Ac. Dr. Christian TRIGOSO AGUDO
Definitivamente éste es tiempo para establecer algunas reflexiones, por ejemplo preocuparnos (y ojalá ocuparnos) por las evidencias de un fenómeno de calentamiento global que empieza a mostrar problemas hasta ahora ignorados o talvez intencionadamente ocultados, para continuar con este afán desmedido de depredación del planeta y sus recursos no sólo naturales sino también de los recursos ancestrales de la memoria cultural que nos acompaña todavía y que postula un fuerte compromiso de respeto con la naturaleza. Los pueblos y etnias consideradas como primitivas cuidaron del planeta y aún lo hacen, para ellos el objetivo central es priorizar la protección del medio ambiente y a partir de ello el cuidado de la tierra, el agua, el aire y la biomasa total. ¿Es éste un ejemplo del “primitivismo” en el que viven? ¿A esta actitud la podemos llamar “salvaje”? ¿O es que todavía no comprendemos semejante humanismo?
Los conocimientos van apuntando a que nuestro microbioma había sido mucho más importante de lo que pensábamos, otra vez una actitud de humildad frente a un mundo microbiano tan grande y variado se hace imprescindible, aceptar que somos “más microbios de lo que pensábamos” debiera ser el inicio de una nueva era en la que los equilibrios se impongan y lejos de situarnos en el culminen de la escala zoológica, debiéramos empezar a comprender estas nuevas y viejas relaciones que nos enseñarían más respecto a los mecanismos de patogenicidad que circunstancialmente exhiben algunos microorganismos. Una especie es todas las especies.
Está claro que el abuso en la utilización de antimicrobianos a toda escala (prescriptores, automedicación, promoción no ética de antimicrobianos, legislaciones incompletas, inexistentes o mal aplicadas; empleo desmedido en animales y vegetales, etc.) está provocando una saturación de estas moléculas en los entornos terrestres y acuáticos, aspecto que nos adelanta un aporte extra en la presión selectiva sobre los microorganismos aumentando la posibilidad de la emergencia de “antibiorresistentes” que pueden convertirse en una espada de Damocles sobre los macrobios colonizados o infectados con estas cepas bacterianas.
Se impone respetar los microbiomas si queremos alargar la vida efectiva de estas moléculas descubiertas hace no más de noventa años y que ya empezaron a retroceder a causa de su desmedido e irracional uso, un principio de cautela que debe iniciarse apoyados en el asombro que nos debe causar el saber que de hecho, el número de células microbianas es más de diez veces el número de células de nuestro cuerpos (nuestro cuerpo está compuesto por unos diez billones de células humanas y cien billones de células bacterianas), representando una biomasa de alrededor de dos kilogramos en nuestro organismo.
Nuestros microbiomas (metagenomas) tienen más de cien veces más genes que el genoma humano, contribuyendo maravillosamente a regular la fisiología y metabolismo de nuestros organismos. ¡Definitivamente es nuestro segundo genoma!
Hasta cuando seguiremos la ruta del antropocentrismo egoísta y expoliador, acaso no es mejor salir de nosotros mismos y empezar a sentir a través de los sentidos de todas las especies, aniquilar especies es aniquilarnos a nosotros mismos. Qué triste es por lo visto haber perdido en algún momento de nuestra evolución la capacidad de contener algunas estructuras fotosintéticas o de reconocimiento por el olfato o por el frotamiento de nuestras superficies de recubrimiento; la adición de muchos factores como estos permitió que nos levantáramos sobre el resto de las especies asumiendo una superioridad que en todo caso descansaba en la capacidad de raciocinio que se “inventó” en nosotros por una mutación que además seguramente se asoció con un medio ambiente cambiante pero que propició al fin y al cabo junto a una meridiana capacidad de adaptación, la habilidad de destacar y evolucionar sin grandes contratiempos, pero lamentablemente así nos “desconectamos” del conjunto del planeta buscando sobrevivir a toda costa, entendiéndose esto último por una lucha desesperada por extraer recursos de todo tipo y a cualquier costo. Nos faltó tomar por las riendas un proceso meliorativo (melioravolucionar) o sea mejorar en cada progenie, asumiendo que un avance tecnológico se sustenta en un avance simultáneo moral, hecho que supone obviamente una actitud de respeto para con el prójimo y sobre todo con el único planeta habitable que poseemos por ahora.
Finalmente los avances en las ciencias van muy vertiginosamente, tanto así que no dan tiempo a que las sociedades puedan adaptarse a estos procesos y así diseñar un nuevo orden en la sociedad, orden que pasaría por aceptar y asumir que sólo las diferencias hacen el total, que las mentes deben ser abiertas y los caminos más aún, que no hay un sistema bipolar sino que en el medio tenemos toda una gama que justifica la existencia de todas las opciones. La tolerancia se debe imponer pero no por un sistema patriarcal, antes bien por haber desarrollado cerebros que acepten las diferencias y las respeten por sobre todo.
Hagamos el propósito de acercarnos a la luz de la ciencia, rechazando todo dogmatismo y prejuicio, dejemos de sentir temor por “saber” o “conocer”, dejemos de vivir arrinconados en nuestras cavernas donde los fenómenos de la naturaleza sólo tenían explicaciones irreales y fantásticas. Dejemos de adorar a dioses para empezar a amar a todas las especies biológicas incluida la nuestra, por supuesto.
martes, 18 de diciembre de 2018
viernes, 7 de diciembre de 2018
UN VISTAZO A LA FIEBRE TIFOIDEA
Reporte Epidemiológico de Córdova - ARGENTINA
La fiebre tifoidea, también llamada fiebre entérica causada por Salmonella enterica serotipo Typhi, tiene una presentación totalmente diferente de la de los tipos más comunes de salmonelosis. Epidemiológicamente, generalmente es transmitida por alimentos o agua contaminados, y no es una zoonosis como los tipos más comúnmente registrados de salmonelosis. Clínicamente, los vómitos y la diarrea están típicamente ausentes; en efecto, con frecuencia se informa estreñimiento. Los síntomas de la fiebre tifoidea clásica suelen incluir fiebre, anorexia, letargo, malestar, dolor de cabeza continuo, tos no productiva, dolor abdominal vago y estreñimiento. A pesar de la fiebre (a menudo alta), el pulso en general se presenta sólo ligeramente elevado. Durante la segunda semana de la enfermedad, hay fiebre prolongada y torpor, lo que se llama clásicamente coma vigil. En algunas ocasiones puede desarrollarse diarrea. Muchos pacientes desarrollan hepatoesplenomegalia. Después de la primera semana, muchos casos desarrollan maculopápulas en la parte superior del abdomen. Estas lesiones (“manchas rosadas”) tienen alrededor de 2 cm de diámetro y palidecen a la presión. Persisten durante 2-4 días y pueden aparecer y desaparecer. Las infecciones leves y atípicas son comunes. La palabra tifoidea (similar al tifus) refleja la similitud con el tifus epidémico, una rickettsiosis transmitida por piojos; de hecho, en algunas áreas, la fiebre tifoidea todavía es conocida como tifus abdominal.
La fiebre tifoidea, también llamada fiebre entérica causada por Salmonella enterica serotipo Typhi, tiene una presentación totalmente diferente de la de los tipos más comunes de salmonelosis. Epidemiológicamente, generalmente es transmitida por alimentos o agua contaminados, y no es una zoonosis como los tipos más comúnmente registrados de salmonelosis. Clínicamente, los vómitos y la diarrea están típicamente ausentes; en efecto, con frecuencia se informa estreñimiento. Los síntomas de la fiebre tifoidea clásica suelen incluir fiebre, anorexia, letargo, malestar, dolor de cabeza continuo, tos no productiva, dolor abdominal vago y estreñimiento. A pesar de la fiebre (a menudo alta), el pulso en general se presenta sólo ligeramente elevado. Durante la segunda semana de la enfermedad, hay fiebre prolongada y torpor, lo que se llama clásicamente coma vigil. En algunas ocasiones puede desarrollarse diarrea. Muchos pacientes desarrollan hepatoesplenomegalia. Después de la primera semana, muchos casos desarrollan maculopápulas en la parte superior del abdomen. Estas lesiones (“manchas rosadas”) tienen alrededor de 2 cm de diámetro y palidecen a la presión. Persisten durante 2-4 días y pueden aparecer y desaparecer. Las infecciones leves y atípicas son comunes. La palabra tifoidea (similar al tifus) refleja la similitud con el tifus epidémico, una rickettsiosis transmitida por piojos; de hecho, en algunas áreas, la fiebre tifoidea todavía es conocida como tifus abdominal.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: SITUACIÓN EPIDEMIOLÓGICA DE LA ENFERMEDAD POR EL VIRUS DEL ÉBOLA
8 de noviembre de 2018 – Fuente: Organización Mundial de la Salud
Las nuevas medidas implementadas para superar los obstáculos en la respuesta al brote de la enfermedad por el virus del Ébola (EVE) en la República Democrática del Congo están teniendo un impacto positivo. El Ministerio de Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados siguen confiando en que, a pesar de los desafíos, el brote puede ser contenido. Durante la semana del 7 al 13 de noviembre, la transmisión continuó en varias áreas de la provincia de Nord-Kivu, mientras que se observó una expansión geográfica del brote a dos nuevas zonas sanitarias (Kyondo y Mutwanga). Los primeros casos reportados en estas zonas sanitarias se expusieron a través del contacto con casos en Butembo y Beni, respectivamente. Durante el período del informe, se notificaron 31 nuevos casos confirmados de EVE en Beni, Mutwanga, Kalunguta, Butembo, Vuhovi, Kyondo y Musienene. Cuatro de los nuevos casos fueron bebés recién nacidos y menores de dos años, tres niños de entre 2 y 17 años de edad y tres mujeres embarazadas o que estaban amamantando. Tres trabajadores de la salud de Beni y Butembo figuran entre los nuevos infectados; 31 trabajadores de la salud han sido infectados hasta la fecha. Doce pacientes fueron dados de alta en Beni (9), Butembo (2) y Mabalako (1) de los centros de tratamiento del Ébola (CTE) y se reintegraron a sus comunidades; 103 pacientes se han recuperado hasta la fecha. Durante la semana pasada, se realizó una revisión y consolidación de los registros de casos. Esta revisión resultó en la adición de 14 casos probables, la invalidación de 11 muertes previamente reportadas como casos probables y la exclusión de casos duplicados. Además, algunos casos confirmados y probables se reclasificaron en las zonas sanitarias donde es más probable que se produjera la infección, a diferencia de la ubicación del CTE donde fueron admitidos. Al 13 de noviembre, 341 casos de EVE (303 confirmados y 38 probables), incluidas 215 muertes (177 confirmadas y 38 probables), se han notificado en 11 zonas sanitarias en la provincia de Nord-Kivu y tres zonas de salud de la provincia de Ituri. Las tendencias generales en la incidencia de casos semanales reflejan la continuación de la transmisión comunitaria en varias ciudades y aldeas en NordKivu. Dados los retrasos esperados en la detección de casos y las actividades de consolidación de datos en curso, las tendencias, especialmente en las últimas semanas, deben interpretarse con cautela. El riesgo de que el brote se extienda a otras provincias de la República Democrática del Congo, así como a los países vecinos, sigue siendo muy alto. En el transcurso de la semana pasada, se han informado alertas en Sudán del Sur y Uganda; se ha descartado la EVE en todas las alertas hasta la fecha. El 7 de noviembre comenzó la vacunación de los trabajadores de salud y de primera línea en los sitios prioritarios en Uganda, y se están realizando preparativos para la vacunación de los trabajadores de salud y de primera línea en Ruanda y Sudán del Sur. Respuesta de salud pública El Ministerio de Salud sigue fortaleciendo las medidas de respuesta, con el apoyo de la OMS y sus asociados. Las prioridades incluyen la coordinación de la respuesta, la vigilancia, el rastreo de contactos, la capacidad del rio, la prevención y el control de infecciones (PCI), el manejo clínico de los pacientes, la vacunación, la comunicación de riesgos y la participación de la comunidad, el apoyo psicosocial, los entierros seguros y dignos (ESD), y la vigilancia transfronteriza y las actividades de preparación en provincias y países vecinos. Para apoyar al Ministerio de Salud, la OMS está trabajando intensamente con una amplia gama de asociados y partes interesadas regionales y mundiales, multisectoriales y multidisciplinarios, para la respuesta a la EVE, la investigación y la preparación urgente, incluso en los países vecinos. Evaluación de riesgos de la OMS Este brote de EVE está afectando a las provincias nororientales del país, que limitan con Uganda, Ruanda y Sudán del Sur. Los posibles factores de riesgo para la transmisión de la EVE a nivel nacional y regional incluyen: los enlaces de transporte entre las áreas afectadas, el resto del país y los países vecinos; el desplazamiento interno de las poblaciones; y el desplazamiento de refugiados congoleños a países vecinos. El país está experimentando al mismo tiempo otras epidemias (cólera, poliomielitis derivada de la vacuna, malaria) y una crisis humanitaria a largo plazo. Además, la situación de seguridad en Nord-Kivu e Ituri a veces limita la implementación de las actividades de respuesta. La evaluación de riesgos de la OMS para el brote es actualmente muy alta a nivel nacional y regional; el nivel de riesgo global sigue siendo bajo. Como el riesgo de propagación nacional y regional es muy alto, es importante que las provincias y los países vecinos fortalezcan las actividades de vigilancia y preparación. El Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (2005) informó que no intensificar estas actividades de preparación y vigilancia podría empeorar las condiciones y expandir el brote. La OMS continuará trabajando con los países vecinos y asociados para garantizar que las autoridades sanitarias estén alertas y estén preparadas operativamente para responder. Asesoramiento de la OMS Tráfico internacional: La OMS aconseja no restringir los viajes y el comercio con la República Democrática del Congo, con base en la información actualmente disponible. Actualmente no existe una vacuna con licencia para proteger a las personas contra el virus del Ébola. Por lo tanto, cualquier requisito para los certificados de vacunación contra el virus del Ébola no es una base razonable para restringir el movimiento a través de las fronteras o la emisión de visas para pasajeros que salen de la República Democrática del Congo. La OMS sigue supervisando de cerca y, si es necesario, verifica las medidas comerciales y de viaje relacionadas con este evento. Actualmente, ningún país ha implementado medidas de viaje que interfieran significativamente con el tráfico internacional hacia y desde la República Democrática del Congo. Los viajeros deben consultar a un médico antes de viajar y deben practicar una buena higiene.
Las nuevas medidas implementadas para superar los obstáculos en la respuesta al brote de la enfermedad por el virus del Ébola (EVE) en la República Democrática del Congo están teniendo un impacto positivo. El Ministerio de Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados siguen confiando en que, a pesar de los desafíos, el brote puede ser contenido. Durante la semana del 7 al 13 de noviembre, la transmisión continuó en varias áreas de la provincia de Nord-Kivu, mientras que se observó una expansión geográfica del brote a dos nuevas zonas sanitarias (Kyondo y Mutwanga). Los primeros casos reportados en estas zonas sanitarias se expusieron a través del contacto con casos en Butembo y Beni, respectivamente. Durante el período del informe, se notificaron 31 nuevos casos confirmados de EVE en Beni, Mutwanga, Kalunguta, Butembo, Vuhovi, Kyondo y Musienene. Cuatro de los nuevos casos fueron bebés recién nacidos y menores de dos años, tres niños de entre 2 y 17 años de edad y tres mujeres embarazadas o que estaban amamantando. Tres trabajadores de la salud de Beni y Butembo figuran entre los nuevos infectados; 31 trabajadores de la salud han sido infectados hasta la fecha. Doce pacientes fueron dados de alta en Beni (9), Butembo (2) y Mabalako (1) de los centros de tratamiento del Ébola (CTE) y se reintegraron a sus comunidades; 103 pacientes se han recuperado hasta la fecha. Durante la semana pasada, se realizó una revisión y consolidación de los registros de casos. Esta revisión resultó en la adición de 14 casos probables, la invalidación de 11 muertes previamente reportadas como casos probables y la exclusión de casos duplicados. Además, algunos casos confirmados y probables se reclasificaron en las zonas sanitarias donde es más probable que se produjera la infección, a diferencia de la ubicación del CTE donde fueron admitidos. Al 13 de noviembre, 341 casos de EVE (303 confirmados y 38 probables), incluidas 215 muertes (177 confirmadas y 38 probables), se han notificado en 11 zonas sanitarias en la provincia de Nord-Kivu y tres zonas de salud de la provincia de Ituri. Las tendencias generales en la incidencia de casos semanales reflejan la continuación de la transmisión comunitaria en varias ciudades y aldeas en NordKivu. Dados los retrasos esperados en la detección de casos y las actividades de consolidación de datos en curso, las tendencias, especialmente en las últimas semanas, deben interpretarse con cautela. El riesgo de que el brote se extienda a otras provincias de la República Democrática del Congo, así como a los países vecinos, sigue siendo muy alto. En el transcurso de la semana pasada, se han informado alertas en Sudán del Sur y Uganda; se ha descartado la EVE en todas las alertas hasta la fecha. El 7 de noviembre comenzó la vacunación de los trabajadores de salud y de primera línea en los sitios prioritarios en Uganda, y se están realizando preparativos para la vacunación de los trabajadores de salud y de primera línea en Ruanda y Sudán del Sur. Respuesta de salud pública El Ministerio de Salud sigue fortaleciendo las medidas de respuesta, con el apoyo de la OMS y sus asociados. Las prioridades incluyen la coordinación de la respuesta, la vigilancia, el rastreo de contactos, la capacidad del rio, la prevención y el control de infecciones (PCI), el manejo clínico de los pacientes, la vacunación, la comunicación de riesgos y la participación de la comunidad, el apoyo psicosocial, los entierros seguros y dignos (ESD), y la vigilancia transfronteriza y las actividades de preparación en provincias y países vecinos. Para apoyar al Ministerio de Salud, la OMS está trabajando intensamente con una amplia gama de asociados y partes interesadas regionales y mundiales, multisectoriales y multidisciplinarios, para la respuesta a la EVE, la investigación y la preparación urgente, incluso en los países vecinos. Evaluación de riesgos de la OMS Este brote de EVE está afectando a las provincias nororientales del país, que limitan con Uganda, Ruanda y Sudán del Sur. Los posibles factores de riesgo para la transmisión de la EVE a nivel nacional y regional incluyen: los enlaces de transporte entre las áreas afectadas, el resto del país y los países vecinos; el desplazamiento interno de las poblaciones; y el desplazamiento de refugiados congoleños a países vecinos. El país está experimentando al mismo tiempo otras epidemias (cólera, poliomielitis derivada de la vacuna, malaria) y una crisis humanitaria a largo plazo. Además, la situación de seguridad en Nord-Kivu e Ituri a veces limita la implementación de las actividades de respuesta. La evaluación de riesgos de la OMS para el brote es actualmente muy alta a nivel nacional y regional; el nivel de riesgo global sigue siendo bajo. Como el riesgo de propagación nacional y regional es muy alto, es importante que las provincias y los países vecinos fortalezcan las actividades de vigilancia y preparación. El Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (2005) informó que no intensificar estas actividades de preparación y vigilancia podría empeorar las condiciones y expandir el brote. La OMS continuará trabajando con los países vecinos y asociados para garantizar que las autoridades sanitarias estén alertas y estén preparadas operativamente para responder. Asesoramiento de la OMS Tráfico internacional: La OMS aconseja no restringir los viajes y el comercio con la República Democrática del Congo, con base en la información actualmente disponible. Actualmente no existe una vacuna con licencia para proteger a las personas contra el virus del Ébola. Por lo tanto, cualquier requisito para los certificados de vacunación contra el virus del Ébola no es una base razonable para restringir el movimiento a través de las fronteras o la emisión de visas para pasajeros que salen de la República Democrática del Congo. La OMS sigue supervisando de cerca y, si es necesario, verifica las medidas comerciales y de viaje relacionadas con este evento. Actualmente, ningún país ha implementado medidas de viaje que interfieran significativamente con el tráfico internacional hacia y desde la República Democrática del Congo. Los viajeros deben consultar a un médico antes de viajar y deben practicar una buena higiene.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
LAS LECCIONES DE LA PANDEMIA DE INFLUENZA DE 1918
8 de octubre de 2018 – Fuente: Frontiers in Cellular and Infection Microbiology
Este es el año del centenario de la pandemia de influenza de 1918, el peor brote de esta enfermedad registrado en la historia. Un nuevo estudio sobre los factores humanos, virales y sociales detrás de su gravedad proporciona lecciones valiosas que podrían salvar vidas en futuras pandemias. El trabajo advierte que, aunque el mundo está mejor preparado que hace 100 años, los nuevos desafíos afectarán al impacto de la próxima pandemia del virus de la influenza, incluidos los cambios demográficos de la población, la resistencia a los antibióticos y el cambio climático. Se han registrado tres pandemias de influenza adicionales desde 1918: la “gripe asiática” de 1957, la “gripe de Hong Kong” de 1968 y la “gripe porcina” de 2009. Aunque fueron más leves que la pandemia de 1918, destacan la amenaza constante que representa el virus de la influenza para la salud humana. Al igual que la pandemia de 1918, la gravedad de cualquier brote futuro será el resultado de una interacción compleja entre factores virales, de las personas susceptibles y sociales. Comprender estos factores es vital para la preparación para una pandemia de influenza. La pandemia de influenza de 1918 infectó a un tercio de la población mundial y mató a 50 millones de personas, pero muchas lograron sobrevivir a una infección grave y otras solo mostraron síntomas leves. Siempre quedó la duda de por qué algunas personas pudieron controlar eficazmente las infecciones virales, mientras que otras sucumbieron a la enfermedad. La cepa viral explica en parte la gravedad de la pandemia
Para investigar esto, y por qué el brote de 1918 fue tan virulento, se revisaron una gran cantidad de estudios de influenza. Una explicación de la gravedad de la pandemia es la cepa viral en sí misma. Algunos estudios muestran que el virus de 1918 podría propagarse a otros tejidos más allá del tracto respiratorio, lo que resulta en un daño más generalizado, además de que el virus tenía mutaciones que permitían que se transmitiera más fácilmente entre humanos. A diferencia de 1918, cuando la causa de la influenza era desconocida, los científicos de hoy pueden evaluar el potencial pandémico de nuevos virus, tanto en animales como una vez que una cepa ha saltado a los humanos. Pero tales esfuerzos de vigilancia son necesarios en todo el mundo, un factor que será aún más importante con los continuos cambios climáticos, que afectan a los reservorios animales de los virus de la influenza y los patrones de migración de las aves. Esto podría propagar los virus a nuevas ubicaciones y en una amplia gama de especies de aves. La salud pública es otro factor importante. En 1918, las personas que sufrían de desnutrición y enfermedades subyacentes, como la tuberculosis, tenían más probabilidades de morir a causa de la infección. Esto sigue siendo relevante en la actualidad: el cambio climático podría dar lugar a pérdidas de cultivos y malnutrición, mientras que el aumento de la resistencia a los antibióticos podría hacer que las infecciones bacterianas sean cada vez más frecuentes. Las pandemias futuras también se enfrentarán al desafío de la obesidad, que aumenta el riesgo de morir a causa de la influenza.
La demografía, otro elemento clave en la pandemia de influenza
La demografía de la población también juega un papel. Curiosamente, uno de los grupos más gravemente afectados en 1918 fue uno que suele ser resistente: los adultos jóvenes. Los investigadores creen que las personas mayores pueden haberse salvado debido a la exposición previa a otros virus, lo que les otorgó una mayor inmunidad a las cepas virales de 1918. Sin embargo, dado que la influenza estacional suele matar a personas muy ancianas, el envejecimiento de la población actual probablemente será otro desafío en cualquier pandemia futura. El suministro de vacunas de emergencia durante futuras pandemias debería tener en cuenta los diferentes grupos de edad, factores virales y la inmunidad de los susceptibles. Los métodos básicos para reducir la transmisión de la enfermedad, como prohibir las reuniones públicas y el lavado de manos, ayudaron a reducir los niveles de infección y muerte durante la pandemia de 1918, pero solo cuando se aplicaron temprano y durante toda la duración de la pandemia. Hasta que esté disponible una vacuna de protección general, los gobiernos deben informar al público sobre qué esperar y cómo actuar durante una pandemia. Una lección importante de la pandemia de influenza de 1918 es que una respuesta pública bien preparada puede salvar muchas vidas. Si hoy ocurriera una pandemia similar, se estima que el número de muertos podría llegar a 147 millones. Aunque es imposible saber cuándo o cómo se desarrollará la próxima pandemia de influenza, una cosa es cierta: las pandemias futuras no serán exactamente como la pandemia de 1918, pero aún tiene lecciones que enseñarnos.
Este es el año del centenario de la pandemia de influenza de 1918, el peor brote de esta enfermedad registrado en la historia. Un nuevo estudio sobre los factores humanos, virales y sociales detrás de su gravedad proporciona lecciones valiosas que podrían salvar vidas en futuras pandemias. El trabajo advierte que, aunque el mundo está mejor preparado que hace 100 años, los nuevos desafíos afectarán al impacto de la próxima pandemia del virus de la influenza, incluidos los cambios demográficos de la población, la resistencia a los antibióticos y el cambio climático. Se han registrado tres pandemias de influenza adicionales desde 1918: la “gripe asiática” de 1957, la “gripe de Hong Kong” de 1968 y la “gripe porcina” de 2009. Aunque fueron más leves que la pandemia de 1918, destacan la amenaza constante que representa el virus de la influenza para la salud humana. Al igual que la pandemia de 1918, la gravedad de cualquier brote futuro será el resultado de una interacción compleja entre factores virales, de las personas susceptibles y sociales. Comprender estos factores es vital para la preparación para una pandemia de influenza. La pandemia de influenza de 1918 infectó a un tercio de la población mundial y mató a 50 millones de personas, pero muchas lograron sobrevivir a una infección grave y otras solo mostraron síntomas leves. Siempre quedó la duda de por qué algunas personas pudieron controlar eficazmente las infecciones virales, mientras que otras sucumbieron a la enfermedad. La cepa viral explica en parte la gravedad de la pandemia
Para investigar esto, y por qué el brote de 1918 fue tan virulento, se revisaron una gran cantidad de estudios de influenza. Una explicación de la gravedad de la pandemia es la cepa viral en sí misma. Algunos estudios muestran que el virus de 1918 podría propagarse a otros tejidos más allá del tracto respiratorio, lo que resulta en un daño más generalizado, además de que el virus tenía mutaciones que permitían que se transmitiera más fácilmente entre humanos. A diferencia de 1918, cuando la causa de la influenza era desconocida, los científicos de hoy pueden evaluar el potencial pandémico de nuevos virus, tanto en animales como una vez que una cepa ha saltado a los humanos. Pero tales esfuerzos de vigilancia son necesarios en todo el mundo, un factor que será aún más importante con los continuos cambios climáticos, que afectan a los reservorios animales de los virus de la influenza y los patrones de migración de las aves. Esto podría propagar los virus a nuevas ubicaciones y en una amplia gama de especies de aves. La salud pública es otro factor importante. En 1918, las personas que sufrían de desnutrición y enfermedades subyacentes, como la tuberculosis, tenían más probabilidades de morir a causa de la infección. Esto sigue siendo relevante en la actualidad: el cambio climático podría dar lugar a pérdidas de cultivos y malnutrición, mientras que el aumento de la resistencia a los antibióticos podría hacer que las infecciones bacterianas sean cada vez más frecuentes. Las pandemias futuras también se enfrentarán al desafío de la obesidad, que aumenta el riesgo de morir a causa de la influenza.
La demografía, otro elemento clave en la pandemia de influenza
La demografía de la población también juega un papel. Curiosamente, uno de los grupos más gravemente afectados en 1918 fue uno que suele ser resistente: los adultos jóvenes. Los investigadores creen que las personas mayores pueden haberse salvado debido a la exposición previa a otros virus, lo que les otorgó una mayor inmunidad a las cepas virales de 1918. Sin embargo, dado que la influenza estacional suele matar a personas muy ancianas, el envejecimiento de la población actual probablemente será otro desafío en cualquier pandemia futura. El suministro de vacunas de emergencia durante futuras pandemias debería tener en cuenta los diferentes grupos de edad, factores virales y la inmunidad de los susceptibles. Los métodos básicos para reducir la transmisión de la enfermedad, como prohibir las reuniones públicas y el lavado de manos, ayudaron a reducir los niveles de infección y muerte durante la pandemia de 1918, pero solo cuando se aplicaron temprano y durante toda la duración de la pandemia. Hasta que esté disponible una vacuna de protección general, los gobiernos deben informar al público sobre qué esperar y cómo actuar durante una pandemia. Una lección importante de la pandemia de influenza de 1918 es que una respuesta pública bien preparada puede salvar muchas vidas. Si hoy ocurriera una pandemia similar, se estima que el número de muertos podría llegar a 147 millones. Aunque es imposible saber cuándo o cómo se desarrollará la próxima pandemia de influenza, una cosa es cierta: las pandemias futuras no serán exactamente como la pandemia de 1918, pero aún tiene lecciones que enseñarnos.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
¿CUÁL ES EL USO APROPIADO, RACIONAL Y PRUDENTE DE ANTIBIÓTICOS?
React-LA 2018-11-07
El uso apropiado, racional o prudente de los antibióticos es un término ampliamente utilizado cuando se analizan las causas y los remedios para la resistencia a los antibióticos. Al igual que el término One Health, lo apropiado del uso de antibióticos es intuitivamente atractivo: su significado parece obvio y la mayoría de las personas diría que no se deben usar antibióticos de manera inapropiada. Pero aún vemos muchos usos indebidos de los antibióticos en todo el mundo, por lo que hay muchas personas que simplemente no se preocupan por el uso adecuado de los antibióticos, o tal vez el significado no sea tan obvio como parece.
Cinco criterios de adecuación
Los cinco derechos de la medicación segura se han discutido, definido y ampliado durante décadas, brindando orientación a los trabajadores de la salud en diferentes niveles sobre cómo usar los medicamentos de manera segura. A partir de estos, se pueden proponer cinco "derechos" para el uso de antibióticos:
1. Dar antibióticos al paciente adecuado.
Paciente adecuado: El primer paso es, por supuesto, administrar antibióticos al paciente correcto; En este caso se identifica qué paciente necesita antibióticos. Un aspecto importante que debe abordarse aquí es la gran proporción de pacientes que tienen una enfermedad que no es de origen bacteriano, como una infección viral del tracto respiratorio superior, diarrea viral o malaria, pero que reciben antibióticos de manera incorrecta por cualquiera de una multitud de razone, incluyendo la falta de herramientas de diagnóstico. El segundo aspecto a considerar son los grandes grupos de pacientes que se beneficiarían del tratamiento con antibióticos, pero que no tienen acceso a él. Esta falta de acceso puede deberse, por ejemplo, a que los antibióticos no están disponibles en absoluto, que las bacterias son resistentes a los antibióticos disponibles o que los antibióticos relevantes son demasiado caros para los pacientes. .
2. Antibióticos adecuados para el paciente.
Antibiótico correcto: Una vez que se haya tomado la decisión de tratar con antibióticos, el siguiente paso es decidir qué antibiótico usar. Hay muchos tipos de antibióticos que son efectivos contra diferentes bacterias infecciosas, y la resistencia generalizada a los antibióticos agrega una capa de complejidad. La regla general es que los antibióticos de espectro estrecho, medicamentos que son activos solo para unas pocas especies de bacterias, deben ser preferidos a los medicamentos que tienen un efecto sobre un grupo más grande de bacterias. Aquí, las directrices nacionales e internacionales son muy útiles para proporcionar orientación práctica en diferentes situaciones. Otro aspecto importante es el diagnóstico microbiológico: identificar el patógeno real y su patrón de susceptibilidad.
3. Administre antibióticos en el momento adecuado.
Tiempo correcto: Es un hecho comúnmente conocido que en muchas infecciones graves como la sepsis, el tiempo es esencial para disminuir la mortalidad y la morbilidad. En estos casos, la terapia antibiótica empírica inmediata de amplio espectro es apropiada hasta que se pueda identificar el patógeno. Pero otras infecciones no son tan importantes en el tiempo, y un retraso en la prescripción de antibióticos no solo puede ser inofensivo, sino también beneficioso, ya que la infección puede ser eliminada por el sistema inmunitario del paciente sin antibióticos.
4. Administre la dosis correcta de antibióticos.
Dosis correcta: En el peor de los casos, una dosis demasiado baja de antibióticos no solo no elimina la infección, sino que también contribuye a la selección de subpoblaciones resistentes que hubieran sido inhibidas por una dosis suficientemente alta del medicamento. Aquí, el acceso a los conocimientos sobre los principios de dosificación y las directrices nacionales son los mejores amigos de los trabajadores de la salud. Las diferentes características del paciente, la infección de patógenos y el lugar de la infección pueden dar razones para ajustar la dosis para un mejor efecto. Por otro lado, las dosis demasiado altas tampoco son buenas, ya que los efectos en los microbiomas de los pacientes son mayores, la toxicidad puede convertirse en un problema, el impacto ambiental será mayor y los costos de los antibióticos aumentarán.
5. Duración correcta del tratamiento antibiótico.
Duración correcta: Similar a la dosis correcta, la duración correcta del tratamiento es importante. Se ve afectado tanto por la propia receta como por la adherencia del paciente a la misma. Prescribir el curso de antibióticos más corto que probablemente sea efectivo es una práctica común en las guías. Sin embargo, es posible que un prescriptor quiera recetar un tratamiento más prolongado de antibióticos por si acaso por varias razones, como un diagnóstico poco claro, los riesgos de complicaciones o la gravedad de la enfermedad. Por otro lado, los pacientes pueden dejar de tomar los medicamentos antes de eliminar la infección si se sienten mucho mejor o si no pueden pagar el curso completo. Un sistema para hacer un seguimiento del tratamiento por parte del prescriptor o un trabajador de salud de la comunidad podría ser apropiado en ambos casos para mejorar el uso de antibióticos.
El uso apropiado no es igual al uso disminuido
Definir el uso apropiado de antibióticos no es una tarea fácil, ya que la adecuación es específica del contexto. Lo que es apropiado en una comunidad puede ser inapropiado en otra, dependiendo de, por ejemplo, el estado nutricional o la carga regional de enfermedades, lo que conlleva riesgos diferenciados para el paciente o la comunidad individual. Por lo tanto, el uso apropiado no está necesariamente vinculado a un menor uso de antibióticos. En realidad, el uso apropiado de antibióticos podría exigir lo contrario, como un mayor uso de antibióticos en regiones donde el acceso a la atención médica y los antibióticos son limitados o donde la carga de la enfermedad es alta.
Para aumentar la idoneidad del uso de antibióticos a nivel mundial, necesitamos a) la implementación de pautas para el uso de antibióticos, adaptadas a las situaciones locales o regionales basadas en los datos disponibles, b) mejor conocimiento y cambio de comportamiento en pacientes y prescriptores, yc) universal y acceso asequible a atención médica de alta calidad, que incluye acceso a las herramientas de diagnóstico y antibióticos necesarios.
El uso apropiado, racional o prudente de los antibióticos es un término ampliamente utilizado cuando se analizan las causas y los remedios para la resistencia a los antibióticos. Al igual que el término One Health, lo apropiado del uso de antibióticos es intuitivamente atractivo: su significado parece obvio y la mayoría de las personas diría que no se deben usar antibióticos de manera inapropiada. Pero aún vemos muchos usos indebidos de los antibióticos en todo el mundo, por lo que hay muchas personas que simplemente no se preocupan por el uso adecuado de los antibióticos, o tal vez el significado no sea tan obvio como parece.
Cinco criterios de adecuación
Los cinco derechos de la medicación segura se han discutido, definido y ampliado durante décadas, brindando orientación a los trabajadores de la salud en diferentes niveles sobre cómo usar los medicamentos de manera segura. A partir de estos, se pueden proponer cinco "derechos" para el uso de antibióticos:
1. Dar antibióticos al paciente adecuado.
Paciente adecuado: El primer paso es, por supuesto, administrar antibióticos al paciente correcto; En este caso se identifica qué paciente necesita antibióticos. Un aspecto importante que debe abordarse aquí es la gran proporción de pacientes que tienen una enfermedad que no es de origen bacteriano, como una infección viral del tracto respiratorio superior, diarrea viral o malaria, pero que reciben antibióticos de manera incorrecta por cualquiera de una multitud de razone, incluyendo la falta de herramientas de diagnóstico. El segundo aspecto a considerar son los grandes grupos de pacientes que se beneficiarían del tratamiento con antibióticos, pero que no tienen acceso a él. Esta falta de acceso puede deberse, por ejemplo, a que los antibióticos no están disponibles en absoluto, que las bacterias son resistentes a los antibióticos disponibles o que los antibióticos relevantes son demasiado caros para los pacientes. .
2. Antibióticos adecuados para el paciente.
Antibiótico correcto: Una vez que se haya tomado la decisión de tratar con antibióticos, el siguiente paso es decidir qué antibiótico usar. Hay muchos tipos de antibióticos que son efectivos contra diferentes bacterias infecciosas, y la resistencia generalizada a los antibióticos agrega una capa de complejidad. La regla general es que los antibióticos de espectro estrecho, medicamentos que son activos solo para unas pocas especies de bacterias, deben ser preferidos a los medicamentos que tienen un efecto sobre un grupo más grande de bacterias. Aquí, las directrices nacionales e internacionales son muy útiles para proporcionar orientación práctica en diferentes situaciones. Otro aspecto importante es el diagnóstico microbiológico: identificar el patógeno real y su patrón de susceptibilidad.
3. Administre antibióticos en el momento adecuado.
Tiempo correcto: Es un hecho comúnmente conocido que en muchas infecciones graves como la sepsis, el tiempo es esencial para disminuir la mortalidad y la morbilidad. En estos casos, la terapia antibiótica empírica inmediata de amplio espectro es apropiada hasta que se pueda identificar el patógeno. Pero otras infecciones no son tan importantes en el tiempo, y un retraso en la prescripción de antibióticos no solo puede ser inofensivo, sino también beneficioso, ya que la infección puede ser eliminada por el sistema inmunitario del paciente sin antibióticos.
4. Administre la dosis correcta de antibióticos.
Dosis correcta: En el peor de los casos, una dosis demasiado baja de antibióticos no solo no elimina la infección, sino que también contribuye a la selección de subpoblaciones resistentes que hubieran sido inhibidas por una dosis suficientemente alta del medicamento. Aquí, el acceso a los conocimientos sobre los principios de dosificación y las directrices nacionales son los mejores amigos de los trabajadores de la salud. Las diferentes características del paciente, la infección de patógenos y el lugar de la infección pueden dar razones para ajustar la dosis para un mejor efecto. Por otro lado, las dosis demasiado altas tampoco son buenas, ya que los efectos en los microbiomas de los pacientes son mayores, la toxicidad puede convertirse en un problema, el impacto ambiental será mayor y los costos de los antibióticos aumentarán.
5. Duración correcta del tratamiento antibiótico.
Duración correcta: Similar a la dosis correcta, la duración correcta del tratamiento es importante. Se ve afectado tanto por la propia receta como por la adherencia del paciente a la misma. Prescribir el curso de antibióticos más corto que probablemente sea efectivo es una práctica común en las guías. Sin embargo, es posible que un prescriptor quiera recetar un tratamiento más prolongado de antibióticos por si acaso por varias razones, como un diagnóstico poco claro, los riesgos de complicaciones o la gravedad de la enfermedad. Por otro lado, los pacientes pueden dejar de tomar los medicamentos antes de eliminar la infección si se sienten mucho mejor o si no pueden pagar el curso completo. Un sistema para hacer un seguimiento del tratamiento por parte del prescriptor o un trabajador de salud de la comunidad podría ser apropiado en ambos casos para mejorar el uso de antibióticos.
El uso apropiado no es igual al uso disminuido
Definir el uso apropiado de antibióticos no es una tarea fácil, ya que la adecuación es específica del contexto. Lo que es apropiado en una comunidad puede ser inapropiado en otra, dependiendo de, por ejemplo, el estado nutricional o la carga regional de enfermedades, lo que conlleva riesgos diferenciados para el paciente o la comunidad individual. Por lo tanto, el uso apropiado no está necesariamente vinculado a un menor uso de antibióticos. En realidad, el uso apropiado de antibióticos podría exigir lo contrario, como un mayor uso de antibióticos en regiones donde el acceso a la atención médica y los antibióticos son limitados o donde la carga de la enfermedad es alta.
Para aumentar la idoneidad del uso de antibióticos a nivel mundial, necesitamos a) la implementación de pautas para el uso de antibióticos, adaptadas a las situaciones locales o regionales basadas en los datos disponibles, b) mejor conocimiento y cambio de comportamiento en pacientes y prescriptores, yc) universal y acceso asequible a atención médica de alta calidad, que incluye acceso a las herramientas de diagnóstico y antibióticos necesarios.
martes, 9 de octubre de 2018
UN VISTAZO A BARTONELLA
Las bacterias Bartonella son gramnegativas, aerobias, no móviles, y se comportan como intracelulares facultativos y de difícil cultivo. Con la excepción de B. bacilliformis que está circunscrita a ciertas regiones de la cordillera de los Andes, el resto de las especies está ampliamente distribuido por la geografía terrestre. La distribución de B. bacilliformis guarda relación con la distribución de su vector, Lutzomyia verrucarum. Otros potenciales vectores son las pulgas de los gatos (Ctenocephalides felis). En estas pulgas se ha aislado B. henselae, B. clarridgeiae, B. koehlerae y B. quintana. No obstante, y hasta la fecha, el único vector reconocido de B. quintana es el piojo corporal (Pediculus humanus corporis). En los últimos años también se ha descrito la presencia de Bartonella spp. en Ixodes ricinus, si bien queda por conocer el papel epidemiológico que tienen las garrapatas en este tipo de infecciones. Respecto a los reservorios, el gato es el reservorio natural de B. henselae y B. clarridgeiae, y los ratones campestres (p. ej., Peromyscus leucopus) de B. vinsonii, B. grahamii, B. doshiae y B. taylorii. Hasta la fecha, no existe otro reservorio conocido que el hombre, para B. quintana y B. bacilliformis. En los mamíferos, cada especie de Bartonella está adaptada a su reservorio, pudiendo producir bacteriemias persistentes debido al tropismo de este grupo de bacterias por los hematíes. En estos pueden persistir de forma asintomática largos períodos de tiempo. Esta localización se ha demostrado en hematíes de gatos (B. henselae), de alcohólicos y de vagabundos (B. quintana). Una de las características de las infecciones por Bartonella spp. es que una misma especie puede causar un amplio espectro de manifestaciones clínicas, como la enfermedad por arañazo de gato, la angiomatosis bacilar (causada por B. henselae y B. quintana), la peliosis hepática, la fiebre de las trincheras (B. quintana), la bacteriemia persistente (B. bacilliformis, B. henselae y B. quintana), la endocarditis (B. quintana, B. henselae, B. elizabethae, B. vinsonii subsp. berkhoffii y B. vinsonii subsp. arupensis), la enfermedad de Carrión, fiebre de Oroya y verruga peruana (B. bacilliformis).
REPORTAN 127 CASOS DE SÍFILIS OCULAR EN CUATRO CLÍNICAS EN UN PERÍODO DE 30 MESES
13 de agosto de 2018 – Fuente: Scientific Reports
Las personas corren un riesgo innecesario de perder la vista debido a un importante aumento en el número de casos de sífilis ocular que se registra en todo el mundo. Si bien la enfermedad es fácilmente tratable, sus síntomas son a menudo mal diagnosticados como otras condiciones, debido a las bajas tasas de infección que se observaban anteriormente. En el mayor estudio jamás realizado sobre la sífilis ocular, se identificaron en Brasil 127 casos detectados en cuatro clínicas, durante un período de 30 meses. Si se quiere entender una enfermedad, que está ocurriendo en el momento actual, es necesaria una gran población bajo estudio, como lo es la de Brasil. Casi 90 de los pacientes reportados en el estudio sufrían inflamación en ambos ojos, y los exámenes revelaron que algunos habían sufrido complicaciones estructurales y funcionales en el interior del ojo, tales como desprendimiento de retina. Sin embargo, estos síntomas son fácilmente tratables con penicilina, si son detectados a tiempo. Cualquier persona que se presenta en una clínica oftalmológica con una inflamación ocular, debería ser estudiada para sífilis. Sólo una minoría presentará sífilis ocular, de esa manera ningún caso quedará sin diagnóstico, además de ser fácilmente tratable. Pueden obtenerse los resultados en un día; el estudio es muy barato y muy robusto, y el tratamiento toma alrededor de dos semanas. El síntoma más común de la sífilis ocular es la visión borrosa; en más de la mitad de los pacientes estudiados la perdida de la visión era mayor que la requerida para manejar un vehículo. Los pacientes no se presentan a la clínica para su tratamiento hasta que el problema lleva algunos meses, pero esto no es completamente culpa del paciente. Los médicos ya no están acostumbrados a diagnosticar la sífilis en estos días, por lo que esto se demora por un cierto período de tiempo, durante el cual el paciente puede desarrollar complicaciones en su ojo. La observación más importante es el papel de los análisis para lograr un oportuno diagnóstico de la sífilis ocular, lo que debería limitar los riesgos de pérdida de la visión.
Las personas corren un riesgo innecesario de perder la vista debido a un importante aumento en el número de casos de sífilis ocular que se registra en todo el mundo. Si bien la enfermedad es fácilmente tratable, sus síntomas son a menudo mal diagnosticados como otras condiciones, debido a las bajas tasas de infección que se observaban anteriormente. En el mayor estudio jamás realizado sobre la sífilis ocular, se identificaron en Brasil 127 casos detectados en cuatro clínicas, durante un período de 30 meses. Si se quiere entender una enfermedad, que está ocurriendo en el momento actual, es necesaria una gran población bajo estudio, como lo es la de Brasil. Casi 90 de los pacientes reportados en el estudio sufrían inflamación en ambos ojos, y los exámenes revelaron que algunos habían sufrido complicaciones estructurales y funcionales en el interior del ojo, tales como desprendimiento de retina. Sin embargo, estos síntomas son fácilmente tratables con penicilina, si son detectados a tiempo. Cualquier persona que se presenta en una clínica oftalmológica con una inflamación ocular, debería ser estudiada para sífilis. Sólo una minoría presentará sífilis ocular, de esa manera ningún caso quedará sin diagnóstico, además de ser fácilmente tratable. Pueden obtenerse los resultados en un día; el estudio es muy barato y muy robusto, y el tratamiento toma alrededor de dos semanas. El síntoma más común de la sífilis ocular es la visión borrosa; en más de la mitad de los pacientes estudiados la perdida de la visión era mayor que la requerida para manejar un vehículo. Los pacientes no se presentan a la clínica para su tratamiento hasta que el problema lleva algunos meses, pero esto no es completamente culpa del paciente. Los médicos ya no están acostumbrados a diagnosticar la sífilis en estos días, por lo que esto se demora por un cierto período de tiempo, durante el cual el paciente puede desarrollar complicaciones en su ojo. La observación más importante es el papel de los análisis para lograr un oportuno diagnóstico de la sífilis ocular, lo que debería limitar los riesgos de pérdida de la visión.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
PAKISTÁN, SINDH: INCREMENTO DE INFECCIONES POR NAEGLERIA FOWLERI EN KARACHI
31 de agosto de 2018 – Fuente: International Journal of Infectious Diseases
La ciudad de Karachi, Pakistán, ha registrado un gran número de muertes a causa de Naegleria fowleri en los últimos años, particularmente en personas sin antecedentes de actividades recreativas acuáticas, como la natación.
Un reciente estudio señala como la fuente del parásito el suministro de agua de Karachi. Se reportaron 24 casos confirmados en Karachi en los últimos tres años (2015-2017). Se recolectaron muestras de agua de diferentes lugares de la ciudad de Karachi, incluyendo dos embalses y áreas de captación que abastecen a estos sistemas de distribución. Las muestras de agua se analizaron para determinar la presencia de N. fowleri usando el cultivo y el método de amplificación mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real. Se recogieron datos para todos los casos reportados como positivos para infección por N. fowleri usando PCR en tiempo real.
Se informó la presencia de N. fowleri en el suministro de agua doméstica en la ciudad de Karachi. Como consecuencia de que las víctimas no tenían antecedentes de natación y otras actividades recreativas en agua dulce y la presencia del parásito en el sistema de agua, los investigadores concluyen que la exposición fue durante el baño o la limpieza nasal ritual utilizando el suministro de agua doméstica.
La detección de N. fowleri en los sistemas de agua domésticos en Karachi es alarmante y representa un riesgo significativo de brotes letales en el futuro. Las autoridades de salud deben responder a la situación de manera urgente.
La ciudad de Karachi, Pakistán, ha registrado un gran número de muertes a causa de Naegleria fowleri en los últimos años, particularmente en personas sin antecedentes de actividades recreativas acuáticas, como la natación.
Un reciente estudio señala como la fuente del parásito el suministro de agua de Karachi. Se reportaron 24 casos confirmados en Karachi en los últimos tres años (2015-2017). Se recolectaron muestras de agua de diferentes lugares de la ciudad de Karachi, incluyendo dos embalses y áreas de captación que abastecen a estos sistemas de distribución. Las muestras de agua se analizaron para determinar la presencia de N. fowleri usando el cultivo y el método de amplificación mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real. Se recogieron datos para todos los casos reportados como positivos para infección por N. fowleri usando PCR en tiempo real.
Se informó la presencia de N. fowleri en el suministro de agua doméstica en la ciudad de Karachi. Como consecuencia de que las víctimas no tenían antecedentes de natación y otras actividades recreativas en agua dulce y la presencia del parásito en el sistema de agua, los investigadores concluyen que la exposición fue durante el baño o la limpieza nasal ritual utilizando el suministro de agua doméstica.
La detección de N. fowleri en los sistemas de agua domésticos en Karachi es alarmante y representa un riesgo significativo de brotes letales en el futuro. Las autoridades de salud deben responder a la situación de manera urgente.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
LOS VAMPIROS PUEDEN SER PORTADORES DE BACTERIAS BARTONELLA
27 de septiembre de 2018 – Fuente: Public Library of Science – Neglected Tropical Diseases
Las bacterias Bartonella spp. causan endocarditis, una enfermedad que puede ser mortal en humanos y animales domésticos. En América Latina, los vampiros comunes (Desmodus rotundus) son infectados por Bartonella con frecuencia, y la presencia de la bacteria en la sangre del animal crea un riesgo de transmisión bacteriana de los murciélagosa los humanos y el ganado.
Un estudio reciente encontró que las infecciones por Bartonella en vampiros son altamente prevalentes en Perú y Belice, y que los genotipos de esta bacteria, en lugar de agruparse geográficamente, están ampliamente distribuidos.
Estudios previos han sugerido que los vampiros pueden ser reservorios zoonóticos de infecciones por Bartonella en humanos, pero se sabía poco sobre el riesgo individual de infección de los murciélagos, la diversidad genética de la bacteria Bartonella en poblaciones de murciélagos y cómo estas bacterias pueden transmitirse entre murciélagos o a otras especies.
Durante dos años, los investigadores recolectaron sangre, saliva y muestras fecales de vampiros en Belice y Perú. Todo ello se analizó para determinar cuántos murciélagos se infectaron. Los factores de riesgo individuales para la infección se identificaron mediante el análisis de la relación entre la edad del murciélago, el sexo, el tamaño y el estado reproductivo. Las muestras con resultados positivos para Bartonella se sometieron luego a secuenciación genómica y análisis filogenético para averiguar sobre posibles rutas de transmisión de las bacterias.
Amplia distribución
El 67% de los murciélagos analizados eran portadores de Bartonella, y el mayor riesgo de infección se daba en los machos grandes. Los genotipos bacterianos se distribuyeron ampliamente en América Central y del Sur, lo que sugiere una estructura espacial limitada para la transmisión de infecciones.
También se investigó cómo la bacteria Bartonella podría diseminarse entre individuos. La saliva de vampiro y las muestras fecales también resultaron positivas para Bartonella, lo que sugiere la posibilidad de que la transmisión se produzca a través de picaduras o contaminación ambiental. Si bien estos resultados preliminares proporcionan información sobre la tasa de infección entre los vampiros y la diversidad genética de Bartonella endémica en los murciélagos, se necesitan más estudios para esclarecer aún más la transmisión de murciélagos a humanos.
Dados los altos niveles de mordeduras de vampiros y la proximidad a los humanos y a animales domésticos, los esfuerzos para verificar la posibilidad y frecuencia de exposiciones orales y ambientales revelarían la dinámica de transmisión de Bartonella y los riesgos de transmisión entre especies.
Las bacterias Bartonella spp. causan endocarditis, una enfermedad que puede ser mortal en humanos y animales domésticos. En América Latina, los vampiros comunes (Desmodus rotundus) son infectados por Bartonella con frecuencia, y la presencia de la bacteria en la sangre del animal crea un riesgo de transmisión bacteriana de los murciélagosa los humanos y el ganado.
Un estudio reciente encontró que las infecciones por Bartonella en vampiros son altamente prevalentes en Perú y Belice, y que los genotipos de esta bacteria, en lugar de agruparse geográficamente, están ampliamente distribuidos.
Estudios previos han sugerido que los vampiros pueden ser reservorios zoonóticos de infecciones por Bartonella en humanos, pero se sabía poco sobre el riesgo individual de infección de los murciélagos, la diversidad genética de la bacteria Bartonella en poblaciones de murciélagos y cómo estas bacterias pueden transmitirse entre murciélagos o a otras especies.
Durante dos años, los investigadores recolectaron sangre, saliva y muestras fecales de vampiros en Belice y Perú. Todo ello se analizó para determinar cuántos murciélagos se infectaron. Los factores de riesgo individuales para la infección se identificaron mediante el análisis de la relación entre la edad del murciélago, el sexo, el tamaño y el estado reproductivo. Las muestras con resultados positivos para Bartonella se sometieron luego a secuenciación genómica y análisis filogenético para averiguar sobre posibles rutas de transmisión de las bacterias.
Amplia distribución
El 67% de los murciélagos analizados eran portadores de Bartonella, y el mayor riesgo de infección se daba en los machos grandes. Los genotipos bacterianos se distribuyeron ampliamente en América Central y del Sur, lo que sugiere una estructura espacial limitada para la transmisión de infecciones.
También se investigó cómo la bacteria Bartonella podría diseminarse entre individuos. La saliva de vampiro y las muestras fecales también resultaron positivas para Bartonella, lo que sugiere la posibilidad de que la transmisión se produzca a través de picaduras o contaminación ambiental. Si bien estos resultados preliminares proporcionan información sobre la tasa de infección entre los vampiros y la diversidad genética de Bartonella endémica en los murciélagos, se necesitan más estudios para esclarecer aún más la transmisión de murciélagos a humanos.
Dados los altos niveles de mordeduras de vampiros y la proximidad a los humanos y a animales domésticos, los esfuerzos para verificar la posibilidad y frecuencia de exposiciones orales y ambientales revelarían la dinámica de transmisión de Bartonella y los riesgos de transmisión entre especies.
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GRAN BRETAÑA, GALES: NOTABLE AUMENTO EN LOS CASOS DE INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
5 de septiembre de 2018 – Fuente: Public Health Wales (Gran Bretaña)
Los casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) están aumentando, especialmente la sífilis y la gonorrea, según el informe anual de Salud Pública de Gales. En 2017, hubo 6.920 diagnósticos de clamidiosis, 3.020 diagnósticos de primer episodio de verrugas genitales, 1.422 diagnósticos de primer episodio de herpes, 1.190 diagnósticos de gonorrea, 214 de sífilis y 86 de VIH en clínicas de salud sexual de Gales. Dos números alarmantes en el informe son el aumento de 53% en los casos de sífilis diagnosticados y de 21% en los diagnósticos de gonorrea. Después de ser casi erradicada en Gran Bretaña a mediados de la década de 1980, la sífilis ha resurgido y ahora se está diagnosticando en hombres y mujeres de Gales. La gonorrea es la segunda ITS bacteriana informada más comúnmente en Gran Bretaña después de la clamidiosis, y puede provocar infertilidad en hombres y mujeres. Zoe Couzens, Líder de Salud Sexual en Salud Pública de Gales, dijo que “los aumentos en las ITS generalmente están relacionados con cambios en el comportamiento sexual de la población. El sexo casual ahora está más disponible a medida que las personas se conectan a través de las aplicaciones”. En Gales, los jóvenes continúan siendo afectados desproporcionadamente por las ITS. En 2017, las tasas poblacionales específicas por edad para los diagnósticos de gonorrea en centros de salud sexual en personas de 15-24 años fue de 149,4 cada 100.000, mientras que en la población en general, la tasa fue de 38,2 cada 100.000. Una alta proporción de diagnósticos de ITS corresponde hombres que tienen sexo con hombres (HSH). En 2017, 65% de todos los diagnósticos de sífilis, 34% de todos los diagnósticos de gonorrea y 48% de todos los casos de VIH informados en centros de salud sexual correspondieron a HSH.
Los casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) están aumentando, especialmente la sífilis y la gonorrea, según el informe anual de Salud Pública de Gales. En 2017, hubo 6.920 diagnósticos de clamidiosis, 3.020 diagnósticos de primer episodio de verrugas genitales, 1.422 diagnósticos de primer episodio de herpes, 1.190 diagnósticos de gonorrea, 214 de sífilis y 86 de VIH en clínicas de salud sexual de Gales. Dos números alarmantes en el informe son el aumento de 53% en los casos de sífilis diagnosticados y de 21% en los diagnósticos de gonorrea. Después de ser casi erradicada en Gran Bretaña a mediados de la década de 1980, la sífilis ha resurgido y ahora se está diagnosticando en hombres y mujeres de Gales. La gonorrea es la segunda ITS bacteriana informada más comúnmente en Gran Bretaña después de la clamidiosis, y puede provocar infertilidad en hombres y mujeres. Zoe Couzens, Líder de Salud Sexual en Salud Pública de Gales, dijo que “los aumentos en las ITS generalmente están relacionados con cambios en el comportamiento sexual de la población. El sexo casual ahora está más disponible a medida que las personas se conectan a través de las aplicaciones”. En Gales, los jóvenes continúan siendo afectados desproporcionadamente por las ITS. En 2017, las tasas poblacionales específicas por edad para los diagnósticos de gonorrea en centros de salud sexual en personas de 15-24 años fue de 149,4 cada 100.000, mientras que en la población en general, la tasa fue de 38,2 cada 100.000. Una alta proporción de diagnósticos de ITS corresponde hombres que tienen sexo con hombres (HSH). En 2017, 65% de todos los diagnósticos de sífilis, 34% de todos los diagnósticos de gonorrea y 48% de todos los casos de VIH informados en centros de salud sexual correspondieron a HSH.
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ESTADOS UNIDOS: LOS CASOS DE SÍFILIS CONGÉNITA ALCANZAN SU NIVEL MÁS ALTO EN 20 AÑOS
25 de septiembre de 2018 – Fuente: Centers for Disease Control and Prevention (Estados Unidos)
Los bebés que nacen con sífilis se han duplicado en los últimos cuatro años hasta llegar a 918 casos en 2017, la mayor incidencia en dos décadas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. “Cuando se pasa a un bebé, la sífilis puede provocar un aborto espontáneo, la muerte del recién nacido y graves problemas físicos y mentales de por vida”, advirtió Jonathan Mermin, director del Centro Nacional para la Prevención del VIH/Sida, Hepatitis Viral, Infecciones de Transmisión Sexual y Tuberculosis de los CDC. Según los CDC, ese incremento subraya la necesidad de que todas las mujeres embarazadas reciban atención prenatal temprana que incluya pruebas de sífilis en su primera visita y pruebas de seguimiento para mujeres con alto riesgo de infección. “Ningún padre debería tener que soportar la muerte de un niño cuando se hubiera evitado con una prueba simple y un tratamiento seguro”, dijo Mermin. Los casos, que ocurrieron en 37 estados, principalmente en los occidentales y meridionales, aumentaron de 362 en 2013 a 918 en 2017, precisó el Informe Anual de Vigilancia de Infecciones de Transmisión Sexual de los CDC. El informe señala que este aumento es paralelo a alzas similares en la sífilis entre las mujeres en edad reproductiva y supera el incremento nacional de las infecciones de transmisión sexual (ITS) en general. Las ITS siguen en “aumento sostenido” en Estados Unidos y marcaron un nuevo récord histórico al superar los 2,3 millones de casos en 2017, unos 200.000 más que en 2016. Se trata del cuarto año consecutivo de “fuertes aumentos” en el diagnóstico de clamidiosis, gonorrea y sífilis, según los CDC. Los centros señalaron la necesidad de una atención prenatal temprana y regular, y advirtieron que una sola prueba “puede no ser suficiente”. Para reducir el número de bebés que nacen con sífilis, es fundamental que todas las mujeres embarazadas visiten a un proveedor de atención médica lo más pronto posible durante cada embarazo y que se realicen pruebas de sífilis, enfatizaron. La sífilis durante el embarazo se cura fácilmente con los antibióticos adecuados. Si no se trata, una mujer embarazada que padezca la infección tiene hasta 80% de posibilidades de trasmitirla a su bebé. “Para proteger a todos los bebés, debemos comenzar por proteger a todas las madres”, manifestó Gail Bolan, directora de la División de Prevención de ITS de los CDC. Indicó que las primeras pruebas y el tratamiento oportuno para curar cualquier infección son los primeros pasos críticos, pero demasiadas mujeres están cayendo en algunas “grietas del sistema”. “Si vamos a revertir el resurgimiento de la sífilis congénita, eso tiene que cambiar”, advirtió. Investigaciones recientes de los CDC muestran que una de cada tres mujeres que dieron a luz a un bebé con sífilis en 2016 se hizo la prueba durante el embarazo. Sin embargo, adquirieron sífilis después de esa prueba o no fueron tratadas a tiempo para curar la infección en el feto y prevenir efectos adversos. Los CDC recomiendan que todas las mujeres embarazadas se hagan la prueba de sífilis la primera vez que vean a un médico acerca de su embarazo. Las mujeres con alto riesgo de sífilis o que viven en áreas de alta prevalencia deben someterse a pruebas no solo en la primera visita prenatal, sino también a principios del tercer trimestre y en el momento del parto. Si son sexualmente activas, las personas pueden reducir el riesgo de contraer la sífilis manteniéndose en una relación mutuamente monógama a largo plazo con una pareja que se ha sometido a la prueba de sífilis y usando condones de la manera correcta cada vez que tienen relaciones sexuales, señalaron los CDC.
Los bebés que nacen con sífilis se han duplicado en los últimos cuatro años hasta llegar a 918 casos en 2017, la mayor incidencia en dos décadas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. “Cuando se pasa a un bebé, la sífilis puede provocar un aborto espontáneo, la muerte del recién nacido y graves problemas físicos y mentales de por vida”, advirtió Jonathan Mermin, director del Centro Nacional para la Prevención del VIH/Sida, Hepatitis Viral, Infecciones de Transmisión Sexual y Tuberculosis de los CDC. Según los CDC, ese incremento subraya la necesidad de que todas las mujeres embarazadas reciban atención prenatal temprana que incluya pruebas de sífilis en su primera visita y pruebas de seguimiento para mujeres con alto riesgo de infección. “Ningún padre debería tener que soportar la muerte de un niño cuando se hubiera evitado con una prueba simple y un tratamiento seguro”, dijo Mermin. Los casos, que ocurrieron en 37 estados, principalmente en los occidentales y meridionales, aumentaron de 362 en 2013 a 918 en 2017, precisó el Informe Anual de Vigilancia de Infecciones de Transmisión Sexual de los CDC. El informe señala que este aumento es paralelo a alzas similares en la sífilis entre las mujeres en edad reproductiva y supera el incremento nacional de las infecciones de transmisión sexual (ITS) en general. Las ITS siguen en “aumento sostenido” en Estados Unidos y marcaron un nuevo récord histórico al superar los 2,3 millones de casos en 2017, unos 200.000 más que en 2016. Se trata del cuarto año consecutivo de “fuertes aumentos” en el diagnóstico de clamidiosis, gonorrea y sífilis, según los CDC. Los centros señalaron la necesidad de una atención prenatal temprana y regular, y advirtieron que una sola prueba “puede no ser suficiente”. Para reducir el número de bebés que nacen con sífilis, es fundamental que todas las mujeres embarazadas visiten a un proveedor de atención médica lo más pronto posible durante cada embarazo y que se realicen pruebas de sífilis, enfatizaron. La sífilis durante el embarazo se cura fácilmente con los antibióticos adecuados. Si no se trata, una mujer embarazada que padezca la infección tiene hasta 80% de posibilidades de trasmitirla a su bebé. “Para proteger a todos los bebés, debemos comenzar por proteger a todas las madres”, manifestó Gail Bolan, directora de la División de Prevención de ITS de los CDC. Indicó que las primeras pruebas y el tratamiento oportuno para curar cualquier infección son los primeros pasos críticos, pero demasiadas mujeres están cayendo en algunas “grietas del sistema”. “Si vamos a revertir el resurgimiento de la sífilis congénita, eso tiene que cambiar”, advirtió. Investigaciones recientes de los CDC muestran que una de cada tres mujeres que dieron a luz a un bebé con sífilis en 2016 se hizo la prueba durante el embarazo. Sin embargo, adquirieron sífilis después de esa prueba o no fueron tratadas a tiempo para curar la infección en el feto y prevenir efectos adversos. Los CDC recomiendan que todas las mujeres embarazadas se hagan la prueba de sífilis la primera vez que vean a un médico acerca de su embarazo. Las mujeres con alto riesgo de sífilis o que viven en áreas de alta prevalencia deben someterse a pruebas no solo en la primera visita prenatal, sino también a principios del tercer trimestre y en el momento del parto. Si son sexualmente activas, las personas pueden reducir el riesgo de contraer la sífilis manteniéndose en una relación mutuamente monógama a largo plazo con una pareja que se ha sometido a la prueba de sífilis y usando condones de la manera correcta cada vez que tienen relaciones sexuales, señalaron los CDC.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
ESTADOS UNIDOS, TEXAS: REPORTAN UNA MUERTE POR MENINGITIS AMEBIANA PRIMARIA
2 de octubre de 2018 – Fuente: Waco Tribune-Herald (Estados Unidos)
Un joven surfista originario de New Jersey, murió hace unos días luego de infectarse con la ameba Naegleria fowleri. Al parecer, se habría contaminado en la piscina de olas del Surf Resort BSR Cable Park, en Waco, Texas. El joven fallecido tenía 29 años, y el 16 de septiembre, a los pocos días de haber nadado en la piscina, se encontraba cortando el pasto de su casa cuando empezó a sentir un dolor de cabeza intenso. Nada calmaba el dolor así que tomó unos calmantes y se fue a dormir, imaginando que al día siguiente todo iba a cambiar. Pero los síntomas no cambiaron. El dolor era terrible, así que apenas se levantó para tomar algo que lo calmara y volvió a la cama. Unas horas más tarde, su madre entró en la habitación y encontró que su hijo ya no se podía mover, no podía hablar, apenas balbuceaba palabras sueltas. El joven fue trasladado de urgencia al hospital. Allí comenzaron a hacerle estudios para entender qué era lo que le sucedía. Los síntomas (inflamación del cerebro y fiebre) parecían ser compatibles con la meningitis bacteriana y decidieron sedarlo e iniciar un tratamiento específico. Pero nada funcionaba, el joven no respondía a estos tratamientos y su estado seguía empeorando. Entonces se le realizaron pruebas para detectar enfermedades causadas por diversas bacterias y virus, pero la respuesta no aparecía. Pasaron algunos días hasta que una de las pruebas dio positivo para N. fowleri. El joven sufría meningoencefalitis amebiana primaria, una enfermedad rara y extremadamente grave, con una tasa de letalidad de 98%. El 21 de septiembre, un día después de que finalmente se hiciera el diagnóstico, el paciente murió. Más de la mitad de las 143 infecciones registradas en Estados Unidos entre 1962 y 2017 ocurrieron en Florida y Texas, y solamente cuatro de las personas afectadas sobrevivieron. Por lo pronto, la piscina ha sido clausurada, para continuar con las investigaciones. N. fowleri es una ameba que con frecuencia se encuentra en agua dulce templada (por ejemplo, en lagos, ríos y aguas termales), así como en la tierra. Existen 30 géneros de Naegleria, pero sólo N. fowleri infecta a las personas.
Un joven surfista originario de New Jersey, murió hace unos días luego de infectarse con la ameba Naegleria fowleri. Al parecer, se habría contaminado en la piscina de olas del Surf Resort BSR Cable Park, en Waco, Texas. El joven fallecido tenía 29 años, y el 16 de septiembre, a los pocos días de haber nadado en la piscina, se encontraba cortando el pasto de su casa cuando empezó a sentir un dolor de cabeza intenso. Nada calmaba el dolor así que tomó unos calmantes y se fue a dormir, imaginando que al día siguiente todo iba a cambiar. Pero los síntomas no cambiaron. El dolor era terrible, así que apenas se levantó para tomar algo que lo calmara y volvió a la cama. Unas horas más tarde, su madre entró en la habitación y encontró que su hijo ya no se podía mover, no podía hablar, apenas balbuceaba palabras sueltas. El joven fue trasladado de urgencia al hospital. Allí comenzaron a hacerle estudios para entender qué era lo que le sucedía. Los síntomas (inflamación del cerebro y fiebre) parecían ser compatibles con la meningitis bacteriana y decidieron sedarlo e iniciar un tratamiento específico. Pero nada funcionaba, el joven no respondía a estos tratamientos y su estado seguía empeorando. Entonces se le realizaron pruebas para detectar enfermedades causadas por diversas bacterias y virus, pero la respuesta no aparecía. Pasaron algunos días hasta que una de las pruebas dio positivo para N. fowleri. El joven sufría meningoencefalitis amebiana primaria, una enfermedad rara y extremadamente grave, con una tasa de letalidad de 98%. El 21 de septiembre, un día después de que finalmente se hiciera el diagnóstico, el paciente murió. Más de la mitad de las 143 infecciones registradas en Estados Unidos entre 1962 y 2017 ocurrieron en Florida y Texas, y solamente cuatro de las personas afectadas sobrevivieron. Por lo pronto, la piscina ha sido clausurada, para continuar con las investigaciones. N. fowleri es una ameba que con frecuencia se encuentra en agua dulce templada (por ejemplo, en lagos, ríos y aguas termales), así como en la tierra. Existen 30 géneros de Naegleria, pero sólo N. fowleri infecta a las personas.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
jueves, 20 de septiembre de 2018
SUDÁFRICA, GAUTENG: MURIERON SEIS BEBÉS EN UN HOSPITAL DE VOSLOORUS POR INFECCIONES POR KPC
14 de septiembre de 2018 – Fuente: Eyewitness News (Sudáfrica)
Seis recién nacidos murieron en el Hospital Regional ‘Thelle Mogoerane’, en la provincia sudafricana de Gauteng, debido a una neumonía provocada por la bacteria Klebsiella pneumoniae productora de carbapenemasas (KPC), asociada a numerosas infecciones peligrosas. De acuerdo con el ministro de Salud, Aaron Motsoaledi, y el responsable del sector de esta provincia a la que pertenece Pretoria, la cepa del brote en esa instalación médica es resistente a los medicamentos. Klebsiella, que es considerada como una infección neonatal que afecta a bebés de familias pobres y de medianos ingresos de Sudáfrica, es conocida por ocasionar infecciones como neumonía, meningitis, sepsis y contagios quirúrgicos. En opinión del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, el brote en ese hospital de la localidad de Vosloorus se debió a la cantidad de recién nacidos en esa sala, lo cual comprometió las medidas contra las infecciones. Los expertos de esa institución dijeron que el hacinamiento crea las condiciones para que surja la infección y se expanda con rapidez. La sobrepoblación en todas las salas de neonatos de Gauteng está calculada en 132%, y en el caso del hospital de Vosllorus se confirmó que 90 recién nacidos estaban en una sala con 61 camas. Aunque el ministro Motsoaledi dijo que “es obvio que no podemos rechazar pacientes por falta de capacidad”, aseguró que para aliviar ese problema el departamento de Salud de la provincia movilizará los recursos de los Hospitales de Niños ‘Nelson Mandela’ y del Hospital Universitario ‘Charlotte Maxeke’, ubicados en Johannesburg. “Una vez trasladados los pacientes y sus madres a estos centros, el Departamento de Salud de la provincia tendrá la posibilidad de descontaminar y solucionar los problemas estructurales sin causar disturbios”, agregó el titular de Salud. Explicó que Gauteng necesita al menos seis nuevos hospitales infantiles para reducir la concentración de pacientes en las instalaciones existentes y expresó preocupación por el diseño de las salas neonatales, pre y postnatales y de partos, que “añaden riesgos y constituyen de por sí una situación indeseada”.
Seis recién nacidos murieron en el Hospital Regional ‘Thelle Mogoerane’, en la provincia sudafricana de Gauteng, debido a una neumonía provocada por la bacteria Klebsiella pneumoniae productora de carbapenemasas (KPC), asociada a numerosas infecciones peligrosas. De acuerdo con el ministro de Salud, Aaron Motsoaledi, y el responsable del sector de esta provincia a la que pertenece Pretoria, la cepa del brote en esa instalación médica es resistente a los medicamentos. Klebsiella, que es considerada como una infección neonatal que afecta a bebés de familias pobres y de medianos ingresos de Sudáfrica, es conocida por ocasionar infecciones como neumonía, meningitis, sepsis y contagios quirúrgicos. En opinión del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, el brote en ese hospital de la localidad de Vosloorus se debió a la cantidad de recién nacidos en esa sala, lo cual comprometió las medidas contra las infecciones. Los expertos de esa institución dijeron que el hacinamiento crea las condiciones para que surja la infección y se expanda con rapidez. La sobrepoblación en todas las salas de neonatos de Gauteng está calculada en 132%, y en el caso del hospital de Vosllorus se confirmó que 90 recién nacidos estaban en una sala con 61 camas. Aunque el ministro Motsoaledi dijo que “es obvio que no podemos rechazar pacientes por falta de capacidad”, aseguró que para aliviar ese problema el departamento de Salud de la provincia movilizará los recursos de los Hospitales de Niños ‘Nelson Mandela’ y del Hospital Universitario ‘Charlotte Maxeke’, ubicados en Johannesburg. “Una vez trasladados los pacientes y sus madres a estos centros, el Departamento de Salud de la provincia tendrá la posibilidad de descontaminar y solucionar los problemas estructurales sin causar disturbios”, agregó el titular de Salud. Explicó que Gauteng necesita al menos seis nuevos hospitales infantiles para reducir la concentración de pacientes en las instalaciones existentes y expresó preocupación por el diseño de las salas neonatales, pre y postnatales y de partos, que “añaden riesgos y constituyen de por sí una situación indeseada”.
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RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS
REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: LAS CLAVES DEL BROTE DE ENFERMEDAD POR EL VIRUS DEL ÉBOLA
17 de septiembre de 2018 – Fuente: The Huffington Post (Estados Unidos)
El número de muertes probables como consecuencia del último brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE) declarado en la República Democrática del Congo asciende ya a 97, de las que 66 se han confirmado como casos positivos, según los últimos datos del Ministerio de Salud de este país africano. Aunque entidades fiables como Médicos Sin Fronteras (MSF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirman que está remitiendo, cunde la lógica preocupación, después del peor contagio conocido, entre 2014 y 2016, que dejó más de 11.300 muertes (según cifras más bien conservadoras) y cerca de 29.000 casos concentrados en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria.
Este último brote localizado en la República Democrática del Congo es causado por la cepa Zaire, la más letal. Fue declarado el pasado 1 de agosto y ha afectado ya a las provincias de Nord-Kivu (en las ciudades de Mabalako, Beni y Butembo, sobre todo) e Ituri, dos zonas marcadas por la violencia, lo que dificulta notablemente las tareas de los servicios sanitarios. Se trata del segundo brote declarado este año, tan solo ocho días después de que el ministro de Salud, Oly Ilunga Kalenga, proclamase el fin del anterior en la provincia de Équateur, y el peor de la última década en la República Democrática del Congo. Según el último informe de las autoridades locales, actualizado al 15 de septiembre, el total de casos asciende a 142, una cifra que se desglosa en 31 probables y 111 confirmados; 97 de ellos han sido mortales.
Las medidas de respuesta
En cifras generales, el proceso de vacunación, que se inició el 8 de agosto y que hasta la fecha se compone de 48 cinturones distribuidos en siete zonas afectadas en el país, ha alcanzado ya a unas 9.000 personas, de las cuales más de 2.000 son niños. La mayoría de las comunidades están implementado ya medidas de respuesta, como el rastreo diario de contactos de las personas supuestamente afectadas y la vacunación, pero la reticencia de algunas poblaciones sigue aumentado el riesgo de propagación, según la OMS. Es el caso del distrito de Ndindi, en la ciudad de Beni, donde algunos residentes ocultan a los enfermos y se niegan a participar en las campañas de vacunación, por lo que el Gobierno ha decidido apostar por el diálogo con los líderes locales. Otros factores de riesgo son los numerosos entierros sin medidas apropiadas de seguridad, en los que se contagian nuevas personas, así como la detección de casos en áreas difíciles de alcanzar e inseguras debido a la presencia de grupos armados.
Preocupación en MSF
“En general, hay una reducción de casos, pero hay que mantenerse alerta porque hay casos positivos postmortem que han estado todo su tiempo de sintomatología sin medidas de bioseguridad adecuadas”, explicó Miriam Alía, responsable de respuesta a epidemias de MSF. El rechazo de parte de la población a las medidas sanitarias contra la EVE en la República Democrática del Congo y el bajo seguimiento de algunos enfermos preocupan a la citada ONG. La resistencia a acudir al médico o a no ser vacunados, una medida que se aplica desde las primeras semanas de la epidemia, pero que no es obligatoria ni se puede imponer por la fuerza, ha provocado que aún no se pueda decir que el brote está controlado. El 5 de septiembre, las autoridades congoleñas notificaron un primer caso de la enfermedad en la ciudad de Butembo, un gran núcleo comercial con más de medio millón de habitantes. “El primer caso positivo de Butembo era un contacto conocido de una persona confirmada en Beni (otro de los núcleos urbanos de Nord-Kivu), que rechazó la vacunación”, cuenta Alía. Esta persona, que presentaba síntomas de fiebre hemorrágica, viajó de Beni a Butembo y estuvo varios días en un centro de salud y en un hospital, y la enfermedad finalmente se le diagnosticó una vez que había fallecido, por lo que pudo contagiar a mucha más gente. “Lo más preocupante es que el porcentaje de seguimiento en algunas zonas, como Beni o Butembo, es aún muy bajo. Con porcentajes inferio
El número de muertes probables como consecuencia del último brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE) declarado en la República Democrática del Congo asciende ya a 97, de las que 66 se han confirmado como casos positivos, según los últimos datos del Ministerio de Salud de este país africano. Aunque entidades fiables como Médicos Sin Fronteras (MSF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirman que está remitiendo, cunde la lógica preocupación, después del peor contagio conocido, entre 2014 y 2016, que dejó más de 11.300 muertes (según cifras más bien conservadoras) y cerca de 29.000 casos concentrados en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria.
Este último brote localizado en la República Democrática del Congo es causado por la cepa Zaire, la más letal. Fue declarado el pasado 1 de agosto y ha afectado ya a las provincias de Nord-Kivu (en las ciudades de Mabalako, Beni y Butembo, sobre todo) e Ituri, dos zonas marcadas por la violencia, lo que dificulta notablemente las tareas de los servicios sanitarios. Se trata del segundo brote declarado este año, tan solo ocho días después de que el ministro de Salud, Oly Ilunga Kalenga, proclamase el fin del anterior en la provincia de Équateur, y el peor de la última década en la República Democrática del Congo. Según el último informe de las autoridades locales, actualizado al 15 de septiembre, el total de casos asciende a 142, una cifra que se desglosa en 31 probables y 111 confirmados; 97 de ellos han sido mortales.
Las medidas de respuesta
En cifras generales, el proceso de vacunación, que se inició el 8 de agosto y que hasta la fecha se compone de 48 cinturones distribuidos en siete zonas afectadas en el país, ha alcanzado ya a unas 9.000 personas, de las cuales más de 2.000 son niños. La mayoría de las comunidades están implementado ya medidas de respuesta, como el rastreo diario de contactos de las personas supuestamente afectadas y la vacunación, pero la reticencia de algunas poblaciones sigue aumentado el riesgo de propagación, según la OMS. Es el caso del distrito de Ndindi, en la ciudad de Beni, donde algunos residentes ocultan a los enfermos y se niegan a participar en las campañas de vacunación, por lo que el Gobierno ha decidido apostar por el diálogo con los líderes locales. Otros factores de riesgo son los numerosos entierros sin medidas apropiadas de seguridad, en los que se contagian nuevas personas, así como la detección de casos en áreas difíciles de alcanzar e inseguras debido a la presencia de grupos armados.
Preocupación en MSF
“En general, hay una reducción de casos, pero hay que mantenerse alerta porque hay casos positivos postmortem que han estado todo su tiempo de sintomatología sin medidas de bioseguridad adecuadas”, explicó Miriam Alía, responsable de respuesta a epidemias de MSF. El rechazo de parte de la población a las medidas sanitarias contra la EVE en la República Democrática del Congo y el bajo seguimiento de algunos enfermos preocupan a la citada ONG. La resistencia a acudir al médico o a no ser vacunados, una medida que se aplica desde las primeras semanas de la epidemia, pero que no es obligatoria ni se puede imponer por la fuerza, ha provocado que aún no se pueda decir que el brote está controlado. El 5 de septiembre, las autoridades congoleñas notificaron un primer caso de la enfermedad en la ciudad de Butembo, un gran núcleo comercial con más de medio millón de habitantes. “El primer caso positivo de Butembo era un contacto conocido de una persona confirmada en Beni (otro de los núcleos urbanos de Nord-Kivu), que rechazó la vacunación”, cuenta Alía. Esta persona, que presentaba síntomas de fiebre hemorrágica, viajó de Beni a Butembo y estuvo varios días en un centro de salud y en un hospital, y la enfermedad finalmente se le diagnosticó una vez que había fallecido, por lo que pudo contagiar a mucha más gente. “Lo más preocupante es que el porcentaje de seguimiento en algunas zonas, como Beni o Butembo, es aún muy bajo. Con porcentajes inferio
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
CADA CINCO SEGUNDOS MUERE UN NIÑO POR CAUSAS PREVENIBLES
17 de septiembre de 2018 – Fuente: Organización de Naciones Unidas
Durante el año 2017 falleció un niño cada cinco segundos por causas prevenibles, según indica un nuevo informe conjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud, la división de población de la Organización de Naciones Unidas y el Banco Mundial.
El estudio cifra en 6,3 millones el número de menores de 15 años que fallecieron durante el año pasado e indica que la gran mayoría de ellos, 5,4 millones, perecieron durante los primeros cinco años de vida, casi la mitad de ellos recién nacidos. De no tomarse medidas urgentes morirán 56 millones de niños menores de cinco años entre 2018 y 2030, señaló la directora de Datos, Investigaciones y Políticas del UNICEF, Laurence Chandy. “A pesar de los progresos notables que hemos logrado desde 1990, millones de niños siguen muriendo simplemente debido a su identidad o al lugar donde han nacido. Si aplicamos soluciones sencillas como el suministro de medicamentos, agua potable, electricidad y vacunas podemos cambiar esa realidad para todos los niños”, dijo la experta.
África y Asia encabezan la lista de defunciones
Asimismo, el informe destaca que la mitad de los fallecimientos de menores de cinco años durante 2017 se produjeron en África Subsahariana, mientras que 30% ocurrieron en Asia Meridional. Una de las grandes disparidades recogidas en el informe muestra que en los países de altos ingresos solamente muere uno de cada 185 menores de cinco años, y uno de cada 13 en la misma franja de edad en África Subsahariana. La Dra. Princess Nono Simelela, subdirectora general de Salud Familiar, de la Mujer y el Niño de la OMS, manifestó que no se puede permitir la muerte de millones de menores por falta de acceso a agua, saneamiento, nutrición adecuada o servicios básicos de salud. “Debemos priorizar la tarea de facilitar a todos los niños el acceso universal a servicios de salud de calidad, especialmente en el momento del nacimiento y durante los primeros años de vida, a fin de darles la mejor oportunidad posible de sobrevivir y prosperar”, señaló. La mayoría de los niños menores de 5 años mueren por causas que se pueden evitar o tratar, como complicaciones durante el parto, neumonía, diarrea, sepsis neonatal y malaria. Dentro de este grupo de edad también existen diferencias regionales, ya que el riesgo que corre un niño de morir en África Subsahariana es quince veces mayor que en Europa. El primer mes de vida es el más peligroso
A nivel global, el período más arriesgado de la vida de un bebé es su primer mes. Durante 2017, 2,5 millones de recién nacidos murieron durante los primeros 30 días de vida. Así, por ejemplo, un bebé nacido en África Subsahariana o en Asia Meridional tiene nueve veces más probabilidades de morir que un bebé nacido en un país de altos ingresos durante ese periodo. Otras disparidades apuntadas en el informe indican que las tasas de mortalidad de menores de cinco años entre los niños que habitan en zonas rurales son, de media, 50% más altas que las de los niños de zonas urbanas, y que los bebés nacidos de madres sin formación tienen más del doble de probabilidades de morir antes de cumplir los cinco años que los de madres que han cursado estudios secundarios o superiores. La noticia positiva del informe la proporciona la reducción de las muertes anuales de los niños menores de cinco años desde 1990 hasta 2017. De los 12,6 millones de fallecimientos que se registraron al inicio de la década de 1990, se pasó a 5,4 millones el año pasado. Entre los 5 y los 14 años, la cifra se redujo de 1,7 millones a menos de un millón durante el mismo período de tiempo.
Durante el año 2017 falleció un niño cada cinco segundos por causas prevenibles, según indica un nuevo informe conjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud, la división de población de la Organización de Naciones Unidas y el Banco Mundial.
El estudio cifra en 6,3 millones el número de menores de 15 años que fallecieron durante el año pasado e indica que la gran mayoría de ellos, 5,4 millones, perecieron durante los primeros cinco años de vida, casi la mitad de ellos recién nacidos. De no tomarse medidas urgentes morirán 56 millones de niños menores de cinco años entre 2018 y 2030, señaló la directora de Datos, Investigaciones y Políticas del UNICEF, Laurence Chandy. “A pesar de los progresos notables que hemos logrado desde 1990, millones de niños siguen muriendo simplemente debido a su identidad o al lugar donde han nacido. Si aplicamos soluciones sencillas como el suministro de medicamentos, agua potable, electricidad y vacunas podemos cambiar esa realidad para todos los niños”, dijo la experta.
África y Asia encabezan la lista de defunciones
Asimismo, el informe destaca que la mitad de los fallecimientos de menores de cinco años durante 2017 se produjeron en África Subsahariana, mientras que 30% ocurrieron en Asia Meridional. Una de las grandes disparidades recogidas en el informe muestra que en los países de altos ingresos solamente muere uno de cada 185 menores de cinco años, y uno de cada 13 en la misma franja de edad en África Subsahariana. La Dra. Princess Nono Simelela, subdirectora general de Salud Familiar, de la Mujer y el Niño de la OMS, manifestó que no se puede permitir la muerte de millones de menores por falta de acceso a agua, saneamiento, nutrición adecuada o servicios básicos de salud. “Debemos priorizar la tarea de facilitar a todos los niños el acceso universal a servicios de salud de calidad, especialmente en el momento del nacimiento y durante los primeros años de vida, a fin de darles la mejor oportunidad posible de sobrevivir y prosperar”, señaló. La mayoría de los niños menores de 5 años mueren por causas que se pueden evitar o tratar, como complicaciones durante el parto, neumonía, diarrea, sepsis neonatal y malaria. Dentro de este grupo de edad también existen diferencias regionales, ya que el riesgo que corre un niño de morir en África Subsahariana es quince veces mayor que en Europa. El primer mes de vida es el más peligroso
A nivel global, el período más arriesgado de la vida de un bebé es su primer mes. Durante 2017, 2,5 millones de recién nacidos murieron durante los primeros 30 días de vida. Así, por ejemplo, un bebé nacido en África Subsahariana o en Asia Meridional tiene nueve veces más probabilidades de morir que un bebé nacido en un país de altos ingresos durante ese periodo. Otras disparidades apuntadas en el informe indican que las tasas de mortalidad de menores de cinco años entre los niños que habitan en zonas rurales son, de media, 50% más altas que las de los niños de zonas urbanas, y que los bebés nacidos de madres sin formación tienen más del doble de probabilidades de morir antes de cumplir los cinco años que los de madres que han cursado estudios secundarios o superiores. La noticia positiva del informe la proporciona la reducción de las muertes anuales de los niños menores de cinco años desde 1990 hasta 2017. De los 12,6 millones de fallecimientos que se registraron al inicio de la década de 1990, se pasó a 5,4 millones el año pasado. Entre los 5 y los 14 años, la cifra se redujo de 1,7 millones a menos de un millón durante el mismo período de tiempo.
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martes, 18 de septiembre de 2018
EL VIRUS ZIKA INGRESÓ A AMÉRICA DEL SUR POR EL CARIBE Y CENTROAMÉRICA
2 de agosto de 2018 – Fuente: International Journal of Genomics
Centroamérica y el Caribe fueron las principales rutas de entrada del virus Zika a Sudamérica, reveló un estudio que también descubrió que la cepa del arbovirus que causó el brote epidémico en Brasil en 2015 es oriunda de Haití. Mediante el análisis de más de 4.000 secuencias genéticas disponibles en bancos mundiales de datos públicos de los virus Dengue, Chikungunya y Zika –causantes de enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti–, se logró trazar la ruta del virus Zika por el mundo desde el primer caso en humanos en la década de 1970 en Nigeria. El virus permaneció estable en el continente africano hasta que, en 2007, causó un brote en las islas Yap en la Micronesia y, en 2013, generó una epidemia en la Polinesia Francesa. La cepa del virus de la Polinesia se diseminó por Oceanía, llegó a Sudamérica por la isla de Pascua en Chile, siguiendo hacia América Central y el Caribe. Todos los virus que llegan a Brasil, provienen de esa región. El estudio permite conocer mejor la forma en la que se dispersan los virus en América, lo que denotaría que los primeros brotes no fueron detectados por los sistemas de vigilancia hasta que llegaron a Brasil, cuando ya se había expandido. El primer brote en Brasil fue detectado en 2015 en Bahia, Rio Grande do Norte y Pernambuco. Se logró secuenciar el genoma del virus Zika de un paciente en 2016, constatando que la cepa viral provenía de Haití. Al parecer, hubo varios ingresos simultáneos del virus. No se detectó el ‘paciente cero’, solo el registro de casos autóctonos. Hasta antes de este estudio, la comunidad científica creía que el virus Zika había llegado a Brasil durante la Copa Mundial de Fútbol de 2014 o durante el Campeonato Mundial de Canoa Polinesia, realizado en el mismo año en Rio de Janeiro, que recibió atletas de varios países del Pacífico afectados por fiebre zika. Era una cepa compatible, pero la hipótesis carecía de datos. La información actual más fidedigna es que el virus provino de Haití y se multiplicó de forma drástica. El flujo de inmigrantes haitianos a Brasil desde el terremoto en 2010 así como de militares brasileños que actuaron en la misión de paz en ese país puede haber llevado el virus a Brasil. Brasil puso fin a su alerta de emergencia sanitaria nacional en mayo de 2017, cuando se observó el descenso de 95% de los casos. Este año se han registrado 5.941 casos probables de fiebre zika en el país, según el Ministerio de la Salud, una disminución de 60% en relación al mismo período de 2017. Conocer lo que ha ocurrido en el pasado y encontrar estos patrones puede ayudar a los países a tomar las medidas necesarias para estar preparados ante el ingreso futuro de otras enfermedades emergentes o nuevas variantes de los agentes infecciosos. A la luz de los resultados, es imprescindible fortalecer e integrar los sistemas de salud y de vigilancia entre los países de la región para alertar sobre nuevos brotes y tomar acciones de prevención y control.
Centroamérica y el Caribe fueron las principales rutas de entrada del virus Zika a Sudamérica, reveló un estudio que también descubrió que la cepa del arbovirus que causó el brote epidémico en Brasil en 2015 es oriunda de Haití. Mediante el análisis de más de 4.000 secuencias genéticas disponibles en bancos mundiales de datos públicos de los virus Dengue, Chikungunya y Zika –causantes de enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti–, se logró trazar la ruta del virus Zika por el mundo desde el primer caso en humanos en la década de 1970 en Nigeria. El virus permaneció estable en el continente africano hasta que, en 2007, causó un brote en las islas Yap en la Micronesia y, en 2013, generó una epidemia en la Polinesia Francesa. La cepa del virus de la Polinesia se diseminó por Oceanía, llegó a Sudamérica por la isla de Pascua en Chile, siguiendo hacia América Central y el Caribe. Todos los virus que llegan a Brasil, provienen de esa región. El estudio permite conocer mejor la forma en la que se dispersan los virus en América, lo que denotaría que los primeros brotes no fueron detectados por los sistemas de vigilancia hasta que llegaron a Brasil, cuando ya se había expandido. El primer brote en Brasil fue detectado en 2015 en Bahia, Rio Grande do Norte y Pernambuco. Se logró secuenciar el genoma del virus Zika de un paciente en 2016, constatando que la cepa viral provenía de Haití. Al parecer, hubo varios ingresos simultáneos del virus. No se detectó el ‘paciente cero’, solo el registro de casos autóctonos. Hasta antes de este estudio, la comunidad científica creía que el virus Zika había llegado a Brasil durante la Copa Mundial de Fútbol de 2014 o durante el Campeonato Mundial de Canoa Polinesia, realizado en el mismo año en Rio de Janeiro, que recibió atletas de varios países del Pacífico afectados por fiebre zika. Era una cepa compatible, pero la hipótesis carecía de datos. La información actual más fidedigna es que el virus provino de Haití y se multiplicó de forma drástica. El flujo de inmigrantes haitianos a Brasil desde el terremoto en 2010 así como de militares brasileños que actuaron en la misión de paz en ese país puede haber llevado el virus a Brasil. Brasil puso fin a su alerta de emergencia sanitaria nacional en mayo de 2017, cuando se observó el descenso de 95% de los casos. Este año se han registrado 5.941 casos probables de fiebre zika en el país, según el Ministerio de la Salud, una disminución de 60% en relación al mismo período de 2017. Conocer lo que ha ocurrido en el pasado y encontrar estos patrones puede ayudar a los países a tomar las medidas necesarias para estar preparados ante el ingreso futuro de otras enfermedades emergentes o nuevas variantes de los agentes infecciosos. A la luz de los resultados, es imprescindible fortalecer e integrar los sistemas de salud y de vigilancia entre los países de la región para alertar sobre nuevos brotes y tomar acciones de prevención y control.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
martes, 7 de agosto de 2018
EUROPA: LA HISTORIA DE LA PRIMERA GRAN EPIDEMIA DE SÍFILIS
14 de julio de 2018 – Fuente: British Broadcasting Corporation (Gran Bretaña)
En 1509 el joven soldado alemán Ulrich von Hutten contrajo una enfermedad desconocida en ese entonces mientras estaba en Italia. El pobre hombre agonizaba con los síntomas que le causaba la enfermedad. Así pasó 10 años. “En todo el cuerpo hay forúnculos, parecidos en tamaño y aspecto a una bellota. Emiten un hedor tan fétido y pestilente, que quien lo huele, cree estar infectado. El color de las pústulas es verde oscuro. Verlas es peor que sentir el dolor que infligen, pese a que la sensación se asemeja a estar acostado sobre fuego”. Esa era la descripción que hacía el paciente de sus dolencias. Se calcula que para la década de 1490 la población europea se había recuperado de las muertes causadas por la peste, también conocida como “la Muerte Negra”. Una de cada tres personas falleció a consecuencia de la enfermedad en todo el continente. Con el incremento de la población llegó la prosperidad. Pero no todo fue positivo. La guerra era endémica, las hambrunas ocurrían con frecuencia… y empezaron a aparecer enfermedades desconocidas.
El comienzo
A principios de 1495 el rey francés Carlos VIII invadió Nápoles tratando de reivindicar su derecho a ese reino. Pero las tropas empezaron a contagiarse con una nueva dolencia. Nadie había visto nada similar. Los doctores de la época no encontraban ninguna referencia en libros médicos antiguos. Preocupó a la población tanto como lo hizo el VIH cuando fue descubierto en la década de 1980. Tenía una similitud con esa enfermedad: se transmitía a través del contacto sexual. Se trataba de la sífilis. La gente estaba aterrorizada porque se propagó con gran rapidez. Llegó a Escocia, Hungría y Rusia. A excepción de los ancianos y los niños, todos corrían el riesgo de contagiarse. Se encontraba en el burdel, pero también en el castillo. Se cree que los reyes Francisco I y Enrique III de Francia, así como el emperador Carlos V, padecieron la enfermedad. Se piensa que tampoco escaparon del contagio los monjes ni los clérigos. No importaba la jerarquía. Cardenales, obispos e incluso los papas Alejandro VI y Julio II la sufrieron.
La velocidad con la que se propagó revela mucho acerca de los hábitos sexuales de la sociedad en esa época.
Historia
Los franceses, por supuesto, la llamaban “la enfermedad napolitana”. Pero el resto se refería a ella como “la enfermedad francesa”. Inicialmente no tenía un nombre técnico. Al final, un médico francés sugirió referirse a ella como “la enfermedad venérea” porque en ese entonces se consideraba que su causa principal era el acto del amor, el cual, a su vez, se vinculaba con la diosa Venus. La epidemia causada por la sífilis era distinta a las vistas con anterioridad: no se concentraba en una zona en particular ni se relacionaba con la estación del año. Todos corrían el riesgo de enfermarse. Y una vez que eso ocurría, parecía que la persona nunca se recuperaba. No había ningún lugar al que se pudiera escapar para salvarse. Si el tormento era difícil de llevar en el día, en la noche era peor. Quienes la padecían gritaban continuamente debido al dolor que sentían en los huesos.
Putrefacción espacial
¿Cuál era la causa de la enfermedad? Se pensó que un castigo de Dios por los pecados cometidos por la sociedad. Así que el primer paso para lidiar con la misma era arrepentirse y rezar por la protección divina. Dios, sin embargo, enviaba señales a través de otros medios. Los astrólogos de la época afirmaban que lo ocurrido tenía relación con dos eclipses de sol y la confluencia de Saturno y Marte. ”Las lluvias que cayeron en el año en todos los países fueron tan copiosas, que la tierra se contaminó con el agua estancada. No era de extrañar que la enfermedad se hubiera presentado”, afirmaba un profesor de medicina de la época. La conjunción de las estrellas contaminó el clima, lo que a su vez causó una podredumbre venenosa del aire. La consecuencia fue la putrefacción del cuerpo humano.
Esperanza
Se creía que el mercurio era el remedio para la sífilis. Era común utilizarlo para tratar problemas de la piel en esa época. Y ese fue el tratamiento que se le recomendó al soldado alemán. Respirar el gas del mercurio caliente. Pero la cura era peor que la enfermedad. Los pacientes salivaban incontrolablemente, los dientes se les caían y perdían la razón. Sin embargo, se siguió utilizando por muchos años, interna y externamente. Hasta que apareció un nuevo remedio en 1517: el guayacán, un arbusto que se encuentra en Haití. Supuestamente, era lo que usaban los oriundos de la isla. Virutas del tronco se cocinaban a fuego lento en agua y el líquido se bebía dos veces al día. El tratamiento completo incluía pasar 30 días en un cuarto extremadamente caliente para sudar y botar la enfermedad. En esa misma época se estableció una relación entre la sífilis y el castigo divino por un pecado personal y no colectivo. La persona se contagió por haberse involucrado en una relación sexual ilícita. En ese contexto, las mujeres eran quienes transmitían la enfermedad y tentaban a los pobres hombres, en el estilo de Adán y Eva. El estigma también afectaba a los niños cuyos padres sufrían de sífilis porque era una condición hereditaria. Generaciones enteras se consideraban malditas.
¿América o Europa?
Los contemporáneos pensaban que se trataba de una nueva enfermedad. Una vez que se detectó que se transmitía de persona a persona, se asumió que tenía que haberse originado en un lugar en particular, y no como consecuencia del clima.
El guayacán o guayaco (Guaiacum officinale) es un árbol nativo de América tropical, con amplia distribución en las islas del Caribe (especialmente Jamaica, Puerto Rico, Cuba y República Dominicana), la costa Caribe de Colombia, Panamá y Venezuela. Frecuentemente se encuentra en lugares llanos poco elevados y pedregosos, pero también puede formar parte del bosque seco hasta los 500 m.
Se creía que había llegado a Europa con los marineros que regresaron de América con Cristóbal Colón. Supuestamente atracaron en Barcelona, se unieron a las tropas en Nápoles y las prostitutas que siguieron al ejército se encargaron del resto. Pero a los historiadores médicos americanos no les gustó nunca esa teoría, por lo que presentaron evidencia arqueológica para probar que la sífilis era una vieja enfermedad nativa de Europa que había aparecido con una nueva virulencia.
La cura
Es difícil saber si el debate se podrá dirimir. Pero hay certeza con respecto a ciertos aspectos. Las décadas previas y posteriores al 1.500 fueron de gran cambio en la sociedad europea: la vida urbana, mudanzas y búsqueda de lugares para vivir, nuevas técnicas de guerra y cambios en los comportamientos sexuales. El ambiente de los habitantes de esa época se modificaba constantemente. Y eso, generalmente, aumenta la incidencia de las enfermedades. Así que el surgimiento de nuevas epidemias era, probablemente, inevitable. La sífilis llegó y se quedó, propagándose, en especial, en tiempos de guerra. Con la llegada de la medicina moderna la bacteria que causa la enfermedad se identificó en 1905. Y en 1910 se descubrió el primer tratamiento efectivo. Pero no fue sino hasta 1943, con el descubrimiento de la penicilina, que se encontró la cura para el padecimiento. Y los gritos nocturnos cesaron.
En 1509 el joven soldado alemán Ulrich von Hutten contrajo una enfermedad desconocida en ese entonces mientras estaba en Italia. El pobre hombre agonizaba con los síntomas que le causaba la enfermedad. Así pasó 10 años. “En todo el cuerpo hay forúnculos, parecidos en tamaño y aspecto a una bellota. Emiten un hedor tan fétido y pestilente, que quien lo huele, cree estar infectado. El color de las pústulas es verde oscuro. Verlas es peor que sentir el dolor que infligen, pese a que la sensación se asemeja a estar acostado sobre fuego”. Esa era la descripción que hacía el paciente de sus dolencias. Se calcula que para la década de 1490 la población europea se había recuperado de las muertes causadas por la peste, también conocida como “la Muerte Negra”. Una de cada tres personas falleció a consecuencia de la enfermedad en todo el continente. Con el incremento de la población llegó la prosperidad. Pero no todo fue positivo. La guerra era endémica, las hambrunas ocurrían con frecuencia… y empezaron a aparecer enfermedades desconocidas.
El comienzo
A principios de 1495 el rey francés Carlos VIII invadió Nápoles tratando de reivindicar su derecho a ese reino. Pero las tropas empezaron a contagiarse con una nueva dolencia. Nadie había visto nada similar. Los doctores de la época no encontraban ninguna referencia en libros médicos antiguos. Preocupó a la población tanto como lo hizo el VIH cuando fue descubierto en la década de 1980. Tenía una similitud con esa enfermedad: se transmitía a través del contacto sexual. Se trataba de la sífilis. La gente estaba aterrorizada porque se propagó con gran rapidez. Llegó a Escocia, Hungría y Rusia. A excepción de los ancianos y los niños, todos corrían el riesgo de contagiarse. Se encontraba en el burdel, pero también en el castillo. Se cree que los reyes Francisco I y Enrique III de Francia, así como el emperador Carlos V, padecieron la enfermedad. Se piensa que tampoco escaparon del contagio los monjes ni los clérigos. No importaba la jerarquía. Cardenales, obispos e incluso los papas Alejandro VI y Julio II la sufrieron.
La velocidad con la que se propagó revela mucho acerca de los hábitos sexuales de la sociedad en esa época.
Historia
Los franceses, por supuesto, la llamaban “la enfermedad napolitana”. Pero el resto se refería a ella como “la enfermedad francesa”. Inicialmente no tenía un nombre técnico. Al final, un médico francés sugirió referirse a ella como “la enfermedad venérea” porque en ese entonces se consideraba que su causa principal era el acto del amor, el cual, a su vez, se vinculaba con la diosa Venus. La epidemia causada por la sífilis era distinta a las vistas con anterioridad: no se concentraba en una zona en particular ni se relacionaba con la estación del año. Todos corrían el riesgo de enfermarse. Y una vez que eso ocurría, parecía que la persona nunca se recuperaba. No había ningún lugar al que se pudiera escapar para salvarse. Si el tormento era difícil de llevar en el día, en la noche era peor. Quienes la padecían gritaban continuamente debido al dolor que sentían en los huesos.
Putrefacción espacial
¿Cuál era la causa de la enfermedad? Se pensó que un castigo de Dios por los pecados cometidos por la sociedad. Así que el primer paso para lidiar con la misma era arrepentirse y rezar por la protección divina. Dios, sin embargo, enviaba señales a través de otros medios. Los astrólogos de la época afirmaban que lo ocurrido tenía relación con dos eclipses de sol y la confluencia de Saturno y Marte. ”Las lluvias que cayeron en el año en todos los países fueron tan copiosas, que la tierra se contaminó con el agua estancada. No era de extrañar que la enfermedad se hubiera presentado”, afirmaba un profesor de medicina de la época. La conjunción de las estrellas contaminó el clima, lo que a su vez causó una podredumbre venenosa del aire. La consecuencia fue la putrefacción del cuerpo humano.
Esperanza
Se creía que el mercurio era el remedio para la sífilis. Era común utilizarlo para tratar problemas de la piel en esa época. Y ese fue el tratamiento que se le recomendó al soldado alemán. Respirar el gas del mercurio caliente. Pero la cura era peor que la enfermedad. Los pacientes salivaban incontrolablemente, los dientes se les caían y perdían la razón. Sin embargo, se siguió utilizando por muchos años, interna y externamente. Hasta que apareció un nuevo remedio en 1517: el guayacán, un arbusto que se encuentra en Haití. Supuestamente, era lo que usaban los oriundos de la isla. Virutas del tronco se cocinaban a fuego lento en agua y el líquido se bebía dos veces al día. El tratamiento completo incluía pasar 30 días en un cuarto extremadamente caliente para sudar y botar la enfermedad. En esa misma época se estableció una relación entre la sífilis y el castigo divino por un pecado personal y no colectivo. La persona se contagió por haberse involucrado en una relación sexual ilícita. En ese contexto, las mujeres eran quienes transmitían la enfermedad y tentaban a los pobres hombres, en el estilo de Adán y Eva. El estigma también afectaba a los niños cuyos padres sufrían de sífilis porque era una condición hereditaria. Generaciones enteras se consideraban malditas.
¿América o Europa?
Los contemporáneos pensaban que se trataba de una nueva enfermedad. Una vez que se detectó que se transmitía de persona a persona, se asumió que tenía que haberse originado en un lugar en particular, y no como consecuencia del clima.
El guayacán o guayaco (Guaiacum officinale) es un árbol nativo de América tropical, con amplia distribución en las islas del Caribe (especialmente Jamaica, Puerto Rico, Cuba y República Dominicana), la costa Caribe de Colombia, Panamá y Venezuela. Frecuentemente se encuentra en lugares llanos poco elevados y pedregosos, pero también puede formar parte del bosque seco hasta los 500 m.
Se creía que había llegado a Europa con los marineros que regresaron de América con Cristóbal Colón. Supuestamente atracaron en Barcelona, se unieron a las tropas en Nápoles y las prostitutas que siguieron al ejército se encargaron del resto. Pero a los historiadores médicos americanos no les gustó nunca esa teoría, por lo que presentaron evidencia arqueológica para probar que la sífilis era una vieja enfermedad nativa de Europa que había aparecido con una nueva virulencia.
La cura
Es difícil saber si el debate se podrá dirimir. Pero hay certeza con respecto a ciertos aspectos. Las décadas previas y posteriores al 1.500 fueron de gran cambio en la sociedad europea: la vida urbana, mudanzas y búsqueda de lugares para vivir, nuevas técnicas de guerra y cambios en los comportamientos sexuales. El ambiente de los habitantes de esa época se modificaba constantemente. Y eso, generalmente, aumenta la incidencia de las enfermedades. Así que el surgimiento de nuevas epidemias era, probablemente, inevitable. La sífilis llegó y se quedó, propagándose, en especial, en tiempos de guerra. Con la llegada de la medicina moderna la bacteria que causa la enfermedad se identificó en 1905. Y en 1910 se descubrió el primer tratamiento efectivo. Pero no fue sino hasta 1943, con el descubrimiento de la penicilina, que se encontró la cura para el padecimiento. Y los gritos nocturnos cesaron.
¿POR QUÉ NO ESTAMOS PREOCUPADOS POR LA PRÓXIMA EPIDEMIA?
21 de julio de 2018 – Fuente: The Huffington Post (México)
Como el catastrófico brote de la enfermedad por el virus del Ébola mató a 11.300 personas y costó miles de millones de dólares, la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajó para sentar las bases para asegurarse de que un brote nunca más alcance ese nivel de amenaza a la seguridad sanitaria mundial. Como parte de su revisión en 2015, el organismo internacional se propuso identificar qué enfermedades tenían el mayor riesgo de causar una amplia emergencia de salud pública y tenían pocas o ninguna contramedida para prevenir su propagación a fin de catalizar fondos para su prevención. Tres años después, seis de las ocho categorías de enfermedades destacadas en la lista de “Enfermedades prioritarias modelo” de la OMS se encontraban en medio de brotes, al mismo tiempo. Incluyen lo peor de lo peor: la enfermedad por el virus del Ébola, el síndrome respiratorio de Medio Oriente, la fiebre zika, la enfermedad por el virus Nipah, la fiebre hemorrágica de Lassa y la fiebre del Valle del Rift. Hasta el momento, los brotes de estas enfermedades y patógenos de alta mortalidad han causado al menos 190 muertes y han costado millones este año. Pero todas estas enfermedades tienen el potencial de volver a atacar y crecer, causando una epidemia que podría matar a miles de personas, devastar la economía mundial y causar estragos incalculables, y las seis se encontraban en situaciones de brotes activos a partir de junio. Eso no tiene precedentes, de acuerdo con el Dr. Mike Ryan, director general asistente de la organización para la preparación y respuesta a emergencias de la OMS, en sus 25 años al frente de tales brotes. “Existen estos cisnes negros que podrían ocurrir y tenemos el deber de prepararnos para ellos, porque nuestras economías y nuestras civilizaciones dependen ahora demasiado de la libre circulación de personas y de esa capacidad para el comercio. Entonces, cualquier cosa que apague eso es una gran amenaza”, dijo Ryan. “El mundo generalmente verá de cuatro a cinco brotes diferentes de enfermedades de alta mortalidad al año, pero por lo general no están sucediendo al mismo tiempo. Esta es probablemente la primera vez que ocurre, y es, en cierto sentido, una ‘prueba de estrés’ global para la respuesta al brote”, agregó. “Si alguna de estas cosas falla, especialmente más de una al mismo tiempo, entonces creo que seremos presionados con mayor intensidad para responder como comunidad de salud global”, dijo Loyce Pace, presidente y director ejecutivo del Global Health Council, una organización de membresía que cabildea por las prioridades de salud global. Y aunque los brotes de este año han estado relativamente contenidos, a los expertos les preocupa que la falta de inversión en investigación y desarrollo como factores de riesgo para el crecimiento de brotes pueda llevar a un brote que no podrán detener. Eso no solo amenaza vidas, también podría amenazar la seguridad y la estabilidad mundial; después de todo, los brotes no respetan las fronteras.
Un aumento en los factores de riesgo
Parte de la razón por la que sabemos sobre más de estos brotes particularmente preocupantes es debido a avances positivos: los sistemas de salud en todo el mundo han mejorado, lo que significa que más personas que nunca antes tienen acceso a la atención médica. Y más instituciones, como la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, entre otros, están rastreando los brotes y manteniendo un mejor registro de las amenazas. Pero en el fondo, un aumento en la conciencia no explica por completo el aumento en tales eventos de brotes, dicen los expertos. Varios factores importantes son los culpables de por qué el mundo está viendo más de estos patógenos cada vez más peligrosos. La combinación de una urbanización masiva y generalizada, un crecimiento explosivo de la población, un aumento de los viajes a nivel mundial, cambios en los factores ecológicos, un cambio climático constante y la explotación de los ambientes está impulsando una era de riesgo convergente para los brotes, según los expertos. “Lo que cambia y cambia no son los insectos, sino los humanos. Lo que ha cambiado es nuestra relación con esos virus, nuestra relación con los bosques tropicales”, dijo Ryan. Los humanos –y más de ellos– viven mucho más cerca, aumentando el riesgo de un brote en un centro urbano masivo. Los viajes en todo el mundo hacen que la difusión de algo como esto sea más fácil que nunca. Y el entorno cambiante –desde una exposición diferente en varias partes del mundo, una indiferencia general hacia el hábitat y el cambio climático continuo– significa que los seres humanos están viendo cosas que no habían enfrentado antes, en áreas que nunca antes las habían visto. “Solo echemos un vistazo a África Subsahariana: ésta es la epidemia de fiebre hemorrágica de Lassa más grande que jamás se haya observado, y luego se produce un brote de enfermedad por el virus del Ébola en la República Democrática del Congo. No es poca cosa: subraya la necesidad de una mayor vigilancia”, dijo el Dr. Richard Hatchett, oficial ejecutivo en jefe de la Coalición para las Innovaciones de Preparación Epidémica (CEPI). “Estas enfermedades pueden moverse y pueden aflorar, y si encuentran el ambiente adecuado tienen el potencial de explotar. Si piensas en las enfermedades como oportunistas que buscan lugares para surgir y diseminarse, es bastante aterrador”, dijo. Y ese tipo de situación de brotes no solo amenaza a la gente en el epicentro del brote, sino que tiene el potencial de sacudir la estabilidad global. “No solo están en juego las vidas individuales, sino que como ya hemos visto, una crisis como la de la influenza pandémica, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) o la enfermedad por el virus del Ébola pueden devastar sistemas y economías de salud completos, frenar el desarrollo futuro e incluso generar inestabilidad política”, dijo Rebecca Martin, directora del Centro para la Salud Global en los CDC. “La epidemia del SARS de 2003 causó 800 muertes y su costo fue de 40.000 millones de dólares. El costo de la próxima pandemia podría ser de más de 60.000 millones”, aseguró. “Una laguna en las capacidades de respuesta de emergencia de salud pública siguen siendo una vulnerabilidad grave para todo el mundo. Si bien no sabemos cuándo o dónde ocurrirá la próxima pandemia, sabemos que viene”, agregó. La urgencia de más investigación y desarrollo
Recursos globales tácticos masivos y una vacuna experimental fueron movilizados para sofocar el brote de la enfermedad por el virus del Ébola, que llegó a un centro urbano en la República Democrática del Congo. Se espera que el brote se declare terminado pronto, finalizando con un total de 29 muertes. Un record de 3.330 personas fueron vacunadas, según la OMS, y las organizaciones de salud globales completaron más de 20.000 visitas de seguimiento con el fin de mantener la propagación de la enfermedad, y por lo tanto las muertes, en un bajo nivel. Estos recursos a gran escala son necesarios para combatir tales brotes y evitar que se conviertan en uno de importancia regional, nacional e internacional, y no estamos hablando solo de la enfermedad por el virus del Ébola. Por ejemplo, más de 2.000 personas fueron puestas en cuarentena en sus hogares en el estado de Kerala, en el sur de India, durante el brote de la enfermedad por el virus Nipah. En Nigeria, los niveles de fiebre hemorrágica de Lassa “no tienen precedentes”; Kenya está luchando contra la temible fiebre del Valle del Rift, matando dromedarios y cabras presuntamente portadores, y Arabia Saudí ha encontrado cuatro clústeres distintos del síndrome respiratorio de Medio Oriente, dos de los cuales se encuentran en centros de salud. “Y luego está el brote de fiebre zika”, dijo Hatchett. “Sus tasas de infección generalizadas en todo el mundo, en lugares donde nunca se había visto el virus eran esencialmente un sustituto de “enfermedad X”, el patógeno emergente desconocido que es la octava categoría de enfermedades en la lista”, dijo Hatchett. La enfermedad X a menudo afecta más a los expertos en brotes, ya que la logística de preparar y combatir un patógeno desconocido es horrible. Así que cuando la fiebre zika explotó en 2016, a pesar de que se había visto antes, nunca había sido tan común, lo que lo hacía similar al temido dilema de la enfermedad X. “Así que ahora, incluso dos años y medio más tarde, todavía no hay una vacuna lista para combatir el virus Zika”, dice Hatchett. “Si tuvieras un virus que se extendiera como la influenza, que podría expandirse alrededor del planeta en 60 días, dos años y medio es mucho, demasiado tiempo antes de que tengas algún tipo de medida para detenerlo”, dijo Hatchett. Se han hecho algunos esfuerzos para construir vacunas para estas enfermedades, antes de que el mundo las necesite desesperadamente. Por ejemplo, la CEPI, fundada en 2017 por un consorcio de instituciones, incluidas la Fundación Bill y Melinda Gates, el Wellcome Trust, el Foro Económico Mundial y los gobiernos de Noruega y Japón, busca crear vacunas para los virus Lassa y Nipah y el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Medio Oriente, basándose en la lista de prioridades de la OMS. Otros esfuerzos incluyen la vacuna experimental contra el virus del Ébola desarrollada por Merck, así como algunos de los tratamientos experimentales para esta enfermedad. “La creación de una organización global como CEPI es esencial, porque no existe una demanda comercial de estos medicamentos, hasta que la gente realmente los quiera. En otras palabras, financiar el costoso desarrollo de medicamentos para, por lo general, personas pobres en países pobres, no es rentable” dice Hatchett. El hecho de que no se desarrollen drogas que combatan estos brotes raros, y potencialmente desastrosos, significa que cuando el mundo realmente los necesite, tardarán años en llegar. Costaría unos 2.000 millones de dólares traer vacunas y tratamientos al mercado para las 10 enfermedades conocidas de la lista, de acuerdo con los cálculos de CEPI. Está comenzando con 630 millones de dólares recaudados hasta el momento para apuntar al síndrome respiratorio de Medio Oriente, la enfermedad por el virus Nipah y la fiebre hemorrágica de Lassa. Sin embargo, los expertos en salud pública a menudo citan el ciclo de pánico de la epidemia y el financiamiento de la salud pública, que se basa en que estos brotes son lo más importante. Y la investigación y desarrollo para luchar contra ellos no es diferente.
“El problema con la salud pública en particular y con la investigación y el desarrollo es lo que estamos tratando de hacer para evitar que sucedan cosas malas. Cuando tienes éxito, es relativamente invisible, por lo que el público no puede ver por qué la inversión es tan importante”, dijo el Dr. Thomas Inglesby, director del Centro de Seguridad Sanitaria ‘Johns Hopkins’. Si bien la necesidad de investigación y desarrollo es mayor ahora que nunca, Inglesby dice que se ha sentido alentado por la cantidad de riesgos pandémicos que suceden en la actualidad. Señaló que las mejores evaluaciones mundiales de la OMS junto con el aumento de los índices de amenaza de brotes son pasos en la dirección correcta. “Creo que estas enfermedades son parte del panorama de amenazas en el mundo. Hacen daño y causan brotes y vuelven a aparecer. No sabemos cuándo vendrá el próximo brote de la enfermedad por el virus del Ébola, pero sí sabemos que vendrá de nuevo, una y otra vez”, dijo Inglesby. Y cuando lo hace, la enfermedad no ve fronteras. “Sabemos que un brote que comienza en una aldea remota puede llegar a las principales ciudades en todos los continentes en 36 horas. En el mundo interconectado de hoy, una amenaza para la salud en cualquier lugar es una amenaza en todas partes”, dijo Martin, de los CDC.
Como el catastrófico brote de la enfermedad por el virus del Ébola mató a 11.300 personas y costó miles de millones de dólares, la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajó para sentar las bases para asegurarse de que un brote nunca más alcance ese nivel de amenaza a la seguridad sanitaria mundial. Como parte de su revisión en 2015, el organismo internacional se propuso identificar qué enfermedades tenían el mayor riesgo de causar una amplia emergencia de salud pública y tenían pocas o ninguna contramedida para prevenir su propagación a fin de catalizar fondos para su prevención. Tres años después, seis de las ocho categorías de enfermedades destacadas en la lista de “Enfermedades prioritarias modelo” de la OMS se encontraban en medio de brotes, al mismo tiempo. Incluyen lo peor de lo peor: la enfermedad por el virus del Ébola, el síndrome respiratorio de Medio Oriente, la fiebre zika, la enfermedad por el virus Nipah, la fiebre hemorrágica de Lassa y la fiebre del Valle del Rift. Hasta el momento, los brotes de estas enfermedades y patógenos de alta mortalidad han causado al menos 190 muertes y han costado millones este año. Pero todas estas enfermedades tienen el potencial de volver a atacar y crecer, causando una epidemia que podría matar a miles de personas, devastar la economía mundial y causar estragos incalculables, y las seis se encontraban en situaciones de brotes activos a partir de junio. Eso no tiene precedentes, de acuerdo con el Dr. Mike Ryan, director general asistente de la organización para la preparación y respuesta a emergencias de la OMS, en sus 25 años al frente de tales brotes. “Existen estos cisnes negros que podrían ocurrir y tenemos el deber de prepararnos para ellos, porque nuestras economías y nuestras civilizaciones dependen ahora demasiado de la libre circulación de personas y de esa capacidad para el comercio. Entonces, cualquier cosa que apague eso es una gran amenaza”, dijo Ryan. “El mundo generalmente verá de cuatro a cinco brotes diferentes de enfermedades de alta mortalidad al año, pero por lo general no están sucediendo al mismo tiempo. Esta es probablemente la primera vez que ocurre, y es, en cierto sentido, una ‘prueba de estrés’ global para la respuesta al brote”, agregó. “Si alguna de estas cosas falla, especialmente más de una al mismo tiempo, entonces creo que seremos presionados con mayor intensidad para responder como comunidad de salud global”, dijo Loyce Pace, presidente y director ejecutivo del Global Health Council, una organización de membresía que cabildea por las prioridades de salud global. Y aunque los brotes de este año han estado relativamente contenidos, a los expertos les preocupa que la falta de inversión en investigación y desarrollo como factores de riesgo para el crecimiento de brotes pueda llevar a un brote que no podrán detener. Eso no solo amenaza vidas, también podría amenazar la seguridad y la estabilidad mundial; después de todo, los brotes no respetan las fronteras.
Un aumento en los factores de riesgo
Parte de la razón por la que sabemos sobre más de estos brotes particularmente preocupantes es debido a avances positivos: los sistemas de salud en todo el mundo han mejorado, lo que significa que más personas que nunca antes tienen acceso a la atención médica. Y más instituciones, como la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, entre otros, están rastreando los brotes y manteniendo un mejor registro de las amenazas. Pero en el fondo, un aumento en la conciencia no explica por completo el aumento en tales eventos de brotes, dicen los expertos. Varios factores importantes son los culpables de por qué el mundo está viendo más de estos patógenos cada vez más peligrosos. La combinación de una urbanización masiva y generalizada, un crecimiento explosivo de la población, un aumento de los viajes a nivel mundial, cambios en los factores ecológicos, un cambio climático constante y la explotación de los ambientes está impulsando una era de riesgo convergente para los brotes, según los expertos. “Lo que cambia y cambia no son los insectos, sino los humanos. Lo que ha cambiado es nuestra relación con esos virus, nuestra relación con los bosques tropicales”, dijo Ryan. Los humanos –y más de ellos– viven mucho más cerca, aumentando el riesgo de un brote en un centro urbano masivo. Los viajes en todo el mundo hacen que la difusión de algo como esto sea más fácil que nunca. Y el entorno cambiante –desde una exposición diferente en varias partes del mundo, una indiferencia general hacia el hábitat y el cambio climático continuo– significa que los seres humanos están viendo cosas que no habían enfrentado antes, en áreas que nunca antes las habían visto. “Solo echemos un vistazo a África Subsahariana: ésta es la epidemia de fiebre hemorrágica de Lassa más grande que jamás se haya observado, y luego se produce un brote de enfermedad por el virus del Ébola en la República Democrática del Congo. No es poca cosa: subraya la necesidad de una mayor vigilancia”, dijo el Dr. Richard Hatchett, oficial ejecutivo en jefe de la Coalición para las Innovaciones de Preparación Epidémica (CEPI). “Estas enfermedades pueden moverse y pueden aflorar, y si encuentran el ambiente adecuado tienen el potencial de explotar. Si piensas en las enfermedades como oportunistas que buscan lugares para surgir y diseminarse, es bastante aterrador”, dijo. Y ese tipo de situación de brotes no solo amenaza a la gente en el epicentro del brote, sino que tiene el potencial de sacudir la estabilidad global. “No solo están en juego las vidas individuales, sino que como ya hemos visto, una crisis como la de la influenza pandémica, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) o la enfermedad por el virus del Ébola pueden devastar sistemas y economías de salud completos, frenar el desarrollo futuro e incluso generar inestabilidad política”, dijo Rebecca Martin, directora del Centro para la Salud Global en los CDC. “La epidemia del SARS de 2003 causó 800 muertes y su costo fue de 40.000 millones de dólares. El costo de la próxima pandemia podría ser de más de 60.000 millones”, aseguró. “Una laguna en las capacidades de respuesta de emergencia de salud pública siguen siendo una vulnerabilidad grave para todo el mundo. Si bien no sabemos cuándo o dónde ocurrirá la próxima pandemia, sabemos que viene”, agregó. La urgencia de más investigación y desarrollo
Recursos globales tácticos masivos y una vacuna experimental fueron movilizados para sofocar el brote de la enfermedad por el virus del Ébola, que llegó a un centro urbano en la República Democrática del Congo. Se espera que el brote se declare terminado pronto, finalizando con un total de 29 muertes. Un record de 3.330 personas fueron vacunadas, según la OMS, y las organizaciones de salud globales completaron más de 20.000 visitas de seguimiento con el fin de mantener la propagación de la enfermedad, y por lo tanto las muertes, en un bajo nivel. Estos recursos a gran escala son necesarios para combatir tales brotes y evitar que se conviertan en uno de importancia regional, nacional e internacional, y no estamos hablando solo de la enfermedad por el virus del Ébola. Por ejemplo, más de 2.000 personas fueron puestas en cuarentena en sus hogares en el estado de Kerala, en el sur de India, durante el brote de la enfermedad por el virus Nipah. En Nigeria, los niveles de fiebre hemorrágica de Lassa “no tienen precedentes”; Kenya está luchando contra la temible fiebre del Valle del Rift, matando dromedarios y cabras presuntamente portadores, y Arabia Saudí ha encontrado cuatro clústeres distintos del síndrome respiratorio de Medio Oriente, dos de los cuales se encuentran en centros de salud. “Y luego está el brote de fiebre zika”, dijo Hatchett. “Sus tasas de infección generalizadas en todo el mundo, en lugares donde nunca se había visto el virus eran esencialmente un sustituto de “enfermedad X”, el patógeno emergente desconocido que es la octava categoría de enfermedades en la lista”, dijo Hatchett. La enfermedad X a menudo afecta más a los expertos en brotes, ya que la logística de preparar y combatir un patógeno desconocido es horrible. Así que cuando la fiebre zika explotó en 2016, a pesar de que se había visto antes, nunca había sido tan común, lo que lo hacía similar al temido dilema de la enfermedad X. “Así que ahora, incluso dos años y medio más tarde, todavía no hay una vacuna lista para combatir el virus Zika”, dice Hatchett. “Si tuvieras un virus que se extendiera como la influenza, que podría expandirse alrededor del planeta en 60 días, dos años y medio es mucho, demasiado tiempo antes de que tengas algún tipo de medida para detenerlo”, dijo Hatchett. Se han hecho algunos esfuerzos para construir vacunas para estas enfermedades, antes de que el mundo las necesite desesperadamente. Por ejemplo, la CEPI, fundada en 2017 por un consorcio de instituciones, incluidas la Fundación Bill y Melinda Gates, el Wellcome Trust, el Foro Económico Mundial y los gobiernos de Noruega y Japón, busca crear vacunas para los virus Lassa y Nipah y el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Medio Oriente, basándose en la lista de prioridades de la OMS. Otros esfuerzos incluyen la vacuna experimental contra el virus del Ébola desarrollada por Merck, así como algunos de los tratamientos experimentales para esta enfermedad. “La creación de una organización global como CEPI es esencial, porque no existe una demanda comercial de estos medicamentos, hasta que la gente realmente los quiera. En otras palabras, financiar el costoso desarrollo de medicamentos para, por lo general, personas pobres en países pobres, no es rentable” dice Hatchett. El hecho de que no se desarrollen drogas que combatan estos brotes raros, y potencialmente desastrosos, significa que cuando el mundo realmente los necesite, tardarán años en llegar. Costaría unos 2.000 millones de dólares traer vacunas y tratamientos al mercado para las 10 enfermedades conocidas de la lista, de acuerdo con los cálculos de CEPI. Está comenzando con 630 millones de dólares recaudados hasta el momento para apuntar al síndrome respiratorio de Medio Oriente, la enfermedad por el virus Nipah y la fiebre hemorrágica de Lassa. Sin embargo, los expertos en salud pública a menudo citan el ciclo de pánico de la epidemia y el financiamiento de la salud pública, que se basa en que estos brotes son lo más importante. Y la investigación y desarrollo para luchar contra ellos no es diferente.
“El problema con la salud pública en particular y con la investigación y el desarrollo es lo que estamos tratando de hacer para evitar que sucedan cosas malas. Cuando tienes éxito, es relativamente invisible, por lo que el público no puede ver por qué la inversión es tan importante”, dijo el Dr. Thomas Inglesby, director del Centro de Seguridad Sanitaria ‘Johns Hopkins’. Si bien la necesidad de investigación y desarrollo es mayor ahora que nunca, Inglesby dice que se ha sentido alentado por la cantidad de riesgos pandémicos que suceden en la actualidad. Señaló que las mejores evaluaciones mundiales de la OMS junto con el aumento de los índices de amenaza de brotes son pasos en la dirección correcta. “Creo que estas enfermedades son parte del panorama de amenazas en el mundo. Hacen daño y causan brotes y vuelven a aparecer. No sabemos cuándo vendrá el próximo brote de la enfermedad por el virus del Ébola, pero sí sabemos que vendrá de nuevo, una y otra vez”, dijo Inglesby. Y cuando lo hace, la enfermedad no ve fronteras. “Sabemos que un brote que comienza en una aldea remota puede llegar a las principales ciudades en todos los continentes en 36 horas. En el mundo interconectado de hoy, una amenaza para la salud en cualquier lugar es una amenaza en todas partes”, dijo Martin, de los CDC.
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TEMAS GENERALES DE MICROBIOLOGÍA
LA EFICACIA DE LOS ANTIBIÓTICOS SE ALTERA AL COMBINARLOS ENTRE SÍ, CON FÁRMACOS NO ANTIBIÓTICOS O INCLUSO CON ADITIVOS ALIMENTARIOS
4 de julio de 2018 – Fuente: Nature
La efectividad de los antibióticos puede verse alterada al combinarlos entre sí, con otros medicamentos no-antibióticos, o incluso con aditivos de los alimentos. Dependiendo de las especies bacterianas, algunas combinaciones impiden que los antibióticos funcionen en todo su potencial, mientras que otras comienzan a derrotar la resistencia a los antibióticos. En el primer estudio a gran escala de su tipo, se establecieron los perfiles de cerca de 3.000 combinaciones de medicamentos en tres especies diferentes de bacterias causantes de enfermedades.
Superando la resistencia a los antibióticos
El uso excesivo y el mal uso de los antibióticos han llevado a la propagación de la resistencia a estos medicamentos. Algunas combinaciones específicas de medicamentos pueden ayudar en la lucha contra las infecciones bacterianas multidrogorresistentes, pero han sido muy poco exploradas y rara vez utilizadas en la práctica clínica. Esta es la razón por la cual se estudió sistemáticamente el efecto de los antibióticos combinados entre sí, así como con otras drogas y diferentes aditivos, sobre diferentes especies. Mientras que muchas de las combinaciones de medicamentos investigadas disminuyeron el efecto de los antibióticos, hubo más de 500 combinaciones que mejoraron los resultados de los antibióticos. Una selección de estas combinaciones con efectos positivos también fue evaluada en bacterias multidrogorresistentes, aisladas de pacientes infectados hospitalizados; y se encontró que mejoraron el efecto de los antibióticos.
¿Uso clínico de la vanilina?
Cuando se acopló a la vanilina –el compuesto que le da a la vainilla su sabor distintivo– con el antibiótico espectinomicina, ayudó al compuesto citado a ingresar en las células bacterianas e inhibir su crecimiento. La espectinomicina fue desarrollada originalmente a principios de la década de 1960 para el tratamiento de la gonorrea; pero rara vez se emplea en la actualidad debido a la resistencia que las bacterias desarrollaron contra este compuesto. Sin embargo, en combinación con la vanilina, podría tornarse clínicamente relevante una vez más; y emplearse contra otros microorganismos causantes de enfermedades. De las combinaciones evaluadas, esta fue una de las sinergias más efectivas y promisorias que se identificaron. Combinaciones como ésta podrían ampliar el arsenal de armas en la guerra contra la resistencia a los antibióticos. Pero, curiosamente, la vanilina disminuyó el efecto de muchos otros tipos de antibióticos. La vanilina funciona de manera similar a la aspirina, disminuyendo la actividad de muchos antibióticos; aunque sus efectos en las células humanas no se han probado, es muy probable que sean diferentes. Las combinaciones de medicamentos que disminuyen el efecto de los antibióticos también podrían ser beneficiosas para la salud humana. Los antibióticos pueden provocar daños colaterales y efectos secundarios, debido a que también afectan a las bacterias beneficiosas. Sin embargo, los efectos de estas combinaciones de medicamentos son altamente selectivos; y a menudo afectan solamente a unas pocas especies bacterianas. En el futuro, se podrían emplear combinaciones de medicamentos para evitar selectivamente los efectos dañinos de los antibióticos en las bacterias benéficas. Esto también reduciría el desarrollo de la resistencia a los antibióticos, puesto que las bacterias benéficas no estarían sometidas a presión selectiva para generar desarrollar resistencia a los antibióticos, que podría ser transferida a las bacterias dañinas. Principios generales
Esta investigación es la primera evaluación a gran escala en el laboratorio de combinaciones de medicamentos en diversas especies bacterianas. Los compuestos utilizados ya han sido aprobados para su empleo con seguridad en los seres humanos, pero aún se requiere realizar investigaciones en modelos animales y estudios clínicos para determinar la efectividad de las diversas combinaciones de medicamentos en los seres humanos. Además de identificar nuevas combinaciones de medicamentos, la magnitud de esta investigación permitió comprender algunos de los principios generales que subyacen a las interacciones medicamentosas. Ello permitirá hacer una selección más racional de las combinaciones de medicamentos en el futuro; y puede ser ampliamente aplicable a otras áreas terapéuticas.
La efectividad de los antibióticos puede verse alterada al combinarlos entre sí, con otros medicamentos no-antibióticos, o incluso con aditivos de los alimentos. Dependiendo de las especies bacterianas, algunas combinaciones impiden que los antibióticos funcionen en todo su potencial, mientras que otras comienzan a derrotar la resistencia a los antibióticos. En el primer estudio a gran escala de su tipo, se establecieron los perfiles de cerca de 3.000 combinaciones de medicamentos en tres especies diferentes de bacterias causantes de enfermedades.
Superando la resistencia a los antibióticos
El uso excesivo y el mal uso de los antibióticos han llevado a la propagación de la resistencia a estos medicamentos. Algunas combinaciones específicas de medicamentos pueden ayudar en la lucha contra las infecciones bacterianas multidrogorresistentes, pero han sido muy poco exploradas y rara vez utilizadas en la práctica clínica. Esta es la razón por la cual se estudió sistemáticamente el efecto de los antibióticos combinados entre sí, así como con otras drogas y diferentes aditivos, sobre diferentes especies. Mientras que muchas de las combinaciones de medicamentos investigadas disminuyeron el efecto de los antibióticos, hubo más de 500 combinaciones que mejoraron los resultados de los antibióticos. Una selección de estas combinaciones con efectos positivos también fue evaluada en bacterias multidrogorresistentes, aisladas de pacientes infectados hospitalizados; y se encontró que mejoraron el efecto de los antibióticos.
¿Uso clínico de la vanilina?
Cuando se acopló a la vanilina –el compuesto que le da a la vainilla su sabor distintivo– con el antibiótico espectinomicina, ayudó al compuesto citado a ingresar en las células bacterianas e inhibir su crecimiento. La espectinomicina fue desarrollada originalmente a principios de la década de 1960 para el tratamiento de la gonorrea; pero rara vez se emplea en la actualidad debido a la resistencia que las bacterias desarrollaron contra este compuesto. Sin embargo, en combinación con la vanilina, podría tornarse clínicamente relevante una vez más; y emplearse contra otros microorganismos causantes de enfermedades. De las combinaciones evaluadas, esta fue una de las sinergias más efectivas y promisorias que se identificaron. Combinaciones como ésta podrían ampliar el arsenal de armas en la guerra contra la resistencia a los antibióticos. Pero, curiosamente, la vanilina disminuyó el efecto de muchos otros tipos de antibióticos. La vanilina funciona de manera similar a la aspirina, disminuyendo la actividad de muchos antibióticos; aunque sus efectos en las células humanas no se han probado, es muy probable que sean diferentes. Las combinaciones de medicamentos que disminuyen el efecto de los antibióticos también podrían ser beneficiosas para la salud humana. Los antibióticos pueden provocar daños colaterales y efectos secundarios, debido a que también afectan a las bacterias beneficiosas. Sin embargo, los efectos de estas combinaciones de medicamentos son altamente selectivos; y a menudo afectan solamente a unas pocas especies bacterianas. En el futuro, se podrían emplear combinaciones de medicamentos para evitar selectivamente los efectos dañinos de los antibióticos en las bacterias benéficas. Esto también reduciría el desarrollo de la resistencia a los antibióticos, puesto que las bacterias benéficas no estarían sometidas a presión selectiva para generar desarrollar resistencia a los antibióticos, que podría ser transferida a las bacterias dañinas. Principios generales
Esta investigación es la primera evaluación a gran escala en el laboratorio de combinaciones de medicamentos en diversas especies bacterianas. Los compuestos utilizados ya han sido aprobados para su empleo con seguridad en los seres humanos, pero aún se requiere realizar investigaciones en modelos animales y estudios clínicos para determinar la efectividad de las diversas combinaciones de medicamentos en los seres humanos. Además de identificar nuevas combinaciones de medicamentos, la magnitud de esta investigación permitió comprender algunos de los principios generales que subyacen a las interacciones medicamentosas. Ello permitirá hacer una selección más racional de las combinaciones de medicamentos en el futuro; y puede ser ampliamente aplicable a otras áreas terapéuticas.
DESIGUALES AVANCES EN LA LUCHA CONTRA LA RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS
18 de julio de 2018 – Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
Los países están dando pasos importantes para combatir la resistencia a los antimicrobianos, pero siguen existiendo aún graves carencias que requieren medidas urgentes, advierte un informe conjunto publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El informe Seguimiento del progreso global en resistencia antimicrobiana analiza los avances realizados en 154 países y pone de manifiesto la existencia de grandes divergencias. Algunos –incluyendo numerosos países europeos– llevan más de cuatro décadas trabajando en políticas sobre la resistencia a los antimicrobianos en los sectores humano y animal. Otros han empezado hace poco a tomar medidas para contener esta creciente amenaza. El progreso en el desarrollo e implementación de planes de acción es mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos, pero todos los países tienen margen de mejora. Ningún país indica tener capacidad prolongada a gran escala en todos los sectores. El informe analiza la vigilancia, educación, seguimiento y normativa asociados al consumo y uso de medicamentos antimicrobianos en la salud humana y la sanidad y producción animal, así como en las plantas y el ambiente, según lo recomendado en el Plan de Acción Mundial de la OMS publicado en 2015. Entre las conclusiones positivas, cabe destacar la existencia de un sistema de vigilancia operativo para identificar infecciones resistentes a medicamentos en la salud humana en 105 países, y de un sistema para realizar un seguimiento del consumo de antimicrobianos en 68 países. Además, 123 países tienen políticas para regular la venta de medicamentos antimicrobianos, incluyendo el requisito de disponer de una receta para su uso humano: una medida clave para controlar el uso excesivo e indebido. Pero la implementación de estas políticas es desigual, y aún pueden adquirirse medicamentos no regulados en lugares como mercados callejeros, sin límite alguno sobre su uso. El informe destaca ámbitos concretos –en especial en los sectores animal y alimentario–, que necesitan con urgencia más inversiones y medidas. Por ejemplo, solo 64 países siguen las recomendaciones de la FAO, la OIE y la OMS para limitar el uso de antimicrobianos de gran relevancia para estimular el crecimiento en la producción animal. 39 de estos países son de ingresos altos, la mayoría situados en la Región Europea de la OMS. Por el contrario, solo tres países de la Región de África de la OMS y siete países de la Región de las Américas de la OMS han dado este paso importante para frenar la aparición de la resistencia a los antimicrobianos. Un total de 67 países cuentan al menos con legislación vigente para controlar todos los aspectos de la producción, concesión de licencias y distribución de medicamentos antimicrobianos para su uso en animales. Pero 56 países carecen de una política o legislación nacional en materia de calidad, inocuidad y eficacia de los productos antimicrobianos utilizados en la sanidad animal y vegetal, y de su distribución, venta o utilización, o no pueden confirmar si esas leyes están vigentes. Existe igualmente una notable falta de medidas e información en los sectores ambiental y vegetal. Aunque 78 países cuentan con normativas para evitar de manera genérica la contaminación ambiental, solo 10 de ellos tienen sistemas integrales para garantizar el cumplimiento normativo de toda la gestión de residuos, incluyendo las normativas que limitan el vertido de residuos antimicrobianos al ambiente. Esto resulta insuficiente para proteger al ambiente de los peligros asociados a la producción de antimicrobianos. “Este informe refleja la existencia de un creciente impulso mundial para combatir la resistencia a los antimicrobianos. Instamos a los gobiernos a adquirir compromisos permanentes en todos los sectores –salud humana, sanidad animal, sanidad vegetal y ambiente– ya que de lo contrario corremos el riesgo de tener que dejar de usar estos valiosos medicamentos”, afirmó Ranieri Guerra, Subdirector General de Resistencia a los Antimicrobianos de la OMS. “Ayudar a los países de ingresos bajos y medios a seguir las recomendaciones sobre el uso responsable y prudente de antimicrobianos en animales es una prioridad urgente. Implementar normas internacionales específicas de la OIE, disponer de una legislación nacional adecuada y fortalecer los servicios veterinarios, son medidas esenciales para ayudar a todas las partes interesadas en la sanidad animal a contribuir a combatir la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos”, dijo Matthew Stone, Subdirector General de la OIE. “La FAO aplaude la adopción de medidas concretas en numerosos países para el uso responsable de antimicrobianos en la agricultura. Sin embargo, deben esforzarse más para reducir el uso no regulado y excesivo de antimicrobianos en la agricultura. Les instamos especialmente a la eliminación gradual del uso de antimicrobianos para estimular el crecimiento en la producción animal, ya sea terrestre o acuática”, afirmó Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO. Según este estudio y otras fuentes, las tres organizaciones –FAO, OIE y OMS– son conscientes de que 100 países cuentan con planes de acción nacionales en materia de resistencia a los antimicrobianos y otros 51 los están desarrollando, pero es necesario realizar más esfuerzos para garantizar su implementación. Únicamente 53 países cuentan con un grupo de trabajo multisectorial completamente operativo, aunque otros 77 han constituido uno de estos grupos. Solo 10 países identifican las fuentes de financiación para todas las medidas del plan y muchos países de ingresos medios y bajos podrían necesitar ayuda al desarrollo a largo plazo para implementar sus planes de manera eficaz y sostenible. Como aspecto positivo, de los 10 principales países productores de pollos, cerdos y vacas que respondieron a la encuesta sobre la resistencia a los antimicrobianos, nueve de ellos tienen al menos un plan de acción nacional; y la mayoría cuentan con planes operativos con un mecanismo de vigilancia.
Los países están dando pasos importantes para combatir la resistencia a los antimicrobianos, pero siguen existiendo aún graves carencias que requieren medidas urgentes, advierte un informe conjunto publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El informe Seguimiento del progreso global en resistencia antimicrobiana analiza los avances realizados en 154 países y pone de manifiesto la existencia de grandes divergencias. Algunos –incluyendo numerosos países europeos– llevan más de cuatro décadas trabajando en políticas sobre la resistencia a los antimicrobianos en los sectores humano y animal. Otros han empezado hace poco a tomar medidas para contener esta creciente amenaza. El progreso en el desarrollo e implementación de planes de acción es mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos, pero todos los países tienen margen de mejora. Ningún país indica tener capacidad prolongada a gran escala en todos los sectores. El informe analiza la vigilancia, educación, seguimiento y normativa asociados al consumo y uso de medicamentos antimicrobianos en la salud humana y la sanidad y producción animal, así como en las plantas y el ambiente, según lo recomendado en el Plan de Acción Mundial de la OMS publicado en 2015. Entre las conclusiones positivas, cabe destacar la existencia de un sistema de vigilancia operativo para identificar infecciones resistentes a medicamentos en la salud humana en 105 países, y de un sistema para realizar un seguimiento del consumo de antimicrobianos en 68 países. Además, 123 países tienen políticas para regular la venta de medicamentos antimicrobianos, incluyendo el requisito de disponer de una receta para su uso humano: una medida clave para controlar el uso excesivo e indebido. Pero la implementación de estas políticas es desigual, y aún pueden adquirirse medicamentos no regulados en lugares como mercados callejeros, sin límite alguno sobre su uso. El informe destaca ámbitos concretos –en especial en los sectores animal y alimentario–, que necesitan con urgencia más inversiones y medidas. Por ejemplo, solo 64 países siguen las recomendaciones de la FAO, la OIE y la OMS para limitar el uso de antimicrobianos de gran relevancia para estimular el crecimiento en la producción animal. 39 de estos países son de ingresos altos, la mayoría situados en la Región Europea de la OMS. Por el contrario, solo tres países de la Región de África de la OMS y siete países de la Región de las Américas de la OMS han dado este paso importante para frenar la aparición de la resistencia a los antimicrobianos. Un total de 67 países cuentan al menos con legislación vigente para controlar todos los aspectos de la producción, concesión de licencias y distribución de medicamentos antimicrobianos para su uso en animales. Pero 56 países carecen de una política o legislación nacional en materia de calidad, inocuidad y eficacia de los productos antimicrobianos utilizados en la sanidad animal y vegetal, y de su distribución, venta o utilización, o no pueden confirmar si esas leyes están vigentes. Existe igualmente una notable falta de medidas e información en los sectores ambiental y vegetal. Aunque 78 países cuentan con normativas para evitar de manera genérica la contaminación ambiental, solo 10 de ellos tienen sistemas integrales para garantizar el cumplimiento normativo de toda la gestión de residuos, incluyendo las normativas que limitan el vertido de residuos antimicrobianos al ambiente. Esto resulta insuficiente para proteger al ambiente de los peligros asociados a la producción de antimicrobianos. “Este informe refleja la existencia de un creciente impulso mundial para combatir la resistencia a los antimicrobianos. Instamos a los gobiernos a adquirir compromisos permanentes en todos los sectores –salud humana, sanidad animal, sanidad vegetal y ambiente– ya que de lo contrario corremos el riesgo de tener que dejar de usar estos valiosos medicamentos”, afirmó Ranieri Guerra, Subdirector General de Resistencia a los Antimicrobianos de la OMS. “Ayudar a los países de ingresos bajos y medios a seguir las recomendaciones sobre el uso responsable y prudente de antimicrobianos en animales es una prioridad urgente. Implementar normas internacionales específicas de la OIE, disponer de una legislación nacional adecuada y fortalecer los servicios veterinarios, son medidas esenciales para ayudar a todas las partes interesadas en la sanidad animal a contribuir a combatir la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos”, dijo Matthew Stone, Subdirector General de la OIE. “La FAO aplaude la adopción de medidas concretas en numerosos países para el uso responsable de antimicrobianos en la agricultura. Sin embargo, deben esforzarse más para reducir el uso no regulado y excesivo de antimicrobianos en la agricultura. Les instamos especialmente a la eliminación gradual del uso de antimicrobianos para estimular el crecimiento en la producción animal, ya sea terrestre o acuática”, afirmó Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO. Según este estudio y otras fuentes, las tres organizaciones –FAO, OIE y OMS– son conscientes de que 100 países cuentan con planes de acción nacionales en materia de resistencia a los antimicrobianos y otros 51 los están desarrollando, pero es necesario realizar más esfuerzos para garantizar su implementación. Únicamente 53 países cuentan con un grupo de trabajo multisectorial completamente operativo, aunque otros 77 han constituido uno de estos grupos. Solo 10 países identifican las fuentes de financiación para todas las medidas del plan y muchos países de ingresos medios y bajos podrían necesitar ayuda al desarrollo a largo plazo para implementar sus planes de manera eficaz y sostenible. Como aspecto positivo, de los 10 principales países productores de pollos, cerdos y vacas que respondieron a la encuesta sobre la resistencia a los antimicrobianos, nueve de ellos tienen al menos un plan de acción nacional; y la mayoría cuentan con planes operativos con un mecanismo de vigilancia.
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RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS
DECODIFICARON LOS PRIMEROS GENOMAS DE LA SÍFILIS ANTIGUA
21 de junio de 2018 – Fuente: Public Library of Science – Neglected Tropical Diseases Un equipo de investigación recuperó los primeros genomas históricos de la bacteria Treponema pallidum, que causa la sífilis. Anteriormente, no se creía posible recuperar ADN de esta bacteria a partir de muestras antiguas, por lo que el éxito de este estudio abre la posibilidad de analizar directamente la evolución y el origen de esta enfermedad reemergente. En el trabajo, se pudo distinguir genéticamente entre las subespecies de la bacteria que causan la sífilis y el pián. Aunque las enfermedades causan diferentes efectos en las personas, no se distinguen fácilmente en los restos esqueléticos, que anteriormente habían obstaculizado el estudio de la enfermedad. T. pallidum es una bacteria que afecta a los humanos en todo el mundo y causa, entre otras enfermedades, sífilis y pian. En particular, la sífilis de transmisión sexual se considera una enfermedad infecciosa reemergente, con millones de nuevas infecciones anuales. A pesar de su importancia histórica, la evolución y el origen de la sífilis y otras patologías treponémicas no se conocen bien. Una pandemia de sífilis del siglo XV en Europa llevó a un debate sobre si la enfermedad se originó en el Nuevo Mundo o en el Viejo Mundo. Debido a que las diferentes enfermedades treponémicas dejan signos similares en los restos esqueléticos, antes no era posible examinar definitivamente los casos de sífilis en el pasado.
En el estudio actual, los científicos examinaron a cinco individuos cuyos restos fueron recuperados del antiguo Convento de Santa Isabel, un sitio histórico ubicado en el centro de la ciudad de México utilizado por monjas de la orden franciscana desde 1681 hasta 1861. Se seleccionaron los restos en base a las características esqueléticas que sugirieron que era una enfermedad causada por Treponema. Tres de los individuos dieron positivo para ADN treponémico. Al igual que 90% de los individuos del cementerio, los tres individuos eran bebés, uno probablemente nacido antes de término. Todos fueron enterrados en la época colonial, hace alrededor de 350 años. Se recuperaron genomas completos de T. pallidum de los tres individuos y los científicos pudieron determinar que dos de los individuos portaban la subespecie T. pallidum pallidum (que causa la sífilis) y T. pallidum pertenue (que causa el pian). La distinción entre pian y sífilis no era discernible solo a partir de la evidencia morfológica. Los hallazgos del investigador muestran que ambas subespecies reconstruidas de T. pallidum pueden presentar síntomas similares, pero pueden diferenciarse genéticamente en muestras antiguas. Este trabajo demuestra el valor de la identificación molecular de patógenos antiguos, particularmente cuando se aplica a enfermedades treponémicas, donde a menudo se comparten respuestas esqueléticas a varias subespecies patógenas, desafiando el desarrollo de un diagnóstico seguro a través de la observación osteológica. Los orígenes de la sífilis La investigación comienza a arrojar luz sobre la historia evolutiva de la enfermedad. Algunos investigadores han planteado la hipótesis de que la sífilis era una enfermedad del Nuevo Mundo que se introdujo en Europa durante la época colonial y otros sugieren que ya estaba muy extendida en las poblaciones humanas antes de la pandemia del siglo XV. Los hallazgos actuales complican las hipótesis. Investigaciones anteriores que encontraron la presencia de T. pallidum pertenue en monos del Viejo Mundo, y el hallazgo de que dos subespecies de T. pallidum probablemente causaron manifestaciones esqueléticas similares en el pasado puede sugerir una historia evolutiva más compleja de T. pallidum que la que previamente se ha asumido. Esta primera reconstrucción de los genomas de T. pallidum a partir de material arqueológico abre la posibilidad de estudiar su historia evolutiva a una resolución que previamente se suponía fuera de alcance. La investigación adicional de muestras antiguas de todo el mundo ayudará a refinar la comprensión de esta enfermedad.
En el estudio actual, los científicos examinaron a cinco individuos cuyos restos fueron recuperados del antiguo Convento de Santa Isabel, un sitio histórico ubicado en el centro de la ciudad de México utilizado por monjas de la orden franciscana desde 1681 hasta 1861. Se seleccionaron los restos en base a las características esqueléticas que sugirieron que era una enfermedad causada por Treponema. Tres de los individuos dieron positivo para ADN treponémico. Al igual que 90% de los individuos del cementerio, los tres individuos eran bebés, uno probablemente nacido antes de término. Todos fueron enterrados en la época colonial, hace alrededor de 350 años. Se recuperaron genomas completos de T. pallidum de los tres individuos y los científicos pudieron determinar que dos de los individuos portaban la subespecie T. pallidum pallidum (que causa la sífilis) y T. pallidum pertenue (que causa el pian). La distinción entre pian y sífilis no era discernible solo a partir de la evidencia morfológica. Los hallazgos del investigador muestran que ambas subespecies reconstruidas de T. pallidum pueden presentar síntomas similares, pero pueden diferenciarse genéticamente en muestras antiguas. Este trabajo demuestra el valor de la identificación molecular de patógenos antiguos, particularmente cuando se aplica a enfermedades treponémicas, donde a menudo se comparten respuestas esqueléticas a varias subespecies patógenas, desafiando el desarrollo de un diagnóstico seguro a través de la observación osteológica. Los orígenes de la sífilis La investigación comienza a arrojar luz sobre la historia evolutiva de la enfermedad. Algunos investigadores han planteado la hipótesis de que la sífilis era una enfermedad del Nuevo Mundo que se introdujo en Europa durante la época colonial y otros sugieren que ya estaba muy extendida en las poblaciones humanas antes de la pandemia del siglo XV. Los hallazgos actuales complican las hipótesis. Investigaciones anteriores que encontraron la presencia de T. pallidum pertenue en monos del Viejo Mundo, y el hallazgo de que dos subespecies de T. pallidum probablemente causaron manifestaciones esqueléticas similares en el pasado puede sugerir una historia evolutiva más compleja de T. pallidum que la que previamente se ha asumido. Esta primera reconstrucción de los genomas de T. pallidum a partir de material arqueológico abre la posibilidad de estudiar su historia evolutiva a una resolución que previamente se suponía fuera de alcance. La investigación adicional de muestras antiguas de todo el mundo ayudará a refinar la comprensión de esta enfermedad.
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