan dos equipos independientes de investigadores. Cuando la epidemia terminó, más de 28.000 personas se habían infectado y más de 11.000 habían muerto. Los autores de los estudios deseaban determinar si hubo cambios genéticos en el virus del Ébola en repuesta a la infección en una cantidad tan grande de personas. “Se cree que el virus del Ébola circula en una población animal desconocida y solo cruza a la gente raras veces. Cuando el virus cruza, el efecto ha sido devastador en las personas infectadas. Hasta hace poco, los brotes de la enfermedad en humanos han durado poco, y el virus ha tenido pocas oportunidades de adaptarse genéticamente al anfitrión humano”, señaló el Dr. Jeremy Luban, coautor de uno de los estudios y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Los equipos de investigación dijeron que encontraron mutaciones que aumentan la capacidad del virus del Ébola de infectar a los humanos y a otros primates. Es posible que esas mutaciones aumentaran la propagación del virus durante la epidemia. “Si se introduce un virus en un anfitrión nuevo, como los humanos, tal vez tenga que adaptarse para infectar y propagarse mejor en ese anfitrión”, señaló Jonathan Ball, coautor del otro estudio y virólogo de la Universidad de Nottingham, en Inglaterra. Una mutación en particular surgió a principios de la epidemia, justo cuando hubo un gran aumento en la cantidad de casos, y se convirtió rápidamente en el tipo dominante del virus que circulaba en el brote, dijeron los científicos. Los dos equipos de investigación intentan ahora averiguar más sobre cómo esas nuevas mutaciones hacen que el virus del Ébola sea más infeccioso para las personas. “Es importante comprender cómo esos virus evolucionan durante los brotes. Al hacerlo, estaremos mejor preparados si esos virus pasan a los humanos en el futuro”, dijo Luban.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
lunes, 10 de octubre de 2016
LOS ANTIBIÓTICOS ANTES DE LOS 2 AÑOS DE EDAD PODRÍAN VINCULARSE CON LAS ALERGIAS POSTERIORES
Aumentaron el riesgo de fiebre del heno y de eczema, según un estudio
Robert Preidt
Traducido del inglés: martes, 6 de septiembre, 2016
MARTES, 6 de septiembre de 2016 (HealthDay News) -- Tomar antibióticos a una edad temprana podría aumentar el riesgo de sufrir ciertas alergias en un momento posterior de la vida, según unos investigadores.
"La exposición en un momento temprano de la vida está relacionada con un aumento del riesgo de eczema y de fiebre del heno más adelante", comentaron Fariba Ahmadizar, de la Universidad de Utrecht, en Holanda, y sus colaboradores.
Analizaron docenas de estudios publicados entre 1996 y 2015 que incluían a cientos de miles de personas en general.
El tratamiento con antibióticos dentro de los primeros años de vida se asoció con un riesgo entre un 15 y un 41 por ciento más alto de sufrir eczema, una enfermedad de la piel, y un riesgo entre un 15 y un 56 por ciento más alto de sufrir fiebre del heno en un momento posterior de la vida, encontró la revisión de los estudios.
El riesgo de sufrir ambas afecciones era mayor entre los que recibieron dos regímenes de antibióticos que entre los que recibieron un régimen de antibióticos, según el estudio.
Aunque el estudio no demuestre una relación de causalidad, es posible que los antibióticos alteren a los microorganismos presentes en el intestino, lo que lleva a una menor respuesta inmunitaria, según los investigadores.
Los hallazgos debían ser presentados el martes en la reunión de la Sociedad Europea de la Respiración (European Respiratory Society) en Londres. Las investigaciones presentadas en reuniones se consideran preliminares hasta que se publican en una revista médica revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTE: European Respiratory Society, news release, Sept. 5, 2016
HealthDay
(c) Derechos de autor 2016, HealthDay
Robert Preidt
Traducido del inglés: martes, 6 de septiembre, 2016
MARTES, 6 de septiembre de 2016 (HealthDay News) -- Tomar antibióticos a una edad temprana podría aumentar el riesgo de sufrir ciertas alergias en un momento posterior de la vida, según unos investigadores.
"La exposición en un momento temprano de la vida está relacionada con un aumento del riesgo de eczema y de fiebre del heno más adelante", comentaron Fariba Ahmadizar, de la Universidad de Utrecht, en Holanda, y sus colaboradores.
Analizaron docenas de estudios publicados entre 1996 y 2015 que incluían a cientos de miles de personas en general.
El tratamiento con antibióticos dentro de los primeros años de vida se asoció con un riesgo entre un 15 y un 41 por ciento más alto de sufrir eczema, una enfermedad de la piel, y un riesgo entre un 15 y un 56 por ciento más alto de sufrir fiebre del heno en un momento posterior de la vida, encontró la revisión de los estudios.
El riesgo de sufrir ambas afecciones era mayor entre los que recibieron dos regímenes de antibióticos que entre los que recibieron un régimen de antibióticos, según el estudio.
Aunque el estudio no demuestre una relación de causalidad, es posible que los antibióticos alteren a los microorganismos presentes en el intestino, lo que lleva a una menor respuesta inmunitaria, según los investigadores.
Los hallazgos debían ser presentados el martes en la reunión de la Sociedad Europea de la Respiración (European Respiratory Society) en Londres. Las investigaciones presentadas en reuniones se consideran preliminares hasta que se publican en una revista médica revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTE: European Respiratory Society, news release, Sept. 5, 2016
HealthDay
(c) Derechos de autor 2016, HealthDay
ESTADOS UNIDOS: DETECTAN PRIMERA INFECCIÓN EN EL PAÍS DE ‘SÚPER BACTERIA’ CON PREOCUPANTES GENES
30 de agosto de 2016 – Fuente: Reuters
Investigadores de New Jersey dijeron el 29 de agosto que habían identificado quizás la primera cepa de la bacteria Escherichia coli en Estados Unidos con genes móviles que la hacen resistentes a dos tipos de antibióticos considerados actualmente como la última línea de defensa contra ‘súper bacterias’. Los científicos afirmaron que la cepa de la bacteria fue hallada en un hombre de 76 años que fue tratado en 2014 por una complicación de una infección en su tracto urinario. Análisis posteriores en 2016 mostraron que la bacteria tenía al mcr-1, un gen que crea resistencia al antibiótico de último recurso colistina. También mostró que tenía un gen llamado blaNDM-5, que bloquea la efectividad de los carbapenémicos, considerados como los antibióticos más confiables de la medicina actual debido a que las bacterias han encontrado formas de resistir a otras familias de antibióticos. Aunque el paciente fue tratado exitosamente con otros antibióticos, los investigadores dijeron que la bacteria tenía el potencial de propagarse y convertirse en una poderosa ‘súper bacteria’. “La buena noticia es que esto no causó un brote mayor de una infección resistente a los fármacos”, comentó el autor principal del estudio, Barry Kreiswirth, director del Centro de Tuberculosis del Instituto de Investigación en Salud Pública de la Rutgers University en Newark, New Jersey.
Investigadores de New Jersey dijeron el 29 de agosto que habían identificado quizás la primera cepa de la bacteria Escherichia coli en Estados Unidos con genes móviles que la hacen resistentes a dos tipos de antibióticos considerados actualmente como la última línea de defensa contra ‘súper bacterias’. Los científicos afirmaron que la cepa de la bacteria fue hallada en un hombre de 76 años que fue tratado en 2014 por una complicación de una infección en su tracto urinario. Análisis posteriores en 2016 mostraron que la bacteria tenía al mcr-1, un gen que crea resistencia al antibiótico de último recurso colistina. También mostró que tenía un gen llamado blaNDM-5, que bloquea la efectividad de los carbapenémicos, considerados como los antibióticos más confiables de la medicina actual debido a que las bacterias han encontrado formas de resistir a otras familias de antibióticos. Aunque el paciente fue tratado exitosamente con otros antibióticos, los investigadores dijeron que la bacteria tenía el potencial de propagarse y convertirse en una poderosa ‘súper bacteria’. “La buena noticia es que esto no causó un brote mayor de una infección resistente a los fármacos”, comentó el autor principal del estudio, Barry Kreiswirth, director del Centro de Tuberculosis del Instituto de Investigación en Salud Pública de la Rutgers University en Newark, New Jersey.
EL VIRUS ZIKA SIGUE SIENDO UNA EMERGENCIA DE SALUD PÚBLICA DE IMPORTANCIA INTERNACIONAL
2 de septiembre de 2016 – Fuente: Organización Mundial de la Salud
El 1 de septiembre de 2016, de 13:15 a 15:45 hora de Europa Central, se llevó a cabo por teleconferencia, la cuarta reunión del Comité de Emergencia (CE) sobre virus Zika y microcefalia, convocado por la Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo con el Reglamento Sanitario Internacional (2005), y en relación con la microcefalia, otros trastornos neurológicos y el virus Zika. Se informó al Comité sobre la aplicación de las Recomendaciones Temporales emitidas por la Directora General sobre las base de las sugerencias de las tres reuniones previas del CE. El Comité recibió información actualizada sobre la situación durante y después de los Juegos Olímpicos celebrados en Brasil, los últimos avances sobre la propagación geográfica del virus Zika, su historia natural, su epidemiología, la microcefalia y otras complicaciones neonatales asociadas con el virus, el síndrome de Guillain-Barré (SGB) y el conocimiento actual sobre la transmisión sexual del virus Zika. Los siguientes Estados Partes proporcionaron información sobre la microcefalia, el SGB y otros trastornos neurológicos que se producen en presencia de la transmisión del virus Zika, así como las medidas de control implementadas: Brasil, Estados Unidos y Singapur. El Comité felicitó a Brasil por la exitosa aplicación de medidas de salud pública apropiadas durante los Juegos Olímpicos. Hasta la fecha, no se han reportado casos confirmados de infección por el virus Zika entre personas que asistieron a los Juegos, tanto durante los mismos como a su regreso. La inexistencia de casos apoya las conclusiones de la evaluación de riesgos en relación con los Juegos Olímpicos emitidas durante la 3ª reunión del CE. Habiendo considerado la evidencia presentada, el Comité acordó que debido a la continua expansión geográfica y a las considerables lagunas en la comprensión del virus y sus consecuencias, la infección por el virus Zika y sus trastornos congénitos y neurológicos asociados sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII). El Comité reiteró las sugerencias brindadas a la Directora General en sus reuniones anteriores en las áreas de investigación en salud pública de microcefalia, otros trastornos neurológicos y el virus Zika, vigilancia, control de vectores, comunicación de riesgos, atención clínica, medidas durante viajes, investigación y desarrollo de productos relacionados con las vacunas, terapias y pruebas de laboratorio. El Comité hizo notar que las actividades basadas en estas recomendaciones se mantienen en su lugar y todas están siendo implementadas. El Comité también confirmó su recomendación anterior de que no debe haber restricciones generales sobre los viajes y el comercio con los países, zonas y/o territorios con transmisión del virus Zika, incluyendo las ciudades de Brasil que serán sede de los Juegos Paralímpicos. Por otra parte, reconociendo que el impacto del virus Zika es una preocupación a largo plazo, el Comité recomendó que la Directora General considere el desarrollo de un plan de infraestructura y respuesta apropiado dentro de la Organización Mundial de la Salud para proporcionar la coordinación a largo plazo y la responsabilidad de asegurar una respuesta eficaz. El Comité hizo hincapié en la necesidad de una mejor comprensión científica de la epidemiología del virus Zika, la enfermedad clínica, y la prevención, recomendando enfocarse en varios de los nuevos temas de investigación junto con otros temas recomendados anteriormente, con el fin de: • mejorar la comprensión de los diferentes linajes virales, incluyendo la reactividad cruzada y la inmunidad cruzada entre ellos, así como sus implicaciones clínicas; • evaluar los posibles co-factores o factores de riesgo que podrían afectar la gravedad de la enfermedad; • mejorar la comprensión de la historia natural de la enfermedad en niños con infección congénita, mujeres embarazadas, y otros niños y adultos; • determinar la duración y ubicación de la persistencia viral en el ser humano, y su impacto en la transmisibilidad; • determinar de mejor manera el riesgo de infección y los modos de transmisión; • evaluar la utilidad de las herramientas de control del vector eficaces y su viabilidad operativa; • continuar con el desarrollo de medidas de prevención seguras y efectivas (por ejemplo, vacunas).
Reconociendo el impacto que la enfermedad causada por el virus Zika y sus consecuencias tendrán sobre sistemas de salud débiles, el Comité también recomienda que la OMS proporcione orientación adecuada sobre la vigilancia efectiva y la gestión de la enfermedad por el virus Zika en países con alta vulnerabilidad y baja capacidad. Sobre la base de estas sugerencias, la Directora General declaró la continuidad de la emergencia de salud pública de importancia internacional. La Directora General reiteró las Recomendaciones Temporales de la 2ª y la 3ª reunión del Comité, apoyó las recomendaciones adicionales de la 4ª reunión del Comité, y los publicó como Recomendaciones Temporales bajo el Reglamento Sanitario Internacional (2005). La Directora General agradeció a los miembros del Comité y a los asesores por sus sugerencias. El Comité se reunirá de nuevo en tres meses.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
EL COMERCIO ILEGAL DE CARNE DE ANIMALES SALVAJES PODRÍA CAUSAR LA PRÓXIMA PANDEMIA GLOBAL
29 de septiembre de 2016 – Fuente: Mosaic
A primera vista, no parece haber nada inusual en Ridley Road Market. Al igual que cualquier otro mercado de Londres, hay puestos de venta de frutas y hortalizas frescas, productos electrónicos baratos, joyas artificiales, y algunas otras cosas. Entonces, el olor te golpea. Detrás de los puestos improvisados están las carnicerías. Hay una docena de ellas en menos de 100 metros, cada una mostrando una variedad de carnes y canales colgados en ganchos. Hay costillas de cerdo, jamones, patas de cordero, muslos de pollo, todas las variantes normales que se encuentran en la mayoría de las carnicerías. Pero también hay cortes más inusuales, como cabezas de cordero, riñones y pezuñas de vaca, y otros menos reconocibles. Algunos de los carniceros presentan una dudosa higiene: manejan la carne con las manos desnudas, la sangre rezuma sobre el suelo del comercio, y las moscas se posan sobre la carne. La mayoría de las mercaderías no tienen etiquetas. Nada de esto disuade a los compradores, pero no es lo que se espera de un mercado que ya ha estado en el centro de atención por la venta de carne de animales silvestres de contrabando. La carne de animales silvestres proviene de los trópicos, principalmente África Occidental y Central. Es ilegal en Gran Bretaña y muchos otros países, los cuales se vieron obligados a adoptar reglas estrictas a causa de brotes de enfermedades que estaban vinculados a la importación de esta carne. Los humanos, por supuesto, han cazado y consumido la carne de animales salvajes por cientos de miles de años. Antes de la invención de la agricultura y los animales domésticos, la vida salvaje era una importante fuente de nutrientes, y los sigue siendo en algunas regiones del mundo. Sin este tipo de caza, jamás los humanos se hubieran convertido en la especie dominante del planeta. Pero la ecuación ha cambiado. En la actualidad hay demasiados humanos y muy pocos animales silvestres. Peor aún, el desequilibrio que se ha creado ha abierto el camino a enfermedades que de otro modo habrían permanecido en los animales silvestres ‘reservorios’. Si confluye un conjunto específico de circunstancias, una enfermedad infecciosa que salta de un animal a un humano puede propagarse rápidamente y matar indiscriminadamente en el actual mundo hiperconectado. Las enfermedades infecciosas son causadas por patógenos de todas las formas y tamaños, desde moléculas simples llamadas priones a parásitos multicelulares como las tenias. Estos patógenos pueden dar lugar a una serie de enfermedades, desde las leves, como el resfrío común, a las devastadoras y fatales, como la rabia. En conjunto, las infecciones causan una de cada cinco muertes cada año, y enferman a miles de millones de personas. Afortunadamente, no todos los patógenos son capaces de producir la próxima pandemia. La muerte negra, que acabó con un tercio de la población de Europa en el siglo XIV, fue causada por la bacteria Yersinia pestis. Con los antibióticos modernos, por lo general no es necesario preocuparse por las bacterias, al menos hasta que una súper bacteria resistente a todos los antibióticos encuentra una manera de propagarse. Sin embargo, algunas infecciones tienen el potencial de causar lo que los científicos llaman simplemente the next big one (la próxima grande). “Próxima”, porque este tipo de cosas ya ha ocurrido antes -pensemos en la pandemia de gripe española de 1918- y “grande” debido a que la escala y el costo para la sociedad pueden ser enormes. La siguiente grande podría ser una amenaza conocida, como el virus del Ébola o la influenza aviar, o podría ser algo de lo que nunca hemos oído hablar. Los expertos están de acuerdo en el agente que más probabilidades tiene de causar la próxima pandemia será un virus, más específicamente, un virus de ARN. Estos virus son las bestias negras de los infectólogos, y son responsables de la influenza, el síndrome respiratorio de Medio Oriente, la enfermedad por el virus del Ébola (EVE), el síndrome respiratorio agudo severo, la poliomielitis y el VIH, entre otros. También causan enfermedades menos conocidas, pero con el potencial de convertirse en la próxima grande: la fiebre hemorrágica de Marburg, la fiebre hemorrágica de Lassa, la infección por el virus Nipah, la fiebre del Valle del Rift y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, por nombrar algunas. (A principios de septiembre un hombre murió a causa de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España, el primer caso autóctono en Europa occidental). Al contrario de lo que ocurre con las células que componen los seres vivos, los virus son austeros. Sólo portan la cantidad de código genético que sea necesario para entrar en una célula y hacerse cargo de su maquinaria. Los virus de ARN carecen del código genético para producir una enzima que corrige errores llamada ADN-polimerasa. Esto significa que su tasa de mutación es mucho mayor que cualquier otro tipo de organismo. Esta alta tasa de mutación sería una maldición para un organismo mayor, pero para los virus de ARN, es una gran ayuda. La mayoría de las mutaciones producirán un virus menos potente, pero de vez en cuando una le dará un nuevo y desagradable poder: la capacidad de ser más perjudicial para un nuevo huésped. Si un virus con esta evolución encuentra un nuevo huésped, puede desatar una nueva epidemia. La otra cosa de la que los expertos están muy seguros es que la próxima grande será una enfermedad zoonótica: una capaz de saltar de los animales a los humanos. El temor de tal evento es la razón por la que la carne de animales salvajes tiene tan mala reputación. A diferencia de la viruela –erradicada- y la poliomielitis -casi erradicada-, las enfermedades zoonóticas no pueden ser erradicadas, a menos que también se pueda erradicar todas las especies que sirven como reservorios de estos patógenos. La peste negra, la gripe española y el VIH –las causas de las tres más grandes pandemias conocidas- son todas enfermedades zoonóticas, y así, casi con total seguridad, será la próxima grande. En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una lista de las principales enfermedades emergentes “susceptibles de causar brotes graves en un futuro próximo”. No es casualidad que todas las enfermedades de la lista son enfermedades zoonóticas causadas por virus de ARN, que convierten a los animales –en su mayoría silvestres- en reservorios donde esconderse. Para entender por qué la preocupa de la OMS, tenemos el ejemplo del virus de la influenza A(H5N1). Entre 2003 y 2014, este virus de ARN, que causa la influenza aviar, infectó a unas 600 personas, matando a más de la mitad de ellas. Aunque las cepas actualmente conocidas del virus pueden matar, no tienen la capacidad de pasar de un humano a otro. Esto es lo que, según la OMS, mantiene la mayoría de los casos de influenza A(H5N1) restringidos a contagios directos de un reservorio, principalmente patos silvestres, a un humano. Pero un estudio de 2012 en hurones mostró la facilidad con que este virus de la influenza podría adquirir mutaciones que le permitan pasar de un mamífero a otro. Científicos del Centro Médico Erasmus, en los Países Bajos, transfirieron virus A(H5N1) de la nariz de un hurón a otro y luego a otro. Repitieron esto diez veces, y al final del experimento, a través de una mera mutación aleatoria y replicación, el virus había adquirido la capacidad de transferirse de un hurón a otro sin la ayuda de los científicos. La implicación de su estudio, que estuvo envuelto en polémica, es que una mutación tan crucial de hecho podría ocurrir por azar. En el caso de los hurones, los científicos tiraron los dados diez veces para dar con una cepa mortal y fácilmente transmisible. No se sabe cuántas tiradas serán necesarias para lograr un efecto similar en una cepa humana. Lo que sí sabemos es que cada interacción humano-animal, tal como la caza de un animal salvaje, representa una tirada de dados para que el virus salte a una nueva especie. Los faisanes son un manjar en Gran Bretaña. En Estados Unidos, el ciervo canadiense (Cervus canadensis) es una popular presa de caza. Los avestruces (Struthio camelus) proporcionan la carne roja más magra que se puede comprar en Sudáfrica. La marmota mongol (Marmota sibirica) es un manjar en su tierra de origen. Y la lista continúa. Riesgoso o no, hay un enorme mercado para la carne de animales silvestres en todo el mundo. Toda la carne silvestre es peligrosa hasta cierto punto. Se debe tener en cuenta el brote de triquinelosis de 2012 en Europa, el primero en más de 20 años. Los investigadores encontraron en Italia que salchichas sin cocinar elaboradas con carne de jabalí (Sus scrofa) eran responsables de infectar a más de 30 personas con el patógeno Trichinella britovi. Un brote de carbunco en la Península de Yamal, en Rusia, causó la muerte de 2.349 renos (Rangifer tarandus), cuatro perros y un niño de 12 años, infectando además a 25 personas. El origen puede remontarse a cadáveres de renos que habían muerto 75 años atrás durante un brote de carbunco. El calentamiento global puede haber hecho que los cadáveres se descongelaran, y el patógeno Bacillus anthracis probablemente contaminara el suelo circundante. Sin embargo, algunas carnes silvestres son mucho más peligrosas que otras. Los bosques tropicales son el hogar de un número mucho mayor de especies que otros tipos de bosque, lo que significa que sus habitantes pueden portar más tipos de microbios causantes de enfermedades que los animales salvajes de otras partes del mundo. La carne de animales silvestres de África ha demostrado ser la fuente de flagelos tales como el VIH y, más recientemente, del brote de EVE de 2014, que hizo correr un escalofrío por la espalda de los epidemiólogos. Como el escritor David Quammen relata en su libro de 2012 Spillover, los científicos habían predicho una gran epidemia de EVE. Durante décadas, un trabajo cuidadoso había detectado brotes en África Occidental y Central. Ninguno, sin embargo, había matado a más de unos pocos cientos de personas. El brote de 2014 se veía diferente, y eso es lo que era preocupante. Se estaba propagando más rápidamente, mientras mantenía una notablemente elevada tasa de letalidad (cercana a 70%). Cuando se la dio por terminada, dos años más tarde, había infectado a 28.000 personas y matado a más de 11.000. A pesar de que se ha estado estudiando durante décadas el virus del Ébola, no se conocían entonces, y aún no hoy no se conocen, algunas de las cosas más básicas sobre el virus. Por ejemplo, ¿qué animal es el reservorio a partir del cual se contagian las personas? La falta de preparación fue asombrosa: no había ninguna vacuna contra la EVE cuando estalló en 2014, y desarrollar una podría tomar años. Incluso con las vacunas candidatas existentes hoy, tomará al menos un año testearla, aprobarla, y fabricarla, y el test sólo puede realizarse durante un brote de EVE para asegurar que los resultados de los ensayos son fiables. El brote de 2014 mostró que no estamos ni siquiera cerca de estar preparados para hacer frente a la próxima grande. El único aspecto positivo fue que el mundo comenzó a tomar más en serio los contagios de enfermedades a partir de animales. Muchos países africanos intensificaron su lucha contra la carne de caza ilegal, con el agregado de algunos murciélagos, el principal sospechoso como reservorio del virus del Ébola, a la lista de especies cuya caza está prohibida. The Guardian destacó la práctica de comer smokies, un manjar de África Occidental que es ilegal en Gran Bretaña. Newsweek publicó un artículo acerca de cómo los neoyorquinos pueden comprar fácilmente carne de caza ilegal, en la que, a pesar de que no se detectó el virus del Ébola, si se encontraron otros posibles patógenos humanos, tales como el virus espumoso del simio y herpesvirus. El informe más pertinente, sin embargo, provino de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). En él anotó las etapas necesarias para que un europeo se infectado por el virus del Ébola a partir de carne de animales silvestres: “1) la carne de un animal silvestre es contaminada con el virus del Ébola; 2) esa carne es introducida ilegalmente en la Unión Europea; 3) esa carne importada debe contener virus viables cuando llega a la persona; 4) la persona debe ser expuesta al virus; y 5) la persona debe infectarse después de la exposición”. La EFSA concluyó entonces en que, a pesar de que no se conocen las probabilidades para cada uno de esas etapas para evaluar el riesgo absoluto de un caso de EVE en Europa, con base en la experiencia pasada acerca de este tipo de eventos, se puede “suponer” que el riesgo es bajo. Y, sin embargo, es este tipo de eventos el que tiene el potencial de causar estragos. El Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos describe una pandemia de este tipo como un ‘evento de cisne negro’. El escritor y ex corredor de bolsa Nassim Nicholas Taleb, quien desarrolló la Teoría de Eventos de Cisne Negro, dice que es inútil tratar de predecirlos. En su lugar, hay que prepararse para los negativos (y, por supuesto, aprender a explotar los positivos).8 Entonces, ¿qué se puede hacer para prevenir o prepararse ante un brote causado por la carne de animales silvestres? En primer lugar, se pueden encontrar maneras de reducir la propagación de patógenos de los animales a los humanos, reduciendo el consumo de carne de animales silvestres en África y en el resto del mundo. En segundo lugar, se puede desarrollar una estrategia para enfrentar esta propagación cuando se produce, para evitar que se convierta en un brote. Pero antes de que podamos empezar a reducir el número de animales salvajes muertos por su carne, es necesario entender las distintas respuestas a una pregunta: ¿por qué la gente la come? En las áreas rurales de África, las personas dependen de la carne de animales silvestres para su sustento. La carne de las ratas espinosas (Thryonomys sp.), los duikers (subfamlia Cephalophinae, de la familia Bovidae), y otros animales silvestres es generalmente más barata que las carnes de granja, tales como las de pollo y cordero. Es por ello que la transición de consumir carne de animales silvestres a la de animales domésticos no ha ocurrido en muchos lugares de África Occidental y Central. “Criar animales domésticos es bastante difícil. No hay pasto y hay muchas moscas tsé-tsé”, dice Michelle Wieland, de la Wildlife Conservation Society. “En una pequeña ciudad de África Central, una madre debe decidir entre si debe gastar lo poco que tiene en comprar un cuarto kilo de pollo o un kilo de carne de caza. Las personas prefieren comer animales silvestres, ya que son casi gratis”, añade. Sin embargo, en la situación correcta y con la ayuda de los gobiernos, algunos lugares han hecho esa transición. “En Camerún, hace diez años, se estaban vaciando las selvas. A cada lugar que se iba, había campamentos de caza. Cuando volví este año, no había ninguno”, dice Liz Greengrass, de la Born Free Foundation. “Hay muchas razones. Estas áreas probablemente fueron sobreexplotadas. Hay una mejor aplicación de la ley en la actualidad. Muchos se han convertido en cultivadores de cacao”. Más allá de la accesibilidad y la asequibilidad, hay un lado humano más matizado de lo que elegimos para comer. “La mayoría de la gente prefiere comer lo que han crecido comiendo”, dice Greengrass. Ella cree que una gran cantidad de la demanda proviene de aquellos que han nacido en las zonas rurales y luego emigraron a las ciudades africanas o incluso a Occidente. Por lo tanto, en el África urbana y en el resto del mundo, la carne de animales silvestres es generalmente considerada un plato exótico y tiene un precio más alto que el de la carne de granja. Aunque en términos absolutos la cantidad de carne de animales silvestres que se consume fuera del África rural es pequeña, su precio está promoviendo la proliferación de cazadores profesionales. Una rata espinosa puede costar en Londres más de 38 dólares. Un mono en Francia puede costar más de 130 dólares. Los precios en el país de origen pueden ser inferiores a la décima parte de los que se perciben en Occidente. “Los cazadores comerciales pueden obtener mucho dinero”, dice Greengrass, algunos más de 1.000 dólares al mes, varias veces el ingreso promedio mensual de un ciudadano de un país de África Occidental o Central. Y, desde la perspectiva de la conservación, Michelle Wieland cree que la caza con fines de contrabando –para alimentar a las personas de las ciudades o enviar la carne a otros países- es un problema mayor que las personas que consumen carne de animales silvestres para obtener la suficiente proteína para sobrevivir. “Los individuos llevan carne de animales silvestres al volver a Occidente para su uso personal o para la familia y amigos”, dice Jenny Morris, del Chartered Institute of Environmental Health, el cuerpo profesional de trabajadores de salud ambiental. “Lo que está menos claro es el volumen de este tráfico comercial. Debido que se trata de un producto de alto valor, y está prohibida su venta, conocer el volumen de ese mercado es casi imposible”. En 2012, una investigación encontró que los carniceros de Ridley Road Market en Londres estaban vendiendo carne de animales silvestres. No estaba a la vista, pero si se la pedía adecuadamente, se podía conseguir una rata espinosa, una prima más grande de la rata común que se encuentra en África Occidental y que allí es considerada un manjar. La investigación también reveló que entre 2009 y 2012, a pesar de que tenían conocimiento de la venta de carne ilegal, los funcionarios de salud ambiental sólo habían realizado dos visitas de control. Peor aún, a ninguno de los comercios se les revocó su licencia. El Concejo local manifestó que el número de visitas de control se ha incrementado considerablemente desde 2012. Uno de los mayores problemas del comercio internacional de carne de animales silvestres es que no se tiene una buena idea de la dimensión real del problema. En Gran Bretaña, el Departamento de Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) publica informes anuales sobre el embargo de mercaderías ilícitas que entran al país. En 2014 se confiscaron unas 40 toneladas de carne de todo el mundo. Sin embargo, no aclara cuánta era carne de animales silvestres. Se estima que sólo 10% de la carne de animales silvestres que llega a Gran Bretaña es confiscada en las aduanas. Y se sabe poco acerca de la carne que llega. “Actualmente se confisca, se empaqueta, y luego se incinera antes siquiera de que entre formalmente a Gran Bretaña, sin que nadie inspeccione para detectar las especies o probables agentes patógenos”, dice Rob Ogden, presidente de la Society for Wildlife Forensic Science. En 2005, cuando Ogden formaba parte de una compañía que él creó, llamada Wildlife DNA Services, convenció al gobierno de Gran Bretaña para tratar de hacer algo por el problema de la carne de caza. Con la ayuda de Hacienda y Aduanas de Su Majestad y DEFRA, Ogden y su colega Ross McEwing comenzaron a trabajar. “Fuimos a Heathrow. Montamos un laboratorio. Teníamos un perro rastreador para revisar el equipaje de los pasajeros y recoger todo tipo de productos alimenticios. Luego de esas muestras extrajimos ADN y lo secuenciamos.” Su informe de 2007 analizó 230 muestras de carne. Siete fueron reconocidos como carne de animales silvestres (cuatro pangolines, un sitatunga, una rata espinosa, y una especie de cerdo salvaje). Incluso analizaron algunas muestras compradas por las autoridades locales en los mercados de Londres con la ayuda de la Agencia de Estándares de Alimentos (FSA). Tres de estas muestras eran de rata espinosa. Tras el informe, Ogden convenció a la FSA para desarrollar un método estandarizado para detectar carnes de animales silvestres. Pero entonces el interés del gobierno disminuyó y, por lo que él sabe, nunca se ha utilizado. “No creo que los oficiales vayan de rutina a los mercados y traten de identificar la carne de caza que se vende ilegalmente, o analizarla incluso cuando la están confiscando. Cuando saben que es ilegal, tienen motivos para confiscar y enviarla para su incineración. Rara vez se hace un seguimiento. Si no necesitan conocer los detalles a nivel de especie para confiscar, entonces es poco probable que la analicen”, dice Ogden. Un informe del DEFRA de 2013 respaldó su reclamo, afirmando que “no hay laboratorios que analicen la carne de caza o exótica debido a la falta de demanda por parte de la autoridad local”. La recesión de 2008 puede haber tenido, en parte, algún efecto. “Especialmente después de la crisis financiera, todos los departamentos con los que hemos hablado fueron cerrados o reducidos”, dice Ogden. “No hay recursos para hacer cosas que no son responsabilidad inmediata y directa de un departamento”. La carne de animales silvestres también sufre de otro obstáculo burocrático: debido a que múltiples departamentos gubernamentales están implicados en el comercio de vida silvestre, las responsabilidades del manejo de la carne de caza también está dividida. El DEFRA se ocupa de los organismos internacionales que establecen los reglamentos para el comercio de vida silvestre, por ejemplo; el Ministerio del Interior se ocupa de la seguridad fronteriza para confiscar la carne de caza que se mueve a través de los puertos y aeropuertos; la FSA trabaja con las autoridades locales para detener la venta de carne de animales silvestres; y así. Para Europa en su conjunto, la estimación más reciente de la dimensión del mercado ilegal de la carne de caza proviene de un estudio de incautaciones efectuadas en el Aeropuerto ‘Charles de Gaulle’ en París en 2010. Marcus Rowcliffe, de la Sociedad Zoológica de Londres y sus colegas confiscaron cerca de 200 kilogramos de carne de animales silvestres durante esos controles. Con la ayuda del análisis estadístico, estimaron que alrededor de cinco toneladas de carne de animales silvestres entra a Europa cada semana. 10 “El volumen y la naturaleza de la importación y el comercio sugiere la emergencia de un mercado de lujo de carne de caza africana en Europa. Las importaciones son el suministro de un sistema organizado de comercio que no satisface exclusivamente el consumo personal”, escribieron Rowcliffe y sus colegas en su estudio. “Esto lo indica el gran tamaño de muchos envíos individuales de carne de caza, y la presencia de comerciantes en París que pueden proveer carne de animales silvestres a pedido”. Los informes sugieren una operación realizada en aeropuertos belgas en 2013 que detectó cantidades similares de carne de animales silvestres, lo que indica que el comercio internacional sigue siendo muy fuerte. Sin embargo, no ha habido estimaciones más recientes. Rowcliffe dijo que trató de actualizar su propio análisis a partir de 2010, pero se encontró con que los gobiernos o bien no disponen de los datos o no están dispuestos a compartirlos. En ausencia de datos, y sin el compromiso del gobierno para conocer más, es difícil dimensionar el contrabando de carne de caza ilegal. Pero una manera de reducirlo –junto con el riesgo del contagio de una enfermedad humana a partir de un animal infectado- sin importar dónde está sucediendo, es encontrar una fuente sustentable para las especies ‘salvajes’ de las que gusta el paladar de la gente. En la Experimental Burger Society, en Londres, se pueden saborear carnes exóticas sin los riesgos concomitantes, gracias a un proveedor llamado Freedown Food. La empresa cumple con todas las regulaciones de Gran Bretaña y Europa. Su lista incluye cocodrilo de Namibia, avestruz de España, bisontes de Canadá, y cebras y antílopes de Sudáfrica. Incluso algunos países que se sabe que son el origen de la carne de caza están buscando este tipo de opción. Por ejemplo, las ratas espinosas, una delicatessen de Ghana, están siendo criadas en Accra, la capital del país, para sus residentes urbanos. Otras especies, como antílopes, erizos y ardillas, también podrían potencialmente ser criadas, y tal vez disminuir la demanda de carne de animales silvestres de especies en peligro de extinción, tales como simios, monos, elefantes, pangolines, y grandes felinos. Es posible también que los habitantes de las ciudades estarían dispuestos a pagar un poco más para saber que los animales en sus platos fueron tratados bien y están libres de enfermedades. La realidad es que, incluso con un mayor apoyo de los gobiernos y más formas sustentables de satisfacer la demanda por especies “salvajes”, es poco probable que se detenga por completo el comercio de carne de animales silvestres. Es imposible regular el consumo rural en África Occidental y Central. Y, al igual que lo que ocurre con el comercio ilegal de drogas, siempre habrá gente dispuesta a pagar por ciertos productos y vendedores que encontrarán la forma de contrabandearlos. Entonces, ¿qué podemos hacer para prepararnos ante el salto de un patógeno animal a un humano y evitar que se convierta en una pandemia en toda la regla? Además, los países más pobres del mundo no pueden permitirse el lujo de invertir mucho, en todo caso, en la preparación y la prevención de epidemias. Y, como las enfermedades infecciosas no respetan fronteras, es vital un enfoque conjunto. Por lo tanto, debemos pensar globalmente, y el candidato obvio para liderar las acciones es la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por desgracia, la OMS es un candidato imperfecto. Un análisis independiente de su respuesta al brote de EVE de 2014 encontró tres grandes problemas: falta de preparación, subestimación de los riesgos y escasez de fondos. La OMS aprendió las lecciones de la manera difícil y desde entonces ha trabajado mucho para mejorar. La respuesta de la organización al brote de fiebre zika de 2015, una enfermedad menos mortal que la EVE, pero que se ha extendido más ampliamente, ha sido mejor. La OMS dio la voz de alarma relativamente pronto y utilizó algo del dinero del fondo de emergencia creado después de la investigación del virus del Ébola. Sin embargo, aún todavía no se ha detenido la propagación de la fiebre zika, que hoy afecta a más de 60 países y territorios de las Américas, África y Asia. Las cosas podrían haber sido diferentes si se hubiera contado con una vacuna contra el virus del Ébola o el Zika. Pero el desarrollo de vacunas no es trabajo de la OMS. Afortunadamente, hay un pequeño pero creciente número de organizaciones que trabajan para llenar este vacío crucial. Uno de ellos son los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, creado en la década de 1940 como una unidad de lucha contra la malaria. Uno de sus objetivos principales hoy es entender las enfermedades infecciosas emergentes. Apoyando el trabajo de los CDC está la organización no lucrativa Global Viral. Desde 2003, ha estado recolectando muestras de sangre de los cazadores de animales silvestres en toda África. Su objetivo es detectar nuevos virus y desarrollar sistemas de alerta temprana para prevenir pandemias. Más recientemente, en agosto de 2016, comenzó su trabajo la Coalición para la Innovación en Preparación para Epidemias (CEPI). Espera crear vacunas candidatas para todas las enfermedades infecciosas emergentes en el orden de prioridad que la OMS ha establecido. La premisa es simple: las vacunas son la mejor póliza de seguro se puede comprar contra la próxima grande. Después de pasar milenios con los animales salvajes, por fin estamos comprendiendo mejor las conexiones invisibles, microbianas que nos unen. Aunque hemos coexistido sin problemas durante la mayor parte del tiempo, sólo se necesita un patógeno que salte de un animal a un humano para cambiar el mundo. Puede que no seamos capaces de predecir cuándo y cuán grande será la próxima. Pero hay una cosa que sí sabemos: debemos estar preparados.
A primera vista, no parece haber nada inusual en Ridley Road Market. Al igual que cualquier otro mercado de Londres, hay puestos de venta de frutas y hortalizas frescas, productos electrónicos baratos, joyas artificiales, y algunas otras cosas. Entonces, el olor te golpea. Detrás de los puestos improvisados están las carnicerías. Hay una docena de ellas en menos de 100 metros, cada una mostrando una variedad de carnes y canales colgados en ganchos. Hay costillas de cerdo, jamones, patas de cordero, muslos de pollo, todas las variantes normales que se encuentran en la mayoría de las carnicerías. Pero también hay cortes más inusuales, como cabezas de cordero, riñones y pezuñas de vaca, y otros menos reconocibles. Algunos de los carniceros presentan una dudosa higiene: manejan la carne con las manos desnudas, la sangre rezuma sobre el suelo del comercio, y las moscas se posan sobre la carne. La mayoría de las mercaderías no tienen etiquetas. Nada de esto disuade a los compradores, pero no es lo que se espera de un mercado que ya ha estado en el centro de atención por la venta de carne de animales silvestres de contrabando. La carne de animales silvestres proviene de los trópicos, principalmente África Occidental y Central. Es ilegal en Gran Bretaña y muchos otros países, los cuales se vieron obligados a adoptar reglas estrictas a causa de brotes de enfermedades que estaban vinculados a la importación de esta carne. Los humanos, por supuesto, han cazado y consumido la carne de animales salvajes por cientos de miles de años. Antes de la invención de la agricultura y los animales domésticos, la vida salvaje era una importante fuente de nutrientes, y los sigue siendo en algunas regiones del mundo. Sin este tipo de caza, jamás los humanos se hubieran convertido en la especie dominante del planeta. Pero la ecuación ha cambiado. En la actualidad hay demasiados humanos y muy pocos animales silvestres. Peor aún, el desequilibrio que se ha creado ha abierto el camino a enfermedades que de otro modo habrían permanecido en los animales silvestres ‘reservorios’. Si confluye un conjunto específico de circunstancias, una enfermedad infecciosa que salta de un animal a un humano puede propagarse rápidamente y matar indiscriminadamente en el actual mundo hiperconectado. Las enfermedades infecciosas son causadas por patógenos de todas las formas y tamaños, desde moléculas simples llamadas priones a parásitos multicelulares como las tenias. Estos patógenos pueden dar lugar a una serie de enfermedades, desde las leves, como el resfrío común, a las devastadoras y fatales, como la rabia. En conjunto, las infecciones causan una de cada cinco muertes cada año, y enferman a miles de millones de personas. Afortunadamente, no todos los patógenos son capaces de producir la próxima pandemia. La muerte negra, que acabó con un tercio de la población de Europa en el siglo XIV, fue causada por la bacteria Yersinia pestis. Con los antibióticos modernos, por lo general no es necesario preocuparse por las bacterias, al menos hasta que una súper bacteria resistente a todos los antibióticos encuentra una manera de propagarse. Sin embargo, algunas infecciones tienen el potencial de causar lo que los científicos llaman simplemente the next big one (la próxima grande). “Próxima”, porque este tipo de cosas ya ha ocurrido antes -pensemos en la pandemia de gripe española de 1918- y “grande” debido a que la escala y el costo para la sociedad pueden ser enormes. La siguiente grande podría ser una amenaza conocida, como el virus del Ébola o la influenza aviar, o podría ser algo de lo que nunca hemos oído hablar. Los expertos están de acuerdo en el agente que más probabilidades tiene de causar la próxima pandemia será un virus, más específicamente, un virus de ARN. Estos virus son las bestias negras de los infectólogos, y son responsables de la influenza, el síndrome respiratorio de Medio Oriente, la enfermedad por el virus del Ébola (EVE), el síndrome respiratorio agudo severo, la poliomielitis y el VIH, entre otros. También causan enfermedades menos conocidas, pero con el potencial de convertirse en la próxima grande: la fiebre hemorrágica de Marburg, la fiebre hemorrágica de Lassa, la infección por el virus Nipah, la fiebre del Valle del Rift y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, por nombrar algunas. (A principios de septiembre un hombre murió a causa de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España, el primer caso autóctono en Europa occidental). Al contrario de lo que ocurre con las células que componen los seres vivos, los virus son austeros. Sólo portan la cantidad de código genético que sea necesario para entrar en una célula y hacerse cargo de su maquinaria. Los virus de ARN carecen del código genético para producir una enzima que corrige errores llamada ADN-polimerasa. Esto significa que su tasa de mutación es mucho mayor que cualquier otro tipo de organismo. Esta alta tasa de mutación sería una maldición para un organismo mayor, pero para los virus de ARN, es una gran ayuda. La mayoría de las mutaciones producirán un virus menos potente, pero de vez en cuando una le dará un nuevo y desagradable poder: la capacidad de ser más perjudicial para un nuevo huésped. Si un virus con esta evolución encuentra un nuevo huésped, puede desatar una nueva epidemia. La otra cosa de la que los expertos están muy seguros es que la próxima grande será una enfermedad zoonótica: una capaz de saltar de los animales a los humanos. El temor de tal evento es la razón por la que la carne de animales salvajes tiene tan mala reputación. A diferencia de la viruela –erradicada- y la poliomielitis -casi erradicada-, las enfermedades zoonóticas no pueden ser erradicadas, a menos que también se pueda erradicar todas las especies que sirven como reservorios de estos patógenos. La peste negra, la gripe española y el VIH –las causas de las tres más grandes pandemias conocidas- son todas enfermedades zoonóticas, y así, casi con total seguridad, será la próxima grande. En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una lista de las principales enfermedades emergentes “susceptibles de causar brotes graves en un futuro próximo”. No es casualidad que todas las enfermedades de la lista son enfermedades zoonóticas causadas por virus de ARN, que convierten a los animales –en su mayoría silvestres- en reservorios donde esconderse. Para entender por qué la preocupa de la OMS, tenemos el ejemplo del virus de la influenza A(H5N1). Entre 2003 y 2014, este virus de ARN, que causa la influenza aviar, infectó a unas 600 personas, matando a más de la mitad de ellas. Aunque las cepas actualmente conocidas del virus pueden matar, no tienen la capacidad de pasar de un humano a otro. Esto es lo que, según la OMS, mantiene la mayoría de los casos de influenza A(H5N1) restringidos a contagios directos de un reservorio, principalmente patos silvestres, a un humano. Pero un estudio de 2012 en hurones mostró la facilidad con que este virus de la influenza podría adquirir mutaciones que le permitan pasar de un mamífero a otro. Científicos del Centro Médico Erasmus, en los Países Bajos, transfirieron virus A(H5N1) de la nariz de un hurón a otro y luego a otro. Repitieron esto diez veces, y al final del experimento, a través de una mera mutación aleatoria y replicación, el virus había adquirido la capacidad de transferirse de un hurón a otro sin la ayuda de los científicos. La implicación de su estudio, que estuvo envuelto en polémica, es que una mutación tan crucial de hecho podría ocurrir por azar. En el caso de los hurones, los científicos tiraron los dados diez veces para dar con una cepa mortal y fácilmente transmisible. No se sabe cuántas tiradas serán necesarias para lograr un efecto similar en una cepa humana. Lo que sí sabemos es que cada interacción humano-animal, tal como la caza de un animal salvaje, representa una tirada de dados para que el virus salte a una nueva especie. Los faisanes son un manjar en Gran Bretaña. En Estados Unidos, el ciervo canadiense (Cervus canadensis) es una popular presa de caza. Los avestruces (Struthio camelus) proporcionan la carne roja más magra que se puede comprar en Sudáfrica. La marmota mongol (Marmota sibirica) es un manjar en su tierra de origen. Y la lista continúa. Riesgoso o no, hay un enorme mercado para la carne de animales silvestres en todo el mundo. Toda la carne silvestre es peligrosa hasta cierto punto. Se debe tener en cuenta el brote de triquinelosis de 2012 en Europa, el primero en más de 20 años. Los investigadores encontraron en Italia que salchichas sin cocinar elaboradas con carne de jabalí (Sus scrofa) eran responsables de infectar a más de 30 personas con el patógeno Trichinella britovi. Un brote de carbunco en la Península de Yamal, en Rusia, causó la muerte de 2.349 renos (Rangifer tarandus), cuatro perros y un niño de 12 años, infectando además a 25 personas. El origen puede remontarse a cadáveres de renos que habían muerto 75 años atrás durante un brote de carbunco. El calentamiento global puede haber hecho que los cadáveres se descongelaran, y el patógeno Bacillus anthracis probablemente contaminara el suelo circundante. Sin embargo, algunas carnes silvestres son mucho más peligrosas que otras. Los bosques tropicales son el hogar de un número mucho mayor de especies que otros tipos de bosque, lo que significa que sus habitantes pueden portar más tipos de microbios causantes de enfermedades que los animales salvajes de otras partes del mundo. La carne de animales silvestres de África ha demostrado ser la fuente de flagelos tales como el VIH y, más recientemente, del brote de EVE de 2014, que hizo correr un escalofrío por la espalda de los epidemiólogos. Como el escritor David Quammen relata en su libro de 2012 Spillover, los científicos habían predicho una gran epidemia de EVE. Durante décadas, un trabajo cuidadoso había detectado brotes en África Occidental y Central. Ninguno, sin embargo, había matado a más de unos pocos cientos de personas. El brote de 2014 se veía diferente, y eso es lo que era preocupante. Se estaba propagando más rápidamente, mientras mantenía una notablemente elevada tasa de letalidad (cercana a 70%). Cuando se la dio por terminada, dos años más tarde, había infectado a 28.000 personas y matado a más de 11.000. A pesar de que se ha estado estudiando durante décadas el virus del Ébola, no se conocían entonces, y aún no hoy no se conocen, algunas de las cosas más básicas sobre el virus. Por ejemplo, ¿qué animal es el reservorio a partir del cual se contagian las personas? La falta de preparación fue asombrosa: no había ninguna vacuna contra la EVE cuando estalló en 2014, y desarrollar una podría tomar años. Incluso con las vacunas candidatas existentes hoy, tomará al menos un año testearla, aprobarla, y fabricarla, y el test sólo puede realizarse durante un brote de EVE para asegurar que los resultados de los ensayos son fiables. El brote de 2014 mostró que no estamos ni siquiera cerca de estar preparados para hacer frente a la próxima grande. El único aspecto positivo fue que el mundo comenzó a tomar más en serio los contagios de enfermedades a partir de animales. Muchos países africanos intensificaron su lucha contra la carne de caza ilegal, con el agregado de algunos murciélagos, el principal sospechoso como reservorio del virus del Ébola, a la lista de especies cuya caza está prohibida. The Guardian destacó la práctica de comer smokies, un manjar de África Occidental que es ilegal en Gran Bretaña. Newsweek publicó un artículo acerca de cómo los neoyorquinos pueden comprar fácilmente carne de caza ilegal, en la que, a pesar de que no se detectó el virus del Ébola, si se encontraron otros posibles patógenos humanos, tales como el virus espumoso del simio y herpesvirus. El informe más pertinente, sin embargo, provino de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). En él anotó las etapas necesarias para que un europeo se infectado por el virus del Ébola a partir de carne de animales silvestres: “1) la carne de un animal silvestre es contaminada con el virus del Ébola; 2) esa carne es introducida ilegalmente en la Unión Europea; 3) esa carne importada debe contener virus viables cuando llega a la persona; 4) la persona debe ser expuesta al virus; y 5) la persona debe infectarse después de la exposición”. La EFSA concluyó entonces en que, a pesar de que no se conocen las probabilidades para cada uno de esas etapas para evaluar el riesgo absoluto de un caso de EVE en Europa, con base en la experiencia pasada acerca de este tipo de eventos, se puede “suponer” que el riesgo es bajo. Y, sin embargo, es este tipo de eventos el que tiene el potencial de causar estragos. El Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos describe una pandemia de este tipo como un ‘evento de cisne negro’. El escritor y ex corredor de bolsa Nassim Nicholas Taleb, quien desarrolló la Teoría de Eventos de Cisne Negro, dice que es inútil tratar de predecirlos. En su lugar, hay que prepararse para los negativos (y, por supuesto, aprender a explotar los positivos).8 Entonces, ¿qué se puede hacer para prevenir o prepararse ante un brote causado por la carne de animales silvestres? En primer lugar, se pueden encontrar maneras de reducir la propagación de patógenos de los animales a los humanos, reduciendo el consumo de carne de animales silvestres en África y en el resto del mundo. En segundo lugar, se puede desarrollar una estrategia para enfrentar esta propagación cuando se produce, para evitar que se convierta en un brote. Pero antes de que podamos empezar a reducir el número de animales salvajes muertos por su carne, es necesario entender las distintas respuestas a una pregunta: ¿por qué la gente la come? En las áreas rurales de África, las personas dependen de la carne de animales silvestres para su sustento. La carne de las ratas espinosas (Thryonomys sp.), los duikers (subfamlia Cephalophinae, de la familia Bovidae), y otros animales silvestres es generalmente más barata que las carnes de granja, tales como las de pollo y cordero. Es por ello que la transición de consumir carne de animales silvestres a la de animales domésticos no ha ocurrido en muchos lugares de África Occidental y Central. “Criar animales domésticos es bastante difícil. No hay pasto y hay muchas moscas tsé-tsé”, dice Michelle Wieland, de la Wildlife Conservation Society. “En una pequeña ciudad de África Central, una madre debe decidir entre si debe gastar lo poco que tiene en comprar un cuarto kilo de pollo o un kilo de carne de caza. Las personas prefieren comer animales silvestres, ya que son casi gratis”, añade. Sin embargo, en la situación correcta y con la ayuda de los gobiernos, algunos lugares han hecho esa transición. “En Camerún, hace diez años, se estaban vaciando las selvas. A cada lugar que se iba, había campamentos de caza. Cuando volví este año, no había ninguno”, dice Liz Greengrass, de la Born Free Foundation. “Hay muchas razones. Estas áreas probablemente fueron sobreexplotadas. Hay una mejor aplicación de la ley en la actualidad. Muchos se han convertido en cultivadores de cacao”. Más allá de la accesibilidad y la asequibilidad, hay un lado humano más matizado de lo que elegimos para comer. “La mayoría de la gente prefiere comer lo que han crecido comiendo”, dice Greengrass. Ella cree que una gran cantidad de la demanda proviene de aquellos que han nacido en las zonas rurales y luego emigraron a las ciudades africanas o incluso a Occidente. Por lo tanto, en el África urbana y en el resto del mundo, la carne de animales silvestres es generalmente considerada un plato exótico y tiene un precio más alto que el de la carne de granja. Aunque en términos absolutos la cantidad de carne de animales silvestres que se consume fuera del África rural es pequeña, su precio está promoviendo la proliferación de cazadores profesionales. Una rata espinosa puede costar en Londres más de 38 dólares. Un mono en Francia puede costar más de 130 dólares. Los precios en el país de origen pueden ser inferiores a la décima parte de los que se perciben en Occidente. “Los cazadores comerciales pueden obtener mucho dinero”, dice Greengrass, algunos más de 1.000 dólares al mes, varias veces el ingreso promedio mensual de un ciudadano de un país de África Occidental o Central. Y, desde la perspectiva de la conservación, Michelle Wieland cree que la caza con fines de contrabando –para alimentar a las personas de las ciudades o enviar la carne a otros países- es un problema mayor que las personas que consumen carne de animales silvestres para obtener la suficiente proteína para sobrevivir. “Los individuos llevan carne de animales silvestres al volver a Occidente para su uso personal o para la familia y amigos”, dice Jenny Morris, del Chartered Institute of Environmental Health, el cuerpo profesional de trabajadores de salud ambiental. “Lo que está menos claro es el volumen de este tráfico comercial. Debido que se trata de un producto de alto valor, y está prohibida su venta, conocer el volumen de ese mercado es casi imposible”. En 2012, una investigación encontró que los carniceros de Ridley Road Market en Londres estaban vendiendo carne de animales silvestres. No estaba a la vista, pero si se la pedía adecuadamente, se podía conseguir una rata espinosa, una prima más grande de la rata común que se encuentra en África Occidental y que allí es considerada un manjar. La investigación también reveló que entre 2009 y 2012, a pesar de que tenían conocimiento de la venta de carne ilegal, los funcionarios de salud ambiental sólo habían realizado dos visitas de control. Peor aún, a ninguno de los comercios se les revocó su licencia. El Concejo local manifestó que el número de visitas de control se ha incrementado considerablemente desde 2012. Uno de los mayores problemas del comercio internacional de carne de animales silvestres es que no se tiene una buena idea de la dimensión real del problema. En Gran Bretaña, el Departamento de Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) publica informes anuales sobre el embargo de mercaderías ilícitas que entran al país. En 2014 se confiscaron unas 40 toneladas de carne de todo el mundo. Sin embargo, no aclara cuánta era carne de animales silvestres. Se estima que sólo 10% de la carne de animales silvestres que llega a Gran Bretaña es confiscada en las aduanas. Y se sabe poco acerca de la carne que llega. “Actualmente se confisca, se empaqueta, y luego se incinera antes siquiera de que entre formalmente a Gran Bretaña, sin que nadie inspeccione para detectar las especies o probables agentes patógenos”, dice Rob Ogden, presidente de la Society for Wildlife Forensic Science. En 2005, cuando Ogden formaba parte de una compañía que él creó, llamada Wildlife DNA Services, convenció al gobierno de Gran Bretaña para tratar de hacer algo por el problema de la carne de caza. Con la ayuda de Hacienda y Aduanas de Su Majestad y DEFRA, Ogden y su colega Ross McEwing comenzaron a trabajar. “Fuimos a Heathrow. Montamos un laboratorio. Teníamos un perro rastreador para revisar el equipaje de los pasajeros y recoger todo tipo de productos alimenticios. Luego de esas muestras extrajimos ADN y lo secuenciamos.” Su informe de 2007 analizó 230 muestras de carne. Siete fueron reconocidos como carne de animales silvestres (cuatro pangolines, un sitatunga, una rata espinosa, y una especie de cerdo salvaje). Incluso analizaron algunas muestras compradas por las autoridades locales en los mercados de Londres con la ayuda de la Agencia de Estándares de Alimentos (FSA). Tres de estas muestras eran de rata espinosa. Tras el informe, Ogden convenció a la FSA para desarrollar un método estandarizado para detectar carnes de animales silvestres. Pero entonces el interés del gobierno disminuyó y, por lo que él sabe, nunca se ha utilizado. “No creo que los oficiales vayan de rutina a los mercados y traten de identificar la carne de caza que se vende ilegalmente, o analizarla incluso cuando la están confiscando. Cuando saben que es ilegal, tienen motivos para confiscar y enviarla para su incineración. Rara vez se hace un seguimiento. Si no necesitan conocer los detalles a nivel de especie para confiscar, entonces es poco probable que la analicen”, dice Ogden. Un informe del DEFRA de 2013 respaldó su reclamo, afirmando que “no hay laboratorios que analicen la carne de caza o exótica debido a la falta de demanda por parte de la autoridad local”. La recesión de 2008 puede haber tenido, en parte, algún efecto. “Especialmente después de la crisis financiera, todos los departamentos con los que hemos hablado fueron cerrados o reducidos”, dice Ogden. “No hay recursos para hacer cosas que no son responsabilidad inmediata y directa de un departamento”. La carne de animales silvestres también sufre de otro obstáculo burocrático: debido a que múltiples departamentos gubernamentales están implicados en el comercio de vida silvestre, las responsabilidades del manejo de la carne de caza también está dividida. El DEFRA se ocupa de los organismos internacionales que establecen los reglamentos para el comercio de vida silvestre, por ejemplo; el Ministerio del Interior se ocupa de la seguridad fronteriza para confiscar la carne de caza que se mueve a través de los puertos y aeropuertos; la FSA trabaja con las autoridades locales para detener la venta de carne de animales silvestres; y así. Para Europa en su conjunto, la estimación más reciente de la dimensión del mercado ilegal de la carne de caza proviene de un estudio de incautaciones efectuadas en el Aeropuerto ‘Charles de Gaulle’ en París en 2010. Marcus Rowcliffe, de la Sociedad Zoológica de Londres y sus colegas confiscaron cerca de 200 kilogramos de carne de animales silvestres durante esos controles. Con la ayuda del análisis estadístico, estimaron que alrededor de cinco toneladas de carne de animales silvestres entra a Europa cada semana. 10 “El volumen y la naturaleza de la importación y el comercio sugiere la emergencia de un mercado de lujo de carne de caza africana en Europa. Las importaciones son el suministro de un sistema organizado de comercio que no satisface exclusivamente el consumo personal”, escribieron Rowcliffe y sus colegas en su estudio. “Esto lo indica el gran tamaño de muchos envíos individuales de carne de caza, y la presencia de comerciantes en París que pueden proveer carne de animales silvestres a pedido”. Los informes sugieren una operación realizada en aeropuertos belgas en 2013 que detectó cantidades similares de carne de animales silvestres, lo que indica que el comercio internacional sigue siendo muy fuerte. Sin embargo, no ha habido estimaciones más recientes. Rowcliffe dijo que trató de actualizar su propio análisis a partir de 2010, pero se encontró con que los gobiernos o bien no disponen de los datos o no están dispuestos a compartirlos. En ausencia de datos, y sin el compromiso del gobierno para conocer más, es difícil dimensionar el contrabando de carne de caza ilegal. Pero una manera de reducirlo –junto con el riesgo del contagio de una enfermedad humana a partir de un animal infectado- sin importar dónde está sucediendo, es encontrar una fuente sustentable para las especies ‘salvajes’ de las que gusta el paladar de la gente. En la Experimental Burger Society, en Londres, se pueden saborear carnes exóticas sin los riesgos concomitantes, gracias a un proveedor llamado Freedown Food. La empresa cumple con todas las regulaciones de Gran Bretaña y Europa. Su lista incluye cocodrilo de Namibia, avestruz de España, bisontes de Canadá, y cebras y antílopes de Sudáfrica. Incluso algunos países que se sabe que son el origen de la carne de caza están buscando este tipo de opción. Por ejemplo, las ratas espinosas, una delicatessen de Ghana, están siendo criadas en Accra, la capital del país, para sus residentes urbanos. Otras especies, como antílopes, erizos y ardillas, también podrían potencialmente ser criadas, y tal vez disminuir la demanda de carne de animales silvestres de especies en peligro de extinción, tales como simios, monos, elefantes, pangolines, y grandes felinos. Es posible también que los habitantes de las ciudades estarían dispuestos a pagar un poco más para saber que los animales en sus platos fueron tratados bien y están libres de enfermedades. La realidad es que, incluso con un mayor apoyo de los gobiernos y más formas sustentables de satisfacer la demanda por especies “salvajes”, es poco probable que se detenga por completo el comercio de carne de animales silvestres. Es imposible regular el consumo rural en África Occidental y Central. Y, al igual que lo que ocurre con el comercio ilegal de drogas, siempre habrá gente dispuesta a pagar por ciertos productos y vendedores que encontrarán la forma de contrabandearlos. Entonces, ¿qué podemos hacer para prepararnos ante el salto de un patógeno animal a un humano y evitar que se convierta en una pandemia en toda la regla? Además, los países más pobres del mundo no pueden permitirse el lujo de invertir mucho, en todo caso, en la preparación y la prevención de epidemias. Y, como las enfermedades infecciosas no respetan fronteras, es vital un enfoque conjunto. Por lo tanto, debemos pensar globalmente, y el candidato obvio para liderar las acciones es la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por desgracia, la OMS es un candidato imperfecto. Un análisis independiente de su respuesta al brote de EVE de 2014 encontró tres grandes problemas: falta de preparación, subestimación de los riesgos y escasez de fondos. La OMS aprendió las lecciones de la manera difícil y desde entonces ha trabajado mucho para mejorar. La respuesta de la organización al brote de fiebre zika de 2015, una enfermedad menos mortal que la EVE, pero que se ha extendido más ampliamente, ha sido mejor. La OMS dio la voz de alarma relativamente pronto y utilizó algo del dinero del fondo de emergencia creado después de la investigación del virus del Ébola. Sin embargo, aún todavía no se ha detenido la propagación de la fiebre zika, que hoy afecta a más de 60 países y territorios de las Américas, África y Asia. Las cosas podrían haber sido diferentes si se hubiera contado con una vacuna contra el virus del Ébola o el Zika. Pero el desarrollo de vacunas no es trabajo de la OMS. Afortunadamente, hay un pequeño pero creciente número de organizaciones que trabajan para llenar este vacío crucial. Uno de ellos son los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, creado en la década de 1940 como una unidad de lucha contra la malaria. Uno de sus objetivos principales hoy es entender las enfermedades infecciosas emergentes. Apoyando el trabajo de los CDC está la organización no lucrativa Global Viral. Desde 2003, ha estado recolectando muestras de sangre de los cazadores de animales silvestres en toda África. Su objetivo es detectar nuevos virus y desarrollar sistemas de alerta temprana para prevenir pandemias. Más recientemente, en agosto de 2016, comenzó su trabajo la Coalición para la Innovación en Preparación para Epidemias (CEPI). Espera crear vacunas candidatas para todas las enfermedades infecciosas emergentes en el orden de prioridad que la OMS ha establecido. La premisa es simple: las vacunas son la mejor póliza de seguro se puede comprar contra la próxima grande. Después de pasar milenios con los animales salvajes, por fin estamos comprendiendo mejor las conexiones invisibles, microbianas que nos unen. Aunque hemos coexistido sin problemas durante la mayor parte del tiempo, sólo se necesita un patógeno que salte de un animal a un humano para cambiar el mundo. Puede que no seamos capaces de predecir cuándo y cuán grande será la próxima. Pero hay una cosa que sí sabemos: debemos estar preparados.
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