10 de abril de 2013 – Fuente: Infection Control & Hospital Epidemiology
La colocación de objetos de cobre en las habitaciones de la unidad de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales redujo en más de la mitad el número de infecciones adquiridas por pacientes en atención sanitaria, según un nuevo estudio
En Estados Unidos, las infecciones hospitalarias provocan 100.000 muertes al año y añade unos 46.000 millones de dólares a los costos sanitarios. Las infecciones hospitalarias a menudo contaminan los artículos dentro de las salas de hospital, permitiendo que las bacterias se transfieran de un paciente a otro.
Los microbios más comunes son Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) y Enterococcus resistente a la vancomicina (ERV). Aunque se han desarrollado varias estrategias para reducir las infecciones hospitalarias, pocas han sido clínicamente probadas para rebajar la propagación de estas infecciones.
Por eso, científicos han probado la capacidad de las superficies de cobre para reducir la contaminación ambiental de estos gérmenes y así disminuir las infecciones hospitalarias en los pacientes. Las superficies de cobre tienen una capacidad inherente para matar a los microbios ambientales continuamente sobre estas superficies.
El estudio se realizó entre julio de 2010 y junio de 2011 en tres centros médicos: la Universidad Médica de South Carolina, el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center y el Centro de Asuntos Médicos para Veteranos ‘Ralph H. Johnson’. A los pacientes que fueron ingresados en la UCI de estos hospitales se les asignó al azar para recibir atención en una habitación tradicional o en una donde elementos como las barandillas de la cama, las mesas, los postes y los botones para llamar a las enfermeras fueron hechas exclusivamente de base de cobre, ambas limpiadas con las mismas prácticas.
La proporción de pacientes que desarrollaron infecciones hospitalarias y/o colonización por SARM o ERV fue significativamente menor entre los de las habitaciones con superficies de cobre (7,1%) en comparación con los de las salas tradicionales (12,3%). La proporción de enfermos que desarrollaron infecciones adquiridas en los hospitales fue significativamente menor entre los asignados a las salas de cobre (3,4%) frente a los de las habitaciones tradicionales (8,1%).
“Los pacientes que sufren infecciones hospitalarias suelen permanecer en el hospital más tiempo, incurrir en mayores costos y, por desgracia, sufren un riesgo mayor de morir durante la hospitalización”, resumió Cassandra Sal-gado D., profesora asociada de la Universidad Médica de South Carolina y autora principal del estudio.
“Nuestro estudio encontró que la colocación de elementos con superficies de cobre en las salas de UCI como medida adicional a las prácticas habituales de control de infecciones podría reducir el riesgo de infección hospitalaria, así como la colonización por microbios resistentes a múltiples fármacos”, resaltó esta experta.
Los intentos anteriores de reducir las infecciones hospitalarias han requerido el compromiso de los trabajadores de la salud o el uso de sistemas como luz ultravioleta, que pueden ser limitados debido a la regeneración de los organismos después de la intervención. Por el contrario, las superficies de aleaciones de cobre ofrecen una manera pasiva de reducir la carga, sin la intervención del personal o participación con proveedores externos, según los investigadores.