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martes, 5 de noviembre de 2013

Bocavirus humano: Estudios en la literatura médica y en Chile


Claudia Moreno M., Yanahara Solís O. y Miguel O`Ryan G.
Programa de Microbiología y Micología ICBM (MOG). Unidad de Microbiología (CMM), Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
Unidad de Infectología Pediátrica, (YSO). Hospital Luis Calvo Mackenna, Santiago, Chile.
Justificación del Blog
El presente artículo científico recoge de manera clara y sistemática la información disponible respecto a Bocavirus, de ahí que nos permitimos tomar partes del artículo original que está disponible en la Sociedad Chilena de Infectología (Revista chilena de infectología versión impresa ISSN 0716-1018 Rev. chil. infectol. v.26 n.6 Santiago dic. 2009).

Agradeciendo a los autores y a los editores – a la vez que presentamos las excusas - por permitirnos enriquecer la información disponible en Bolivia dada la emergencia sanitaria por la que está atravesando la región oriental boliviana.
Introducción
Bocavirus humano (HBoV) es un virus descrito por .primera vez en el año 2005 por Allander y cois1, identificado en muestras de aspirado nasofaríngeo (ANF) en niños con infecciones del tracto respiratorio inferior. El virus fue descubierto por métodos moleculares, utilizando un sistema de amplificación no específica y clonación de la secuencia genómica viral de un parvovirus humano previamente no descrito. El virus fue aislado en secreciones respiratorias procedentes de lactantes y niños suecos con manifestaciones clínicas de enfermedad del tracto respiratorio.
Las secuencias genéticas y el análisis filogenético muestran una estrecha relación de HBoV con dos miembros de la familia Parvoviridae: parvovirus bovino (BPV) y virus minute canino (CMnV), por lo que recibió el nombre provisorio de bocavirus humano (HBoV), "bo" de bovino y "ca" de canino1.
Desde su detección el 2005, múltiples estudios a nivel mundial han reportado la presencia de HBoV en muestras del tracto respiratorio en niños y adultos, detectándose también en muestras fecales, sanguíneas y urinarias. En infección respiratoria se describe una prevalencia de 2,7%1 a 19% (Suecia)2 principalmente en niños bajo dos años de edad. Estas diferencias pueden explicarse por la estacionalidad, predominando en invierno, y por las distintas poblaciones de los estudios. En muestras fecales de pacientes con gastroenteritis aguda existe una prevalencia de 0,8% (Corea del Sur)3 a 9,1% (España)4. Muestras séricas positivas3 para HBoV sugieren que la infección tiene un componente sistémico, tal como la mayoría de parvovirus veterinarios y parvovirus B19 (B19V).
Existen datos sobre prevalencia en individuos asintomáticos: un estudio canadiense5 no encontró detección de ADN viral en pacientes sanos controles; otro estudio español6 describe detección de genoma viral en 5% de muestras respiratorias en niños asintomáticos y el estudio de Longtin y cois7, destaca porque 43% de niños asintomáticos hospitalizados para cirugía electiva presentaron muestras respiratorias positivas para HBoV
Varios estudios reportan un alto porcentaje de coinfección con otros virus lo que ha llevado a cuestionar su rol como patógeno respiratorio. Este cuestionamiento de un rol patogénico real se sustenta también en la alta tasa de portación descrita en Canadá7.
Actualmente, HBoV y B19V serían los dos únicos miembros de esta familia viral que causan enfermedades en humanos: B19V responsable de eritema infeccioso en niños e hidrops fetal en infecciones intrauterinas y HBoV como agente viral de infecciones del tracto respiratorio, principalmente en niños bajo 5 años de edad.
Estructura
Los virus de la familia Parvoviridae son de pequeño tamaño (20-26 nm), de simetría icosaédrica y no poseen manto, su genoma está formado por ADN de simple hebra y es dependiente de células en división para la replicación viral. El genoma viral de HBoV contiene información genética para proteínas estructurales y no estructurales.
Los genes de proteínas no estructurales representan regiones conservadas, mientras que los genes que codifican para proteínas de cápside presentan mayor variabilidad.
Los parvovirus poseen dos proteínas estructurales: las proteínas virales 1 (VP1) y 2 (VP2), idénticas en secuencia, que sólo difieren en la región amino-terminal de VP1, conocida como región única de VP1 (VPlu). En HBoV esta región posee 129 aminoácidos y tiene actividad de fosfolipasa A2, que es importante para la capacidad infectante viral, favoreciendo la entrada al núcleo de la célula hospedera para iniciar la replicación viral8.
Clasificación
La organización genómica de HBoV se relaciona a dos virus de la subfamilia Parvovirinae: virus minute canino (CMnV) y parvovirus bovino (BPV), ambos virus veterinarios, y el International Committee on Taxonomy of Viruses reagrupó estos tres virus en un nuevo género llamado Bocavirus. El nuevo virus identificado, denominado como bocavirus humano (HBoV), muestra separación filogenética de CMnV y BPV, presentando una identidad de sólo 43 y 42% con CMnV y BPV, respectivamente1.
HBoV fue clasificado en la familia Parvoviridae, subfamilia Parvovirinae y género Bocavirus
Evidencia en que se sustenta el rol patogénico de HBoV
La mayoría de estudios publicados han sido realizados de manera retrospectiva, en muestras de ANF de pacientes con estudio negativo para adenovirus (ADV), influenza, parainfluenza, virus respiratorio sincicial (VRS) y me-tapneumovirus humano (MPVh). Diferentes estudios han reportado una incidencia que varía desde 1,5 a 18,3% en individuos con infecciones respiratorias agudas bajas, siendo más frecuente en lactantes y con un predominio estacional en invierno y primavera9.
Un estudio realizado en niños con sibilancias espiratorias agudas de Finlandia10, investigó 16 virus en 259 muestras de ANF y sangre, mostrando como resultados que 95% tuvo, al menos, un agente etiológico viral y que más de un agente viral fue detectado en 34%, y de estos 49 niños (19%) fueron HBoV (+); la mayoría, sin embargo, fueron infecciones mixtas y HBoV como agente único se detectó en 12 niños (5%). Además se observó cargas virales altas de HBoV en ausencia de otros virus, lo que sugiere un posible rol causal de las sibilancias. En este estudio, la mayoría de los niños con HBoV positivo en secreciones fueron también positivos en suero (53,5%) mientras que sólo 7% de los niños con HBoV negativo en secreciones resultó HBoV positivo en suero. Este estudio concluyó que: HBoV es prevalente entre los niños con sibilancias agudas; puede causar infección sistémica al igual que otros parvovirus y persistir después de la resolución de los síntomas; cargas virales altas están potencialmente asociadas con síntomas respiratorios; el gran número de infecciones mixtas puede indicar que el HBoV es reactivado o su detección aumenta con otras infecciones.
La mayoría de los estudios muestra que la co-infección con otros virus respiratorios es común, y algunos evidencian HBoV en el suero, lo que sugiere viremia durante la infección. Otros estudios reportan que varios de los niños con HBoV tuvieron diarrea, sugiriendo que la enfermedad se extiende más allá del tracto respiratorio11. La descripción de niños infectados con HBoV que presentaron diarrea, sumado a la relación cercana de este virus con parvovirus bovino y el virus minute canino que infectan animales y causan enfermedad intestinal manifestada por vómitos, anorexia, letargía y diarrea con rápida des-hidratación, hicieron plantear que este virus podría tener también un rol en enfermedades gastrointestinales en el humano y que podría ser detectado en muestras fecales12,13.
Maggi y cois14, describió por primera vez un lactante con bronquiolitis en el que se detectó ADN de HBoV también en heces, y a partir del año 2007 hasta la actualidad se reporta un número de estudios que sugieren que el HBoV podría afectar el tracto gastrointestinal, pero sin pruebas definitivas15,20. Así, Vicente y cois4, investigando la presencia de virus en niños con infección respiratoria en España, reportó en dos niños de 12 meses de edad con diarrea aguda, además de síntomas respiratorios, la presencia de HBoV en deposiciones, en ausencia de otro patógeno detectable. Debido a la posibilidad de que la detección en deposiciones fuese consecuencia de contaminación fecal por deglución de secreciones respiratorias y no de una infección intestinal primaria, se realizó un nuevo estudio buscando la presencia de HBoV en muestras fecales. Se detectó HBoV en 48 niños (9,1%), y de éstos 28 (58,3%) mostraron co-infección con otro patógeno intestinal, concluyendo que: HBoV está presente en el tracto gastrointestinal de niños con gastroenteritis, con o sin síntomas de infección respiratoria; la excreción fecal suma una nueva preocupación en relación a la transmisión de HBoV; la alta frecuencia de detección de HBoV en las heces de niños con gastroenteritis y la ausencia de algún otro patógeno intestinal sugieren que esta nueva especie de virus es un patógeno entérico, así como respiratorio.
La distribución actualmente reconocida de HBoV es universal, con detección en Alemania, Australia, Canadá,China, Corea del Sur, España, E.U.A., Francia, Japón, Jordania, Sudáfrica y Tailandia21. Sin embargo, a pesar de los hallazgos ya mencionados, el espectro clínico de la enfermedad y el rol causal de este virus permanecen inciertos.
Estudios de caracterización clínica
Bocavirus se ha asociado a sintomatología respiratoria aguda alta (tos, fiebre, conjuntivitis, coriza, faringitis, laringitis y otitis), baja (neumonía, obstrucción bronquial, bronquiolitis, tos de tipo coqueluchoídea) y a descompensación de pacientes asmáticos24,26.
Se ha asociado a vómitos, diarrea y exantema máculo-eritematoso localizado en tórax, tronco y cara27. En estudios iniciales se describieron síntomas gastrointestinales en 11 a 24% de los pacientes, mientras que en estudios más recientes, realizados en pacientes hospitalizados por diarrea, se detectó en 0,8% de los casos, lo que sugiere un rol menor como agente etiológico de diarrea3,28,30. Se ha detectado también HBoV en el lavado bronco-alveolar (LBA) de un paciente inmunosuprimido con neumonía31.
La infección por HBoV ha sido descrita frecuentemente en niños de dos años con enfermedad aguda del tracto respiratorio superior e inferior, presentando características clínicas similares al VRS y MPVh, ocasionando una proporción similar de cuadros graves32. En adultos las infecciones agudas por HBoV son infrecuentes y se han observado en pacientes inmunocomprometidos, caracterizadas por síntomas respiratorios agudos. Destaca el porcentaje de co-infección con otros virus, 34,6 a 72% en diversas series, lo que ha llevado a cuestionar su rol como patógeno respiratorio5,8,18,20.
Otros estudios muestran que HBoV ha sido identificado en 31% (5/16) de pacientes con enfermedad de Kawasaki sugiriendo que este virus podría tener un rol patogénico en algunos casos de esta patología33. Se han postulado mecanismos inmunopatológicos en la enfermedad de Kawasaki con participación de otros agentes virales como virus Epstein-Barr, ADVy citomegalovirus. En el caso de HBoV, detectado en diversas muestras como suero, deposiciones y LCR, se plantea que podría ser responsable de infección sistémica y tener participación en la patogenia de esta enfermedad; sin embargo, la evidencia para ello es insuficiente, por lo tanto, se necesita confirmar estos hallazgos con otros estudios.
En radiografías de pacientes con HBoV se describe la presencia de infiltrados intersticiales, imágenes de consolidación, hiperinsuflación y atelectasias. El diagnóstico se realiza por RPC convencional y en tiempo real deANFyLBA34.
Estudios en Chile
Existen dos estudios de HBoV humano en muestras de hisopado nasofaríngeo (TTNF) en niños. En el primer estudio, JC Flores y cois22, examinaron 256 muestras de HNF de niños bajo de 5 años de edad con síntomas respiratorios agudos procedentes de atención ambulatoria y hospitalizados, entre enero y agosto del 2007. Las muestras fueron estudiadas por inmunofluorescencia directa, D-Ultra™DFA Respiratory Virus y MPV (DHI, USA), para VRS, ADV, influenza A/B, parainfluenza 1, 2, 3, y MPVh; en las muestras negativas se buscó MPVh por RPC y todas las muestras fueron procesadas por RPC para HBo V Los resultados mostraron una detección de HBo V en 24,2% (62/256) de los paneles respiratorios; en 26% (16/62) HBoV correspondió al único agente identificado y en 74% (46/62) se encontró como co-infección con otros virus. Los síntomas más frecuentes fueron tos (98%), fiebre (89%), rinorrea (89%) y, dentro de los síntomas digestivos, diarrea (24%) y vómitos (36%).
En el segundo estudio, C. Vizcaya y cois23 compararon la frecuencia de HBoV en muestras de HNF en niños ≤ 5 años, con y sin síntomas respiratorios, por medio de RPC convencional. Entre agosto y noviembre de 2007 estudiaron 163 muestras de HNF en niños < 5 años con síntomas respiratorios y panel viral negativo (IFD para VRS, ADV, parainfluenza 1 -2-3, influenza Ay B y MPVh) y en pacientes < 5 años, sin síntomas respiratorios, que acudían a control sano u hospitalización para procedimientos o cirugías electivas. Se detectó HBoV en 14% (23/163) de los niños sintomáticos, y 37,5% (6/16) de muestras positivas para HBoV en HNF de niños asinto-máticos mediante RPC convencional y RPC en tiempo real, respectivamente. En dicho estudio, la pesquisa de HBoV fue similar en niños sintomáticos y asintomáticos. La alta portación de HBoV puede corresponder, por un lado, a permanencia en la vía aérea después de la infección primaria, o por otro, que HBoV se comporta como otros miembros de la familia Parvoviridae, los dependovirus, que requieren de la presencia de virus en forma simultánea, para producir sintomatología9. Ello pudiera explicar además el alto porcentaje de co-infección descrito en varios estudios ya citados anteriormente.
Correspondencia a: Claudia Moreno Moreno clau.moreno.m@gmail.com